Translate

jueves, 11 de mayo de 2023

El amor hace a la familia capitulo 6


一一一一一一一一一一一一一一一

Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.

一一一一一一一一一一一一一一一




❀El amor hace a la familia❀

Autor: Adán 


Miércoles 01 de julio de 1970

                                      

Tras aquella fatídica noche que marcó el inicio de una nueva realidad para Juan y su familia, el cabeza de familia ahora se enfrenaba a nuevos retos, de los cuales dos presionaban en los puntos álgidos, la busca de trabajo y por supuesto el hecho de que la madre de Lucia, Piccarda quiera llevarse a los niños para cuidarlos mientras se estabilizaban, cosa que tiraba para largo, y que estresaba a Juan porque ésta no era una situación ordinaria, no era como renunciar a un empleo porque el próximo lunes te espera uno mejor, no, la situación social era complicada, fuera de eso también se vio inmerso en  algunos problemas matrimoniales resultado del mal humor que a veces lo invadía y la poca paciencia que tenía con sus niñas al no tener que hacer nada en casa .


  • ¿Qué haces? – pregunto Juan viendo a su mujer contar el dinero, había sacado sus ahorros del ropero y estaba contando lo que tenia, apilando los billetes y monedas en montoncitos individuales, como si repartiera el botín

  • Cuento nuestros ahorros, quiero saber cuánto de dinero nos quedan – respondió sin mirarlo, pero se notaba afligida – No es mucho lo que tenemos, apenas sobreviviremos 6 meses con esto – suspiro mostrándole el monto, antes de volver a meter el dinero en la caja

  • Tratare de buscar algo antes de finalizar el año – prometió Juan lamentándose de su situación actual

  • Amor ¿y si empiezo a trabajar? – le pregunto Lucia mirando a Juan muy seria, se lo había pensado y estaba convencida de que ambos tenían que hacer algo por salir a flote

  • No, ni hablar – responde Juan firme de su decisión, podía quedar sin trabajo, pero aun así su decisión era firme y no parecía que iba a cambiar al respecto su manera de pensar

  • Pero…

  • Cariño escucha – le pidió el con algo más de dulzura, no quería pelear apenas despertar, apenas había conciliado el sueño y acababa de despertar algo más tranquilo, quizás porque ya no tenía el peso de la mentira encima – tú debes cuidar a los niños – le recordó aquello besando sus manos – ya lo hablamos ¿lo entiendes? – era una pregunta retórica que no esperaba ser contestada, pero le sirvió para ordenar su pensamientos –  Durante estos casi 12 años que estamos casados ha sido así, tú de dueña de casa y yo trabajando, no tendría por qué cambiar ahora… yo buscare trabajo lo más pronto y veras que antes de nada estaré con algún empleo encima,  tu solo cuida a los niños como siempre por favor – le pidió cambiando de táctica, porque bien sabía que si se ponía terco, mar terca se pondría Lucia y terminarían peleando  

  • Bueno amor – Respondió Lucia no queriendo iniciar una discusión con Juan, pero tampoco se quedaría con las manos quietas

  • Entiendo que estés preocupada Lucia, pero tranquila a partir de mañana iré a las empresas para conseguir trabajo y no descansare hasta encontrar uno – prometió


Dicho esto dicho eso dejo a Lucia con sus pensamientos, mientras él se bañaba,  si algo malo tenía Juan es que era machista como todos los hombres de la época y su algo cambio fue por sus hijas, pero lo machista no se lo quitaba nadie.

Pero mientras ellos vivían el drama del desempleo Shadow experimentaba en uno de sus momentos más felices en su vida, a pesar de sus 40 años estaba enamorado como un adolescente, nada menos que de una chica mucho más joven que él sin que eso signifique era una niña, lo bueno era que el amor era correspondido y justo ahora tenía una cita con aquella muchacha.


  • Listo llegue, disculpa la tardanza – saludo Shadow con un beso en la mejilla, tras bajar de su auto caminando hacia una chica

  • No te preocupes no pasa nada, pero ¿No podía ser más tarde? – pregunto sonriendo – Ahora tenía que hacer algo – agrego agradecida de que Shadow la haya invitado a una cafetería a desayunar, era un detalle muy romántico

  • Bueno es que no podía esperar más y debo decirte algo muy importante que marcara nuestras vidas – se notaba que Shadow estaba algo nervioso pese a su edad

  • A ver dime, ya despertaste mi curiosidad – Jocelyn sonrió mostrando sus hermosos dientes, ilusionada de lo que Shadow estaba a punto de decirle ella sentía lo mismo que por él

  • Jocelyn – murmuro cogiéndole las manos con cariño sobre la mesa buscando sus ojos – ¿Quieres ser mi novia? – le pregunto , aquel entonces esas eran palabras mayores, era un compromiso casi una promesa de matrimonio – Te amo aunque tengas un niño, te acepto con tu hijo y todo …sabes que con tu niño me llevo bien y lo he llegado a querer como si fuera mío

  • ¡OH! Claro – casi grito de la emoción y lo abrazo in importar el qué dirán Shadow la conocía desde hace tres años cuando murió su esposo lamentablemente en un accidente de autos, estaba embarazada y la conoció a través de algunos amigos, y al enterarse de que era una joven viuda, su instinto de protección floreció y sin darse cuenta, estaba ahí  apoyándola  con su hijo, y claro el continuo contacto dio paso al cariño, tanto él como el pequeño se querían como si fueran padre e hijo –  has estado a mi lado en muchos momentos difíciles y lo más importante, has demostrado querer a mi hijo y eso es importante para mí – dijo con alegría – y a pesar de haber una diferencia gigante de 12 años entre nosotros acepto ser tu novia y también te acepto con tu mascota – sonrió contenta, pero luego se puso seria y agarro la mano de Shadow entrelazando los dedos antes de besar el dorso suyo diciendo – nunca creí que llegaría el momento en que pueda rehacer mi vida al lado de un hombre tan maravilloso como tu – confeso – eso me hace inmensamente feliz, además quiero que nuestro hijo – dijo implicándolo en la paternidad de su niño – tenga hermanos – y sello su compromiso con  un beso


Tras eso ambos charlaron un poco más a cerca del futuro como planes de donde vivir, cuántos hijos tener y cosa como esas que hacen ilusión a las parejas y sin querer pasaron todo el día juntos como si ya estuvieran casados, ocupándose de recoger del cole al hijo de Jocelyn hacer la compra y demás.

Pero mientras eso ocurría, Juan y Lucia reciben la visita de Piccarda, la madre de Lucia que como era de esperarse apenas se enteró de lo sucedido en el trabajo de Juan quiso ir a verlos cuanto antes, y no solo eso sino brindarles su apoyo aun cuando aquello no era del agrado de su yerno.


  • Mamá qué bueno que viniste, gracias – el alivio en la voz de Lucia era claro, ya que hace unas horas había llamado a Piccarda para que viniera, le había contado todo

  • De nada hija, apenas me dijiste tome el primer bus a la ciudad y vine a ver qué paso – devolvió el beso de saludo a su hija – y cuéntame ¿cómo paso esto? – pregunto preocupada

  • No sé, ayer noche Juan llego totalmente bajoneado, abatido y me conto todo… dijo que los militares se tomaron la empresa y eso – respondió Lucia preocupada y triste

  • Bueno pues tendremos que hacer lo que hablamos ¿no? Que los niños que se vengan conmigo y con tus hermanos mientras solucionan esto – era una propuesta que si bien Lucia le comento a su marido, no era de su agrado, pero al parecer Piccarda creía que era la mejor solución, era su forma de ayudar a su hija y su familia, además ella quería mucho a Juan y sus nietas en su corazón de todos sus nietos eran sus consentidas  

  • Bueno mamá, por mi estaría bien, pero debes hablar con Juan – dijo Lucia preocupada

  • ¡Abuela! – se oyó de repente, Cinthia y Eva acababan de llegar y sin pensarlo dos veces fueron a abrazar a su abuela

  • ¡Ay mis niñas! – Exclamó Piccarda devolviendo el abrazo –  Ya voy con ustedes mis niñas, ahora tenemos que hablar cosas de grandes vayan a jugar por ahí – y Piccarda les dio un chocolate a cada una esperando que con eso se marchen – ¿Dónde está Juan?

  • Afuera en el patio fumándose un cigarro


Respondió Lucia mirando la puerta del patio, y ambas salieron al encuentro de Juan.


  • Hola Juancito – como de costumbre Piccarda saluda a Juan en diminutivo

  • Hola Piccarda – contesta Juan volteando y sonriendo al ver a su suegra

  • Bueno ya debes saber a lo que vine – le dijo y Juan frunció el ceño – imagino Lucia que le comentaste mi propuesta – dijo mirando a su hija

  • Bueno si hable mamá – iba decir algo más, pero Juan la interrumpe

  • Suegra le agradezco que quiera ayudarnos con los niños, pero estamos bien, ellos estarán con nosotros como siempre, que no estoy enfermo ni nada por estilo, si desde mañana saldré a buscar trabajo, además ellos deben estar acá con nosotros, sus padres – Respondió firme, mirando a Lucia con cara enojada 

  • Bueno madre ya sabes cómo es Juan… no hay quien le quite eso de la cabeza – Lucia no pudo evitar decir aquello, queriendo ignorar la mirada de Juan, cosa que lo molesto

  • ¿Podemos hablar en privado? – pidió Juan muy serio

  • Ya volvemos mamá


Y a Piccarda no le quedo otra que retirarse a la sala con sus nietas, era claro que Juan y Lucia iban a tener una discusión.


  • ¿Qué te dije? – cuestiono Juan enojado a su mujer –  ¿Por qué le contaste a tu madre que quede sin trabajo? – reclamo – Te dije que no contaras nada a nadie, porque me pones en una situación tan difícil? – dijo herido, vamos que no eran ni 24  horas de estar sin empleo y Lucia hizo un circo de aquello

  • Mi mamá y mis hermanos son de confianza Juan, ellos te apoyan y nos quieren ayudar, por eso mi mamá se quiere llevar a los niños mientras se soluciona esto – le respondió Lucia firme enfrentando a su esposo

  • ¿Y Cat? ¿Es recién nacida necesita de ti, la vas a mandar igual? – Juan la estaba cuestionando

  • Claro que no, ella estará con nosotros, pero los demás pueden ir con mi madre mientras buscamos una solución

  • ¿Para qué? ¿Para qué tus hermanos piensen que no soy capaz de mantenerte ni a ti ni a mis hijos? – Juan no pudo evitar sentirse juzgado y eso lo ponía triste

  • ¿En verdad piensas eso? – Lucia frunciendo el ceño y Juan no respondió nada, cosa que le molesto – si es así entonces no nos conoces – agrego, pero él prefirió salir al patio


Piccarda al verlo salir, entro al dormitorio de su hija y abraza a Traviesa con un poco de enojo, si bien ella quería mucho a Dohko no le gustaba como peleaban, aunque sabía que nunca le lastimaría.


  • Déjamelo a mí, yo hablare con él – murmuro Piccarda y Lucia solo asintió con la cabeza, sabía que Juan era relajado con ella así que podían hablar tranquilamente

  • Juan hijo – le dijo con cariño en la voz poniendo una mano sobre su hombro – sé que no quieres que tus hijos se vayan y tu política es que el lugar de los hijos son con los padres, no con los abuelos pero solo te quiero ayudar lo mismo que mis hijos hasta que encuentres de nuevo un empleo – le dijo con calma sin dejar de poner su mano en el hombro – allá no les faltara nada, además siempre pueden ir a verlos o yo traerlos, sé que no te gusta la idea, pero piensa en esto como una mini vacaciones tanto para los niños como para ustedes, hasta que todo esto se solucione – insistió Piccarda

  • Cat es recién nacida necesita estar aquí – Juan aun cuando Lucia le dijo que la nena se quedaba insistía en usar aquello como escusa

  • Obviamente Juan, pero nunca hablamos de llevar a la bebe, sé lo que mi nieta necesita – le respondió dándole tiempo para que diga algo más, pero Juan opto por el silencio como despedida y Piccarda sabía que era mejor no insistir, así que agrego – solo piénsalo hijo, no vale la pena luchar solo cuando alrededor tuyo hay tanta gente que te quiere y está dispuesta a ayudarte – y su yerno le devolvió la mirada – tu sabes lo difícil que fue para mí sacar adelante a mi familia sola, sin ayuda de nadie, además te aprecio muchísimo y quiero que me des la oportunidad de demostrártelo, deja a un lado tu orgullo, el orgullo no sirve de nada en tiempo de crisis – le sonrió y le acaricio su mejilla con gentileza, y estuvo dispuesta a marcharse al no obtener respuesta de su yerno, pero al final Juan hablo

  • Bueno suegra tendría que pensarlo – murmuro mirando su reloj, acordándose de su cita con Juancho – ahora le dejo, tengo que verme con Pancho, usted lo conoce es padrino de mis hijos


Tras aquello salió de la casa, dejando a Lucia con su madre, Piccarda se quedó un rato más, algo disgustada ya que Pancho no le caía muy bien por cómo era, no es que Pancho mentir a Juan a veces, pero independientemente de eso, Juan va a reunirse con Pancho en una cafetería.


  • Bueno Juan que te digo, sinceramente creo que por esta vez, sería bueno hacerle caso a tu mujer, no es como si mandaras a tus niños al otro lado del planeta, es su abuela y ella los cuidara muy bien, eso te evitaría gastar tus ahorros, tú sabes que las cosas están complicadas y solo Dios sabe cuándo encontraremos trabajo – comento Pancho, dejando a Juan pensativo

  • Lo sé, no quiero que mis hijos sufran por esta situación, pero por otra sigo pensando en que deberían estar con nosotros – insistió, él no se imaginaba su vida sin sus niños

  • Pero piensa en el bienestar de tus hijos, no te cierres en solo lo que tú piensas – murmuro Pancho bebiendo café

  • Supongo que tienes razón creo que dejare que mi suegra se los lleve a su casa – suspiro Juan, igual no le agradaba mucho la idea, pero era por sus hijos

  • Creo que es lo mejor que puede hacer dadas las circunstancias – murmuró Jose golpeando la espalda de Juan


Después de eso, ambos se fueron a jugar un partido corto de futbol, antes del toque de queda, hacia mucho que ninguno tenía tiempo libre para el deporte y fue liberador un poco de movimiento, después de eso cada cual se marchó a su casa. Juan como era de esperar encontró aun a Piccarda, iba a pasar la noche con ellos dada la distancia a la hacienda donde vivía con sus otros hijos.


  • Piccarda – dijo Juan durante la cena, donde se habló de todo menos de la situación política, cuando los niños ya se levantaron de la mesa – lo he pensado y dejare que los niños vayan con usted por confió en ti – dijo muy serio, cosa que alivio enormemente a Piccarda y a Lucia, que no dudo en abrazar a su marido

  • Pues me halagas – sonrió su suegra apretando su mano – quieres que llame a los niños para hablar con ellos? – le pregunto

  • Pero ¿qué les diremos? – quiso saber Lucia, ella no sabía cómo enfocar esto a sus hijos

  • Quizás sería bueno decirles que me los llevo de vacaciones – comento Piccarda pensando en Juan y su charla en la tarde

  • No, ellos tienen que saber la verdad – corto Juan – ellos tienen que saber lo que está pasando en la casa, sino se preguntaran porque los mandamos antes de vacaciones – murmuro y Lucia cayó en cuenta, iba a ser una mentira poco creíble

  • ¿Se los dirás tu entonces? – pregunto Lucia levantándose para llamar a las niñas, pero Juan se sintió de pronto muy mal, con una enorme vergüenza encima como si fuera su culpa no tener trabajo, esto le hacía flaquear y no quería que sus hijas o vean así, menos mal Piccarda se dio cuenta

  • Déjalo en mis manos, yo hablare con ellas…


Respondió y diciendo eso dejo su servilleta en la mesa y se fue al cuarto de sus nietos, allá estaban los niños reunidos, jugando con sus muñecas y el pequeño Adan agarrado de  su dinosaurio que seguramente no lo soltaba ni para ir al baño; y con palabras simples les explico lo que estaba sucediendo, que papá estaba sin trabajo porque su trabajo se había terminado y que mientras papá y mamá buscaban un trabajo para el papá (no iba a decirles que no tenían dinero, y que había problemas políticos que los niños no entendían), ella se los iba a llevar a su casa.


  • ¿Por cuánto tiempo abuela? – quiso saber Cinthia

  • NO lo sé hijita, pueden ser 1 mes 2 meses o quien sabe – un año se dijo a sí misma – pero estarán bien, además mamá y papá vendrán a visitarnos o nosotros – les prometió

  • ¿Y que pasara con la escuela? – quiso saber Eva 

  • En el campo hay una escuela pueden continuar el curso ahí y volver cuando papá trabaje de nuevo – respondió con paciencia Piccarda

  • Abuela ¿y nuestros amigos? – pregunto Kosaki

  • Seguirán siendo sus amigos, pueden escribirse cartas – respondió con una sonrisa – además puedes hacer nuevos amigos también

  • ¿Y cuándo nos iremos? – preguntaron a coro las niñas con tristeza en la voz, algo que rasgo a Juan por dentro

  • Mañana nos vamos, vendrá su tío a buscarnos – respondió Piccarda alzando a sus nietas y abrazándolas


Y dicho y hecho a la mañana siguiente muy temprano llega Antonio, el hijo mayor de Piccarda en su auto para llevarlos, Juan y Lucia habían alistado las cosas de los niños noche antes y aunque sabían que era por el bien de los pequeños, no podían evitar sentirse abrumados por la tristeza, sería la primera vez que se separan de sus niños por tanto tiempo.  


  • Bueno, todo está en su lugar, hora de despedirnos – murmuro Antonio extendiendo la mano a su cuñado, dándole un abrazo empático – no preocupes hermano, cuidare de tus niños como cuido a los míos – prometió

  • Gracias – murmuro Juan con un nudo en la garganta, después de eso, abrazo a sus hijas y las beso como nunca antes, prometiéndoles verlas pronto y llamarlas por teléfono, y las niñas subieron al carro igual, con lágrimas en los ojos, si bien les gustaba la idea de ir con la abuela no les gustaba la idea de dejar a sus padres solos – a portarse bien ¿bueno?

  • Si papito – respondió Cinthia con los ojos aguados, ella era la que más entendía todo – promesa – agrego antes de darle un beso y desparecer en la carretera


La casa ahora estaba en silencio como cuando Juan y Lucia eran recién casados y vinieron a vivir acá… bueno más bien como cuando Cinthia era recién nacida ya que estaba Cat con ellos…



No hay comentarios:

Publicar un comentario