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sábado, 18 de septiembre de 2021

Pequeñas travesuras, Capítulo 9


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 Pequeñas travesuras 

 Autora: Anani bvs

 Capítulo 9  , Noche de peliculas. 

  


Ethan


La puerta principal de la casa se abrió y prestamos atención a esa dirección, primero entró papá y luego alguien que nos sorprendió de una manera increíble.


- ¡Oh por Dios! ¡Emily!.- el primero en correr hacia ella fue Mateo, lo quedamos mirando y finalmente nos acercamos con sonrisas por su llegada.


- ¿Que te trae por aquí, eh?.- Marco la abrazó y nos unimos todos.


- Los extrañé tanto.- Emily sonrió.- son los mejores.


- No es justo, ¿Mi abrazo donde quedó?.- reclamé.


- Ven aquí, ricitos de oro- la miré casi ofendido.- ¿Que? Aún lo recuerdo, no se me olvidó tan rápido ese apodo. 


- No me jodas.- reí.


- ¿Donde está Ryan?.- preguntó y Marco cambió de tema rápido como si le fuera a incomodar hablar de él.


- Es cierto, tiene que venir a saludar. ¡Ryan, baja un momento!.- Papá lo llamó por las escaleras y no contestó.- Hijo ven a saludar a alguien.


Ryan


Papá me llamaba para saludarla seguramente, la oí llegar pero no quiero bajar. Me siento tan dolido que ir hasta allá sería una tortura y un momento de incomodidad gigante.


Quería decirle que no podía pero vendría a buscarme, lo conozco o quizás me de un tiempo para ir aunque dudo mucho la segunda opción. 


Bajé las escaleras lentamente, tomando todo el tiempo del mundo para pensar y tratar de calmarme. Al verla todos los ejercicios de relajación se esfumaron.


Mi respiración se volvió más rápida y mis ojos se cristalizaron. Sentía como mi cuerpo temblaba mientras trataba de que no se me notara. Clavé las uñas en las palmas de mi manos para regular mi respiración pero no podía. Tenía tantos sentimientos encontrados que no podía medir la fuerza, si seguía así lo más probable es que me hiciera daño o me vaya a desmayar de la nada.


Las palabras no salían de mi boca, todos me quedaron mirando pero solo me concentré en la nada, la veía y reflejaba a mamá. Esa persona que nos hizo tanto daño apareció en mi mente. Ella al verme hizo una mueca, sonrió pero sabía que estaba dolido. 


- Hola.- dijo en un pequeño susurro.- negué con la cabeza y salí disparado escaleras arriba.


Al cerrar la puerta de mi habitación sentí que perdía la lucha conmigo mismo, lloré tanto que más tarde mis ojos seguramente estarían hinchados y quizá ni pudiera abrirlos bien. Nadie tocó la puerta ni se acercaron a molestar porque sabían que solo necesitaba un poco de privacidad. 


Cada vez que me calmaba recordaba el día del juicio, el día más difícil de mi vida. 


Connor


Nunca creí que mi niño iba a reaccionar de esa manera, cada uno tuvo una reacción diferente y es entendible. Cuando bajó por esas escaleras parecía un cachorro abandonado, con miedo a que alguien pudiera lastimar y me dolió tanto ver esa inseguridad. Las lágrimas de su rostro me dejaron sin aliento.


Cuando subió quise inmediatamente ir a verlo pero Marco me aconsejó que lo dejara un poco ya que todos los sentimientos que tenía en ese momento lo podían llevar a un colapso. Y tenía toda la razón.


Durante las próximas horas estuve en la cocina pensando en aquel problema, no aguanté más y me dirigí a su habitación.


- ¿Cariño? ¿Puedes abrir y quitar el seguro?.


- No quiero hablar con nadie, déjenme solo.


- Ryan. Soy yo, papá. Abre por favor.


Abrió la puerta y se acostó rápidamente abrazando una almohada empapada en lágrimas.


- ¿Que le pasó a mi niño?.- formó un puchero.- ¿Quiere contarle a papá? O lo tengo que sacar a la fuerza.- las cosquillas lo tomaron desprevenido y se puso a reír a carcajadas.


- Nooo, piedad.- reía sin parar.


- Esta bien, tu ganas.- sonreí.- Así que volviendo al tema ¿que pasó allá abajo?


- No lo entenderías.


-Pues eso lo tendríamos que ver, cariño. ¿Quieres contarme? Sabes que estoy aquí para escucharte.


Fue una larga historia y a medida que me la contaba pude ver que estaba dolido por la promesa que le hizo su hermana y era más que comprensible. Quizá ni Emily sabía que iba a pasar en ese entonces, a lo mejor fue una decisión apresurada, no lo sé. Pero lo que tengo claro es que no quiero que estén enojados ni tomen distancia.


Luego de un rato de muchos consejos para que se arreglaran él finalmente aceptó ir a verla y conversar las cosas. 


Todo estaba tranquilo al bajar las escaleras e inmediatamente mi instinto de padre me decía que algo no estaba bien, uno de ellos o quizá todos estaban metidos en algún problema, no es que vaya desconfiar de mis hijos pero no son los que se quedan en paz por un día, si pueden mandarse cualquier problema ellos lo harán, son unos pequeños traviesos. 


- ¿Chicos?.- nadie hablaba ni mostraban una señal de vida. 


Los busqué por la casa entera con su hermano hasta que los vi en el patio jugando a las escondidas incluido Marco. A veces pienso y los veo crecer tan rápido que tengo miedo de que pierdan esas ganas de seguir siendo niños y veo que algunos son bien inmaduros a su edad. 


Admito que a veces les hablo de manera infantil pero es por cariño, obviamente no siempre se comportan así y son maduros para otras cosas.


- Así que aquí estaban, ¿puedo unirme?.- todos asintieron felices y comencé a contar, Ryan se unió solo al juego y la tarde se pasó llena de risas.


Liam


Tristemente ya había pasado la hora de dormir y todos estábamos en nuestras habitaciones simulando estar agotados para que papá se fuera a dormir lo más pronto posible. 


Ya que ninguno de nosotros tenía sueño queríamos ver una película de terror y nos íbamos a juntar en la sala de juegos. Acordamos una hora exacta para ir.


Fueron pasando los minutos y el timbre de mi celular sonó con un mensaje del grupo.


Brothers


Liam: Ya voy para allá.


Ethan: No, espera un poco.


Mateo: Si que son idiotas, papá se fue a dormir recién y ustedes van apurados. 


Marco: Dejemos que pasen unos 10 minutos.


Ethan: si


*Marco agregó a Emily*


Emily: ¿Que tal? ¿Ya fueron o que?


Ethan: En un momento. Nos vamos en unos 10 minutos.


Marco: Ya pasaron, vamos.


Mateo: ¡Ey! 


Marco: ¿Que pasó? 


Liam: ???


Ryan: ¿Ocurrió algo? ¿Viene papá?


Mateo: Hasta que hablas :)


Ryan: Ya vas a empezar.. 


Ryan: ¡¡Mateo!! Dilo pues.


Mateo: No es nada, tranquilos. Creo que había escuchando unos pasos.


Marco: Serás imbécil. ¡Era yo! Te dije que nos iríamos juntos. 


Mateo: Ups. Ya vamos entonces. No hay muros en la costa.


En puntitas nos dirigimos a la sala de juegos, cada uno con un cojín y una manta. Nos ubicamos en los sillones y buscamos la película que queríamos ver. Todos votamos por terror a excepción de Mateo pero como la mayoría ganaba quiso verla igual.


Cada vez que iba a pasar algo que daba miedo la persona de al lado nos asustaba y así se fue pasando la noche entre risas, miedo, curiosidad y adrenalina.


Al terminarla Emily dijo que había visto a alguien en la puerta y estaba vestido de negro. Pensamos que era una broma así que no le prestamos atención.


- ¿Y si es un ladrón?.- Ethan sacó el tema y lo dijo casi gritando.


- No bromees.- susurré.- son las cuatro y media de la mañana, si nos descubren estamos fritos. 


- Cierto, vamos a la cama. ¡Corran!.- íbamos a salir en una carrera hasta que Marco nos interrumpió.- ¡Pero en puntitas!.- Nos reímos yendo a nuestras habitaciones.


A la mañana siguiente notamos que el plan realmente había funcionado a la perfección y a ninguno se le había salido por si acaso alguna palabra. Todo transcurrió con normalidad hasta el almuerzo, Mateo amaneció con dolor de estomago y no quería comer nada, ayer por la noche vi como antes de llegar a la sala llevaba un puñado de chocolates en la mano para comer durante la película y estoy casi seguro que esa es la razón por la cual hoy se siente mal.


- Tranquilo mi vida, hoy comerás algo liviano, lo preparo en un momento.- Papá le dijo a Mateo y todos nos sentamos a la mesa a esperar el almuerzo a excepción de Marco y Emily que ayudaron a servir los platos por voluntad propia. 


- Creo que los chocolates me hicieron mal.- Mateo colocó un puchero.


- No le vayas a decir a papá.- susurró Ethan.


- ¿Ustedes no amanecieron con sueño?.- Bostecé. 


- Yo no.- Mateo se encogió de hombros e iba a tomar un sorbo de su bebida hasta que de la nada aparece papá y entra al comedor casi lo asesina con la mirada.


- ¡Ni se te ocurra tomar esa bebida Mateo Alonso!.- Él la soltó de inmediato.- ¿No ves que puedes empeorar ese dolor? 


- Lo siento.- Papá negó y le dio un beso en la cabeza. Repartieron las comidas a todos y al parecer si que era una comida liviana, no solo para él sino para todos. 


Ryan hizo la típica mueca de disgusto por una que otra verdura y comimos en silencio. Al levantarme de la mesa casi me caigo por culpa de mi hermano menor el cual iba corriendo como si su vida dependiera de ello por le pasillo en dirección al baño. Creo que va a ser un día muy largo.


¿Por qué lo presiento? Pues desde aquí escucho perfectamente como Mateo vomita todo y los lloriqueos no tardan en aparecer.


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