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miércoles, 14 de julio de 2021

Sangre flamenca capitulo 29


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Sangre flamenca

 Autora: Terry

 Capítulo:29

 

 



 
Ya estaban todos en el autobús que llevaba a Ramón a la gira, iba toda la compañía y por supuesto toda su familia; Moisés se aparto de todos sin querer hablar con nadie, estaba muy dolido porque había llegado a una conclusión que su novia nunca estuvo enamorada de él, que solo estuvo jugando con sus sentimientos, sus padres que se dieron cuenta de su inhabitual silencio, prefirieron darle su espacio y no interrogarle al respecto; cuando llegaron al hotel en la ciudad donde se iba a llevar a cabo el debut de gala de la gira fueron a sus habitaciones pero hubo un problema y los tres niño tuvieron que ocupar una misma habitación, cosa que a Moisés no le hizo ni pizca de gracia.

Una vez instalados todos se reunieron para ir a comer pero Moisés no había bajado con sus hermanos, fue cuando Ramón decidió subir a ver que le pasaba a su niño pero llamó a la puerta y nadie contestó, entonces sacó la tarjeta de ingreso al cuarto de los chicos, una copia que exigió tener para vigilar a sus muchachos , cuando entro vio a Moisés en la terraza con su guitarra y una libreta y se quedó parado detrás del chico leyendo la letra de la canción que estaba componiendo sin hacerse notar.


Vuelve mi alma a debatir con el sueño de estar junto a ti y la calma no quiere llegar solo quiero estar contigo una vez más.

Cuando me acuerdo de ti se enloquece mis sentidos, déjame fundirme en la aroma de tu piel, cariño mío.

Dame solo una razón y me enfrento al mundo por los dos, paso las noches en vela y vivo por una ilustración.

Fueron tus besos o la magia que habita en tu voz, la trampa del deseo, que no me deja vivir sin tu amor .

Y hazme un ladito en tu cama que quiero soñar contigo y que cuando me despierte yo vea mis sueños cumplidos.

Y hazme un laito en tu cama que quiero soñar contigo y que cuando me despierte tú estés al laito mio.

Secretos que debo guardar de unos besos que viven en la oscuridad, que se me van, cada noche se me vuelven a escapar.

Y aunque mejor si me olvido de todo ,me olvido de ti y de tu amor, me invento otra vida aunque sea mentira .

Pero no puedo ni quiero vivir ti porqué te sigo amando y hasta que muera voy a seguir


  • Moisés , hijo esa canción es muy buena – Moisés que hasta ese instante no se dio cuenta de la presencia de su papá se puso furioso porque esa canción era una intimidad, para él esa letra solo estaba dedicada para una sola persona, su amor platónico… Almudena por tanto era inédita – ¿porque no hablas con Jorge y le ponéis música? puedes cantarla en la gala – le dijo sin darse cuenta del cambio en la expresión de su hijo, Moisés estaba muy enfadado porque su padre había interrumpido su intimidad y visto lo que no quería que vieran nadie en la vida, su canción así que reacciono de mala manera

  • ¿Qué haces aquí?, ¿me estás espiando? – pregunto bruscamente y Ramón abrió los ojos como platos

  • ¡Moisés! Solo vine para que vayamos a comer – pero Moisés seguía con la idea de que lo estaban espiando

  • ¡¿Y porque no llamaste?! – le dijo gritando rojo de la furia

  • ¡Basta!... Moisés no me grites, y sí, te llame pero no contestabas y use la tarjeta, no veo porque tanto lío, ahora ¡vamos a comer! – le contesto molesto, desde el día anterior que le dijera lo de la gira, su hijo estaba de grosero pero Ramón alzó las manos, sabía que estaba mal por lo de la chica

  • No quiero comer, no voy a ir – Ramón se cogió el puente de la nariz

  • Moisés no puedes estar sin comer, ni siquiera desayunaste solo te bebiste un zumo y eso no es comida – le hablo relajado con amor, a ver si el chico se calmaba y bajaba la guardia

  • Te he dicho que no… ¿acaso estás sordo? – volvió a ser insolente, aun así Ramón trato de estirar la liga a favor de su hijo así que le hablo en todo de advertencia

  • Mira, solo te voy a decir una cosa – dijo alzando un dedo – ¡vas a bajar y punto! – y la orden lo enfureció más

  • Bajo si quiero pero como ahora no me salen los cojones, no bajo – y eso bastó para que Ramón pasar de la advertencia verbal a la física, lo cogió del brazo y lo apegó a él

  • Plaf plaf plaf plaf ya está bien plaf plaf de tanta grosería plaf plaf plaf plaf plaf se cómo te sientes pero nadie tiene la culpa – y lo abrazo y para su asombro Moisés se dejó abrazar, estaba mal emocionalmente – Chiqui enfadarse con el mundo no arregla nada – murmuro mientras le limpiaba las lágrimas ya que Moisés empezó a llorar y le dio un beso en la frente – ¿no pudiste ponerte en contacto con ella? – Moisés cerró los ojos

  • No papá, y lo que más me duele es que ella se estuvo burlando de mi amor – Ramón quería decirle que era mentira, que si la chica le había dicho eso fue obligada por alguna amenaza, pero decidió no decir nada, que su hijo lo viera como un desengaño de amor

  • Moisés hijo, lo siento por ti – Moisés lloro por un rato más y Ramón le dio tiempo abrazándolo, una vez estaba más calmado le dijo que se lavara la cara que bajarían a comer que los estaban esperando y así lo hizo


Cuando terminaron de almorzar ya era tarde y Ramón habló con sus hijos, quería hacer un cuadro flamenco en donde estuviera toda la familia pero Moisés se negó, no tenía ganas de nada pero Ramón habló en privado con él.


  • Chiqui esto es importante para mí ustedes están creciendo y pronto volarán de la casa – Moisés lo miró sin saber dónde quería llegar su papá – tu pronto irás a la universidad y no sé si te vas a quedar en Sevilla o vas a ir fuera y quiero hacer esto con ustedes que cuando sean más grandes ya será casi imposible, así que anda hijo hazlo por mí – Moisés suspiro, pidiéndole así no se podía negar

  • Está bien


Ramón lo abrazó conforme y fue a la habitación que compartía con su esposa, tocaba convencerla.


  • Te cambió la cara… ya está, arreglaste las cosas con Moisés – le dijo Rebeca a su marido, Ramón se acercó cogiéndola por la cintura dándole un beso en los labios

  • El no está bien y hasta que cure las heridas hay que tener paciencia – Rebeca arrugó la nariz, para ella era su bebé y no quería que ya estuviera sufriendo por amor – pero logré que aceptara salir en el cuadro flamenco familiar que vamos hacer – y Rebeca fundió el ceño

  • No Ramón, no yo no voy a salir sabes

  • Venga mujer

  • No Ramón, sabes que no me gusta bailar en público – Ramón soltó el aire

  • Venga mujer siempre quise hacer eso y esta es mi oportunidad, los chicos están creciendo y pronto volará del nido y cuando lo hagan ya no tendré hacer nada – Rebeca respiro profundo porque no podía quitarse de la cabeza los resultados que estaba esperando del doctor y también pensó que a lo mejor esto sería lo último que haría con su familia

  • Está bien Ramón te sales con la tuya – Ramón la alzó dándole vueltas y besándola en los labios


En eso estaban cuando oyeron un griterío, las habitaciones estaban una a lado de la otra y los gritos venían de la habitación de sus hijos, los dos se miraron ¡qué poco le duró la paz ! pensó, resignados fueron a ver qué pasaba y cuando Ramón abrió la puerta con su tarjeta vio a Abraham con los ojos a punto de llorar, frotándose el brazo.


  • ¿Qué pasa aquí?, ¿Porque ese griterío? – pero no tuvo respuesta de ninguno de sus hijos – Abraham ¿qué pasó? – el chico se ofendió siempre era a él quien le echaba la culpa

  • YO NO HICE NADA – le gritó a su papá yéndose corriendo a encerrarse en el baño, pero Ramón fue rápido y lo cogió por el brazo zarandeando un poco

  • Plaf –  un palmetazo le cayó Abraham en medio del trasero –  ya te he dicho que no grites solo estamos hablando – Abraham estaba dolido, pasará lo que parara siempre salía perdiendo,  un nudo se le formó en la garganta haciéndolo llorar en silencio y Moisés se sintió culpable, él fue quien pegó  a su hermano en el brazo pero claro que él no diría nada

  • A ver ¿qué tienes en el brazo? – le dijo Rebeca al niño porque estaba claro que alguno de los dos le había golpeado a su hermano, los dos se quedaron en silencio aunque a Noel los nervios se lo comían por dentro, no quería otra paliza por pelear y esta vez el no tuvo la culpa

  • Una de dos o decís quién le golpeó o los castigo a ambos – a Noel se le encogió el estómago, pero tampoco vendería a su hermano así que espero que Moisés diga algo, pero no digo nada – está bien vosotros lo habéis querido – Ramón miro a Rebeca – llévate a Abraham a nuestra habitación – y Noel cerró los ojos, se iba a llevar una zurra por idiota y todo por no delatar a su hermano



Noel





 

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