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jueves, 14 de octubre de 2021

Pequeñas Travesuras, Capítulo 27


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Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.

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    Pequeñas Travesuras

 Autora: Anaisbvm 

 Capítulo 27, El partido 

 

 



 
Mateo

Desperté con unas ganas de seguir durmiendo e ignorar la alarma que sonaba en el celular. Abrir los ojos era lo peor ya que sentía que tenía algo que los pegaban para seguir durmiendo.

Traté de levantarme pero de verdad que era imposible y sin querer me quedé dormido más de lo normal, lo supe cuando escuché gritos en el piso de abajo con el desayuno.

Miré la hora y casi corriendo me vestí con el uniforme del colegio.

- ¡Mateo! ¡Ya van 3 veces que te estoy hablando! ¿A qué hora vas a bajar? - papá me gritaba de las escaleras.- Vamos tarde otra vez.

- ¡Ya voy!

- ¡Te apuras! ¿Qué tanto haces arriba? 

- Nada, esperen un poco.

- Solo 5 minutos.- se escucharon los pasos alejándose.

Lo primero que hice fue bajar mis cosas y sentarme a la mesa enfrente de unos ricos panqueques.

- Hoy tendré que quedarme más tiempo en el trabajo así que Marco los va a cuidar por la tarde.

- ¿Tendrá que ir por nosotros al colegio?

- Si porque me voy a demorar un poco más de lo habitual. Por favor les pido que no peleen, nada de berrinches, querer salir sin avisar y llamarme cada 5 minutos porque tienen discusiones. Si es algo importante claro que pueden marcar a cualquier hora.

- No te preocupes papá, tendré todo bajo control.- Dijo Marco sirviéndose un vaso de jugo.

- Lo sé cariño.

Bastaron solo unos minutos para desatar la gran guerra por los asientos del auto, se suponía que aún no los elegimos ya que el que llegara primero tomaba el mejor puesto.

- ¡Yo adelante! - Emily corrió antes que todos nosotros.

- ¡No, lo dije ayer! - Liam la siguió.

- ¡Me toca en el asiento de atrás! - Ethan iba empujando a todo mundo.

- ¡No se vale, dijimos que era mi turno, tienes que irte en el otro! - Ryan enojado lo trató de alcanzar.

- No peleen, ¿qué les dije recién? - Papá llegó a colocar orden.

El viaje a la escuela fue peor de lo que esperaba porque los que se fueron atrás formaron una lucha y no dejaban de patear el asiento, traté de calmarme para no empezar una pelea de verdad.

Al despedirme y esperar que papá me diera mucho ánimo para el partido me encontré a uno de mis amigos esperándome en la entrada.

- ¿Supiste sobre la alumna nueva? - Gabriel preguntó.

- No.- dije sin mucho interés.

- Es un bombón hermano, además está de intercambio.- me hizo una mirada.

- ¿Qué?

- No inventes, sabes que tienes una oportunidad para conocer a alguien.- me puse a reír y negué.

- Tenemos que concentrarnos en el partido de hoy.- suspiré.- ¿Crees que tengamos alguna oportunidad de ganarle al equipo de la escuela contraria?

- Puede que si.

- ¿Cuanto nos queda para prepararnos mentalmente?

- No quiero ponerte nervioso pero una hora y minutos.

- Maldición.

- Nos van a sacar antes de clases para hacer un entrenamiento, el colegio va a poder ir a ver.

- Ya, tenemos que pensar positivo.- dije tratando de convencerme.

- Ajá. Estoy casi seguro que les vamos a ganar.

- Te apoyo.

Cuando entramos a la clase de matemáticas tenía mi mente en otro lugar, pensando en cómo iba a ir el partido, si gente del otro colegio vendría para ver a la chica que me gusta, si posiblemente hagan trampa o solo quieran jugar limpio.

- ¿Miller? Le estoy hablando.- la profesora me sacó de mis pensamientos.

- Disculpe ¿qué decía?

- Que me entregue la tarea que pedí la semana pasada, usted es el siguiente en la lista.- cerré los ojos.

- Si, lo que pasa es que...

- Venga a dar la justificación a mi escritorio, los demás sigan buscando la tarea y los timbres que contarán hoy.- me acerqué para inventar algo.- ¿Entonces?

 

- Lo tenía listo pero se quedó el trabajo en la casa profesora, si quiere bajarme puntos estoy completamente de acuerdo..

- No, es muy buen alumno. Le doy un día más pero a primera hora lo viene a entregar a la sala de profesores.

- Si, muchas gracias.

Mientras caminaba a mi puesto me puse a disimular mi sonrisa, Gabriel estaba esperándome con una cara de confusión. 

- ¿Que te dijo? No me digas que la bruja te bajó la nota.

- No, le dije que el trabajo estaba en la casa.

- De la que te salvaste.- sonreí.- Me llegó un mensaje.

- ¿De quién?

- El profesor, dice que nos viene a buscar ahora a las salas y que nos llevemos los bolsos.

- Pero es muy temprano.- dije nervioso.

- Si, al parecer quiere comenzar antes el entrenamiento.

- ¿Me pasas el bolso que está en la esquina?

- Eres un flojo.- me reí.- Espera ahora lo traigo.

Minutos más tarde nos sacaron de la sala de clases para vestirnos con la ropa del equipo y entrenar durante un rato. Al parecer todos estaban un poco nerviosos porque el partido es de gran importancia.

 

Ryan

Hoy era el partido de Mateo y sabía que estaba más que nervioso, en la mañana le dije muchas cosas para darle ánimo. 

Esperaba con ansias el momento en que nos vinieran a buscar para ir a verlo, comentaron que venían alumnos de otro colegio entonces si eso llega a pasar habrá una rivalidad impresionante en cuanto apoyen por los equipos.

- ¿Ryan viste donde dejé el lápiz? - preguntó Liam.

- No, estaba concentrado en la tarea.

- ¿A qué hora dijeron que nos venían a buscar?

- No recuerdo pero se que Mateo ya salió de la sala, me mandó un mensaje.

- Seguro lo ganan, él es uno de los mejores del equipo.

- Obvio, lo lleva en la sangre.

- Exacto.

- Alumnos ordenen sus puestos para dirigirnos a las canchas por el partido.- la profesora nos interrumpió y todo el curso se arregló.

- ¿Listo para ver a nuestro hermanito ganar?

- Más que listo.- le sonreí para luego irnos junto a Julián y Alan hacia las canchas.

Esperamos mucho rato para que nos anunciaran cuando fueran entrando los equipos y comenzara de una vez por todas el partido.

Cuando todo empezó la gente apoyando gritaba a todo pulmón, mis frases eran siempre "Tu puedes Mateo" , todos mis hermanos estaban en las mismas.

Estaba como a mitad de partido cuando veo que un jugador se acerca mucho para derribarlo, sospeché enseguida que era algo mucho más que eso, hizo una técnica que pasaba muy desapercibida para darle una falta directa. Lo que hizo fue pisarle el pie a Mateo dándole un esguince seguro porque se tiró al piso abrazando su pie.

- ¡Mateo! - quise salir para ir a verlo pero los profesores no me lo permitieron, los demás hicieron lo mismo pero volvieron a negar.

- ¡Son unos tramposos! - Liam caminaba enojado.

- ¿Estará bien? - Emily miraba a cada rato para poder verlo.

- Tranquilos, quizá solo se torció y fue algo poco.- Ethan nos miraba angustiado.

 

Mateo

Desde un principio sabía que ese tipo me iba a hacer algo ya que en los camarines me miraba realmente mal y yo le devolvía las malas miradas también.

En las canchas me trataba de parar en todo momento, a medida que se iba acercando trataba de evitarlo pero me empujó disimuladamente pisandome y provocando un gran dolor en mi tobillo.

Me sacaron como pudieron de allí en una camilla especial para revisarme en los camarines.

- ¿Puedes mover el pie? - el señor me preguntó y de la nada lo trató de acomodar.

- ¡Me duele! basta joder.

- Chico no puedes volver, este pie se te va a hinchar. Tienes un esguince.

- No, si puedo.

 

- Te vas a lastimar más de lo que estás. Le darán falta a ese jugador y no podrá seguir, mejor descansa.

- No, estoy más que bien. Voy a volver.- corrí aguantandome el dolor y pidiendo mi puesto devuelta para ganar de una vez el partido.

- ¿Miller vas a seguir jugando? - preguntó el entrenador.

- Si, no fue nada. 

- ¡Entonces corre que nos queda la nada para ganar!

- ¡Si entrenador! - me dirigí directo a la cancha.

 

Pude anotar tres veces más y sentía que ya no podía caminar, todos saltaban por haber ganado pero yo solo disimulaba una sonrisa en vez de estar estar casi llorando el dolor.

 

- ¡Te dije que ganaríamos! ¡Anotaste el último punto! ¡Eres el mejor Mateo! - Gabriel me sonreía con felicidad.

- Si.- hice una mueca al pisar.

- ¿No que estabas bien? ¿Te duele?

- No, para nada. Vamos a cambiarnos.

- Mateo no puedes ni pisar. Dijiste que te habían dado autorización de seguir ¿fue cierto?

- Ajá, no te preocupes que me siento más que feliz. Voy al baño y vuelvo.

- Te acompaño.

- No es necesario.

Caminé como pude y al llegar al baño miré como estaba todo. Lo tenía todo hinchado, muy sensible y yo estaba lloriqueando bajito mientras me aguantaba todo.

 

- ¿Mateo? Por Dios te vimos allá.- Liam entró de repente.

- No fue nada.

- ¿Estás bien? ¡Mierda! ¿Viste cómo lo tienes?

- Es solo por correr mucho, mejor volvemos y...

- Tienes que decirle a Marco para que te venga a buscar, ni caminar puedes.

- Fue solo una pequeña lesión.

- Tienes dos opciones, le llamas tú o perfectamente lo puedo hacer yo.

- Eres un insistente, déjame.

- Le diré a los demás y seguro llaman a papá.

- Mejor llama a Marco.- este con un aire ganador lo hizo y se demoró alrededor de un minuto.

- Dijo que viene en cinco minutos y que prepares tus cosas. Te ayudo si quieres, todos están preocupados.

 

Ethan

 

Estuve pensando en escaparme del colegio en la hora de almuerzo, mis amigos me apoyaban así que tenía más ganas de completarlo.

Podía decirle a mi hermano mayor pero como era un responsable siempre, estaba más que seguro que decía que no y arruina todo el plan.

 Al finalizar el partido, ir a ver si mi hermano estaba bien y conversar por última vez con los chicos repasando todo procedimos a intentarlo. En la parte de atrás de las salas había un agujero en el cual pasábamos los tres directo al parque. 

Mi amigo Esteban pasó primero, luego Joel, pero cuando estaba por pasar yo la inspectora me detuvo de un brazo dejándome blanco como un papel.

- Acompañeme a dirección.- estoy frito.


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