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miércoles, 13 de octubre de 2021

Pequeñas travesuras, Capítulo 19


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Pequeñas travesuras

 Autora: Anaisbvm

 Capítulo 19, Primos y alcohol. 

 


Liam

Mientras arreglaba las cosas para salir al parque de atracciones sonreía como un idiota porque ya tendría con que sacarle en cara a mis hermanos, era tanta la emoción que la hora ya no se hacía eterna. 

Cuando le avisé a mi mejor amigo que estaba listo y que ya estaba yendo hacia su casa me pareció raro que no respondiera absolutamente nada. Al llegar y despedirme de papá vi como su mirada de culpabilidad lo delataba a metros.


-¿Que hiciste? - le pregunté confundido.

- Quería que la pasaras bien ¿ya?

- Julián..

- Te dije que iríamos al parque de diversiones pero..

- ¿Pero?

- Nos vamos a la fiesta que consiguió Alan.

- ¡Joder! ¿sabes que me van a castigar de por vida?

- Si pero no, adivina..

- No tengo ganas de adivinar nada.- coloqué mi mano en la frente.

- Si iremos al parque, tranquilo. Solo que después nos vamos a desviar un poquito.

- Eso está igual pero no importa, tengo unas ganas de olvidar todo que acepto. 

- Ya está entonces. Afirmate amigo que esta noche la pasaremos genial.


Esperamos a que Alan llegara para irnos hacia el parque pero este nunca llegó, lo llamamos una infinidad de veces pero tampoco respondió su celular hasta que llamamos a su mamá y nos dijo que estaba castigado de último minuto.

Así que nos fuimos solo nosotros dos y la mamá de Julián la cual solo nos iba a dejar ahí para luego acompañarnos hasta la fiesta, a él siempre lo dejan salir más en ese sentido, su mamá es súper relajada todo lo contrario a papá.

- Aún no puedo superar que te dejen ir a una fiesta llena de alcohol.
- Privilegios de ser el favorito entre mis hermanos.- sonrió.
- ¿Entonces qué soy yo? El favorito imposible porque me dejarían ¿no?

- No lo sé. Pero deja de pensar eso.

No seguí su consejo y me quedé pensando en eso durante toda la noche. ¿No me quieren verdad? A mis hermanos obvio que si porque los dejan hacer lo que quieran, bueno no es cierto pero tienen más permisos.

Marco siempre los tiene al ser mayor pero a mi no me falta nada para alcanzarlo y sigo como un niño a sus ojos. 

- ¿Que te parece si nos subimos a esa montaña rusa?
- ¿Acaso piensas en hacerme vomitar? - él asintió.- ¿Que esperas entonces?

Corriendo mientras reíamos de los nervios y nos formamos en la fila para subirnos al juego, la adrenalina que sentía era muy grande. La fila cada vez avanzaba y ya temblaba.

- Joder que nervios.
- Ni te imaginas.- llegó nuestro turno.

Nos abrocharon los cinturones de seguridad y esperamos unos minutos antes que comenzara el juego hasta que sentimos un ruido indicando que todo iba a empezar, ya sentía que el corazón se me salía pero cerré los ojos y me dejé llevar gritando por la adrenalina junto a mi mejor amigo.

Marco

Tenía muchísima hambre y bajé por un sándwich, todo estaba en silencio así que algo pasaba. Mis hermanos no estaban en el patio ni en la sala, algo raro. Tocaron la puerta principal y fui a ver de quién se trataba.

- ¡Primito! - me sorprendí pero lo abracé al instante.
- Diablos, creí que llegabas mañana.
- Eso mismo pensé pero no, cosas de la vida. ¿Feliz de verme?
- Como no, eres el mejor.- reímos juntos. 

Mi primo Daniel es como un hermano más, tiene la misma edad que yo y nos entendemos a la perfección al igual que con algunos de mis hermanos. 

- ¿Como estuvo ese viaje? - le pregunté y cambió su sonrisa por una mueca de desagrado.
- De puta madre. ¡Habia una señora al lado mío con un pollo y no dejaba de picotear!
- Y ese lenguaje jovencito.- nos volteamos y papá llegó a darle la bienvenida.
- Tío.- lo abrazó.- Aquí llegó tu sobrino favorito.
- Obvio que si, pero me contó un pajarito que estas en muchos problemas ¿o estoy equivocado?
- Mm.- suspiró.- Algo pero nada grave, ya sabes que papá siempre anda exagerando esas mierdas.
- No digas malas palabras Daniel, aquí no se permiten y lo sabes.
- Que mandón.- sonreímos.
- Créeme, lo sé.- nos miramos ambos a la vez y se nos ocurrió una brillante idea.
- ¿Papá nos dejas ir a una fiesta hoy en la noche? Una amiga me invitó y dijo que podía llevar a alguien.- pregunté con esperanzas.
- Me parece que no, alguien aquí está castigado y creo que lo sabe súper bien.- Daniel lo miró con un puchero.- No me vas a convencer.
- Tío favorito de todo el mundo, déjanos ir. Te prometo que no voy a meterme en problemas además que ya me van a castigar por uno, no seas así.
- Me haces difícil la situación.- papá lo miró comprendiendo su situación y accedió.- De acuerdo pero nada de alcohol, tampoco lleguen tarde o habrán problemas Marco.
- Si.
- Daniel te mandas una embarrada más y el castigo te lo daré yo.- él asintió con confianza y subimos al segundo piso para cambiarnos de ropa.

1 hora y media más tarde.

Ya nos encontrábamos completamente listos para irnos de una vez a la fiesta de mi amiga, los demás se quisieron unir pero papá les dejó en claro que no por la edad y porque era muy tarde. Ya se estaban preguntando el porqué Liam no llegaba a la casa.

Daniel pasó por última vez al baño para mirarse al espejo arreglando su cabello, yo por mi lado comí algo antes de irnos.

- Papá nos vamos.
- ¿No los voy a dejar?
- No te preocupes, nos vamos en un taxi.
- Marco recuerda que sin alcohol y mucho menos drogas porque si llegas así te voy a...
- Si, pa. Te dije que nada de eso va a pasar.- O eso espero.
- Y tu mucho menos Daniel. Ya estás en bastantes problemas. Se me cuidan, con cuidado siempre, no estén de pelea en pelea. Se devuelven temprano a más tardar a las 12.
- Eso es muy pronto, recién comienza todo a esa hora.- reclamamos.
- Bueno, a la 1:30 de la mañana. Nada más que eso y en punto.- asentimos.

Cuando salimos de la casa la adrenalina comenzó y tomamos el primer taxi que encontramos. La fiesta quedaba a unos 15 minutos en auto y media hora caminando.
Al llegar todo era normal, presenté con algunos de mis amigos a mi primo. Nos ofrecieron casi al instante tragos, cosas para comer y nos agregaron al grupo.

- Esta medio aburrida ¿no crees?.- susurró.
- Algo, pero quería salir un rato. Si quieres nos vamos una discoteca o algo.- dije bromeando y parece que lo tomó demasiado enserio.

- Si, vamos.

- Espera, no llevamos ni 5 minutos aquí y ya te quieres ir.

- Tengo ganas de tomar unos tragos especiales que venden allá.

- Daniel no pienso pagar de nuevo para ir a una disco si ya estamos aquí. Te aguantas.

- A la próxima yo elijo, ¿te parece ir por unos bocadillos?

- Supongo que sabes lo que contienen ¿no? - el solo se puso a reír y tomó uno de esos.- Papá dijo que..

- A veces tienes que romper las reglas primo, sabemos lo que dijo pero hay que vivir la vida.

- Tienes razón, a la mierda con todos.- también saqué uno.

- Así se habla.

 

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