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la historia
Autora: (Nombre)
Capítulo (numero o nombre)
Viernes 27 de abril de 1973
Aquella mañana Mónica se despidió de sus hijos y su marido antes de ponerse en sus quehaceres domésticos, actividad que le toma algo de tiempo, tanto que cuando termina se pilla con la travesura de Andrea, su hija menor que esta en el pasillo rayando la pared.
¡Niña! ¿¡Pero qué haces!? – grito Mónica enojada
Mamá hice un dibujo – Andrea le muestra lo que hizo toda inocente sin sentir el enojo de su madre
¡Las paredes no se rayan! – reprende Mónica enojada quitándole los lápices y le soltándole 2 nalgadas algo suave pues sea lo que sea se trata de una niña de 3 años – Plaf… ¡Para eso tienes tu cuaderno! Plaf
BUAAAAAAAA – Llora Andrea Mónica la carga y la va a dejar en su cuarto
¡Ahí te quedas castigada! – Mónica sin querer levantó la voz despertando a Brisa – Ahí mi bebé te desperté – Mónica levantó a Brisa cargándola
Pensando en que acababa de arruinar su oportunidad de tomar un descanso antes de empezar a cocinar y se sienta meciendo a su bebé tras preparar su biberón cuando empezaron a tocar su puerta insistentemente lo que la pone de mal humor.
¡Hermano!... hola – Mónica saludó a su hermano Aurelio II (se llama igual que se padre) con un gran abrazo
Ufff menos mal, pensé que vine en vano – Aurelio la saludo con un beso – no interrumpo ¿verdad?
Ayy hermano pasa, es que tu sobrina acaba de rayar la pared – aquello arranca una sonrisa de su hermano
Bueno Mónica, es una niña de casi 3 años está aprendiendo – Aurelio le guiño un ojo a la pequeña niña que apareció por las gradas escondiéndose de mamá
Pero las niñas buenas dibujan en su cuaderno – agrego Mónica mirando las escaleras también lo que hizo que Andrea corra a su dormitorio
Bonita casa – murmuró Aurelio después de eso
Gracias… Y ¿Cómo están los papás?
Bien extrañándolos – dijo Aurelio
Era de esperarse, pero iremos en cuanto podamos, cuando nos establezcamos mejor – respondió Mónica
¿Sabes? yo también he pensado en mudarme a la ciudad – le comenta Aurelio – vine a ver viviendas, y hay unas casas en venta a unas cuadras de aquí
Y antes de que su hermana le pregunte en que parte de la ciudad, tocan nuevamente la puerta interrumpiendo la charla…
Cuñada – saludó Mónica abrazando a Cat
Hola Moni – sonríe Cat devolviendo el abrazo – venia a pedirte prestada tu máquina de coser necesito hacer unos vestidos de danza
Claro ahora lo busco pero pasa
Cat y Mónica ingresaron juntas y mientras Mónica sube a ver la máquina, Aurelio y Cat se reencuentran después de muchos años.
¿Cat? – Aurelio se sorprendió mirando a Cat
¿Aurelio? Wow no te había reconocido – ambos sintiero autentica alegría al reencontrase
Ya que compartieron un bonito romance adolescente casi al mismo tiempo que Adán y Monica tenían planes de boda, desgraciadamente su romance fue algo breve ya que al tener que mudarse Aurelio con su familia tuvieron que terminar y obviamente al ser muy niños no pudieron casarse como Adán y Mónica.
Qué bueno verte pues… ¿recuerdas cuando éramos novios? – pregunto Aurelio algo nervioso, recordando aquella época
Claro que si – respondió Cat sonrojándose – fue bonito y sufrí cuando tuvimos que terminar – le confeso recordando que la última vez que se vieron fue en la boda de Mónica justamente
Yo también sufrí… Sobre todo, porque no me escribías como acordamos y no atendías mis llamadas… – reclamo Aurelio
No podía, no paraba de llorar y tuve una gran depresión – Cat bajo la mirada recordando aquello
Lo siento mucho no lo sabía – Aurelio no supo que más decir aunque… – ¿qué tal si nos vemos algún día? Debemos hablar, ponernos al día – propuso Aurelio
¿Y porque otro día? – Cat frunció el ceño dándole la dirección de la academia de baile – hoy mismo ven a buscarme a las 7 y media, tenemos mucho de qué hablar
Ahí estaré – sonrió Aurelio
Te espero
Cat le devolvió la sonrisa mientras Mónica por fin aparece con la máquina de coser en las manos.
Aquí tienes Cat, la máquina – murmuró Mónica pasándole la máquina a Cat
¡Ay qué bien!... gracias mañana te la devuelvo – prometió Cat
No importa puedes quedártela, me la regalo una vecina pero yo ni la uso
¿En serio? – Cat no podía creer su suerte y cuando Mónica le confirmo con asentamiento en la cabeza se despide sonriendo – Oh bueno, muchas gracias entonces
¿Recuerdas que Cat y yo éramos novios? – le dijo Aurelio a su hermana mientras iban a la cocina
¿De verdad? – Mónica fruncio el ceño al tratar de recordar
Claro, fue antes de irnos
Ahh si, claro… ya recordé… pero eso fue hasta antes de casarme con Adán – Mónica hizo memoria
Si antes de tener que mudarnos, nos separamos por eso y mira, la vuelvo a encontrar – murmuro con nostalgia y su hermana le dio un codazo
Pues no la dejes escapar su aun te gusta – dijo con picardía y suspirando teatralmente – yo me hubiera vuelto loca si me separaban de Adán, por eso nos casamos… él no quería perderme ni yo a él
Y su mente no pudo evitar volar a ese tiempo…
Corría diciembre de 1959 todos estaban preparándose para las fiestas navideñas entre ellos Adán aunque Mónica no estaba muy feliz.
Amor no te veo muy bien ¿Pasa algo? – preguntó Adán preocupado al ver a Mónica triste
Mis padres decidieron que nos mudaremos a otra ciudad… nos vamos en 3 semanas – respondió ella, provocando pánico en Adán
¡No puede ser!... yo no te quiero perder – dijo preocupado abrazándola
Ni yo… pero mis padres lo decidieron – para eso Mónica estaba ya llorando
No quiero perderte – murmuro Adán consternado – me casaría contigo si eso te deja a mi lado – y Mónica lo miro confundida
No digas tonterías ¿cómo nos vamos a casar? Aun somos jóvenes – bueno era lo que siempre oía, pero para Adán la idea no sonaba tan descabellada
No son tonterías… yo te amo, piénsalo, si nos casamos no nos separaremos nunca
No lo sé – respondió Mónica insegura
Tras aquello se despidieron, pero Adán cuanto más los pensaba más convencido estaba, iba a casarse con ella y tras contarles a sus padre decidió pedir su mano en víspera de noche buena, incluso Pamela le regalo un anillo para que Adán se lo diera a Mónica era una reliquia familiar que había pasado de generación en generación, con eso en la mano se fue a buscar a don Aurelio el padre de Mónica.
Don Aurelio… – se acerco Adán
Contigo quería hablar mocoso ¿qué le hiciste a mi hija? – le pregunto enojado tomando por sorpresa a Adán – ha estado triste hace días y eso desde que volvió de una cita contigo
Yo no le hice nada, fue usted con eso de querer mudarse a otra ciudad – Adán respondió enojado y mirando a Don Aurelio
Sera mejor que te calmes muchacho si vamos a hablar será con tranquilidad civilizadamente
Seré directo Don Aurelio – quizás el enojo o el amor o lo que sea le dio el coraje para hablar – Quiero casarme con Mónica
¿Qué? – Don Aurelio casi se atraganta – ¿Cómo que quieres casarte con ella?
Yo la amo y respeto mucho y no quiero estar lejos de ella, ni ella de mi y con su mudanza…. yo no quiero perderla – Adán bajó la cabeza
Graciela ven un momento – Don Aurelio llama a su mujer que pasaba por el pasillo con ropa planchada
¿Qué pasa?
Aque que este muchacho… Adán quiere casarse con Mónica – le dijo en espera de la reacción de su mujer
¿Por qué? ¿acaso Mónica está embarazada y por eso ha estado triste estos días? – Graciela frunció el ceño empezando a disgustarse con la idea, en eso aparece Mónica
No mamá no es eso… – Mónica apareció de pronto, había escuchado todo lo que dijo Adán; no creía que Adán hablara enserio con lo de casarse
¿Entonces por qué? – quiso saber su madre
No queremos perdernos… – respondieron a coro Adán y Mónica y Aurelio y Graciela se miraron de reojo
Señores… Yo no seré de mucha plata ni un profesional universitario, pero no me escapo del trabajo y procurare que no le falte nada a Mónica, porque la amo y sé que ella también me ama y somos felices juntos… – Adán no pudó evitar soltar lágrimas igual que Mónica
Suponiendo que acepto – murmuro el padre de Mónica, sabiendo bien que el chico era responsable – ¿sabes lo que implica casarse?, ¿las consecuencias que traerá eso en tu vida?... tendrás que venir a vivir con nosotros al Maule lo que implicaría dejar a tú familia, trabajar, buscar donde vivir a la larga entre otras cosas – explico lo mas claro
Si lo sé, y ya lo hable con mi familia y ella me apoya, mis padres estás de acuerdo… – aquello sorprendió a los padres de Mónica, por lo visto se vino preparado
Si es así, por mi parte los dejo que se casen se ve que se aman y serán felices juntos – responde Graciela – pero sobre todo Adán porque tengo fe en ti
¿En serio mamá? – Mónica no podía creer su suerte
No me hace mucha ilusión que te cases muy joven, pero se ve que eres feliz con Adán y serán muy felices juntos – Adán y Mónica sonríen con el corazón aliviado
¿Y tú qué dices papá? – quiso saber Mónica la opinión de su padre
Pues si tú madre lo dice pues estoy de acuerdo… solo te pido Adán que la ames tanto como ahora y sobre todo que la respetes – fue un pedido fácil de cumplir pensó Adán mientras devolvía el apretado abrazo de Don Aurelio
Claro que sí, siempre la amare y respetare – y con eso Adán no dudo de dar un tímido beso sobre los labios de Mónica, un piquito de cariño
¡Gracias papá! – Mónica se lanzo sobre su padre llorando de alegría
¡Oh mi niña!... sin llorar – le sonrió besando su frente, mejor vayan por ahí a charlar, tienen que planear una boda
Y con ese permiso ambos se fueron a la plaza a caminar
Amor… debo ser sincera – dijo Mónica mientras se acurrucaba a su costado caminando hacia la de la vieja plaza del pueblo tomada de la mano de Adán – no te creí al principio con eso de casarnos, creí que fue una locura del momento
Yo desde que tuvimos relaciones sexuales por primera vez imagine como sería una vida juntos – contesto Adán con un suspiro mientras se sentaban en una banca de madera – formar una familia contigo, pero quería esperar unos años más para casarnos, más o menos hasta que cumplas 20 años
Yo también me imaginaba compartir mi vida contigo – sonrió Mónica acariciando las manos de su amor – y también quería esperar unos años más, pero ya ves – Mónica se encogió de hombros sonriendo, de pronto una idea de le cruzo por la cabeza a Adán
¿No estás embarazada verdad? – y Mónica frunció el ceño confundida – es que como tu madre menciono eso… pues me preocupe… – Adán hasta ahora solo pensó en que no podía estar lejos de Mónica, no ser padre todavía
JAJJJAJJ JAJJJA – a Mónica le dio ataque de risa ver a Adán tan nervioso, hasta se piso pálido con la idea
¿De qué te ríes?
De tu expresión – contesto aun riendo – ya han pasado unos 3 meses de que tuvimos nuestra primera relación sexual – le dijo ella medio en serio, medio en broma – ¿y recién te preocupas?, jajajja si pasara algo así serias el primero en saberlo… además ya se me notaria un poco el embarazo ¿no crees? – sonrió llevando la mano de Adán a su plano vientre
UUUffff, es que solo tenía esa duda – contesto Adán atrapando los labios de Mónica en un beso, imaginando lo hermosa que se vería embarazada
Y ese fue el comienzo de una vida juntos…
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