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domingo, 13 de febrero de 2022

Una perfecta familia, Capitulo 47


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 Una perfecta familia 

 Autora: Terry 

 Capítulo 47 

 

 



Estaban todos en la sala viendo la tele, Mar y Toño estaban sentados en el sofá  jugando lucha libre, Toño se subía encima de Mar y este lo lanzaba de nuevo al sofá arrancando risas y gritos de alegría y como no, hace mucho que papá no jugaba con él;  Antonio los veía sonriendo,  y no sabía quién de los dos era más chico si su hijo o su nieto, en una de esas oportunidades, se subió el ruedo del short de Mar, dejando a la vista la marca que le había dejado el  rebenque de Antonio, María al ver la marca quiso saber con qué se la hizo, es que se la veía fiera.


María: ¿Qué te pazo ahí? – Mar al mirarse se bajó el pantalón para cubrírsela, pero fue demasía tarde porque Antonio también la vio

Antonio: Mar déjame ver – Mar se tapo la marca como si fuera un crío y esconde una herida para que su papá no le regañe

Mar: no es na – se levantó para ir a la cocina, no quería decirle que fue su padre quien se lo hizo delante de Toño, Antonio fue detrás de él, se sentía mal de haber tenido esa reacción y pensó que pudo pasársele la mano de haber golpeado a Chus con eso

Antonio: Mar déjame ver – dijo atajándolo y subiéndolo el short haciendo una mueca – se ve fea la marca hijo – Mar rodó los ojos ¿cuando su papá lo vería como un adulto?

Mar: no es na papá – pero Antonio se sentía culpable  todavía veía a Mar como si tuviera quince años

Antonio: mejor te pones una pomada pa los hematomas – recomendó y Mar rodó los ojos

Mar: no me voy a morir por ezo – contesto Mar y Antonio suspiro

Antonio: lo ze hijo pero ezo hará que dure menos tiempo – Mar sonrió a su papá de medio lado – creo que voy a zalir con los chicos a dar una vuelta – dijo incomodo con aquello y Mar salto a carcajadas justo por la incomodidad de su padre

Mar: zuerte con ezo


Antonio salió con los tres a pasear por el río, María al ver que Antonio salió de la cocina y se llevó a los muchachos entró para que Mar le explicará lo que le había pasado.


María: ze puede zaber qué te a pazao – Mar la abrazo

Mar: mi papá me castigo – le dijo haciendo un puchero y así empezaron a bromear

María: pero que malo es tu papá – María empezó a sobarle en la parte dañada

Mar: zi fue muy duro conmigo – María empezó a darle besos primero en un ojo después en otro, siguiendo en la nariz para terminar en su boca

María: ezo merece un consuelo con muchos mimos – y apretó el culo de Mar con ambas manos haciendo que Mar de un respingo, y así empezaron hasta que decidieron ir a su habitación y cerrar con llave por si volvía la tropa


La tarde paso sin mayor problemas, cenaron entre risas y una charla amena, solo Antonio estaba un poco preocupado, así que  cuando ya todos estaban acostados llamo a su hijo Luis, tenía que conversar seriamente con él, de todo lo que Chus le había contado y exigirle que pusiera una solución a esto ya estaba bien de vivir separados.


Luis: papá ¿paza algo? – pregunto Luis, cuando contesto su móvil alarmado por la hora

Antonio: ¿por qué tendría que pazar algo cada vez que te llamo? – siempre que lo llamaba le hacia la misma pregunta como si no la pudiera llamar solo porque era su hijo

Luis: es que es un poco tarde – Antonio soltó el aire, mirando la hora

Antonio: esta vez quería hablarte sobre Chus – Luis se froto la cara con la mano

Luis: ¿que hizo a hora? – pregunto y eso a Antonio lo enfado mucho

Antonio: ¿¡por que más bien no me explicas que es lo que estás haciendo tú!? – le gritó furioso

Luis: no… no te entiendo papá – respondió Luis realmente sorprendido de la pregunta acusadora de su padre

Antonio: ¿no me entiendes? – murmuro y luego agrego tratando de calmarse – Luis mañana mismo te quiero en Sevilla y que de una vez por todas soluciones lo de Chus, hay muchas cosas que tú no zabes y ya es hora que te hagas responsable de lo que está pasando – los dos se quedaron en silencio

Luis: voy el jueves tengo el coche en el taller – Antonio se cogió el tabique de la nariz enojado

Antonio: más te vale Luis, porque no me va a importar tus treinta y cuatro años pa darte una paliza, porque ante to están tus hijos primero – y sin despedirse de su hijo colgó, no quería perder la paciencia y decirle algo que luego se arrepintiera y se fue a la cama, era tarde y al día siguiente se irían a Sevilla a primera hora


A la mañana siguiente cuando desayunaron, los chicos quisieron despedirse de unos amigos que hicieron durante su estancia, Chus y Luca salieron pero Toño se quedó a ver si podía convencer a su papá de poder llevar al perrito con el ya que casi siempre iban juntos a todo lado y se tomaron cariño.


Toño: papi – le dijo abrazándolo sentándose en sus piernas

Mar: uuu que mimozo estás tú hoy ¿no? – a Toño le dio una risa pícara

Toño: papi ¿puedo quedarme con Tobi? – Mar lo miro, si hasta nombre le puso el cucho ese

Mar: ya lo tienes churri – le dijo dándole un beso en la frente

Toño: yo lo que quiero decir que zi puedo llevármelo a caza

Mar: no, no Toño el perro ze queda aquí pa cuando vengas la próxima vez –  Toño le puso las manos a ambos lados de la cara

Toño: papi… anda zi… porfa –  Mar sabía  que Toño no se haria responsable del perro cuando se cansara y él no quería estar discutiendo con María por haber en la casa excrementos del perro

Mar: no Toño, el perro necesita muchos cuidados y tú cuándo te canses no lo vas hacer y yo no me voy hacer cargo con el ni mamá – pero Toño siguió dándole pellizquitos a su papá en las mejillas

Toño: te lo juro papi que yo me ocupo, es más va parecer que no está en casa – Mar soltó el aire

Mar: no Toño ya no insistas, ahora ve y prepara tus cozas que cuando vengan Chus y Lucas no vamos – y con eso Toño sabía que había perdido la batalla y empezó a gimotear – no empieces Toño zi quieres ir cómodo zentao – le dijo en señal de azote


Toño subió las escaleras enfurruñado preparo las cosas en la bolsa de viaje pero después una luz se le encendió en su celebró, volvió a sacar la ropa y la guardo en lo cajones bajo al patio y cogió a su amigo Tobi y lo introdujo dentro de la bolsa, dejando un trocito de la cremallera sin cerrar; cuando su papá le gritó que se diera prisa por quinta vez bajo apurado con el bolso en la mano, Mar lo iba ayudar con la pequeña maletita de mano pero Toño se lo impidió y se fue al coche del abuelo, puso la maleta dentro del maletero y se montó de copiloto, Mar no le dio importancia al creer que Toño estaba molesto por decirle que no podía llevar el perro y partieron de viaje, a la medida que iban avanzando Antonio sería ruidos raros y le pregunto a Toño y este le dijo que él no escuchaba nada y para que su abuelo no sintiera el ruido puso música hasta que llegaron a casa.

Toño bajo rápidamente al maletero para ver cómo estaba su pequeño cachorro así que abrió la cremallera de ocultas para acariciarle un poco, lo justo para calmar al perrito, después de eso saco la bolsa y subió a su habitación muy apurado, tenía que sacar a su amiguito para que no se asfixiara, estuvo jugando un poco con el cachorro en su dormitorio y se olvido del asunto hasta que su padre lo llamo para que bajara almorzar; el almuerzo transcurrió casi sin novedad, con Toño un poco más inquieto de lo normal atribuyéndolo al viaje y a Lucas que tuvo que llevarse un tirón de orejas por no querer comer sus verduras.

Cuando salieron todos de la cocina Toño entró a buscar algo para darle de comer al perro, miro por todos lados y no encontraba nada hasta que abrió el frigorífico y vio unas salchichas a las que tomo sin dudarlo, pensando que seguro eso le gustaría a su amiguito, así que subió con ellas escondidas debajo de su camiseta, dejo a el perro comiendo y mientras bajo de nuevo por un tazón de agua, y más rato por papel para limpiar lo que ensucio su nuevo amigo, hasta eso todos notaron a Toño raro pero creían que era por estar molesto porque Mar porque no le dejo llevar al perro, y así se pasaron la tarde hasta que llego al hora de la cena, Taya estaba con María en la cocina ayudando a preparar la comida, fue cuando María se puso como loca sacando todo lo que había en el frigorífico buscando las salchichas.


Taya: que te paza mija – María se dio la vuelta

María: no encuentro las zalchichas que compré para hacer la cena pa los chicos – le dijo mirando de nuevo el frigorífico, pero Taya la miro con sospecha, pensando que quizás le paso lo mismo que a ella, a veces creía haber comprado algo y luego no lo hizo, lo mismo podría pasarle a María

Taya: ¿estás segura? a veces penzamos comprar algo y ze nos olvidan – a María la hizo pensar un poco

María: estoy segura, además Mar venía conmigo – y para salir de la duda lo llamo – Mar ¿puedes venir una chispa? – Mar se levantó de mala gana y fue a la cocina

Mar: ¿qué paso? – le pregunto al ver la cara de preocupación de María

María: no encuentro las salchichas que he comprado para los chicos – y Mar se encogió de hombros ¿para eso le llamaba?

Mar: pues haz otra coza

María: pero ya las compré, además tú estabas conmigo – Mar cuando iba a supermercado nuca le prestaba atención a María, ella iba hablando como una loca pero Mar no tenía idea de lo que hablaba, odiaba tener que ir hacer la compra así que se limitaba a poner las cosas que ella le entregaba al carrito

Mar: bueno a lo mejor no las compraste al final – María rodo los ojos lo había llamado para salir de dudas y la dejo como estaba; al final preparo otra cosa


Al terminar de cenar fueron a la sala como siempre para er la tele un rato, pero el amiguito de Toño se sentía solo y queria salir con su humano y como la puerta se quedó con una rajita abierta como pudo con sus patitas la abrió un poco más para poder salir y fue directo a la sala, guiado por las voces y empezó a ladrar y dar saltos feliz para que su amigo lo acariciara,  no sabiendo en el tremendo lío que metía a su dueño.


María: pero…….

Mar: ¡Qué demonios Toño! – grito parándose del sofá para enfrentar a Toño

Toño: papi papi papi – empezó a decir al ver que su papá lo iba a sonar

Mar: te lo deje bien claro PLAF PLAF – Toño se puso la mano libre en el trasero pero no sirvió de nada porque a Mar no le importo –  PLAF PLAF – esas cayeron en las manos y Toño las retiro de inmediato

Toño: papi no

Mar: ¡no! ¿qué? PLAF PLAF ¿no vas a obedecer nunca?, ¿cuando me vas hacer cazo? PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – para eso, el cachorro alarmado, agarró a Mar del pantalón con sus pequeños dientes, defendiendo a su amigo, Antonio se acercó a Mar y lo cogió del hombro para que se calmara solo había sido una chiquillada pensó, pero para Mar era otra desobediencia más – ¡zube a tu cuarto! – grito al final enojado

Toño: pero papá – gimió Toño mientras el cachorro aun en los pies muy cerca de Toño enojado le ladraba a Mar con ese tono de crio, Mar se cogió el tabique de la nariz

Mar: zube Toño, no empieces a discutir – y el niño sin decir nada cogió a su perrito en brazos y subió a su habitación, se acostó en tu cama con el perro y empezó a llorar y a quejarse con su nuevo amiguito

Toño: papá no lo entiende – le decía al perro y Mar que al final había subido detrás de él se quedó afuera de la puerta que estaba abierta escuchándolo todo – no podía dejarte allí eres mi amigo y puedo contarte las cosas – el perrito le lamia las mejillas como si quisiera calmarlo y limpiarle las lágrimas – ziempre estoy zolo y no puedo contarle a nadie lo que me paza, aunque ahora están Chus y Lucas pero igual ellos no quieren estar conmigo, dicen que zon grades y no me puedo enterar de zus cosas, azi que nada, es como zi no estuviesen aquí, por eso te traje porque tu eres mi amigo y puedo jugar y hablar contigo… pero papá ze enfao – ahora si lloraba abiertamente y a Mar se le estrujo el corazón al escuchar decir al perro que era su único amigo y que se sentía solo; el pasaba todo el tiempo que podía pero se dio cuenta que lo que quería decir Toño era amigos de su edad , al final Mar paso y se sentó en el filo de la cama, Toño al darse cuenta se limpio las lágrimas no quería que su papá lo viera llorar

Mar: Toño hijo no estás zolo, yo te quiero – le dijo y lo cogió para darle la vuelta y abrazarlo, pero Toño se resistió un poco no quería un abrazo de papá en ese mismo instante, estaba enfadado con él y Mar lo sentó en sus piernas – mira vamos hacer una coza te quedarás con el perro ¿bueno? – Toño miro a su papá y una sonrisa se le formó en la boca

Toño: ¿de verdad? – Mar fue decirlo y ya estaba arrepentido, pero que remedio

Mar: zi de verdad, pero con una condición – y Toño lo miro expectante – que tú te haces cargo de él, lo zacas a pazear, lo alimentas y limpias lo que ensucie… como ahora – le dijo señalando el estropicio del cachorro y los excrementos que habían en el suelo – antes de que tu mamá ze de cuenta porque como ella ze enoje no voy a poder hacer nada para que ze quede ¿entiendes? – y Toño se puso súper contento, aceptando todas las condiciones, lo que sea por su cachorro

Toño: gracias papá, eres el mejor papá del mundo mundial – y Mar soltó una carcajada

Mar: anda ya, churri, basta de zalamerías, limpia esto antes de que lo vea la mamá, ya zabes que si ella ze enfada no podemos hacer na


Toño se puso a limpiar lo que hizo el perrito haciendo malas caras, pero no importaba si el pequeño se quedaba con ellos, en cambio Mar bajo a la sala a buscar una caja de cartón para que el cachorro duerma aquella noche en uno de los baños hasta que le compren una casa, porque no iba a permitir que el cachorro duerma en el dormitorio de Toño por muy D´Artagnan que sea y defienda a su dueño con encías y todo.


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