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viernes, 15 de octubre de 2021

Pequeñas travesuras, Capitulo 29


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 Pequeñas Travesuras

 Autora: Anaisbvm  

 Capítulo 29, Fin de semana en la playa. 

 

 


Connor 


La semana logró pasar muy rápido y ya era jueves, los pensaba dejar faltar el día de mañana incluyendo el lunes para tener unas pequeñas vacaciones, tenía que pasar a buscar a los niños al colegio para que nos fuéramos a la playa, me dieron la semana libre al contratar a más personal en la clínica, eso ayudó bastante al organizar todo, bolsos con ropa, mantas, los pasajes de avión.


Estuve la mañana completa dejando la casa limpia y las cosas en el auto. Los chicos el día anterior arreglaron lo que llevarían así que solo me faltaba ver que habían echado porque hay veces que se les olvida hasta un mínimo calcetín.


Mi hermano Alex insistió en que fuéramos a la playa en Miami para mostrarme casas a ver si cambiaba de parecer respecto a la mudanza, pensaba más que nada en como se iban a sentir mis hijos y sobre lo difícil que sería llevarme a Emily sin tener la custodia completa.


El abogado habló por teléfono conmigo diciendo que solo se podía solucionar por un proceso judicial el cual tendría que llevar a mi hija, me motivó diciendo que tenía todas la de ganar y que no me preocupara.


Vi la hora y ya tenía que ir por ellos, quedamos en que los iría a retirar a mitad de día para no perder el vuelo. Mi hijo mayor se encontraba listo entonces le avisé que iba por sus hermanos.


Al llegar al colegio me recibieron en inspectoría, no pusieron ninguna objeción por la justificación ya que pensaban decirles a los niños que el año escolar no estaba funcionando del todo y darían las vacaciones de verano con un mes agregado dejando solo dos semanas más de clases.


Los esperé unos 5 minutos y corrieron felices hacía mi ansiosos por el viaje.


- Sus mochilas al auto chicos. - asintieron. - Gracias que tenga buen día.- me dirigí a la inspectora.


- Papá ¿qué pasa con la semana que tenía que venir?


- Dijeron que la suspendían porque se va a terminar el año escolar.


- ¿Enserio? - Ryan preguntó feliz.


- Este día cada vez se pone más bueno. - Emily sonrió.


- Papá tenemos que llegar pronto, me falta arreglar algunas cosas. - Liam corría al auto.


- ¿Broma? Ayer dije que tenían que tener todo listo, nos tenemos que ir al aeropuerto ahora hijo. - puso una cara triste. - Llegamos a la casa, arreglan las últimas cosas y nos vamos.


- Si. - todos aceptaron.


- En el aeropuerto les quiero conversar de algo que se que ustedes saben. - todos volvieron la cara con un gran susto.


- Le dije a Liam que era mala idea. - Emily levantó las manos.


- Te juro que los quise detener. - Ryan imitó a su hermana.


- No me miren a mi, ni idea de lo que hablan. - Ethan levantaba una ceja.


- Yo hablaba de la posible mudanza chicos. - suspiraron aliviados dejándome con una gran duda. - ¿Se puede saber que hicieron? 


- ¿Quien tiene hambre? - Liam trató de calmar el ambiente.


- Papá llegaremos tarde. - Mateo reclamaba.


- Si hijo, ya vamos. - lo dejé pasar y recordé del tobillo de mi pequeño. - ¿Aún te cuesta caminar cariño?


- No mucho, estoy bien. 


- ¿Seguro que quieres ir?


- ¿Como me preguntas eso? - se puso a reír. - Obvio que si.


- Chicos hablo enserio, son 5 minutos los que les voy a dar para que bajen con todo apenas lleguen a la casa o perderemos el vuelo. - fui a estacionar el auto y Liam junto a Ryan abrieron la puerta en movimiento saliendo rápido.


- No, no, no. - sus hermanos pensaban imitarlos.- Quédense ahí y a esos dos que acaban de salir les va a llegar un buen regaño. - todos obedecieron y esperaron para bajarse.


Cuando todos estaban listos nos fuimos en taxi al aeropuerto porque era mejor dejar el auto guardado, en el camino hubo regaños de mi parte por hacer esa cosa tan peligrosa a los mellizos.


Alex me dijo que nos esperarían a la hora que fuéramos a llegar para quedarnos en su casa. 


- Estoy aburrido. - Mateo estaba acostado en el asiento del lugar.


- Faltan al menos dos horas.


- Pero es muchooo. - alargó la palabra.


- Puedes ir al baño por mientras o ir a comer algo ¿ya?


- ¡Sii! Quiero unas papas.


- Si mi niño. - los chicos estaban pegados a sus celulares. - ¿Vamos por algo de comer?


- Yo quiero un café. - habló Liam.


- De acuerdo, lleven sus bolsos, vamos. - me siguieron sin dudar.


Luego de comer pedí a todos que me escucharan para hablar del tema de la posible mudanza.


- Todos atentos, miren. - suspire. - Se que escucharon el otro día en casa de los abuelos sobre que nos íbamos a cambiar de casa pero no es así del todo, tenía que conversarlo con ustedes primero ya que me importa mucho su opinión.


- Yo creo que está más que bien. - habló Mateo.


- Perdería a mis amigos, no me gusta la idea. - Ethan opinó.


- Por nosotros creo que no habría mucho problema porque es nuestro último año en el colegio. - Dijo Ryan y Liam asintió.


- Ya me toca ir a la universidad, estaría muy cerca de donde quiero estudiar y podría quedarme en la misma casa. Apoyo lo que decidas papá.- Marco sonrió.


- ¿Que pasaría conmigo? - Emily movía las manos nerviosa.


- Estuve hablando con una persona y voy a luchar por tu custodia cariño, podrás irte sin problema si es que todo sale bien, de todas maneras no nos iremos tan pronto.


- ¿Y si no funciona? ¿Y si me devuelven con mamá? 


- Hija no pienses eso, todo va a estar bien. - la abracé.


Esperamos algunas horas hasta que anunciaron el vuelo. Abordamos el avión, dejamos las maletas y nos tocaba esperar 14 horas para llegar.


Emily


Decir que estaba agotada era poco, el viaje se me hizo eterno pero conocí a un chico muy simpático con el que intercambie número y nos hicimos amigos. Era como una historia de película al mirarlo, sus ojos me encantaron porque eran como el reflejo del mar y más su sonrisa.


Mi tío nos fue a buscar apenas llegamos, nos quedaríamos en su casa así que antes de ir hacia el papá nos frenó.


- Escuchen todos, vamos a quedarnos en la casa de su tío pero eso no significa que puedan formar berrinches y comportarse mal, se que él los consiente demasiado por eso se los digo.


- Nunca hacemos problemas. - mi hermanito menor se cruzó de brazos.


- ¿Y las verduras de la otra vez? - Ryan lo molestó.


- Al tío le encanta hacer esos platos así que te aguantas. - Liam 


- Déjame. - al parecer van a pelear.


- Pero si eres así, no jodas. 


- Basta.- papá los miró con una advertencia clara.


Nos acercamos y trajo a nuestro primo Daniel a buscarnos 


- ¡Hola familia! Les dije que nos volveríamos a ver. - abrazó a Marco primero y luego nos fue saludando uno por uno.


- ¿Como les fue en el viaje? - el tío nos sonrió ayudando con las maletas.


- Un poco agotador pero dentro del todo bien, ¿estará Nick? - preguntó papá.


- Salió de la ciudad hace dos días por trabajo en la empresa.


Los dejé hablando solos porque me llegó un mensaje del chico del avión, al parecer se quería juntar en la playa si es que me daba el tiempo.


Mateo


En casa de Daniel su mamá nos ofreció todo tipo de cosas para comer, la mayoría eran dulces y le dije que si a todas. No me preocupaba mucho porque hago ejercicio así que me doy la libertad de probar esas delicias.


Caminé por el pasillo y por accidente escuché a mi hermana hablando con alguien, no quería seguir escuchando su conversación pero la curiosidad me ganó.


- Si, ahí estaré. - sus mejillas se tiñeron de rojo.


Me cansé así que por broma le arrebate el celular y se lo tiré a la piscina, estaba consiente de que era resistente al agua pero de todas maneras se iba a enojar.


- ¡Que carajos hiciste! - chilló.


- Fue una broma. - la pensaba lanzar a ella también pero no fui muy rápido y me empujó a mi. No alcancé a alejarme de nada y por el susto coloqué mi mano derecha para apoyarme pero caí mal.


- ¡AH! Maldición. - las lágrimas no tardaron en salir. - ¡Au! 


- ¡Mierda! ¿Mateo estás bien? 


- No, mi mano. - me sacó de la piscina como pudo. - ¡No la toques!


- Lo siento, lo siento. No llores voy a traer a papá. Creo que está dislocada, espera.


- ¡Emily no! - ignoró mis gritos y se fue.


En unos segundos sin mentir papá llegó corriendo asustado, apenas me vio mojado y en el piso levantó una ceja.


- ¿Qué te pasó? ¿Dónde te apoyaste? ¿Estás bien? ¿Que parte te duele? 


- Papi la mano. - me coloqué a llorar. - me duele mucho.


- Por andar jugando. - me regañó. - Tengo que ver.


- ¡Ay! ¡No no! 


- Mateo déjame revisar.


- Es q-que..- ya ni podía hablar por el llanto.


- Amor vamos al hospital no te vas a quedar así. - asentí abrazando mi mano.


 

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