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miércoles, 5 de mayo de 2021

Una perfecta familia, Capítulo 8


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 Una perfecta familia 

 Autora: Terry 

 Capítulo 8 

 

Mar: Toño te hice una pregunta y quiero que me contestes no te quedes Callao de nuevo

Toño: papá es que – Toño se quedó callado no sabía que contestar

Mar: no empieces de nuevo contesta Toño – Mar estaba harto de que se quedara callado siempre que le preguntaba para luego mentirle, porque él sabía muy bien cuando su niño le mentía

Toño: y yo...y yo – estaba tartamudeando como siempre cuando se ponía nervioso o mentía y como ahora eran las dos cosas pues no articulaba palabra

Mar esa vez perdió los nervios no estaba pensando solo se repetía una y otra vez que Toño llevaba dos semanas mintiendo y la sangre se le subió a la cabeza y empezó a sacarse el cinturón, a Toño se le heló la sangre él sabía para que se saco el cinturón.

Mar: ze te acabo el estarme mintiendo... a ver si azin zigues con tu juego que yo también voy a jugar – Toño sin darse cuenta se levantó y corrió detrás de María que al ver que Mar se saco el cinturón también se puso en pie, no iba a dejar que lo castigue con eso

María: ¡que demoños te pasa Mar!... ¿no te acuerdas de la edad de tu hijo? – Mar en ese momento se dio cuenta de lo que iba a hacer y tiró el cinturón lejos, le empezaron a temblar las manos por la estupidez que iba a cometer, se apresuró acercase a Toño para cogerlo y abrazarlo, pero Toño no se dio cuenta que su papá no tenía el cinturón en la mano porqué cuando se puso detrás de María, Toño la abrazo por la cintura con la cara pegada a la espalda

Toño: ¡NOO! No papi no... no me pegues con eso – Toño estaba histérico con solo pensar que lo iba a castigar con el cinturón

Mar: no cariño no te voy a castigar con ezo – dijo Mar apurado cogiendo a Toño tirando un poco de él – ven mi vida, que papá se volvió un poquito loco – se disculpo y empezó abrazarlo a besarle la cabeza – ya mi niño... ya, no llores bebé, no llores así – repetía dándose cuenta del tremendo fiasco cometido, es que papá no sabía que ahora Toño todo lo veía muy complicado, si no le hacía caso a su mamá se enfadaba y lo trataba mal; por lo que a él le daba miedo no hacer lo que decía su mamá porque sabía que le pegaría fuerte y a su papá hoy se le fue la paciencia y casi le pega con la correa – ya mi príncipe vamos al baño a lavarse esa carita ...zi venga no llores más

Mar no sabía cómo calmarlo y se dirigió al baño con Toño que no dejaba de llorar, el niño estaba muy presionado no sabía qué hacer... si contarle la verdad a su papá o le guardaba el secreto a su mamá y entonces pensaba ¿y si le decía a su papá y ya no veía más a su mamá?, aunque no la echaba de menos pero a lo mejor cambiaba, quizás se portaba así era porque nunca estuvo con él pero si pasará más tiempo con él, quizás le daría mimitos y estaría a su lado; en tanto Mar sumido en sus pensamientos le lavo la cara a Toño sin dejar de darle abrazos y besos... había sido un estúpido, un imbécil por no saber llevar la situada ase decía, pensando en eso le lavo la cara y le curo la pequeña herida del labio a su hijo y Toño se preguntaba su papá le iba a pegar con el cinturón, parecía que no, pues papá ahora le daba mucho cariño y mimos si hasta le curo la herida del labio que su mamá le hizo ...su mamá, ni después de darle ese revés se acerco a ver su herida, es más, ni un solo abrazo desde que fue a verlo hace dos semanas.

Mar: ¿te encuentras mejor? ...¿quieres que vayamos a comer? – pregunto papá

Toño: zi – la verdad es que Toño estaba muerto de hambre

Mar: bien, vamos – dijo papá, pero lo retuvo un momento – pero antes... Toño después de que comamos quiero que me digas que te pazo, cuando ambos eztemos más tranquilo – Toño iba abrir la boca para protestar pero su papá lo corto – no Toño después de comer

Los dos bajaron a la cocina para terminar de comer, Mar se sentó poniendo a Toño en sus piernas como cuando era más pequeño, además ahora mismo no lo iba a dejar después de la estupidez que casi comete; por su parte de Toño estaba encantado, a él le gustaba mucho que lo mimaran sobre todo papá; terminado de comer María saco un trozo de tarta de chocolate para Toño a él le encantaba el chocolate, olvidándose del trato que tenían Mar y Toño, ambos quedaron en que Toño comería chocolate cada tres días, donde Toño tuvo que aceptar el trato, es que o era eso o no había chocolate, y ahora como el día de antes se atiburró de chocolate miro a su papá con ojitos de el gato con botas.

Toño: papi... ¿puedo comérmelo? – los ojos le brillaban por la respuesta de su papa, a Mar no le quedó otra que asistir con la cabeza ya que María lo estaba acuchillado con la mirada como diciendo: atrévete a decirle que no y será las últimas palabras que pronuncies

Mar: ¡claro! que te lo puedes comer mi vida – respondió para alegría de su hijo, pero antes de que Toño continúe, el aprovecho para hablar – Toño ahora zi quiero que me contestes ¿ que te paso en el labio?

Toño: eh... verás Iván y yo empezamos hacer bromas y al forcejear me dio un golpe sin darse cuenta – Mar al instante sabía que era mentira

Mar: ¿porque mientes? – respondió, pero no espero respuesta, puso un pie en el palo de la silla cogiendo a Toño tumbándolo boca abajo en su pierna dándole un tirón del pantalón dejándolo en boxer y sin decir ni una palabra más empezó a castigarlo – PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – y lo volvió a bajar de su pierna le subió el pantalón no haciendo caso al llanto de Toño lo llevo a la salita lo sentó en un pico del sofá – no quiero que te muevas de ahí en toda la tarde, a ver zi azin ze te quitan las ganas de mentir

Toño no dejaba de llorar, pero Mar hizo su corazón duro... le daba pena ver a su bebé así pero si se lo dejaba pasar y se ablandaba, sería peor porque nuca dejaría de mentir, Mar en sus pensamientos estaba de brazos cruzados delante de Toño el que poco a poco levantó la cabeza para mirar a su papá tenía los ojos rojos de tanto llorar no porque le hubiera dado la paliza de su vida sino porque no quería mentir a su papá y que se enfadara con él, pero no tenía otro remedio.

Toño: papá ¿ Puedo subir a mi habitación? – él quería irse de allí, irse a su cama y llorar por lo mal que se sentía ya que esta vez su papá no le había dado un abrazo, tenía que estar muy enfadado con el pensó

Mar: no Toño, no puedes ir... te vas a estar ahí hasta la hora de cenar – ya le estaba doliendo en el alma verlo con esa carita

Toño: pero tengo que hacer los deberes – murmuro saliéndose otra vez las lágrimas a lo que Mar ya no pudo más y se sentó al lado de Toño

Mar: no te preocupes por eso, ahora te traigo la mochila y los haces aquí y te ayudo zi quieres – Mar abrazo a Toño con todas su fuerzas, como le dolía verlo llorar – ya hijo, ya... no se llora más ¿zi? – dijo dándole besos en la frente – zabes que te castigue por mentirme y parte del castigo es no moverte del sofá – Toño se abrazo a su papá rojo como un tomate le daba vergüenza que su papá se diera cuenta que le mentía

Mar subió a por la mochila de Toño para que hiciera los deberes, el resto de la tarde estuvo tranquila pero a la hora de la merienda Toño todavía no se movió de donde lo sentó su papá, él no quería moverse pero tenía que hacer pipí, ya no aguantaba más pero si se iba al baño y otra vez se enfadaba su papá... que dilema

Toño: papii ¿todavía está enfadao conmigo?

Mar: no cariño no estoy enfadao – Mar dio un suspiro por la pregunta de su niño

Toño: entonces ¿puedo ir al baño?... es que ya no aguanto más

Mar: claro churri, claro que puedes porque no me lo dijiste antes – pregunto acercándose a Toño dándole un beso en la cabeza

Toño se fue al baño, Mar se dijo a si mismo que después de que viniera todavía no lo iba a dejar que se moviera de su sitio tenía que ser firme porque Toño se las chasqueaba todas y el siempre cedía, estado en sus pensamientos llamaron a la puerta se levantó para ir abrir y se encontró ni más ni menos que con su padre

Mar: ¡papa! ¿Qué haces aquí? – pregunto Mar con los ojos muy abiertos y una cara de felicidad que no podía dejar de sonreír

Antonio: yo también me alegro de verte – dándole un abrazo a Mar cual también se lo devolvió

Mar: si que me alegro solo que me sorprendí – respondió – como no habías dicho que venías pues es una verdadera sorpresa, pero pasa no te quedes ahí

Antonio: no avise porque vine a una reunión y me iba pero después me di cuenta que hoy es viernes y se me antojo pasar el fin de semana con mi nieto y mi hijo – anuncio entrando a la estancia

Mar: ya verás cuando te vea Toño, va a saltar de alegría – padre eh hijo se encaminaron a la salita en esta se encontraba María sentada, María al ver al padre de Mar se puso de pie

Antonio : veo que tenéis una grata compañía – el hombre se acercó a María para saludarla le dio dos besos y un abrazo

María: un placer verlo de nuevo Antonio – no pudo evitar ponerse nerviosa con una sonrisa en la cara que era toda fingida porqué estaba a punto de desmayar

Mar: papá María ze vino a vivir con nosotros – Mar no pudo evitar sonrojarse, era un adulto pero le daba vergüenza de su papá

Antonio: ¿y cuando pensabas contármelo? – pregunto riendo, pero Mar no tuvo oportunidad de contestas en ese mismo momento llegó Toño que a ver a su abuelo se tiró corriendo a sus brazos

Toño: abuelo que alegría cuando haz venio – el abuelo lo levanto por el aire como si Toño tuviera tres años

Antonio: acabo de llegar vaquero  a Toño se le puso una risa en la boca, su abuelo tenía tiene una finca donde criaba caballos y de chico cuando lo montaba le decía que era un vaquero como las películas del oeste y ya nunca lo dejo de llamar así

Toño: ¿Cuánto tiempo te vas a quedar? – quiso saber

Antonio: el fin de zemana, el domingo a la noche me voy

Toño: quédate toda la semana – le pidió con un puchero

Antonio: vaquero tengo que trabajar – explico su abuelo con calma

Toño: pero tu eres el jefe... llamas y le dices que no vas a ir... anda quédate conmigo – le rogo

Antonio: la próxima semana lo arreglo todo para venir una zemana entera vale? – dijo poniéndolo en el suelo

María: le pillamos la palabra – intervino ella, regalándole una sonrisa

María preparo una merienda corto fruta, hizo unos bocadillos y unos zumos y evitó poner leche para no tener problemas con Toño, mas adelante tendría unas palabras con Mar, ya era bueno de esa tontería de tener a Toño castigado desde el almuerzo.

María: pasen a merendar – Toño estaba sentado de nuevo en el sofá ya que Mar le había dicho que sentara ahí de nuevo, los dos hombres se iban en dirección de la cocina pero el abuelo se dio cuenta que Toño no los seguía

Antonio: vaquero ¿no vienes? – y Toño bajo la cabeza se puso a llorar la verdad, que en esas dos semanas estaba muy sensible

Toño: es que...no, papá no me deja que me mueva del sofá – dijo todo lloroso con la cara más roja que un tomate el abuelo le echo una mirada a su hijo, que si las miradas matasen Mar ya estuviera en el otro mudo

Mar: ¡Toño! – Mar fue donde estaba sentado y lo abrazo apurado – cariño no quería que te movieras para que no tocaras tu juegos y te quedará pensando que a papá no le puedes mentir, pero yo no te he dicho que no meriendes con nosotros eso nuca va a pasar – le explico y María se acerca a ellos coge a Toño y se lo lleva a la cocina abrazo por el cuello

Antonio: pues tu tampoco eras muy verdadero – comento alzando una ceja

Mar: pero mis mentiras eran más dolorosas para mi – dijo arrancado a correr a la cocina y a Antonio no le quedó más que negar con la cabeza y embozar una sonrisa

Lo que quedó de tarde estuvo bien, aunque Toño no se pudo mover del sofá, se pusieron al día y el abuelo le dijo que a lo mejor se cambiaba a la misma ciudad donde vivían ellos, todos se alegraron bastante sobre todo Toño, así se podían ver a diario, sin querer la noche llego y cenaron todos junos en la misma dinámica, solo que cuando terminaron Mar mando a Toño a la cama y ahí hubo otra pataleta por parte de Toño.

Mar: zube Toño no hay más que hablar hijo – murmuro

Toño: pero zi ya me castigastes – reclamo y con justa razón – y me tuviste todo el día en eze maldito zofa – y ahí el abuelo decidió intervenir porque estaba viendo que la cosa terminaba mal para Toño

Antonio: vaquero zube ¿zi?, ya nos vamos todos cuando nos acabemos la copa – le dijo con una sonrisa

Toño: es que yo quería estar más tiempo contigo – musito

Antonio: bueno mañana pasaremos todo el día juntos – y se levantó cogiendo a Toño por el cuello, acompañándolo a su habitación , donde lo ayudó a ponerse el pijama, lo metió en la cama le dio un beso en la cabeza cuando se iba Toño lo llamo

Toño: abuelo ¡ no es justo no son ni las nueve – reclamo haciendo un puchero de lo más adorable, estaba con ganas de llorar

Antonio: pues parece hoy no te portaste muy bien – comento y Toño se puso peor, triste... estaba realmente acorralado, así que se giro y le dio la espalda en silencio, y su abuelo prefirió llevar la fiesta en paz, total fu a ver a su nieto – mira si quieres lee algún libro no hace falta que duermas vale – Toño iba a protestar pero su abuelo no lo dejo – vaquero no empeores las cosas que zi no tu papá ze va a enfadar y mañana no te deja salir y no lo vamoz a pasar bien – con eso Toño se convenció

Toño: bueno buenas noches abuelo

Antonio: buenas noches vaquero – el abuelo le dio otro beso y salió de la habitación

Cuando bajo a la sala le pidió a su hijo que le expliqué lo que estaba pasando con Toño y el abuelo decidió quedarse la semana que pidio Toño para ayudar a su hijo, porque aun cuando era un adulto era muy joven y necesita ayuda en algunas cosas relacionadas con el manejo de niños

A la mañana siguiente cuando María se levantó escucho ruido en la cocina, pensó que era el abuelo pero cuando entro se encontró a Toño en el gas abierto listo para prender fuego, estaba preparando el desayuno para su abuelo, pero no pudo evitar enfadarse.

Toño: buenos días María – saludo con una sonrisa de oreja a oreja, pero María no respondió el saludo y a Toño se le borro la sonrisa

María: ¿qué haces?, ¿no zabes qué no puedes uzar el fuego? – y sin más lo cogió de brazo y le dio tres azotes – PLAF PLAF PLAF – y de momento lo soltó impresionada por lo que había hecho, Toño salió corriendo dirección a las escaleras chocándose con su papá

Mar: ¡Toño! ¿por qué corres azin? – pero Toño no se paró ni escucho a su papá – ¡no corras por las escaleras! Te puedez caer – grito y se dirigió a la cocina porque no sabía que era lo que le había pasado a Toño, pero se encuentra a María llorando sentada en la mesa – hey... ¿qué pasa que tienes? – María se abraza a Mar y le cuenta lo que paso

María: lo ziento Mar es que ze me zubio la sangre cuando lo vi en el fuego no ze porque lo hice – dijo compungida

Mar: porque lo quieres y vizte el peligro – concluyo – vamoz que ze hubieze quemao, ¿por qué no te tranquilizas y zubes a hablar con él?

María: no me va a querer hablar en la vida – dijo dramática, realmente afectada

Mar: no zeas ezajerada – sonrió sinceramente – zabes que él no es azi, pero no lo puedes dejar azí nada maz – le explico – Toño tiene que zaber porque lo castigaste, imagino que él lo ha hecho para darnos una zorpreza

María: dezeame suerte que zi no quiere hablarme en el resto de la vida lo entiendo – y sin más María subió hasta la habitación de Toño – Toño ¿puedo pazar? – pregunto, pero no tubo contestación, aun así María pasó se sentó en la cama, Toño estaba de espaldas a la puerta y no se giro, así que María puso la mano en su espalda acariciándola suavecito – lo ziento mi vida es que cuando te vi a lado de los fogonez paze un miedo tal penzando que pudieras quemar y...

Toño: no tienes derecho a pegarme, no eres mi madre – lo dijo lleno de furia

María: lo ze cariño, lo zé y lo ziento... ¿me perdonas? – María lo cogió para darle la vuelta abrazándolo a su pecho, pese a que Toño no quería – es que me azusté verte en el fuego vida mia, me imagine lo peor – Toño se confundió más todavía, para él María no era mala como mamá le decía, o seria verdad eso de que tarde o temprano sacaría el lado malo y que se iban a deshacer de él, que lo más seguro lo mandaban a un colegio interno – ¿bajamos a comer eze desayuno que seguro te quedo muy rico?

Toño: bueno – murmuro y María se decía que ese niño era un sol, casi alucinada de la perdonara tan y bajaron a la cocina donde también estaba el abuelo esperando, Mar se levantó de la mesa a abrazar a Toño

Mar: todo bien cariño

Toño: zi todo bien – contesto

Desayunaron en medio de una amena charla y felicitaron a Toño por su desayuno que estaba muy bueno, cuando se disponían a salir María empezó a sentirse mal, sentía nauseas y un horrible malestar, porque lo que les dijo que fueran los tres pero Mar se negó a dejarla y decidió quedarse por si se ponía peor; pero eso no impidió que Toño y al abuelo se lo pasaran de maravilla, sin darse cuenta que Pilar los estaba siguiendo, buscando la oportunidad para importunar, oportunidad que se presento cuando estaban en el centro comercial y el abuelo fue al baño, ahí Pilar no dudo en acercarse a Toño.

Pilar:¿Qué haces con tu abuelo? – le pregunto asustando al niño

Toño:¡mamá!... que zuzto me has dao

Pilar: zi como zea, responde

Toño: en casa María no ze encontraba bien, por eso zolo zali con el abuelo – explico el inocentemente

Pilar: que le paza a esa mujer – pregunto frunciendo el ceño

Toño: tenía ganas de vomitar

Pilar: Ay Toño parece que ya zi ze deshacen de ti , ¿no zabes lo que le paza a María? – pregunto cizañosa – que está embarazada – aunque Pilar sabía muy bien que María no podía te hijos, pero Toño no, así lo tendría más a su favor, pensaba... tenía que separarlos por segunda vez – me voy Toño antes que venga tu abuelo no vemos el lunes – se despidió conforme al ver la cara de su hijo

Toño se quedó helado, si su mama tenía razón ¿cuándo tuvieran el nuevo bebé lo meterían en un colegio interno?, él no quería eso... él no querer estar solo.

Y otra vez le vino ese dolor en el pecho...


 

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