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sábado, 2 de enero de 2021

Un muy especial regalo de navidad


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Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.

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 El regalo de navidad 

 Autora: Tahii 

 Amiga secreta  

¡Feliz Navidad! te deseo con todo mi corazón Gabi, espero que pasaras unas felices fiestas con los tuyos rodeados de bendiciones que alegraran sus corazones.

Un abrazo enorme a la distancia y que el  2021 llegue cargado de cosas buenas para ti,  cuídate mucho, nunca dejes de soñar y cumplir esos sueños porque serás feliz!!

Espero te guste este regalito, cariños Tahii.

 

Paolo Batista  de seis años se encontraba en su hogar junto a su madre el 24 de diciembre preparándose para la noche buena, él pequeño junto a sus padres vivían en un prestigioso condominio donde cada familia intentaba resaltar por sobre el resto con pomposas decoraciones en sus casas,  en cada de ellas destacaba un gran pino natural adornado estilosamente en el jardín saturados de regalos a la vista de todos y otras cursilerías de gente que tiene mucho dinero para presumir.

Cuando el reloj dio las doce de la noche  Paolo junto a sus padres se acercaron al árbol al interior de su casa y abrieron los regalos en familia, Samanta la madre recibió un masajeado para pies, Lucciano él padre recibió una hermosa y completa agenda  decorada con dibujos de su hijo y  con  mensajes de amor de su mujer, y  por ultimo Paolo al abrir su regalo descubrió una bota de navidad que al  ver su interior le hizo saltar de la emoción, minutos después Samanta se encontraba envolviendo un regalo y este tenía destinatarios muy especiales

- Mamá.- Pregunto el pequeño.- ¿Esta listo el regalo?

- Sí cariño.- Respondió Samanta mientras terminaba de poner un gran moño rojo a la caja.

- ¿Y dónde está  papá?... ¡¡No quiero que lleguemos tarde!!.- Decía ansioso mientras se acomodaba la corbata, aquella noche vestía  pantalón de tela café, una camisa blanca y una pequeña corbata azul.

- No tienes que preocuparte campeón, ya estoy aquí.- Aseguro Lucciano  bajando por la escalera.

 - ¡Papi! – Gritó corriendo a sus brazos ¡Vámonos! ¡Vámonos! ¿Sí?- Apresuro empujándolo por las piernas.

- Espera un poco hijo.- Pidió Samanta a su pequeño para que se calmara y luego le dio un tierno beso en los labios a su esposo.

- Tú madre tiene razón, aun faltan más de una hora.

El niño resignado hizo un puchero y bajó sus hombros con un suspiro, estaba ansioso así que asumido encendió la televisión para ver a Kevin de mi pobre angelito entregar dos tórtolas a su amiga la señora de las palomas explicándole que mientras ambos las conserven serán amigos para siempre.

 



Samanta,  mientras su hijo observaba la televisión se sentó en el sofá junto a su marido; este observo que se encontraba agotada y un poco pálida.

- Mi amor ¿Estás bien?- Pregunto Lucciano

- Solo estoy un poco cansada…

 - Si quieres, yo puedo acompañar a nuestro hijo y  mientras ¿Te quedas en casa y  descansas?- Pero,  antes que la madre respondiera se adelantó el pequeño.

- ¡No!Interrumpió el niño corriendo hacia ellos, la película ya no le pareció interesante.- Papá, mi hermano también quiere ir ¿Verdad mamá?- Dijo mientras le acariciaba el vientre y los veía con ojitos suplicantes.

- ¡Claro que quiere ir!Lucciano mi amor, estoy perfectamente bien y no dejaría solos a mis chicos  por ningún motivo.- Respondió  despeinando a Paolo.

- ¡No mamá! Me despeinas… – se quejó mientras corría en busca del cepillo para acomodar su cabello nuevamente.

Una vez que salieron de casa y mientras esperaban a Lucciano a que sacara el auto desde la cochera, Paolo se encontraba junto a su madre cuando de pronto se acercaron varios vecinos con sus hijos, estos se encontraban en el pasaje del condómino presumiendo los regalos haciendo hincapié que algunos viajaron muchos kilómetros hasta sus hogares, Y como la familia  de Samanta fue la última en salir,  todos estaban expectantes. 

- Hola Paolo ¿Qué te regalo santa Claus?-  Pregunto Matías el vecino de la casa contigua.

-¿Santa Claus? … Nada.- Dijo mientras  los niños estallaban en risas.- A mí no me trae nada Santa Claus, a mí me trae el niño Dios.

-  ¿Y qué fue lo que te trajo el niño Dios? – Preguntó esta vez Pedro de la casa de enfrente rodando lo ojos.


- Esto – Contestó sacando de su mochila una hermosa bota navideña.

A la vista de esto, las risas se hicieron  fuertes mientras los padres de los chicos se acercaron a casa de Lucciano.

-¿Y qué tiene tu bota? – Preguntó Pedro.- Por qué juguetes, Xbox, celulares y etc. no es…

- Ella está llena de cosas invisibles, pero que no se pueden comprar.-

- JA – JA -  JA .- Se escuchó de pronto la risa de un adulto, se trataba del padre de Pedro.- Niño,  todo se puede comprar si tienes mucho dinero.

- No señor.- Respondió educadamente.- No todo se puede comprar como el amor, la salud y otras cosas más.- Cuando escucharon estas palabras, se hizo un silencio como por arte de magia y la atención se dirigió hacia ese pequeño  - Mi mamá,  me ha dicho que el niño Dios a veces no puede regalarles a todos los niños un obsequio y que pide la ayuda de padres y niños en la tierra…. Si quiero un juguete o algo mis  papás pueden comprarme.

- Paolo, ¿Por qué el niño Dios pide ayuda a los padres y  niños?- Pregunto Matías curiosamente.

- Para que  puedan repartirles regalos a los que no tienen…  por ejemplo;   yo quiero ayudar y ahorre durante el año,  en navidad abrí mi regalo y al observar la cantidad me sentí muy feliz,  porque mi padre prometió que lo duplicara y lo llevaremos a un hogar de niños que necesita mucho presentes para todos los que viven allí.

- No entiendo,  ¿Porque ahorras para dárselo a otros?… ¿Que ganas?- Dijo Pedro y al mismo tiempo a su padre se le enrojeció el rostro al darse cuenta la educación y valores que entregaba a su hijo.

-   Ser  ayudante del niño Dios.- Zanjo el tema con una sonrisa

Samanta y su esposo se sintieron orgullo frente a las palabras de su hijo y se sorprendieron a la vez al ver que algunos de los padres de los niños se emocionaron y derramaran algunas que otra lagrima,  Al comprender lo vacía de sus vidas al notar que la navidad es una época de compartir y no de acaparar todo para ellos mismos, mientras algunos reflexionaban otros corrieron a su casa, el primero en salir fue Pedro quien corría con dos autos, dos balones en sus brazos en dirección a la casa de Paolo

-¡Yo quiero ser un ayudante del niño Dios!-  Dijo a su padre.

-¡Yo también! – dijo alguien más en ese lugar

Luego muchas voces se fueron sumando ya que todos querías ser admitidos como ayudantes de ese pequeño niño que había nacido muchos años atrás. Lucciano emocionado alzo a su hijo y beso su mejilla.

- ¿Cómo estas hijo?- Pregunto emocionado y llorando frente al gran corazón que tenía su pequeño.

- ¡Feliz!  Papá con tantos ayudantes, él niño Dios podría atender a otros pequeños que antes ¡no podía! – Aseguro emocionado.

- Sin duda eres el mejor ayudante de todos ¡Campeón!Dijo mientras lo bajaba y anotaba en una libreta la dirección del hogar de niños a sus vecinos ....




2 comentarios:

  1. Aaaw!! Que lindo! Mil gracias, y realmente una gran reflexión!!

    Me ha gustado muchisimo! Un abrazo a la distancia y gracias por el regalo,
    Gaby

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