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Improvisando
Autora:Brisalunar
Capítulo :4 errores diferentes
Lorenzo y Clarice se acercaron hasta quedar en frente de sus hijos, y estos los observaban atentamente, estaban nerviosos y ansioso por lo que se les avecinaba.
-Ahora queremos saber todo lo que paso, desde el momento en que los deje en la casa de Richard- Dijo Clarice seriamente.
-Estábamos allí jugando con la consola – comenzó Piero a relatar, ya que no quería involucrar más a su hermano por sus planes fallidos
Sus padres asintieron, ambos sabían que Piero no estaba mintiendo, siempre desde muy pequeño era capaz de afrontar cada una de sus travesuras, y Clarice lo incitó a continuar.
-Entonces, tuvimos que ir a su encuentro, pero luego nos dio hambre, fue cuando entramos al almacén y esos tipos comenzaron a insultar al vendedor, el señor era de edad y con Ian lo defendimos sin pensar en que todo terminaría en un pleito y mucho menos que llegaría la policía- Relato lentamente sin quitarla la vista a sus padres.
-A mí me pidieron que me quedará en casa, pero yo insistí en que los quería acompañar- Se apresuro a decir Giovanni, no quería que sus padres pensarán que todo era culpa de su hermano, cuando fue él el que les rogó que lo llevaran con ellos -No querían llevarme, pero yo se los pedí-
-De acuerdo, ¿y a ustedes quien les dio permiso para salir de la casa de su tío a ver a su amigo? - Interrogó Lorenzo severamente con una mirada acusadora -No solamente traicionan nuestra confianza, sino que también la de Richard-
-No nos íbamos a demorar papá- añadió bajito Giovanni
-No importa si se hubieran demorado 5 minutos o 3 horas hijos - Dijo Clarice más calmada que su esposo -Le debieron haber preguntado si podían salir, o si él mismo los podía llevar-
-Pero no lo hicieron- Puntualizó Lorenzo molesto observando a sus hijos con el ceño fruncido- ¡No lo hicieron porque donde iban era a conseguir bebidas y alcohol! -
A Piero se le erizaron los pelos, su padre estaba subiendo lentamente el tono de voz y este ya era amenazante sin la necesidad de hacerlo, había llegado el momento de aclarar esa parte de la historia.
-Estoy esperando a que lo expliquen jovencitos- Exclamó severamente su papá.
Sin embargo, las palabras no le salían, no sabía como explicar el tema de las botellas sin llegar a involucrar a sus amigos, porque de seguro su papá estaría llamando a los otros padres a contarles que planeaban una fiesta sin adultos en casa y con alcohol, no importaba si ya no podría asistir a la fiesta por estar castigado, no los iba a delatar.
- ¿Y bien? - Exigió fría y seriamente Lorenzo, poniendo más nerviosos a sus hijos.
-Es porque con Ian queríamos probar- Dijo despacio Piero, no le costó admitirlo porque no era del todo mentira, a pesar de que a él no le llamara mucho la atención el beber alcohol, si tenía la intención de probar -Pero nosotros lo conseguimos sin que Giovanni se diera cuenta papá- Terminó de relatar con toda la convicción y sinceridad que lo caracterizaba, porque era la absoluta verdad.
Lorenzo se enojó aún más, su hijo recién había cumplido los 16 años y ya estaba pensando en beber alcohol, qué pasaría después, ¿terminaría borracho?, no quiso seguir imaginándoselo porque solo ayudaba que su ira creciera.
- ¡Tienes 16 años Hijo!, no puedes beber -le dijo su madre
-Pero no lo hice- les debatió
-Y me alegro, porque entonces la situación sería mucho peor - Le respondió Clarice
Al igual que su esposo se sentía molesta, pero igual o más preocupada aún de que su hijo tuviera intenciones de beber a escondidas, siempre le habían enseñado que podría confiar en sus padres para lo que sea.
-Quiero aclararles algo a los dos- Comenzó a decirles Lorenzo, captando la atención de sus hijos- No estamos decepcionados de ustedes, pero sí molestos porque pudieron haber pensado mejor las cosas, no haber salido sin permiso ni sin avisar, conseguir alcohol y terminar al otro lado de la ciudad, cuando ustedes aún no dimensionan de los riesgos que les puede ocurrir allí afuera, jovencitos-
Los chicos miraron ambos padres, sin saber mucho que decir al respecto, Giovanni no sabía la verdadera razón del porque habían salido de la casa de su tío, y tampoco Piero mencionó que fue su amigo el que les paso las mochilas que ya tenían las dichosas botellas, porque ellos no pasaron a comprar a ninguna parte el alcohol, anotó mentalmente que después le preguntaría a su hermano aquello.
-No tendrán sus teléfonos ni nada electrónico por dos semanas, si necesitan usar la computadora para algún trabajo utilizarán la de su madre o la mía, y ambos estarán sin salidas por un mes, saliendo de la escuela se vendrán directo a la casa, sin excusas ni excepciones- Sentencio su papá, a los chicos les dolió el castigo, y por un breve momento ambos pensaron que les había salido barata la travesía de la visita a la comisaría, pero sus ilusiones fueron descartadas cuando escucharon a su padre hablar nuevamente.
-Esto lo diré solo una vez, no queremos que vuelva a ocurrir porque entonces seremos mucho más estrictos y ustedes señoritos, serán unos niños muy tristes- declaró, esta vez ganándose además de unas miradas estupefactas de sus hijos, una amenazante de su esposa, claro que Clarice no le iba a permitir ser aún más estricto con sus pequeños, pero sus hijos no sabían eso.
-Ahora quiero que vayan cada uno a su habitación, sin correr por las escaleras, se arreglan para dormir y me esperan allí, no quiero escuchar ningún ruido, ¿Estoy siendo claro? – dijo severo
-Si – asintieron los chicos mientras respondían, y se paraban a subir a sus cuartos.
Una vez que ambos padres se quedaron solos Clarice habló.
-Iré a hablar con Piero, quiero saber más sobre el tema del alcohol
-Magdalena te está esperando para ver la película amor- recordó su esposo -Después hablaremos con Piero
Clarice estuvo meditando por un segundo, le había prometido a su hija ver la película juntas, y considerando que el día ha sido ya bastante largo, decidió que era mejor conversar con Piero al día siguiente, porque estaba decidida a no dejar pasar más días para aquella charla.
-Tienes razón- le respondió y acercaba sus labios al oído de su esposo -No seas tan duro con ellos- casi le suplicó, aunque no hacía falta, sabía con certeza que Lorenzo no dañaría a sus hijos.
Salieron rumbo a sus respectivos destinos, mientras Clarice iba a ver una película de princesas, aunque su mente estaría en otra parte, atenta a escuchar cuando se termine el castigo de sus bebes para ir a consolarlos, Lorenzo se encaminó a la habitación de su hijo menor.
Toco la puerta y obtuvo un tenue "adelante" por parte de Giovanni, el niño estaba sentado en la orilla de la cama, con su pijama puesta y con un intento de sonrisa, a Lorenzo le dio mucha ternura, pero en estos momentos debía dejar aquellos sentimientos y ponerse firme, sabía que debía hacerlo.
- ¿Algo más que decir, hijo? - Preguntó con los brazos cruzados, con el mismo tono serio de hace unos minutos, pero ahora se le notaba levemente menos molesto.
"Por su tono d voz quizás no sea tan duro " pensó ilusionado Giovanni mientras miraba a su padre desde su lugar y negaba con la cabeza.
-Bueno, no alarguemos más esto y terminemos con la lección de lo que les sucede a los niños mal portados
Comenzó a caminar hasta donde se encontraba su hijo y se arrodilló delante de él para que lo pudiera ver a la misma altura
-Lo lamento mucho, papá- Dijo Giovanni mirándolo directamente, con lágrimas contenidas en sus ojos, haciendo sentir en su padre un profundo dolor por verlo así.
- ¿Entiendes que lo que hicieron estuvo mal desde el principio verdad? - Le preguntó a su hijo –Fue muy peligroso lo que hicieron, las personas con las que se pelearon eran mucho más grandes que ustedes y pudieron salir lastimados, todo lo que hicieron desde salir de la casa de Richard estuvo mal, y por eso te voy a castigar-
-Papá, por favor no lo hagas- Aun sabiendo que era inevitable lo que iba a suceder, no pudo evitar decir aquellas palabras -Prometo que entiendo que actuamos mal-
-Lo sé, pero necesito que veas lo que pasa cuando no obedeces, por si nuevamente se te ocurre hacer algo parecido, así tu traserito te enviará un mensaje de recordatorio- dijo más serio de lo que esperaba mientras hacía levantar al chico y él tomaba su lugar en la cama.
-Lo siento, lo siento, lo siento- exclamó el pequeño en un susurro mientras su padre lo maniobraba para dejarlo en sus rodillas.
-Me alegra que lo sientas hijo, pero lo que hicieron estuvo muy, muy mal y por ello recibes este correctivo- reprendió severo.
Inmediatamente después de decir aquellas palabras se arrepintió, él debía calmar a su hijo antes de un castigo y no lo estaba logrando por todo lo que salía de su boca eran reprimendas, y podía sentir a su pequeño temblar en sus piernas, afianzó el agarre pasando su brazo por la cintura de Giovanni y con su otra mano le comenzó a acariciar lentamente su espalda, haciéndole pequeños círculos y arañitas para lograr relajarlo después de que por su boca floja lo haya puesto aún más nervioso.
-Hijo, ¿entiendes porque estamos así verdad? – preguntó más suavemente, mientras le acariciaba la cabeza.
-Si- Dijo bajito -Porque no les hicimos caso y desobedecimos las reglas-
-Bien, no más desobediencias, porque no quiero que volvamos a estar nuevamente en esta posición por lo mismo Giovanni- Le dijo mientras le bajaba el pijama junto con su ropa interior, el chico soltó un pequeño gritito y su padre le comenzó a dar pequeñas palmaditas como las que se le dan a los bebes para calmarlos antes de comenzar, luego se detuvo y levanto más en alto su mano, dejándola caer con fuerza en medio de las nalguitas descubiertas de su bebé, haciendo sonar las nalgadas en toda la habitación, acompañadas rápidamente por los quejidos y lloriqueos de Giovanni.
PLAS PLAS PLAS aaay PLAS PLAS me estás PLAS PLAS PLAS dando muy PLAS PLAS fuerte
Lorenzo sabía que su hijo menor a diferencia del mayor comenzaba a llorar desde el principio, y aunque le dolió la declaración de Giovanni, no quería tener que repetir el castigo, por eso había decidió ser firme y comenzar desde el principio con algo de fuerza y rapidez, para no alargar más y poder consolar a su pequeño.
PLAS sniff PLAS PLAS aay PLAS PLAS sniff PLAS PLAS aay PLAS PLAS duele PLAS
-Se que duele hijo, es para que esto no se repita- dijo Lorenzo sin dejar de castigar severamente la colita de Giovanni.
PLAS auch PLAS aay PLAS PLAS auch PLAS PLAS PLAS no... PLAS no PLAS más... PLAS
El pequeño no dejaba de moverse en el regazo de su padre, mientras este seguía con el duro castigo
-Estás son las consecuencias de tus actos, hijo-
-No lo volveré a hacer- murmuró entre lágrimas, Lorenzo se había detenido por un instante para sobarle su espalda, sin embargo, fueron solo unos segundos, cuando nuevamente Giovanni sintió la dura mano de su padre estamparla en su trasero.
PLAS PLAS PLAS aay PLAS PLAS PLAS Duele PLAS PLAS aay PLAS PLAS Ya papá PLAS aay PLAS auch PLAS detente PLAS por... favor PLAS Me ... PLAS aay PLAS aay PLAS duele mucho... PLAS auch PLAS
-Ya casi terminamos, lo estás haciendo muy bien- lo consoló papá mientras levantaba su rodilla para dejar más en alto el trasero de su hijo para finalizar el castigo, su pequeñito comenzó a llorar abiertamente por el dolor en sus posaderas, moviéndose y pateando sin ser consciente de ello.
aay PLAS PLAS auch PLAS yaa... PLAS PLAS PLAS auch PLAS PLAS auch PLAS sniff PLAS
Las últimas diez palmadas fueron aún más fuertes, haciéndolo brincar aún más con cada una, Giovanni quedo agotado y sollozando, no se había percatado de que su padre había terminado hasta que sintió una leve caricia en su cabello.
-Ya... todo terminó- Lo consoló Lorenzo haciéndole leves caricias, y recibiendo como respuestas más sollozos de Giovanni.-Tranquilo, hijo- Decía suavemente para calmar a su hijo, mientras le subía sus ropas y lo tomaba para acomodarlo y poder tenerlo sentado sobre su regazo, con el trasero de su niño en medio de sus piernas y así no provocarle incomodidad.-Ahora todo está en el pasado, tesoro- susurró mientras apegaba el cuerpecito de su hijo contra su pecho, los brazos de Giovanni no se hicieron esperar más y abrazó por el cuello a Lorenzo, mientras mantenía apoyada su cabeza en el pecho de su padre.-No llores más – le pidió más para sí mismo, odiaba ver a su hijo así, a pesar de que algunas veces debía de darle un buen correctivo -ya todo está perdonado, ¿Bueno? -
-Ajá- respondió despacio mientras asentía sin quitar su cabeza del pecho de su papá._Lorenzo continuó con las caricias, pasando suavemente sus manos el cabello y la mejilla de su niño una y otra vez, calmándolo lentamente durante unos minutos, hasta que su hijo le hablo.-Me diste muy fuerte- le acusó
-Debía ser así, para asegurarme de que entendieras- le confesó culpable con una media sonrisa forzada -Pero ya acabo, y papá te tiene en sus brazos-
-De verdad lo siento mucho- le dijo a su padre sin darse cuenta de que formaba un tierno puchero en sus labios -No seas duro con Piero- le pidió casi en suplica.
A Giovanni nuevamente se le escapó una lagrimita, por lo que Lorenzo debió pasar su dedo pulgar para limpiarle la carita, y comenzó a mecerlo pausadamente, le conmovió que su hijo apelara por su hermano, ambos recibirían el mismo castigo, sin embargo, lastimosamente recordó que con su hijo mayor debe tratar el tema del alcohol. Luego miro nuevamente la carita de su hijo y se dio cuenta de lo cansado que estaba, él siempre se preocupaba de acompañar a sus hijos todo el tiempo que ellos lo necesitaran después de una reprimenda, usualmente hasta que el cansancio les ganara y se quedaran dormidos en sus brazos.
-Tranquilo, yo estoy aquí- le dijo Lorenzo sin dejar de mecerlo, al sentir como su hijo sollozaba y se apegaba más a su pecho.
En ese momento la puerta se abrió lentamente, y Clarice entro de forma sigilosa, se enterneció con la escena de ver a su bebé acunado en los brazos de su esposo, a pesar de que haya terminado con la colita caliente. Se acercó para arrodillarse y ayudar a Lorenzo a repartirle caricias y mimos a su hijo, sin embargo, cuando Giovanni se dio cuenta de que había alguien más en la habitación se volteó a ver, y al percatarse de que era su madre, escondió su cara en el pecho de su padre.
- ¿Qué pasa tesoro, no quieres que mamá también te haga mimos? - Preguntó Clarice dulcemente
El chico se sonrojo en respuesta y luego volvió a sacar su cara del escondite para hablar, aún sentía remordimiento por haber traicionado la confianza de sus padres.
-Si quiero – confesó bajito y Clarice se apresuró a besar su mejilla.
Luego de unos minutos así, se puso de pie y se dirigió hasta la cama para empezar a prepararla para que su hijo se acostara a descansar, había sido un día bastante largo, y solo quería dejar a su chiquito arropado y durmiendo.
Una vez que acomodó las almohadas y abrió las mantas, Lorenzo se levantó con su hijo en brazos, a pesar de que el chico ya era bastante alto, su padre era muy fuerte y podía tomarlo sin problemas, camino hasta la cabecera y cuando pretendía dejarlo acostado, boca abajo por supuesto, abrió abruptamente sus ojos azules, algo aturdido por el sueño.
-Que... no quiero acostarme a dormir- se quejó soñoliento
Sus padres sonrieron, esa replica lo hacía verse aún más pequeño, porque eran las mismas palabras que usaba cuando ya era su hora de dormir.
-Usted se va a quedar en la cama acostado- le explicó su mamá, mientras le ordenaba el cabello que se le había ido a la frente, sabiendo que por el cansancio terminaría dormido en menos de cinco minutos -Tómalo como parte del correctivo mi vida-
Giovanni quiso seguir protestando, pero su padre notó sus intenciones y decidió cortar con aquella escena que se avecinaba, por lo que le dio una suave palmadita a su trasero mientras lo dejaba en la cama provocando que el niño diera un respingo, había sido una nalgada muy flojita, pero la zona aún estaba bastante sensible.
-Mamá se quedará contigo hasta que duermas- Le confió él mientras lo dejaba y le depositaba un tierno beso en su frente y salía de la habitación, mientras que Clarice se acomodaba al lado de su hijo para regalonearlo, agradeció que su hija quisiera dejar de ver la película para seguir pintando, así que no tuvo problemas en ir hasta la habitación de su pequeño castigado a consolarlo, y por como el pequeño seguía frotando su trasero, sabía que necesitaría de mimos extras.
Ahora venía la segunda parte difícil, enfrentar a su hijo mayor, mayor edad, mayor el nivel de contestación, se proponía contar hasta mil, si era necesario para no terminar en una discusión con él, ya que era lo que ocurría últimamente debido a las diferencias de opiniones, pero esta vez no era discutir algún tema en particular, sino que debía ser firme y castigarlo. Tenía claro que el castigo a Piero iba a ser un poco más largo que con Giovanni por el temita del alcohol, pero es que el solo recordar que tenían toda una botillería dentro de esas mochilas, cervezas, tequila, ron, ¡hasta vino! le hacía hervir la sangre de coraje, como su pequeño de 16 años podría estar pensando en ingerir todo eso.
Comenzó a caminar decididamente a la habitación de su hijo, repitió la acción de tocar la puerta y cuando escucho el "adelante" por fin entró.
Pobre niño 😢 no quiero saber cómo le va a ir a Piero si con este fue duro más con Piero
ResponderEliminarTerry