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lunes, 16 de noviembre de 2020

Sangre flamenca capítulo 16


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Sangre flamenca

 Autora: Terry 

 Capítulo :16 la escapada  

 

 



 

Al día siguiente Ramón se levantó muy temprano, despertando a sus hijos de inmediato porque quería sorprenderlos con algo que los chicos disfrutaban mucho, ir de  día de campo; solo que el sorprendido fue él, a Moisés no le hizo mucha gracia, el solo quería estar en casa en su habitación chateando con su novia y si iban al campo a lo mejor perdía la conexión, así que se puso de mal humor con aquella actividad planeada a última hora.


  • ¿Lo lleváis todo? – pregunto Ramón mirando a sus tres hijo, Abraham y Noel dijeron un si muy ilusionados pero Moisés ni siquiera contesto, ya habían tenido una mini discusión con Ramón quien al final obligo al mayor a ir con ellos
  • Auuuuuu – Moises se puso rojo, Ramón lo cogió de la patilla
  • Te estoy preguntando – respondió con el mismo tono y lo soltó, mientras Moisés se sobaba la patilla
  • Siiii LO LLEVO – Moises no pudo evitar gritar a su papá

Ten cuidado como me hablas Moisés que llevas toda la mañana con esa cara de mal humor

  • Pues yo no quiero ir – volvió a repetir – ¿por qué tengo que ir a un sitio que no quiero?
  • Moisés la semana pasada fuimos a ver la vuelta ciclista y a tus hermanos no le gusta a sí que hijo respeta como ellos te respetaron a ti – Moisés maldijo la hora de pedirle a su padre llevarlo a ver aquello, nunca imagino que se lo cobraría con creces


Al final la cosa se quedó así pero no hizo el mínimo esfuerzo por quitar el enojo de la cara aun cuando tenía que admitir que el lugar que escogió su padre era muy bonito, Ramón los  llevo  a un sitio que tenía incluso un río en cuyas faldas estaban asentadas mesas y barbacoa para poder asar, Moisés se calmo un poco cuando se dio cuenta que no perdió la conexión de su móvil, así que no lo dejo ni un momento; todo acomodaron las cosas donde iban a ocupar menos Moisés que estaba perdido con el chat.

Ramón encendió la barbacoa y se ocupo de la carne,  Abraham y Noel ayudaron a su mamá a preparar la mesa para la comida pero Moisés no se movió de donde estaba, ni cuando su hermanos le pidieron ayuda para terminar de hacer la ensalada, es más su madre tuvo que llamarlo y decirle varias veces que se sentara a la mesa a comer y deje su móvil, pero ni ahí dejo su actitud, Ramón tenía prohibido a los chicos usar el móvil en la mesa y más de una vez se habían llevado unas nalgadas por desobedecer, y aunque comprendía que Moisés quisiera hablar con su novia y no estuvieran en casa sentados en el comedor, aun era hora del almuerzo y lo que estaba haciendo Moisés,  ya era pasarse de la raya, así que Ramón ya molesto le dio un tirón al móvil, se lo quito de las manos y lo guardo en su bolsillo haciendo que Moisés se pusiera rojo de la furia y le contestará malamente.


  • ¡Dame mi móvil! – grito muy rabioso
  • No Moisés, estamos comiendo y ya sabes que no se utiliza los móviles a la hora de comer – advirtió Ramón guardando el móvil en su bolsillo, de ahí no podría sacarlo
  • Pues me importa una mierda – Ramón se puso furioso pero hizo un intento por tener el día en paz
  • PLAF – una palmada cayó en la boca de Moisés quien se quedó impresionado porque su papá no solía hacer eso, pero Noel ya lo había probado y tenía que ser igual para todos – esto es lo que os vais a llevar cada vez que digáis malas palabras – agrego y se sentó a servir la comida mientras Moisés se frotaba la boca, no es que en verdad le doliera pero si por la impresión 
  • Moisés hijo – le dijo Rebeca levantándose de su lugar para abrazarlo, se notaba que su hijo estaba enfadado y lo que menos quería era una pelea con Ramón en un día tan bonito  – ya cálmate – pero Moisés la apartó siendo brusco con su mamá
  • ¿Sabes? le dijo desafiante a su papá – me importa una mierda si no te gustan las malas palabras, me importa una mierda tu día de campo porque si no me hubieras obligarlo a venir no tenías porque aguantarme ¡imbécil! – y todo quedo en silencio, nadie había tenido los cojones para hacer aquello, insultar a su padre en su cara


Y a Ramón se le fue la paciencia que había arrastrado desde casa para con su hijo, pero esto era demasiado, así que lo cogió de brazo y lo arrastró de donde estaban todos para llevárselo lejos de sus hermanos porqué se había ganado una paliza a pulso aun cuando no dijo una sola palabra al respecto.


  • ¡Déjame! SUELTA – Moisés, intentaba forcejear, pero su papá tenía bastante fuerza
  • No te voy a soltar Moisés – le dijo sin levantar la voz  a ver si su hijo se tranquilizaba
  • Suelta imbécil, ¡me estás haciendo daño! – Ramón al ver que ya estaba lo bastante lejos y escondidos entre los árboles y arbustos decidió castigarlo
  • plaf plaf plaf plaf plaf ya te estás calmando – le advirtió queriendo que ahí quedara todo, tenía hambre y seguro su hijo también y lo que menso deseaba era tener que comer frio, pero Moisés estaba empecinado
  • NO ME DA LA GANA – Ramón maldijo no tener el cinturón consigo, por qué en estos casos soltaba uno y eso calmaba un poco a Moisés, que por lo general cuando se veía acorralado empezaba a decir cosas de las que luego se arrepentía y se sentía mal, pero a falta de aquel accesorio, vio una varita en el suelo, la cogió soltó un varillazo en el muslo; Moisés dio un grito se le cristalizaron los ojos, Ramon en ese instante se arrepintió, tiró la varita lejos y se sentó en un tronco, puso a Moisés en sus rodillas le dio un tirón a la ropa y empezó a repartir manotazos
  • PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF PLAF porque te pones así PLAF PLAF plaf plaf plaf plaf PLAF PLAF plaf plaf plaf plaf plaf en vez de contar PLAF plaf plaf plaf PLAF PLAF lo que PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF lo que te PLAFF PLAF pasa PLAFF – Ramón lo levanto y le subió la ropa ya que Moisés no hizo el intento de subírsela y lo abrazo a su pecho – Moisés hijo ¿Qué te pasa? ¿Qué es lo que te preocupa? ¿eh?  A ver dime cuéntame – Moisés estaba llorando pero Ramón sabía que no era por el castigo – ya mi vida, sabes que puedes contarme lo que te pasa, yo te voy ayudar
  • Naaada – respondió con la voz entre cortada
  • Moisés cariño se que te pasa algo, pero si no me cuentas no te puedo ayudar – Moisés no dijo nada, se cerró por dentro llorando, Ramón le hacía caricias en la espalda le daba besos por la cabeza para que se calmara, tardo más de veinte minutos en hacerlo y volvieron con todos


Noel y Abraham se habían metido en el agua y Rebeca estaba cerca de ellos por si pasaba algo, cuando vio a su marido y su hijo que venían abrazados seña de que la cosa estaba bien entre ellos, Rebeca se acercó cogió a Moisés en un abrazo le dio un beso en la mejilla.


  • ¿Estás bien mi vida? – Moisés afirmo con la cabeza – ve a bañarte con tus hermanos – negó con la cabeza y se negó a comer, estaba deprimido, Ramón a esas alturas estaba arrepentido por haber ido pero no se animaba a decir vámonos por no arruinar la alegría de sus otros hijos, no era justo para ellos, así que solo quedaba que pasará el día
  • Papá pasa al agua, métete con nosotros por fi – rogo riendo Abraham, Ramón se metió en el agua con sus hijos porque no le quedaba otra, pero como si Dios oyera sus ruegos de pronto el cielo empezó a tronar, se armo una tormenta de la nada  
  • Chicos a salirse del agua va haber tormenta – anuncio saliendo el primero – tenemos que recoger las cosas – agrego pero los chicos no querían salir – venga…  venga antes de que empiece a llover –  y no quedo otra que obedecer porque pronto empezo a caer agua


Ya en casa se ducharon cada cual estaba haciendo sus cosas, Abraham consiguió permiso de su papá para ir al parque con la recomendación de volver a la hora de la cena, Rebeca y Ramón estaban haciendo la cena cuando Moisés paso a la cocina.


  • Papá – Ramón volteo a verle – ¿puedo salir un momento? – Ramón levantó las cejas mirando a su hijo
  • Moisés ¿tú crees que hoy te portaste bien para que yo te de permiso? – Moisés se avergonzó, sabía que se había comportado peor que su hermano pequeño
  • Papaaa por favor – le suplico a su papá
  • No Moisés lo siento – y a Moisés no le quedo otra que salir de la cocina y subir a su habitación


Pero en el camino volvió a sonar el móvil, era otra vez su novia pero esta vez sí estaba desesperada, su padre había decidido enviarla a Francia a vivir con sus tíos… la iban a sacar del país.


  • Moisés hagamos algo – le dijo al otro lado del teléfono
  • Y que vamos hacer – pregunto Moisés susurrando con el corazón latiendo fuerte
  • No sé… no quiero separarme de ti – y un ahogado sollozo se oyó al otro lado, la chica lo estaba pasando fatal
  • Pero que quieres que hagamos
  • Irnos lejos Moisés – contesto desesperada, ella tuvo tiempo de pensar en todo
  • Y ¿con qué dinero? – el nudo en el estomago de Moisés se apretó tanto que iba a vomitar – si yo hablo con mi papá y él nos ayudará
  • No Moisés por favor yo tengo algunos ahorros – ella sabía que su padre tomaría la ley en sus manos si se enteraba que los padres de Moisés estaban involucrados – es peligroso que hables con el por ahí y habla a mi casa y y y – empezó a llorar desesperada
  • Calma por favor, déjame pensar – agrego cerrando la puerta de su baño, apoyándose en ella – tengo algo de dinero ahorrado, pero solo nos servirá para unos días y luego que haremos
  • ¡Trabajar amor! desde los dieciséis te pueden contratar sin permiso de los padres – eso era bueno pero Moisés tenía miedo, desconocía aquello
  • No se… – dijo inseguro
  • ¿Me quieres? – pregunto de pronto ella seria, no como antes con ese melocotoncito en busca de mimo, no era una pregunta muy seria – porque yo te quiero, te amo y haría lo que tu quisieras y necesitaras
  • Claro que te quiero – se apuro a contestar medio mareado intuyendo que no era una buena idea pero
  • Pues vámonos entonces… mi papá me llevará a Francia mañana, encontré los pasajes y oí una conversación secreta con mi madre, NOS va a separar y tu – lloro desconsolada – tu dijiste que lucharías por nuestro amor 
  • Está bien Almudena, está bien solo cálmate, lo que me preocupa es cómo voy a salir de mi casa con la maleta sin que me vean – y Almudena cerró los ojos como diciendo Dios que poca imaginación le has dado
  • En la madrugada Moisés – era claro que la mente de una mujer y mas enamorada viajaba rapidamente


Y con ese resuelto, Almudena le envió unas señas al móvil, tenían que encontrarse en el bus a 4 de la madrugada, tenían que abandonar la ciudad e irse a un lugar donde nadie los conocía, y eso era en Conil, un pequeño poblado marítimo de muy alta incidencia turística en esta época del año, lo que despistaría a la gente, de ahí con ayuda de esta amiga ya verían que hacer, porque no querían complicar a nadie.

Después de eso Moisés solo se tiro a su cama pensando posibles escenas y soluciones, pero no veía salida por lo menos no por parte de la familia de Almudena, y no quería dejarla sola en un momento como este, e hizo lo que sea para parecer normal, quería adelantar el reloj y pase las horas, y se le hizo tan lento el tiempo hasta la hora de la ceno, bajo en cuanto lo llamaron y se quedo mirando a sus padres, y hermanos sin decir mucho su padre creyó que era por lo que paso en la tarde y no le negó el retirarse apenas ceno sin sospechar nada, se acostó pronto para no hablar con nadie per no durmió nada temiendo pasarse y a las 3 de la madrugada,   Moisés cogió una pequeña maleta que preparo y salió silenciosamente de la casa, dejando a su familia una nota de disculpa, no estaba muy convencido pero no les quedaba otra alternativa.

AL día siguiente Ramón se levantó con la idea de que hoy les dejaría a sus hijos que salieran con quién quisieran ya que el y su esposa habían planeado una velada juntos romántica, y con eso en la cabeza se levantó como era costumbre y fue a la habitación de su primogénito para hablar sobre lo que paso día antes y quedar en buenos términos con él pues no tuvieron oportunidad noche antes, pero se llevó un buen chasco al ver la habitación vacía con una nota encima de la cama… su hijo se había fugado.









 

2 comentarios:

  1. Woooow me dejaste super picada ojala la.continues pronto

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