Translate

domingo, 13 de febrero de 2022

Una perfecta familia, Capitulo 46


一一一一一一一一一一一一一一一

Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.

一一一一一一一一一一一一一一一




 Una perfecta familia 

 Autora: Terry 

 Capítulo 46 

 

 



 
Mar aparco el coche en la entrada, María, Lucas, Toño y él acababan de llegar del hospital, María fue la primera en bajar y ayudó a Lucas a salir del carro, enojada pensando en lo que había pasado decidida a dejar que Mar se haga cargo del asunto y avanzaron a paso lento a la vivienda, le habían puesto un tocón ortopédico a Licas para que no lo apoyara demasiado en el pie; pero quien bajo de mala gana y con cara de tristeza fue Toño, Mar al verla frunció el ceño, no le gustaba verlo así.


Mar: ¿Qué paza Toño? – pregunto

Toño: nada – y se fue para la casa


Mar pensó que Toño estaba molesto porque le estaban prestando más atención a Lucas y estaba celoso, pero Toño estaba lejos de tener celos de Lucas, lo que le pasaba que estaba bastante molesto con su abuelo… siempre pasaba igual haya o no haya hecho algo igual lo regañaban y hoy no fue diferente, su abuelo lo había regañado sin siquiera preguntar al respecto, por eso estaba triste; María por su parte estaba bastante afectada por lo de Lucas, él era su única familia carnal y no podía perderlo bajo ningún pretexto, bastante había lidiado con los únicos familiares que les quedaban, unos tíos que a toda costa querían la custodia de Lucas y que fue a la larga la razón por la que tomo la decisión de meterlo al internado hasta que sus tíos se den por vencidos, ella no podía dejar que sus tíos se hagan con la custodia de su hermano, más con su fama de estrictos, versión que según su primo pasaban a maltrato, razón por la que se tuvo que salir de casa al cumplir recién los dieciocho buscar trabajo y sobrevivir lejos de su padres, menos mal gracias a Dios encontró un trabajo que le permitió lograr su sueño,  sacar su carrera de medicina.


Lucas: María lo ziento – le dijo cuando María iba subir las escaleras, María soltó el aire

María: lo ze Lucas pero por lo menos pienza antes de volver a cometer una locura cómo está – le dio un beso en la mejilla y subió las escaleras con él, sabía que Mar no le dejaría pasar eso y ella le prometió a su hermano que no se metería en los castigos ganados

Mar: Lucas ve a tu habitación – Mar lo saco de sus pensamientos, Lucas lo miro porque el ya creía que Mar no lo iba a castigar con el pretexto de estar herido, pero se llevo una ingrata sorpresa

Lucas: pero Mar – se quejo alarmado

Mar: no lo vuelvo a repetir ve – fue lo único que dijo Mar y Lucas fue resinado a su habitación


Mar fue a por la regla pero quería ver a su padre antes de castigar a Lucas para que el castigo fuera algo similar al del Chus ya que los dos tenían el mismo delito, entró al despacho de su padre encontrándolo sentado en su escritorio con cara de pocos amigos.


Antonio: ¿qué fue lo de Lucas? – le pregunto al ver su hijo pasar

Mar: nada importante, es solo un poco inflamación le mandaron unas pastillas y mañana lo más seguro no tenga dolor – le dijo sentándose en frente de su padre – ¿qué haces aquí?

Antonio: estoy esperando al responsable que dejo las llaves a las motos – Mar negó con la cabeza, su papá no perdía el tiempo, Mar abrió el cajón y cogió la regla para no hacerle esperar a Lucas

Mar: papá ¿Cuántas le diste a Chus? – su padre lo miro sin entender – es que zi los dos hicieron lo mizmo puez – Antonio negó con la cabeza – bueno, eso era justicia pensó

Antonio: ocho – Mar este se alegro que después de todo su padre no hubiera sido tan duro con Chus


Con eso en la cabeza, Mar salió y fue a la habitación de Lucas y se lo encontró sentado en la cama poniéndose nervioso al verlo con la regla en la mano.


Lucas: Mar no zeas – le dijo levantándose de la cama

Mar: Lucas todas las acciones tienen consecuencias y está también, azin que no empeoremos las cosas – Mar sabía que era normal que Lucas estuviera así que no iba a ir como un corderito a su regazo

Lucas: pero ¿con la regla? – le dijo retirándose más de Mar

Mar: Mira Lucas, a Toño cuando se tiró por la baranda le di con la regla por ponerse en peligro y vosotros cazi os matáis y mi padre hizo lo mismo con Chus, azin que creo que es lo juzto – y sin más Mar lo cogió del brazo porque sabía que Lucas no iba a ir tiro ni cooperar

Lucas: pero Mar – le decía tirando de su agarre, Mar lo cogió más fuerte pudiendo así sentarse y ponerlo encima de sus rodillas, paso una pierna por encima de las de Lucas haciendo una prensa para que dejara de moverse y Lucas se dio por vencido, Mar era más alto y fuerte que él y no podía salir de su agarre, lo iba a castigar quiera o no

Mar: Ya Lucas deja de moverte que te voy a castigar igual – le advirtió Mar y le dio un tirón del pantalón – CLAP CLAP CLAP

Lucas: ya Mar – y se mordió el labio para no quejarse

Mar: Lucas no vuelvas CLAP CLAP a mandarte otra como esta  – Mar subió un poco más el trasero de Lucas y las últimas se las dio en las flexuras de los glúteos – CLAP CLAP CLAP

Lucas: Buuuuuaaa ya Mar – esas tres le sacaron las lágrimas a Lucas

Mar: Ya Lucas  – lo levanto y le dio un abrazo – anda no llores que zabes que para lo que habéis hecho habéis zalido muy bien paraos – y Lucas sabía que era cierto, de haber hecho esto cuando su padre estaba vivo, su padre no lo hubiera dejado pasar tan leve, con eso en el corazón se limpio las lágrimas con la mano y de paso empezo a morderse las uñas, Mar le dio un manotazo en la mano – PLAF

Lucas: auuu – se quejo sobándose la mano

Mar: Ve y te duchas y no vuelvas hacerle esto a tu hermana – Lucas se levantó de la cama

Lucas: no es para tanto

Mar: que no es para tanto Lucas – se levantó lo cogió del brazo y empezó a azotar con la mano – PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF

Lucas: haaay ya ya me has castigado – Mar le cogió la cara para que lo mirara

Mar: pero al parecer no te a quedao muy claro – le dijo cogiéndolo de nuevo con intención de sonarle unos cuantos más, pero la cara de pánico de Lucas fue suficiente – me parece mentira que no tengas más cuidado con lo que les pazo  a tus padres Lucas y digas que no es para tanto, ¿zabes cómo ze zentiría tu hermana zi algo te ocurre?, ¿y nozotros Lucas? Toño ze a encariñado contigo lo mismo que yo que te conozco desde chico, ¿crees que zi te pazara algo nosotros podríamos seguir con nuestra vidas como zi na? – Lucas bajo la cabeza avergonzado y lloroso, sabía que Mar tenía razón y empezó a quitarse las lágrimas que se formaron con el recuerdo de sus padres, Mar lo miro y le dio lastima de verlo tan vulnerable

Mar: anda a la ducha y no zeas guarro – le dijo dándole un abrazo lo soltó y le dio empujoncito suave para que entrara al baño


Mar también se fue a duchar, al pasar la esponja por el muslo sintió dolor, cuando miro se dio cuenta que era el trenzado de su papá marcado en su piel, menos mal no le dio a ninguno de los chicos con eso pensó, tras eso Mar fue a poner su pantalón vaquero pero le rozaba mucho y como total el no iba a ir a ningún sitio se puso un short, bajo a la sala y estaba su papá y María ninguno de los chicos salió de la habitación.


Mar: ¿que hay para la comida? – le pregunto a María sentándose a su lado

María: espaguetis con brócoli y champiñón – María iba a seguir

Mar: aaaah no, no hoy… ya no quiero más lágrimas por parte de los chicos, así que hoy hay espaguetis pero a la boloñesa – María lo miro con mala cara porque el brócoli ya lo habían cocido

María: pues te recuerdo que el doctor nos dijo que Lucas tiene que comer verduras

Mar: no te lo discuto pero hoy no – Antonio que estaba en frente de ellos, ya no sabía que pensar si era realmente por los niños o por el mismo, el sabía que su hijo odiaba el brócoli pero no dijo nada


María puso mala cara pero prepararon lo que dijo Mar, aunque tenían quien se encargaban de la casa y la cocina pero a ellos les gustaba cocinar, eso era algo que María le gustaba hacer con sus propias manos, cuando terminaron Mar fue a llamar a los chicos quienes se sentaron sin queja alguna de la comida todos y comieron con gran apetito, hasta Lucas se comió el plato sin tener que decirle ni media palabra, desgraciadamente el buen ambiente se arruino a causa de una torpeza de Antonio.


Antonio: yo tengo cierta conversación con un jovencito – se le quedó mirando a Toño y Mar sabía que Toño no se iba a contener, pero esta vez le daba la razón a su hijo – es contigo Toño

Toño: de que – le dijo extrañado

Antonio: que es ezo de que vengas y no digas nada sobre lo que hicieron Chus y Lucas – Toño abrió los ojos como platos

Toño: yo no hice nada – le dijo a su abuelo gritando, ya estaba bueno que siempre saliera el mal parado 

Mar: Toño zin gritar no hace falta que grites – y Toño que creía que Mar estaba apoyado al abuelo, no pudo contener las lágrimas se levantó de la silla y salió corriendo a su habitación echándose en su cama bocabajo llorando

Antonio: parece que no tuve que decir na – Mar lo miro

Mar: esta vez lleva razón el no hizo na y lo entiendo que no quisiera delatarlos

Chus: zi abuelo, el no quiso zubir fue más responsable que nozotros

María: Zi ezacto un niño con doce años fue más responsable que ustedes – Chus y Lucas bajaron la cabeza

Mar: Bueno ya yo creo que eze tema ya está hablao – le dijo a María al ver que los chicos se pusieron cabizbajos

Antonio: voy hablar con el

Mar: zi papá, está vez creo que Toño ze merece una disculpa de tu parte – y Antonio lo miro un poco sorprendido por aquello – ¿sabes?, nunca me ha importado que lo corrijas cuando lo veas conveniente, pero esta vez Toño tiene razón – le dijo apenado a su papá y Antonio sabía que su hijo le había costado decir eso

Antonio: si, tienes razón Mar lo que dije antes, lo dije al calor del enfadó y es obvio que ahora no tenía que zeguir con ello – le dijo mirando a su hijo


Y diciendo eso, Antonio subió las escaleras y asomo la cabeza por la puerta de su nieto que no estaba cerrada del todo y vio a Toño acostado en su cama boca abajo y su cuerpo temblar cosa que estaría llorando, Antonio se sentó en la cama y Toño al sentir que el colchón se hundió empezó a quejarse.


Toño: no es justo – se quejo creyendo que era su papá, ante esto el abuelo no hablo y solo le acarició el pelo así Toño siguió quejándose – cuando llegamos también mi juzgo shjj zin zaber que había shjjj pazao y ahora por no decirle y no puedo hacerlo papá – Antonio siguió haciendo círculos en la espalda, callado – ellos nunca quieren que vaya con ellos sijs shijs y zi cuento algo ya no van a querer juntarme más y no quiero estar zolo como antes buuuuuaaa – y se dio la vuelta para abrazarse a su papá y ahí se dio cuenta que era el abuelo quien oyó su queja sintiendo el enojo renovado se detuvo, pero el abuelo lo abrazo a su pecho

Antonio: tienes razón Toño, ya no llores lo ziento – le dijo dándole besos en la cabeza y entendía su dilema, los chicos eran más grandes y a veces querían hacer cosas y no se podían llevar a Toño y él pues quería estar con ellos cada segundo – y estoy orgulloso de que no te montes en la motos fuiste responsable y no cometiste la misma locura que ellos – le dijo cogiendo su cara entre sus manos dándole un beso en la nariz, pero no pudo seguir porque Mar lo llamo lo estaban buscando

Mar: papá – le dijo encontrándose con la escena, Antonio miro a Mar – te busca un chico le he dicho que te espere en el despacho – Antonio ya sabía de quien se trataba, era el trabajador que mando llamar, mientras le limpio las lágrimas a Toño

Antonio: ya no llores, zi zabes que te quiero y te prometo que voy a intentar a hacerlo mejor – le dio un beso y Toño le dio un abrazo a su abuelo, con ese gesto tan inocente su abuelo sabía que lo había perdonado


Antonio después de eso se fue a su despacho, cuando entro y vio un niño porque eso es lo que era se quedo en silencio, el chico algo incómodo saludo a Antonio parándose de golpe de donde Mar lo invito a sentar.


Martín: buenas tardes señor – y fue ahí cuando Antonio salió de sus pensamientos

Antonio: buenas tardes – le devolvió el saludo – ¿wuién te contrato? – el chico lo miro sorprendido

Martín: el capataz – quien si no pensó el chico

Antonio: ¿qué edad tienes? – el chico se contuvo de rodar los ojos ¿qué le pesaba a ese viejo, no era su padre?

Martín: diecisiete – Antonio se pasó la mano por su cabello

Antonio: tú tienes que estar en la escuela no trabajando – el chico abrió la boca y la volvió a cerrar, iba a contestarle de mala manera pero se contuvo, su papá siempre le decía que tenía que respetar a los mayores

Martín: lo hago señor pero como estoy de vacaciones quiero ayudar a mi papá – Antonio se relajo un poco más, pensándolo bien todos no tenían su posición económica y había familias que necesitaban que sus hijos les ayudarán en época de vacaciones

Antonio: bien pero yo quiero hablar con tu padre – el chico abrió los ojos y de momento se negó

Martín: no – le dijo de inmediato – quiero decir no puede atenderlo está trabajando

Antonio: está bien, espera un poco ya vengo


Antonio salió fuera era perro viejo y se dio cuenta que ese chico estaba trabajando sin el consentimiento de su padre y el no iba a consentir eso, llamo al capataz y le dijo que quería hablar con el padre del muchacho, llevándose la sorpresa de que lo conocía, era un ex trabajar suyo que se independizo hace algún tiempo criando ganado tras  un préstamo con el banco; fue cuando reconoció al chico pero claro al no verlo hace tantos años que no se dio cuenta hasta ahora, aun así llamo a su amigo y le contó el caso, el hombre se puso furioso y le dijo que no lo dejara ir hasta que él llegara que en diez minutos estaba ahí, Antonio fue a la sala y le dijo a Mar que si venía su amigo lo hiciera pasar al despacho, el hombre no tardo ni diez minutos en aparecer por el despacho de Antonio dejando al chico pálido al verlo.


Martín: ¡papá! – su papá sin contestarle se saco el cinturón dejado al chico más pálido de lo que estaba, Antonio al darse cuenta quiso mediar por el chico, lo que menos quería era que le diera una paliza, solo quería informarle que estaba trabajando en su hacienda

Antonio: quieto – le dijo cogiendo el brazo de su amigo – que no es nada malo

José: ¿cómo que quieto?... este sinvergüenza me a estao tomando el pelo – le dijo respirando ruidosamente

Antonio: primero vamos hablar que para ezo te he llama – le dijo Antonio ya que el chico inconscientemente se puso detrás de Antonio

José: ¿a quién pediste permiso? – el chico abría y cerraba la boca por lo nervioso que estaba – mejor me respondes Martín  – el chico dándose cuenta que su padre no le gustaba que se quedará callado tomo coraje

Martín: a nadie pa – bajo la cabeza

José: me has estado mintiendo estas dos semanas – Martín se quedó callado – ¿para qué quieres el dinero? – le pregunto pensando que a lo mejor quería algún capricho que él no podía darle, pero Martín seguía sin contestar y eso ponía a José nervioso – contesta – le dijo dándole un grito a la vez que lo cogió de la patilla

Martín: aaasuu pa – se quejo al sentir el dolor

José: estoy esperando Martín y zabes que mi paciencia se acaba pronto – Martín se frotaba la patilla que avía soltado su papá 

Martín: pa ti pa ayudarte ya estoy harto de verte romperte la espalda pa que no nos falte de na y yo ya estoy grande y te puedo ayudar – José se quedó sin saber que decir, el no esperaba eso, creía que era para darse un capricho

José: hijo – se acercó a él y le dio un abrazo – no tienes porque hacerlo son tus vacaciones

Martín: azi puedo ahorrar algo para cuando empecemos a la escuela

José: pero zi tú tienes una beca de la universidad y estoy orgulloso de ti por conseguirla – le dijo levantado el mentón de su hijo para que lo mirara

Martín: pero puede servir para que pagues el colegio de mi hermano – a José se le hizo un nudo en la garganta con las palabras de su hijo y sintiéndose mal por pensar mal de su niño

José: ZAS eso por haberme mentido y zi este zeñor todavía quiere que sigas trabajando con él, pondremos el dinero que ganes en una cartilla en el banco – Martín se alegro que su padre no estuviera enfadado con el

Martín: pero yo quiero ayudarte

José: no hijo, tu hermano es mi responsabilidad no la tuya – José se despidió de su amigo cuando iban a salir ya con Martin

Antonio: Martín – el aludido se dio la vuelta – desde ahora tendrá que dar la vuelta a la cerca a caballo – el chico no lo entendía

Martín: porque señor zi lo hago desde el quads – Antonio se acercó a él y le echo el brazo por encima

Antonio: zi pero ezos ya no existen, te dejaste las llaves puestas y mis nietos las han destrozado – y ahí se dio cuenta el chico por qué lo había llamado Antonio


Antonio sabía que tenía que comprar uno pero ese verano se le iba a encallecer el culo al chico dando la vuelta a la cerca en caballo por no ser responsable de quitarle las llaves, pero valía pena si conservaba el trabajo. 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario