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miércoles, 13 de octubre de 2021

Una perfecta familia capitulo 14


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 Una  perfecta familia

 Autora: Terry 

 Capítulo 14

 




 


Snif snif un sube y baja de hombros Toño  estaba llorando bajito en la esquina, no podía pensar en otra cosa que no fuera que mamá lo había castigado y encima seguía enfadada con él, aun seguía en la esquina y ya había pasado como una hora… bueno era su percepción que en realidad fueron apenas 3 minutos, 3 minutos en los que María no habló  con él, ¿se habría cansado de él por no hacerle caso?,  ¿y si no lo perdonaba?, ¿y si hacia como Pilar?... ¿marcharse?, él no lo podría soportar,  él la quería como si fuera su mamá; y un llanto más profundo lo acudo de nuevo, todo por no hacerle caso, siempre lo arruinaba todo.

Mar que se sentó junto a su padre en la mesa de la cocina sin decir nada, no le gustaba ver a Toño de esa manera pero no quería cuestionar a María, que difícil era ver de palco el enojo ajeno, cuantas veces el castigo a su niño pero ahora era diferente, estaba llorando y puesto en penitencia y él no podía intervenir, e imagino que así se sentía su padre o María cuando la decisión partía de él, estaba tentado a sacarlo de su rincón y abrazarlo diciéndole que lo quería aun cuando lo rechazara y decirle que estaba todo perdonado como hacia Antonio… eso lo aprendió de su propio padre, cuantas veces cuando lo castigo Antonio y luego lo abrazaba él se sentía enojado y no queria nada que ver con su padre, pero igual Antonio lo abrazaba fuerte para hacerlo sentir querido, amado y protegido, pero desgraciadamente  no era a él que le tocaba ese papel ahora, era a María… la pregunta era ¿lo haría?  y con es interrogante en la cabeza, prefirió levantarse y darse una ducha, sino no aguantaría más y sacaría a Toño de la esquina y que importa el resto,  pero sabía que eso no era prudente, Toño tenía que hacer caso a María.

La mesa estaba lista a su regreso, Maria había terminado de cocinar y Toño seguía en su esquina ¿cuánto tardo?, Mar miro su reloj impaciente apenas había tardado 3 minutos más, ¡vaya ¡se había dado la duchada más rápida de su vida, pero ya era hora de consolar a su hijo quiera o no María él iba a quitarlo de donde estaba, pero María se le adelanto, se acerco a Toño y suavemente lo cogió del hombro para decirle que todo estaba bien entre los dos, pero ni María ni Mar ni Antonio estaban preparados para la escena que monto Toño y no era que le dio un berrinche, sino que su necesidad de cariño fue tan grande que si las piedras lo veian las conmovería… es que Toño se puso a llorar con mucha pena en el corazón.


Toño: lo ziiien…to perdooon snif snif – Toño se tiro a los  brazos de María pidiendo perdón haciendo un millón de promesas – ya no lo hago más  no te vayas no meee dejes – gemía muy agobiado como si tuviera el pecho apretado y lo tenía, estaba apretado del llanto que apenas podía respirar, alarmando a María, quien lo abrazo sin decir nada todavía, solo para que Toño se calme un poco, pues no podía hablar ,apenas se le entendía, así que María se lo llevó a la sala para hablar a solas con el

María: ¡ya chiquito ya!…. cálmate mi niiiiño, pero que dices mi vida – María sin dejar de abrazarlo, empezó a acariciarle el cabello para calmarlo sentándose ambos  en el sofá María

Toño: ya no lo hago más – repetía Taño –  no quiero snif snif snif que te vayas – Toño estaba para que  daba un algo

María: yo no voy a ir a ningún lado – dijo María toda seria –  ¿por qué dices eso?, a ver dime – y con sus caricias y preguntas tiernas fue logrando que Toño hable

Toño: yo voy a zer bueno pero no te vayas y me dejes tu también yo quiero que seas mi mami para siempre – volvió a decir apretándose al cuello de María

María: ¡Jesús! Toño ¿que te hace penzar zemejanta coza? – y Toño con toda la pena del mundo le contó todo su miedo

Toño: es que te enfadaste mucho y me dejastes mirando la pared y no me hablaste más….y

María: te deje ahí para que reflexiones de que lo que has hecho esta mal – le explicó María para que supiera de su intención porque ya se dio cuenta por donde venía la cosa

Toño: pero estabas muy enfadada me pegaste – María se armo de paciencia

María: Por Dios Toño, lo dices como zi te hubiera arrancado el cuero a jirones… te di un paliza por desobediente – aseguro

Toño: como zea ,estabas enfadada y no me diste un abrazo y yo penze que te canzaste de mi – y su pechito subia y bajaba de tanto llorar, necesitaba un trago de agua – pensé que me dejarías como lo hizo Pilar, pero te prometo que voy a cambiar voy a zer mejor pero no te vayas snif snif snif – otra vez empezó a llorar María lo abrazo le dio un beso en la frente calmando sus miedos

María: ¡Oh mi preciosito! Nadie te va a dejá, menos yo, además no quiero que cambies te quiero como eres que ya sois un niño estupendo con un corazón muy grande y no te voy a dejar por na en el mundo – y se lo comió a besos mientras decía aquello

Toño: entonces ¿porque no me abrazaste? – le pregunto con lógica, papá hacía eso y creyó que todos actuaban de igual manera, bueno es que el mismo patrón lo vio en su abuelo, y eso le hizo pensar María se canso de el

María: mira mi monillo – pellizco la nariz – zi te castigue fue por zalirte zin permizo y zabes porqué

Toño: porque tengo que hacer cazo – respondió apenado

María: ezo mismo Toño, porque tienes que hacer cazo y zi tu papá el abuelo o yo te decimos que no puedes ir a un zitio o a otro, no es por fastidiarte, o tratarte como un niño, zi no por los peligros que hay, ¿acazo no te diste cuenta que estaba anocheciendo  mi vida? – le pregunto poniendo su brazo por encima de su hombro – y aunque tú creas que eres grade todavía no lo eres, vas a cumplir recién los trece años y no puedes zalir zolo zegun que horas, pero en la noche mi cielo,  la calle está poco transitada y no conocemos a todos los vecinos, que tal zi paza un coche y te zube a la fuerza ¿qué hacemos nozotros ¿ eh? Morirnos de la angustia zin zaber de ti …¿dónde te buscamos si no zabemos donde estas?, peor zi te zales sin avizar – le explico de buena manera haciéndolo pensar y Toño se avergonzó

Toño: lo ziento – murmuró  sintiéndose peor

María: ahora quiero que me pongas atención – pidió María tras un pausa, la que duro un beso y cogió un pañuelo desechable y le limpio la nariz que la tenía llena de mocos y lágrimas que caían de vez en cuando – no quiero que vuelvas a pezar que yo te voy a dejar corazón mío, ¡eso nunca va a pazar!, ¿como pienzas ezo mi churri? – le pregunto acariciando sus mejillas obligándolo a mirarla – lo único que puede pazar es lo de hoy, te voy a castigar,  cuando hagas algo que no esté bien eza zera las consecuencia pero nunca, ¡nunca! te voy a dejar de querer porque no ze lo que le hiciste a mi corazón que no podría zacarte nunca de ahí… ziempre te voy a querer mi monito hermoso – y con eso se abrazaron y se quedaron así por mucho tiempo


Mar que cuando ellos empezaron hablar subía a buscar su movil se quedó sin que lo vieran escondido en el recodo de la escalera pero escuchado todo lo que se decían ambos porque María no había cerrado la puerta y unas lágrimas cayeron  por su mejillas, ¿por qué el destino le jugó esa mala pasada?,  ¿por qué no fue ella la mamá de Toño?, así su pequeño no estaría sufriendo tanto; pero una cosa si estaba clara ella tenía ese mérito desde que conoció a Toño de eso hace ya 6 años, desde entonces ella hizo de madre aunque llevarán poco viviendo juntos, pero venía casi a diario a verlo y si Mar se le presentaba algo ella siempre se quedaba con Toño, le daba amor como si fuera su propia madre, lo atendía con el mismo cariño este o no él presente, y eso lo sabía porque si hijo siempre estaba contento de verla y se le acercaba con la naturaleza propia de un hijo, abrazándola apenas la veía llegar, saltando a sus alrededor, guardándole incluso la mitad de un dulce para invitarla, y ahora vio confirmado lo que siempre supo en su corazón, que María era la madre de Toño en todo sentido y era la mujer que quería a su lado para siempre, quería pasar el resto de su vida a su lado solo necesitaba dar el paso, pedirle formalmente que se casara con él, y no pudo aguantar más, este era el momento perfecto así que se limpio las lágrimas bajo las escaleras para unirse al abrazo que se daban María y su hijo.


Mar: no me llaman para los buenos momentos – les dijo bromeando

Toño: ¡papá! – Toño dio un respingo asustado – ¿estas enfadao  por lo que hice? – pregunto con un puchero de encanto y ahora ¿quien le decía nada a esa carita?

Mar: no ...no estoy churri, la mamá ya te castigo pero no quiero que te zalgas zin permiso – le recomendó abrazándolo – todavía no estás preparao para lo que hay ahí fuera hijo, porque afuera  hay gente que puede hacerte daño por pura diversión, la gente no es como mamá y papá que se preocupan, hay gente mala – y Toño bajo la cabeza sintiéndose muy culpable, sobre todo porque María le dijo que lo acompañaba y el por no esperar un poco  la había hecho enfadar

Toño: perdón

Mar: no ze – murmuro y Toño alzo la mirada abriendo mucho los ojos, un poco asustado pensando que su padre estaba ahora si enojado con él – ezo tiene un precio que tienes que pagar – dijo, cargándolo lo echo al sofá haciendo cosquillas

Toño:  jajja no para  ya para ….mama ayuda – María  fue a su rescate uniéndose la bulla

Antonio: Bueno ya, hasta que hora – dijo el abuelo cruzándose de brazos en el umbral haciéndose el enojado – a zentarze que la cena ze enfría 

Y con eso termino la juerga, todos se fueron al comedor y se ubicaron en sus lugares, Mar en la cabeza de la mesa y Toño desde chiquitillo al lado de Mar y siempre por el mismo afán, las verduras, a Toño como a muchos niños  no le gustaba las verduras y las iba dejando de lado y Mar tenía que terminar de darle de comer, a veces entre juego y juego y otras a terminando en llanto y esa vez también había verdura; cuando Toño vio el plato no podía asimilar lo que veía, era pasta con brócoli tomate y champiñones ¿porque arruinaron la pasta de esa manera? pensó, pero no dijo nada, empezaron a comer.

Los tres mayores estaban hablando del día amenamente lo que Toño aprovecho para hacer a un lado las verduras comiendo solo la pasta y el champiñón aunque no le agradaba mucho tampoco, pero estaba haciendo un esfuerzo queriendo con eso distraer al resto, pero sus esfuerzos fueron vamos, papá no vio con buenos ojos los brócolis apartados como un pequeño bosquecito alrededor del plato.


Mar: Toño ze come todo no lo apartes – le advirtió volviendo a empujar con su tenedor los brócolis sobre la pasta, a ver sin con eso bastaba, aunque una parte de él también quería hacer como Toño… apartar todo el brócoli y el abuelo embozo una sonrisa al escuchar decir eso a su hijo, ¡cuánto! tuvo él que batallar para que Mar comiera sano y ahora su hijo estaba batallando por lo mismo con Toño, cosa que le causó gracia porque él sabía que odiaba el brócoli, pero lo estaba comiendo por Toño

Toño: pero zi no me gusta – ¡Jo!, ya lo estaba fastidiado de nuevo 

Mar: no importa lo comes igual – que fastidioso era su papá, pero papá lo sorprendió – mira vamos hacer un trato – cogió el plato y apartó la mitad de brócoli y luego cogió a Toño y lo sentó en sus piernas – te comes esto de aquí y lo demás lo dejas, es la última oferta

Toño: perooo

Mar: nada de peros ni de manzanas – cogió el tenedor empezó a darle de comer y a Toño no le quedó otra que abrí la boca, porque todavía le escocía un poco el culete terminando todo para gracia de María y Antonio, pero Toño recordó algo que Mar se había olvidado y había prometido

Toño: pipi – lo interrumpió antes de que se vayan a la sala a ver un película – ¿y mis chuches? tu me dijiste que podría comer toda las que quisiera – María y Antonio movieron la cabeza en negación 

Mar: queeee… estaba llorando mucho – se justifico sacando los dulces – Antonio no podía creer, a veces Mar parecía más chico que Toño, pero a quien mentía para él era su niño, aunque Mar tenía casi veintiocho años

María: Nos nos invitas? – pregunto María astutamente y Toño empezo a repartir su botin inocentemente, asi evitaba que que Toño no se atiborre de golosinas


Eran las 10 de la noche y todos se aprestaban para ir descansar, cuando de pronto el timbre pico insistentemente, Mar frunció el ceño pensativo, ¿quién podría ser a semejante hora? Se pregunto, no tenían visitas planeadas y en todo caso era demasiado tarde para una visita inoportuna a no ser que sea otra cosa, y con eso en mente se apuro a abrir la puerta porque no vaya a ser que alguien llame a seguridad por el escándalo del timbre, lo que nunca se imagino Mar, es que al abrir la puerta se encuentre son su sobrino al otro lado temblado como conejo asustado, sin nada, ni siquiera una encima con semejante frio de paso. 


Mar: ¡Chus! Por Dios hijo ¿qué haces aquí? – pregunto metiéndolo a la casa, no podía quitar la cara de asombro; Chus vivía en otra ciudad, ¿cómo puso venirse solo?

Jesús: snif  snif buaaaa – y Chus se largo a llorar asustado de verdad y Mar lo abrazo de inmediato, algo no andaba bien – no le digas al abuelo se va a enfadar – fue lo único que pidió , pero era tarda ya, Antonio que había salido detrás de Mar

Antonio: pues tarde ya me entere – dijo sin percatarse en el estado del muchacho y le planto cinco nalgadas bien fuertes – PLAF PLAF PLAF PLAFF PLAF

Jesús: NO; NOOO ya buaaaa – se puso a llorar y Antonio lo abrazo recién murmurando en su oído

Antonio: ¿zabes como tiene que estar tu papá ahora mismo? – no tuvo respuesta lo paso a la habitación que el estaba ocupando para calmarlo y saber lo que paso – no ze lo que a pazao, pero zea lo que zea tus padres estarán para morir zin zaber donde esta – y lo sentó en la cama un poco brusco para seguir regañándolo,  cuando Chus pego un salto para ponerse de pie y sus manos llevarlas atrás a su trasero lo mataba y Antonio pensó, a su hijo si se le fue la mano y lo lastimo –  ¿te pego tu papá?

Jesús: no snif snif buaaaa – no podía dejar de llorar, después de todo el no hizo nada para ganarse esa paliza

Antonio: no mientas Chus dime la verdad campeón – el quería ver el daño pero tampoco quería avergonzar a su nieto tenía quince años, le daría vergüenza

Jesús: no fue papá fue mi mamá

Antonio: que pasó mi vida para que tú mamá te castigue de esa manera – quiso saber, eso no era normal, aunque su yerna era una mujer demasiado exigente

Jesús: papá me dioooo permizo para ir buaaaa – sollozaba con pena

Antonio: cálmate mi vida ya no llores azin, mira luego te va a doler la cabeza – y lo apretó a su pecho en un abrazo, y Chus no espero mas se apretó a su abuelo desconsolado, ¡Cuánto! lo necesitaba que lo abrazaran

Jesús: yo había quedao con mis amigos para ir al centro comercial para ir a las maquinitas – le conto mientras se limpiaba la cara con el brazo – papá me dio permiso  pero mamá me dijo que no podía que tenía que cuidar a mis hermanos – y un montón de lágrimas volvieron a  nacer – dijo que ella tenía que trabajar en el ordenador y yo le conteste  que si no tenía que ir a la oficina que mis hermanos podía quedarse en la caza que eran grandes que no les iba a pasar nada mis hermanos, que ellos se verían unas películas pero no me dejó me fui y cuando vine me dio con la correa muy fuerte

Antonio: zi no te dejo para que fuiste ¿eh?

Jesús: yo nuca puedo ir a ningún lado – se largo a llorar ahora con rabia – ziempre tengo que cuidar de ellos zi zi meten en problemas es a mi quien mamá me castiga y ellos tienen catorce y trece años y no me hacen caso y yo pago las consecuencias – se quedo esta vez, ya no iba a callarse nada, estaba harto del abuso – además  yo no me fui de fiesta zolo a pazar un rato con unos amigos al centro, llevaba casi dos meses sin zalir y hoy me dejó papá... yo ziempre tengo que estar con ellos y no es juzto, yo no me niego ayudar pero también quiero zalir aunque zea un día a la semana – Y Antonio no dijo más nada solo bajar el pantalón para ver el daño – no abuelo no… me duele – se hizo a un lado creyendo que lo iba a castigar

Antonio: no te voy a castigar quiero ver porqué duele tanto – le explico y cuando bajo el pantalón y vio las marcas del cinturón en los mulos bajo se animo y le bajo también el calzoncillo – maldijo mental mente la puta que parió a esa mujer por hacer aquello, es que Chus no se quejaba por quejarse tenía algunos moretones demasiado feos

Mientras al otro lado de la ciudad, Luis acababa de llegar a casa y se encontró con un panorama muy particular, sus hijos menores estaban llorando a mares y apenas lo vieron, se tiraron a abrazarlo pidiéndole que encontrará a su hermano, que se había escapado, que mamá lo castigo muy feo, y realmente debió ser salvaje el momento porque los chicos estaban  muy asustados y después de calmarlos un poco y enterarse bien de que iba la cosa, Luis y su esposa tuvieron una buena bronca, después de eso, Luis salió a buscar a su hijo en las calles creyendo encontrarlo en la plaza o el parque que había cerca de la casa, pero al no encontrarlo, se dispuso a llamar a todos los amigos de Chus con la esperanza de que alguno de ellos sepa de su paradero e ir a buscarlo, pero ninguno de los muchachos tenía idea de donde estuvo Chus después de encontrarse en el centro comercial, confirmando o que sus hermanos dijeron, que Chus llego a casa justo a la hora prevista; ante ese panorama, estuvo ya dispuesto a llamar a la policía y dar parte de su desaparición rezando por un milagro y antes de dar parte a la policía con la cabeza hecha un mundo sentando todavía en la movilidad sin saber qué hacer,  una luz se le iluminó ¿se abría ido a la casa de su hermano? Pensó… y fue cuando llamo como última esperanza


Luis: papá está Chus con ustedes – Antonio se quedó sin responder, pensando en dar un escarmiento moral a su hijo por descuidado y de paso a su yerna – papá por favor está ahí mi niño, quiero saber para ir a dar parte a la policía – hablo con desesperación y fue gracias a esa desesperación de su hijo, que Antonio decidió decirle la verdad

Antonio: zi hijo zi está aquí conmigo…




Fue cuándo a Luis le volvió el alma al cuerpo.











 

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