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Pequeñas travesuras
Autora: Anaís
Capítulo 36verdad o reto
Connor
Al día siguiente le pedí a mi hermano si podía sacar a los demás de la casa por un asunto pendiente el cual le expliqué la noche anterior. Accedió sin problemas y hasta me pidió que no fuera tan malo con su sobrino, no pensaba serlo tampoco.
- De acuerdo, hablaremos ahora. - asintió. - Lo que ocurrió ayer no puede volver a suceder, en primer lugar el conducir sin licencia estuvo malísimo.
- Pero aún me falta tiempo para sacarla, no podré conducir nunca.
- No te estoy diciendo que no lo puedas hacer pero siempre es con responsabilidad cosa que no fue el día de ayer. Tampoco quiero que expongas tu vida de esa manera, pudiste perderla al chocar con ese auto.
- Ajá.
- Hablando sobre quedar arrestado es lo que más me molesta, esas son las consecuencias. Si existe una próxima y escúchame bien Ryan, no te iré a buscar. Te quedarás allá solito para que aprendas.
- No volverá a pasar.
- Espero eso porque este castigo no será nada con el próximo si llega a ocurrir. Ahora fuera el pantalón.
- ¿Qué?
- No lo voy a volver a repetir.
- Papá... - lo miré directamente a los ojos y este con una mueca obedeció. Se tumbó en mis piernas abrazando una almohada.
- Odio que lleguemos a esto pero quiero que entiendas y aprendas.
Ryan
Tenía los pelos de punta desde que todos salieron sin mí a la playa, era consiente que todo eso tenía una razón específica.
Evité a papá durante toda la mañana, ni siquiera lo saludé temprano como siempre. Al parecer yo era el molesto con toda la situación, aún no podía creer que me descubrieron y fui a una pequeña celda.
No quería preguntarme como le estaba yendo a mi primo porque me lo imaginaba, sentía tristeza por él de todas formas, tenía cierta parte de culpa.
Cuando hablé con papá sobre todas las faltas que cometí quería desaparecer y que la tierra me tragara para escupirme en otro país.
Pensé muchas veces si hacerle caso a lo que me pidió hasta que accedí para que no fuera peor. Se podría decir que estaba más nervioso que ayer cuando casi muero por el auto.
Cuando fueron las primeras palmadas no comenzó nada suave como las otras ocasiones y eso me inquietó un poco.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
Me repetía una y mil veces que cometí el peor error en toda mi vida. En este momento solo quería mimos de su parte.
PLAS PLAS PLAS PLAS y PLAS PLAS PLAS PLAS
Aquí ya quería salir corriendo porque es como si aumentaran aún más por no llevar los pantalones, muy pocas veces nos castigaba así y para mi mala suerte me tenía que tocar hoy.
PLAS PLAS PLAS *Snif* PLAS PLAS PLAS PLAS *Au* PLAS PLAS
- ¡Perdón! ¡Lo siento! - pensé que iba a aguantar más pero realmente picaban.
- Ryan...
- Te prometo que no lo volveré a hacer. - por reflejo coloqué las manos para taparme.
- Hijo, quita las manos.
- ¡No! - puse el mejor puchero para convencerlo pero no funcionó.
- Si no lo haces agregas más. - aún ante eso no le hice caso y me llegaron tres mucho más fuertes.
PLAS PLAS PLAS
- ¡Auu!
PLAS PLAS PLAS *Ay* PLAS PLAS PLAS PLAS *Snif* PLAS PLAS
- No fue tan grave... - apenas dije el susurro y me escuchó.
Joder.
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
- ¿Cómo qué no?
PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS
- No me paso nada. - hablé molesto con el rostro empapado en lágrimas.
PLAS PLAS PLAS PLAS
- ¡Pero pudo pasar! Entiende eso, es tu vida la que está en riesgo.
PLAS PLAS *Ayy* PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS PLAS *Ya, lo siento* PLAS
- Entiendo, de verdad. - dije desesperado.
PLAS PLAS PLAS PLAS
- Realmente lo espero.
Estaba por levantarme y me lo impidió para comenzar una de sus charlas sobre la responsabilidad.
- Ya sé, no me digas. - me miró confundido. - Me vas a prohibir conducir.
- Se puede decir que eso está más que claro pero si en algún momento me lo pides para usarlo de manera responsable claro que no lo negaría.
- No sería divertido si lo planteas así.
Otra vez hablé de más.
PLAS PLAS PLAS PLAS
- ¿No estamos hablando recién sobre eso?
- ¡Si, perdón!
PLAS PLAS PLAS
Sin darme cuenta comencé a sollozar aferrado a la almohada que tenía entre mis brazos, no fue el peor castigo que recibí en mi vida pero sí que me hacía reconsiderar hacer algo como eso de nuevo.
- Ya cariño, cálmate. - las caricias que me daba en la espalda no ayudaban para nada en parar de llorar.
- No debí hacer todo eso.
- ¿Nunca más? - me preguntó.
- Nunca. - repartió muchos besos por toda mi cabeza y frente junto a un abrazo apretado.
- Todo olvidado, corazón.
Escucharlo decir eso me dio una paz inmensa y con todas sus caricias pudo hacer que me quedara relajado en su hombro. No sé el tiempo que estuve ahí pero ya estaba por dormirme.
- Campeón despierta.
- Mhm...
- Hay un heladito que nos espera en el piso de abajo, si te duermes tendré que comerlo yo sólo.
- Vamos. - como si el sueño se hubiera esfumado me levanté rápido para bajar no sin antes subirme los pantalones.
Connor
Durante la tarde nos quedamos viendo algunas películas. Quería llevarlo a la playa con sus hermanos pero tenía que hacer que lo tomara como una consecuencia por sus actos.
Pensé bastante si quedarnos hasta el día que habíamos dicho porque no quería incomodar a mi hermano y cuñada en su casa por los problemas que ocurrieron.
Además que tenía que mover los papeles para mudarme pronto, les negué la casa mil veces pero me insistieron hasta no poder. Posiblemente la mudanza sea luego del juicio pendiente si es que todo sale bien.
Me sacaron de mis pensamientos al escuchar la puerta principal abrirse indicando que todos habían vuelto.
- ¿Cómo les fue?
- En general todo bien. - dijo Alex colocando las llaves del auto en la mesa. - ¿Y por acá?
- Bien. - asintió. - ¿Fueron al centro comercial?
- Si y compraron algunas cosas. Algo que me dio ternura fue que Liam pensó en su hermano y también le compró algunas cosas. - sonreí.
- ¡Papá! Dile a Ethan que me devuelva el celular. - Mateo llegó a mi lado.
- Dejen de discutir.
- Me acaba de sacar una foto y me amenaza con subirla.
- Mateo de verdad, borra eso. - a esta altura del día no quería verlos pelear ni tener que regañar a ninguno.
- Eres un odioso. - le dijo a Ethan y se sentó en el sofá.
Emily
Estaba completamente agotada al llegar, lo único que quería era ir directo al cuarto y dormir. Mis planes cambiaron al escuchar a mi prima proponer un juego.
La idea era empezar con verdad o reto entre los participantes, la gente que elegía la segunda opción tendría una lista de cosas que le podrían salir al sacar un papelito.
- ¿Crees que se van a unir?
- Claro. - se encargó de ir a invitarlos. No creía que fueran tan tontos como para aceptar después de los problemas que creamos estando aquí pero como sorpresa les importó bien poco porque llegaron todos.
- ¿De verdad? - miré a mis cinco hermanos. - ¿Tú también Ryan?
- Si Emily, deja de molestar. - tiene muy buen humor al parecer.
- No le hables así. - Mateo me defendió.
- Déjalo, no me importa.
Nos reunimos en un círculo, en el centro había un vaso con las penitencias y al lado del escritorio el computador tenía música de fondo.
- Empecemos. - Ethan fue el primero en participar.
- ¿Verdad o reto?
- Reto, mientras más pronto, mejor.
- Uhh. - los demás rieron y él sacó un papel.
- ¿Quién escribió tal cosa? - miré lo que le había tocado.
- Depilación en una parte de tu cuerpo. - esto se estaba poniendo bueno.
- Ya pero rápido. - Julieta feliz sacó unas bandas de cera calentándolas con las manos y le despejamos la pierna para colocarla.
- ¿Listo?
- Sí. - puso una mueca esperando el tirón pero nadie lo hizo hasta que Marco en pleno ataque de risa la sacó. - ¡Ahh! ¡Eres un...!
- Buen hermano, lo sé.
El juego fue avanzando hasta llegar a Daniel y el reto que sacó era arriesgado.
- Tienes que buscar miel y colocarla en un par de zapatos de cualquiera de tus padres.
- ¿Me están molestando verdad? ¿Tengo que hacerlo? - decidido se levantó en dirección a la cocina, de allí trajo el ingrediente principal y entró sin ningún problema a esa habitación.
Mirábamos todos sus pasos, a esta hora todos dormían y era mucho más fácil.
- ¿Qué hacen despiertos? - nos sobresaltamos al escuchar una voz a nuestras espaldas y era nuestra prima más pequeña.
- Nada princesa, vuelve a la cama. - Marco la tomó en brazos para llevarla.
- ¿Y Dani?
- Está en el baño. - le inventó.
- Quiero a mi hermano. - sus ojos llorosos indicaban un posible berrinche.
- Ya viene, tranquila.
- ¡Danii! - la niña empezó a llorar a todo pulmón en el pasillo.
- ¡Shhh! - susurramos todos a la vez.
Ella no pensaba callarse y veíamos como los padres de nuestros primos se empezaban a despertar así que no quedó más remedio que irnos a la cama corriendo.
Mi hermano mayor no quería dejarla en el pasillo sola a pesar de las insistencias de los demás, según él tenía bajo control la situación.
- Hey, no lo dejáramos ahí ¿cierto? - Ethan me miró dudoso.
- Un soldado caído, repito... - escuchamos la voz de Liam en susurros. - un soldado caído.
Miramos a Mateo que se encontraba tirado en el piso y luego a nuestros tíos que tenían una cara horrible al despertar de repente.
- ¿Lo salvamos?
- Corre, ahora. - le iba a decir lo contrario hasta escuchar a papá saliendo del cuarto.
- ¡Yo primero! - me apoyé en él empujándolo sin querer a la pared.
- Traicionera.
- ¡Que se salve quien pueda! - tenía que correr por mi vida.
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