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Sangre flamenca
Autora: Terry
Capítulo :23
¿No era mamá? – pregunto Moisés mirando a su papá abriendo mucho los ojos, aquella respuesta no se la esperaba
No Moisés – suspiro Ramón mirando a su hijo con algo de nostalgia – no era mamá, por eso te digo que te entiendo – Ramón lo abrazo al ver la cara de su hijo de sorpresa y le beso la coronilla
Entonces ¿Quién fue? – volvió a preguntar despegándose del abrazo de su padre
No te voy a decir su nombre hijo, no viene al caso, solo te voy a decir que yo tenía aquel entonces tu edad, quizás unos meses más que tú – respondió Ramón recordando aquella dulce época – la conocí en una fiesta que dio el abuelo, tu tía la invitó y nos gustamos desde el primer instante en que nos vimos y empezamos a frecuentarnos sin que nadie lo supiera, ninguno de los dos lo vio como algo malo – confeso con total sinceridad pensando en que si quería que su hijo confíe en él, como padre debía dar el primer el primer paso – un día nos encontramos en el parque, tu abuelo me vio pero yo a él no cuando y llegue a casa me dijo que subiera a mi habitación, por su cara sabía que estaba en problemas pero no tenía idea de cuál era la razón y aunque tenía ganas de preguntar no me anime a hacerlo porque estaba tu tío Alberto y n o quería que me castigue delante de él, porque sería su morfa por mucho tiempo – Moisés se rió y Ramón al ver su sonrisa se sintió más aliviado, había logrado empatía con su niño – cuando entró en la habitación me preguntó dónde había estado yo, pues le mentí… le dije que estuve con un amigo en su casa y tu abuelo como era un sádico me dijo que me daba una segunda oportunidad para decir la verdad, entonces me di cuenta que el ya sabía que estaba con esa chica, así que no quise empeorar las cosas y le conté la verdad apenas termine me puso en sus rodillas y me dio una paliza así de la nada con su mano, cuando terminó me dijo que no quería que la volviera a ver y salió de la habitación sin más explicaciones – pese a los años pasados, a Ramón mientras contaba lo que había ocurrido se le estrujaba el pecho haciéndose un nudo en la garganta, este era un capitulo especialmente doloroso en su vida y que pocas veces salía a la luz – tu tío pasó a la habitación yo creía que venía a reírse de mí pero no, al contrario me abrazó y me aconsejó que no la viera más, que aunque nos amaramos papá nunca me iba a dejar continuar con ella, pero tampoco me daba una razón valedera y no sé, quizás la falta de esa explicación o él hecho de que era algo prohibido hizo que siga viéndome con ella a escondidas – suspiro regalándole a su hijo una triste sonrisa raíz de sus recuerdos – con el tiempo llegamos a amarnos y tu tío algunas veces me ayudaba para que nos podamos ver, pero ese año se casó tu tío y ya no estaba arropado por nadie porque la abuela tampoco estaba de acuerdo con esa relación – recordó con amargura, una amargura que pase a los años no se había diluido; mientras hablaba le sacó un pijama a Moisés y lo metió en la cama y se tumbó al lado suyo – la segunda vez íbamos por la calle y me encontré al abuelo de frente, esta vez no fue tan discreto, sin decir nada me cogió del brazo y delante de ella y de todo el que pasaba me soltó su mano cinco veces y me dijo que me fuera a casa, le hice caso porque estaba avergonzado, cuando el abuelo subió a la habitación subió con el cepillo de madera que tenía la abuela y después de darme aquella paliza me sentí impotente, le pregunté que porque no podía verla y me dijo que no quería problemas y salió de la habitación; ese entonces me sentí abandonado y solo, incluso llegue a creer que mis padres ya no me querían y estuvo dos semanas castigado, cuando por fin pude salir la busque, planeamos todo para irnos, yo la quería muchísimo y estaba muy dolido con el abuelo, pero cuando iba a huir de la casa tu abuelo estaba sentado en las escaleras de la salida fumando un cigarro, yo con la oscuridad no lo vi hasta que me agarró por el brazo está vez me dio una paliza con su cinturón, pero esta vez no se fue, se quedó conmigo aun cuando yo no quería estar a su lado, se quedo toda la noche acostado a mi lado acariciando mi pelo, al día siguiente cuando desperté me dijo que me duchara y bajara a desayunar, cuando bajé la abuela estaba como una fiera y se le caían lágrimas; mi papá estaba derrotado sentado en la mesa cuando mi mamá le pregunto que porque me mandaría con mi tío él, tu abuelo repuso que él no podía darme esas palizas y se echó llorar, yo quise salir de la cocina y se cayó un vaso y ahí se dieron cuenta que yo estaba escuchando – Ramón se calló y cerró los ojos, se masajeó la frente aunque ya hacía mucho tiempo le hacía mal recordar aquello
¿Y ya no la viste más papá?– Moisés rompió el silencio, Ramón negó con la cabeza
No Moisés, cuando regrese de casa de mi tío, ya había pasado tres meses y no la encontré, por lo visto se cambiaron porque al papá lo trasladaron en su trabajo – respondió de pronto afectado, amara como amara a Rebeca, esta muchacha venía siendo un pendiente en su corazón porque esa relación no termino por cuenta propia, sino por terceros y ese pensamiento hizo que se quedara largo rato callado, tiempo que Moisés aprovecho para observar los gestos de su padre, pero parecía que su papá estaba a años luz
¿Y yo tampoco la veré? – pregunto rompiendo el silencio, por un momento imagino estar en el mismo escenario, pero Ramón le beso la frente
No hijo, ahora con los móviles podéis estar en contacto – y esa respuesta conmovió a Moisés a quien se le cristalizaron los ojos porque sinceramente creyó que su padre haría algo tan drástico como lo hizo su abuelo
No contesta papá – Ramón suspiro ¿por qué tenía que pasar su hijo por eso?
¿Por eso estaba tu teléfono tirado en el suelo? – Moisés al recordar que lo había tirado al suelo se levantó para ver si se le había dañado, pero no fue el caso, gracias a Dios su mamá puso esa alfombra tan esponjosa en el suelo
Después de eso Ramón se quedó hasta que Moisés se durmió, cosa que tardo lo suyo porque Moisés no tenía mucho sueño que digamos.
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Al día siguiente los dejaron dormir hasta que ellos quisieron habían tenido unos días con mucha tensión con el tema de Moisés, al levantarse Abraham siguió de la misma manera esquivando a su padre, Ramón ya se estaba cansando de aquella actitud, se había disculpado en su momento y aunque quisiera ya no podía retroceder en el tiempo y borrar lo hecho, pero lo dejo pasar, ya buscaría una mejor oportunidad pensó mientras preparaba el desayuno; mientras Abraham y Noel estaban en la sala viendo la tele, todos los programas de la prensa rosa estaban hablando de la banda de narcotraficantes cuyo líder era el hijo mayor del famoso bailaor Ramón Cortés, Ramón que había salido a llamar a los chicos para que fueran a desayunar vio la noticias que estaban echando sobre Moisés, rápidamente apago la tele antes de que las viera su hijo pero no tuvo suerte porque acababa de bajar de su habitación y pudo oírlo todo.
¡Papá! eso no es cierto te lo juro – murmuro asustado sin siquiera saludarlo, Ramón solo abrazo a Moisés
Lo sé cariño, lo sé – Moisés apretó más el abrazo
¿Porque? ¿Porque dicen esas mentiras de mí?
Bueno cálmate, sabes que la prensa es así, pero lo voy a solucionar ahora quiero que no estéis en redes sociales y no contestéis a nadie, me entendéis… ¡a nadie! – le advirtió Ramón dándole un abrazo más a su hijo, con eso Moisés se separó de su padre
Pero ¿Por qué?, si ellos están diciendo mentiras de mi – Moisés frunció el ceño aquello no era justo y Ramón lo miro muy serio
¡A nadie Moisés!, ni a tus amigos ni siquiera y lo mismo va para ustedes – advirtió mirando a los otros dos que aparecieron en la cocina, pero al no tener respuesta de ninguno de los tres volvió a sonar serio – estoy hablando en serio con ustedes ¿estamos? – todos lo miraron
Si – dijeron los tres a la vez
Pues vamos a desayunar – el desayuno fue silencioso, Abraham casi no comió no tenia apetito y se levantó de la mesa sin decir nada, fue cuando Ramón le llamo la atención
Epa epa ¿dónde vas? – Abraham lo miro
A la sala – le dijo bajando la mirada
Pero a penas has comido, siéntate – lo cogió de la mano para que volviera a sentarse
Pero no tengo más hambre – Ramón cogió su plato y lo sentó en sus piernas y empezó a darle de comer, a Abraham no le quedó otra que abrir la boca y comer de mala gana y así termino su desayuno
Se fueron a la sala pero como estaban aburridos porque su papá no los dejaba poner la tele, Moisés propuso jugar unas partidas a la Play con lo que todos estuvieron de acuerdo y se quedaron jugando un buen rato hasta que Noel hizo trampa y Abraham empezó a quejarse iniciando una pelea.
Noel eso es trampa – le reclamo enfadado
Noel eso es trampa – contesto Noel imitando la voz de Abraham con guasa
Yo no hablo así ¡estúpido! – Noel se echó a reír
Claro que sí bebito – Noel empezó hacerle caricias como si fuera un bebé, Abraham le apartaba las manos dándole manotazo pero a Noel le daba mucha más risa
¡Gilipollas! – le dijo subiendo mas la voz pero como Noel seguía riendo sin dejar de molestarlo, le tiró el mando de la Play con tan mala suerte cuando su padre salió al escuchar los gritos acercándose con zancadas largas
Pero bueno – le dijo cogiéndolo del brazo zarandeándolo un poco – ¿cuántas veces te voy a decir que no se le pega a tus hermanos? – Abraham sintió mucha rabia que le regañara a él y a su hermano no, que le gritó a su papá en la cara
PUES QUE ME DEJE EN PAZ – Ramón lo giro un poco para tener acceso a la retaguardia del niño
Plaf PLAF PLAF PLAF PLAF
no me grites Abraham que soy tu papá – Moisés miro mal a Noel, siempre lo comprometía y Abraham terminaba mal
Siempre me pegas a mi sin saber qué es lo que pasa ¡quédate con tu hijo! ES A ÉL AL ÚNICO QUE QUIERES – le dijo gritando y cayéndole las lágrimas, Ramón iba hablar pero Abraham se fue corriendo escaleras arriba a su habitación cerrándo la puerta con fuerza dando un portazo
Noel hijo siempre igual – Noel lo miro molesto
No le hice nada a tu bebé, solo bromeaba – Ramón ya empezaba hartarse de que lo acusaran de que quería a uno más que a otro, tendría que tener una charla con los tres juntos y dejar en claro que el los quería a todos por igual
Si sabes que tu hermano se molesta hijo pues no lo molestes y NO empecéis que quiero a uno más que a otro, porque no es cierto… de eso lo hablaremos los cuatro más adelante
Noel se cruzó de brazos molesto y Ramón subió a la habitación de Abraham hablar con él, estaba un poco molesto también con el porqué por mucho que lo molestará no debía de pegarle a sus hermanos, pero cuando entro las escena que vio y escucho lo tranquilizó por completo y lo preocupo a la vez, Abraham estaba acostado con su osito Muki hablando con el, Ramón se quedó en el marco de la puerta para escuchar lo que decía Abraham.
Siempre pasa lo mismo shjj shjj el tonto de Noel me dice cosas shjj se ríe de mí y encima papá me paga shjj – Ramón avanzó lentamente dentro de la habitación – es que ¿sabes?, es su hijo favorito por eso a él no le regaña y a mí siempre me pega shjj shjj shjj buaaaaaa – Abraham empezó a llorar abiertamente, Ramón se sentó en el borde de la cama acariciando la espalda de su hijo, Abraham al sentir a su papá tiro a Muki rápidamente para que su papá no viera que estaba abrazando al muñeco
Hijo ¿cómo piensas que no te quiero? – pregunto y Abraham lloro más fuerte, es que él lo sentía así
Tu siempre lo defiendes a él y a mí me pegas shjj shjj – se quejo enojado haciéndose a un lado para separarse de su padre, pero Ramón lo cogió de la cama y lo sentó en sus piernas
Que vuelco había dado en sus intenciones, ahí estaba mimándolo cuando él había subido con ganas de darle unos buenos azotes; no quería que Abraham le pegara a sus hermanos e iba a darle el mismo castigo que le dio a Noel en dos oportunidades por el mismo delito y sin embargo en vez de eso lo estaba mimando… ¿Quién era el consentido?.
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