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Sangre flamenca
Autora: Terry
Capítulo :19 perdiendo la paciencia
Perdiendo la paciencia
Ya habían pasado tres días desde que Moisés faltará de la casa y obviamente eso los tenía muy nerviosos, sobretodo Ramón que se sentía culpable más con la denuncia que había puesto ese señor por así llamarlo; los padres de Ramón se quedaron dos días con ellos y regresaron a su casa al tercer día, pero como prometieron iban en la mañana y regresaban a su hogar al atardecer para estar con su hijo y su nuera y darle ánimos y ver qué más podían hacer ellos.
Come hijo – le dijo Rebeca a Abraham, que solo estaba revolviendo con el tenedor sin llevarse nada a la boca, cualquiera diría que era por la preocupación, pero era por las verduras
Pero no me gusta – contestó medio refunfuñando
Pero hay que comer de todo, no te quejes y come ya –contestó mientras Ramón prefirió quedarse al margen pero con los nervios a flor de piel
Pero no quiero – volvió a lloriquear y Ramón que no quería lidiar con su hijo intervino
Pues no comas Abraham y sube a tu habitación – le dijo antes de que Rebeca abra la boca y todos se quedaron sin entender, Ramón era el más estricto en que sus hijos comieran sus comidas
Pero tengo hambre – Ramón lo miro y Abraham se hizo chiquito al ver el enfado de su padre, recién se dio cuenta del estado emocional de Ramón
Pues si tienes hambre empieza a comer – Noel quería que su hermano lo mirara para decirle con la mirada que dejara de hacer el numerito, sus padres no estaban de humor para eso pero Abraham al parecer no se daba cuenta
Pero esto está asqueroso – y dio un empujoncito al plato que al chocar con el vaso derramando todo el zumo que su mamá le sirvió y eso fue suficiente para que Ramón perdiera la poca paciencia que tenía, se levantó cogió al niño por la axila levantándose de la silla y con casi todas sus fuerzas le propinó unas cuantas palmadas
Plas plas PlAS plas PlAs – Abraham empezó a llorar enseguida tratando de poner su mano para que no llegarán esos veloces azotes que le estaba propinando su padre, dolía demasiado, además estaba asustado, su papá nunca lo había castigado así de esa manera
¡RAMÓN! – dijo Rebeca en un grito al ver que Ramón empezó a quitarse el cinturón,poniéndose de pie para ir en su dirección a quitarle el niño de las manos, pero antes de que pudiera ir Ramón abrazo a Abraham en su pecho y empezó a disculparse
Lo siento mi niño – le dijo dándole un beso en la cabeza – no debí – agregar arrepentido, el grito de su esposa y la cara de miedo que vio en Abram .ni siquiera a Moisés le había dado con el cinto,y ahora por un pequeño berrinche de su hijo estaba dispuesto a utilizar con el, definitivamente tendría que calmar sus nervios y que desahogarse con sus hijos . mientras Abraham lloraba desconsoladamente – ya no llores Pulgarcito – mimo papá haciendo que por fin Abraham empiece a calmarse, acababa de llevarse un gran susto y por eso se puso a llorar así, es que Ramón tenía bastante fuerza y le dio con toda la que tenía sin medir sacando todo el enojo que tenía dentro, cuando Abraham dejó de llorar Ramón lo separó un poquito de él y se volvió a disculpar porque pasará lo que pasará no podía perder los estribos de esa manera – lo siento no debí perder así la paciencia – pero Abraham le dio una sonrisa muy triste como diciendo que lo perdonaba, después de eso Ramón lo acompañó a su habitación lo metió en la cama – descansa un poco, voy a pedir comida a domicilio – era lo mínimo que creía debía hacer y Abraham se le fue un suspiro – ¿Qué quieres que pida? – murmuró acariciándolo pero pulgarcito solo miro a su papá y otra vez se le escaparon las lágrimas
Me da igual – dijo en un susurro, con el susto el hambre salió espantada
Abraham – le dijo subiendo la cara del chico con una mano – esto no volverá a pasar, no me voy a dejar llevar por el coraje nunca más te lo prometo, si te merecías esas nalgadas pero no de ese modo – aclaró
Abraham hizo un puchero y Ramón le dio un beso en la cabeza y salió para llamar por teléfono a pedir la comida china, bajó a la cocina para coger su móvil encontrándose a Noel sentado en la mesa con su plato en frente pero sin comer? –
¿No comes?_le pregunto sacando una voz áspera que no fue intención de utilizar
Si – se apuró a contestar y cogió el tenedor apurado, Ramón soltó el aire sabía que no quería comer eso, solo le hacía caso por lo que sucedió hace un rato
No comas si no quieres voy a pedir comida a domicilio – y Noel dejó de lado su rigidez, dibujando una sonrisa en la cara – ¿Qué quieres tú?
Yo una hamburguesa completa papá
Vale, sube mientras un rato a tu habitación – Ramón quería hablar con su esposa a solas la situación no podía seguir de esa manera
Ramón – le dijo Rebeca al ver a su marido tan abatido, sabía que estaba arrepentido de lo que hizo no porque el niño no se lo mereciera sino por la brusquedad y fuerza con que le pegó a Abraham
Rebeca tenemos que buscar una solución para encontrar a Moisés – dijo con un tono de voz velado y Rebeca se sentó en el regazo de Ramón
Llevas tres días buscando sin parar Ramón, tenemos que tener fe en que la policía de con su paradero – a Ramón eso no lo convencía, pero tampoco podía hacer más
Que eso también va a ser un problema con la denuncia que puso ese hombre – dijo abatido y Rebeca cogió el rostro de su marido le dio un beso en los labios
Todo se aclarara cuando los encuentren, todo va a salir bien – bueno aun cuando ella se sentía también abatida, tenía que mostrar algo de optimismo para reconfortarlo
Tenemos que buscar a Moisés pero también tenemos que hacer que los niños lleven una vida normal – agregó – hay que ir hacer las compras, esta noche pedí comida a domicilio pero mañana tendremos que comprar las cosas que necesitamos porque hoy no fui justo con Abraham – Rebeca sabía que tardaría en recomponerse
Bueno ,Ramón, un castigo se merecía por malcriado – no la dejo terminar
No Rebeca no justifica que yo descargo mi frustración con el
Bueno si, te pasaste en la fuerza pero tampoco te pongas como si lo estuvieras maltratando – Ramón la beso
No lo estoy maltratado pero no me gusta hacer lo que hice y si está molesto conmigo lo entiendo – Rebeca negó con la cabeza por lo dramático que a veces era Ramón
¡Ay Ramón! parece que no conoces a tus hijos, sabes que en un rato se le olvida todo – se levantó de su regazo para ir abrir la puerta buscado su cartera, seguro era el repartidor de comida a domicilio que ella ya había encargado
Rebeca llamó a sus hijos al pie de la escalera para que bajaran a comer, los dos bajaron rápido ya que tenían mucha hambre y cuando entraron en la cocina Abraham se acercó a su padre y con la cabeza gacha se disculpó.
Lo siento papá – murmuró y Ramón no tardó de darle un beso en la cabeza cogiéndolo en un abrazo
No hijo ¿por qué? – su niño lo miró
Porque tú estás muy preocupado por Moisés y yo me he portado muy mal – reconoció pero Ramón no quería hablar más del tema pero tenía que calmar a sus hijos
Verá que pronto encontraremos a tu hermano
¿Cuándo? – preguntó Noel tomándolo por sorpresa
Y Ramón no supo qué decir y se dio cuenta que todos estaban frustrados por la ausencia de Moisés.
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