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la familia
Autor: Adán
Capítulo:5
Adán acababa de cerrar la puerta tras suyo y sus hijos se miraron con cara de asustados, Adrian al ser el mayor quiso decir algo, pero su padre leyendo sus gestos puso un dedo en la boca obligándolo a guardar silencio.
NO, no quiero oír nada – le advirtió jalándolo del brazo y colocándolo sobre sus rodillas y el pobre niño solo atino a quedarse quieto sabiendo lo que venía, cosa que no se hizo esperar, Adán le bajo el pantalón y empezó a castigarlo – PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… plaf… plaf… PLAF… ¡Esto para que aprendas a respetar! – fue lo único que dijo realmente enojado – PLAF… plaf… plaf… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF
¡BUAAAAAAAA! ¡PAPÁ YA POR FAVOR! – Chilló Adrián, aunque sabía que era en vano
¿¡Ya!? ¡Pero si apenas empiezo! PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF – Adán estaba cumpliendo su palabra de darle el triple de nalgadas a Adrián y bien merecidas – ¡Te lo advertí la última vez que tuvimos la misma charla! – le refresco la memoria – PLAF… plaf… plaf… PLAF… PLAF… plaf… plaf… plaf… PLAF… PLAF…
¡BUAAAAAAAA! ¡NO LO VOLVERÉ A HACER PAPÁ POR FAVOR! – Adrián solo atinó a prometer de todo
plaf… plaf… plaf… PLAF… PLAF… PLAF… plaf… plaf… plaf… plaf… ¡Faltas el respeto a tú madre y abuela! plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… ¡Pegas a tus hermanos! plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf ¡Sacas malas calificaciones! – fue enumerando sus faltas una a una antes de intensificar la fuerza de los azotes – PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF - ¿¡Crees que te pagamos la matricula para que andes de vago!? – pregunto antes de darle las últimas diez bajándole la ropa interior – PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF
Y con esas que cayeron sobre la base misma de las nalgas, lo dejo en la cama llorando y fue por Ignacio que se escondió en el closet asustado de la paliza de su hermano.
¿¡Que haces ahí escondido?, ¿acaso crees que no te mereces las nalgadas!? – pregunto su padre sacándolo practicamente de un ala a Ignacio – ¡Mira cómo dejaste de desordenado!
¡Papá por favor no volveré a pegarle a Pedro y prometo estudiar! – suplico Ignacio mientras Adán lo llevó a la cama como a Adrian
Me parece bien que no vuelvas a pegarle a tú hermano y que estudies, solo que quiero asegurarme de que lo cumplas lo que me estas prometiendo – Adán se sentó en la cama poniendo a Ignacio en su regazo, bajándole el pantalón como lo hizo con su hermano y sin pérdida de tiempo, también empezo a azotarlo pero no tan fuerte como al mayor – plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… ¡nunca vuelvas a pegarle a tú hermano! plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… ¡Y que sea la última vez que vienes con esas calificaciones! – hizo una pausa para ajustar la posición de su hijo, porque de tanto moverse parecía que se iba a escurrir al piso – plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf… plaf…
¡YA PAPÁ POR FAVOR YA ENTENDÍ! – chillo Ignacio que casi deja a su padre sordo, fue la señal para terminar con aquello
PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF ¡Y no te vuelvas a subir al closet! ¿¡Crees que lo tienes para subirte!? – y como a su hermano le cayeron 10 adicionales por subirse en el closet, liberándolo de inmediato, dándoles un tiempo para que ambos se recompongan, haciéndolos sentar a ambos en la misma cama – ahora escúchenme los dos con atención – les dijo elevando un dedo – las calificaciones podrían llegar a ser perdonadas, pero que entre ustedes mismos que son hermanos y deben ser unidos ¡se ataquen entre sí!, ¡no tiene nombre!… son hermanos, estarán juntos toda la vida – le reflexiono y los chicos bajaron la cabeza avergonzados – que esta sea la última vez que se pegan entre si, no quiero ninguna otra queja de que se están peleando entre ustedes ¿entendido? – prácticamente ladró y se dio cuenta que estaba siendo muy brusco con sus palabras
Si papá – respondieron los chicos a coro
Y Adrián nunca más vuelvas a faltarle el respeto ni a tu abuela ni a tu madre ¡ni a nadie! – dijo con severidad cogiéndolo del mentón
Te lo prometo papá, no lo volveré a hacer – murmuro Adrián con los ojos llenos de llanto
No prometas ¡cúmplelo! y hazlo por ti, yo nunca le falte el respeto a mi madre y si le ponía un dedo encima a mis hermanas su abuelo era 10 veces peor y no eran precisamente nalgadas lo que me daba – confeso Adán abrazando ahora si a los chicos – ahora los 2 ordenan ese closet – les dijo tras soltarlos
¿Por qué yo? Ignacio desordeno todo – se quejo Adrián quizás a raíz del abrazo y la falsa sensación de que todo estaba bien de nuevo
Porque yo digo y si tienes una queja lo consultamos y arreglamos ahora con mi mano y tu trasero – Adán frunció el ceño mientras decía aquello
No papá está bien, ya lo hacemos… – era claro que a Adrián no le quedo opción de protesta
Así me gusta, luego vienen y se disculpan con su madre y abuela
Y con eso Adán los deja solos a que cumplan lo instruido, en eso entro Pamela.
Veo que su padre ya les dio su castigo – murmuro su abuela
Abuela lo sentimos por ser groseros contigo… No lo volveré a hacer – Adrián se disculpo arrepentido
Miren niños… – Pamela se sentó en la cama y Adrián e Ignacio se sentaron a su lado – Yo siempre los querré con mi vida, pero no me gusta que le falten el respeto a su madre de esa forma, ni que se peleen entre ustedes y menos golpear a Pedro… él es más chico de ustedes y su deber es cuidarse entre sí – los reflexiono
Ya abuela, te haremos caso – respondieron los niños y Pamela los abrazó con amor
¿Les ayudo a ordenar? – pregunto viendo el desorden del closet
Pero papá nos regañara si ve que nosotros no hacemos nada… – contesto Ignacio
No se dará cuenta se acaba de meter a bañar, además ¿quién dijo que no harán nada?, ustedes ordenaran yo solo les echare una mano doblando la ropa para que la guarden – y los chicos sonrieron
Unos minutos después Adán terminó de bañarse y fue a la cocina donde estaba Mónica a punto de poner la cena.
Pues nada amor, al final tú si eres de dar nalgadas yo nunca me atreveré – suspiro Mónica abrazándolo
Bueno yo pensaba como tú, pero ya vez, la necesidad obliga tarde o temprano – le contesto Adán dándole un beso de animo a Mónica
Cierto hija, necesidad obliga, aunque si te soy sincera no es una envidiable tarea que cumplir, si lo sabré yo – Pamela interrumpió el abrazo, despidiéndose de ambos – bueno hijo ya me voy nos vemos luego
¿No te quedas a cenar mamá? – pregunto Adán
No hijo debo hacerle la cena a tú padre ya sabes es tan burro que no sabe cocinar… Y no me arriesgare a que incendie la casa
Bromeó Pamela cerrando la puerta tras de si sin dar tiempo a nada, Mónica sonrió ante la ocurrencia de su suegra y se sintió feliz de tenerla cerca.
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