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sábado, 13 de febrero de 2021

Sangre flamenca,al fin juntos capítulo 20


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 Sangre flamenca

 Autora: Terry

 Capítulo :20 al fin juntos 

 

 



 
Hacia una semana sin Moisés en la casa Ramón y Rebeca estaban desesperados y los niños se veían tristes por la ausencia de su hermano, Ramón como cada día había salido junto con su padre a buscar a Moisés pero no había rastro de él en toda la ciudad, buscaron en albergues, hospitales y en las estaciones, al final Ramón decidió cambiar de estrategia, no conseguiría nada haciéndolo él solo así que contratado un detective privado pero aún sin resultados.

Al final de aquella semana, sus padres regresaron a su casa, no podían quedarse más por cuestiones laborales, después de despedir a los abuelos  Rebeca salió con Noél y Abraham al supermercado a manera de distraerse un poco, mientras Ramón llamaba a su hijo por teléfono como le dijo la policía y ver si se podía rastrear el número y dar con su ubicación de contestar Moisés; hasta el momento no tuvieron éxito pero aquel día Moisés no estaba con su chica que era la que era más cuidadosa con este asunto y no le permitía contestar el teléfono ni marcar a nadie, pero Moisés estaba preocupado por sus padres y necesitaba hacerles saber que estaba bien, así que a la tercera vez que su papá lo llamó decidió cogerlo para decirle que estaba bien que no se preocupe.


  • Papá le dijo Moisés al descolgar su teléfono, Ramón se quedó sin habla su corazón empezó a latir fuertemente cuando escucho la voz de su hijo

  • Hijo ¿cómo estás? – le dijo cuando por fin le salió la voz

  • Bien papá no te – ¿que no se preocupe ?, pensó Ramón

  • Moisés hijo ¿porque hiciste eso – no pudo evitar preguntar y Moisés respiro profundo para aguantar las ganas de llorar, echaba mucho de menos a su familia

  • Papá ya te expliqué en la carta, en cuanto ella cumpla los dieciocho que será dentro de tres meses volveré te lo prometo – Ramón cerró los ojos con la esperanza de que la policía pudiera ubicar donde estaba Moisés

  • Pero con que van a vivir mientras tanto – Moisés bajó la cabeza como si su papá pudiera verlo

  • Bueno Almudena encontró un trabajo yo también lo hice papá pero yo no sé manejar la bandeja y lo tiraba todo

  • Trabajaste de camarero – Ramón quería hablar de cosas para que su hijo no colgara hasta que la policía le dijera que ya lo habían ubicado

  • Si papá – y el teléfono de la casa sonó sobresaltado a Ramón,se dirigió a cogerlo sin dejar de hablar con su hijo

  • Un momento Moisés – tapó el altavoz de teléfono móvil para que su hijo no escuchara – ¿sí? – dijo Ramón al descolgar el teléfono

  • Buenas tardes lo llamamos de la comisaría ¿es usted Ramón Cortez? – a Ramón se le llenó el alma de alegría si lo llamaban era porque sabía que habían dado con el paradero de Moisés

  • Si soy yo – le dijo lo más bajo que pudo

Ya sabemos dónde está y ya llamamos a nuestros compañeros para que vayan está en la ciudad continua

  • Gracias yo saldré para allá – quería ya ver a su hijo

  • No señor cuando lo traigamos lo llamamos y tranquilo lo trataremos bien – le dijo el policía para tranquilizar a Ramón


Y así lo hicieron el comisario llamó a sus compañeros y les dijo que no lo detuvieran como secuestrador que solo fueron dos chicos que escaparon por amor que si el chico se resistía que se lo dijera para meterle el susto en el cuerpo, cuando Almudena entró y lo vio hablar por teléfono sabía que estaba hablando con su familia y eso solo era una cosa ya sabían su paradero.


  • ¿Con quién hablas? – le dijo alzando la voz, Moisés la miro

  • Con mi papá – ya estaba harto de no poder hablar con su familia

  • Pues coge algo de ropa ya saben dónde estamos tenemos que irnos – dijo enojada


¿Porque tenía que arruinar las cosas?, Moisés le iba a decir que no, que ya no quería esconderse más pero sabía que si daban con ellos ya no se verían más, así que colgó sin dar explicaciones y cogieron una poca ropa en un macuto, bajaron a la calle se fueron a un taxi que había en la plazoleta cuando dos coches de patrulla con las sirenas aparcaron bloqueando al taxi donde los vieron subir, los policías los hicieron bajar de coche para llevarlos al la patrulla.


  • No pueden detenernos no hicimos nada – dijo Almudena

  • Usted no señorita pero él tiene una denuncia por secuestro hacia usted – Moisés se quedó congelado, no pudo ni siquiera hablar ni moverse

  • El no me secuestro ¡eso es mentira!, en todo caso lo hice yo, yo lo obligue a venir conmigo – dijo muy seria y roja de furia, quitándose las manos del policía y pelando porque no toquen a Moisés y el oficial la miró, ya había oído esa versión del padre del chico y parecía ser cierto, pero ella estaba safada, moviéndose como una loca


  • Pues para aclarar todo esto nos tienen que acompañar a comisaría – dijo a fin de calmarla y Almudena se calló


Hizo caso a los policías aunque ya sabía su destino pero no podía dejar a Moisés como un secuestrador eso sería muchos años en un correccional, y no se perdonaría nunca de ocurrir aquello, estaba tan desolada que lo único que atino a hacer fue apoyar la cabeza en el pecho de Moisés y empezó a llorar sabía que no lo iba a ver en mucho tiempo y Moisés se acabaría enamorando de otra chica en su ausencia, Moisés estaba con ganas de llorar también, estaba asustado con lo que le dijo el oficial sobre esa denuncia por secuestro, pero aún así se dedicó a consolar a su novia aunque él lo necesitará casi más que ella, gesto que no pasó desapercibido a los custodios policiales.

Cuando llegaron a la comisaría los separaron, a ella la llevaron a una sala y a Moisés a una celda que ni siquiera cerraron con llave, Moisés al verse solo sin saber qué es lo que iba a pasar empezó a llorar, la situación lo sobrepasaba… era mucho para él, un chico que nunca antes salió del ala de sus padres; mientras tanto los padres de Almudena llegaron y los hicieron pasar a la sala donde estaba la chica para que se la pudieran ver.


  • ¿Estás bien? – dijo Alfredo, Almudena levantó la cara mirando a sus padre ¿qué clase de pregunta era esa?

  • Si estoy bien, ¿por qué no habría de estarlo? – les dijo enojada de colocándolo – pero Moisés no, él está metido en problemas por ustedes – los miro con rabia

  • Eso hija es debido a  – dijo Sofía la mamá de Almudena queriendo acercarse, pero ella se hizo a un lado

  • YO NO LO DENUNCIE fuisteis ustedes – Alfredo se acercó a su hija y le limpio las lágrimas pero Almudena se separó de él no podía estar al lado de las personas que querían hacer daño a Moisés  – SUÉLTAME – gritó y eso llamó la atención de la policía

  • Almudena cálmate  – le dijo su papá

  • ¿Y cómo quieres que me calme? SI LE ESTÁIS HACIENDO DAÑO A UNA PERSONA INOCENTE – su padre la miró y le dio mentalmente la razón

  • Mira Almudena si no hubierais hecho esto, le hubieras  ahorrado este problema a ese chico ahora vamos a casa – dijo Sofía y Almudena miró a su mamá


  • Si quieres que vaya a casa retiren la denuncia – su mamá la miro no le faltaban las ganas de cogerla por los pelos y llevársela a rastras pero no lo hizo por estar en la comisaría y pudiera quedar ella detenida por malos tratos – no me muevo de aquí si no lo hacen

  • Almudena hija – dijo su padre la entendía y no sabía ni él siquiera por que la querían apartar de ese muchacho 

  • ¿Qué papá? – le dijo quitándose las lágrimas de los ojos – yo no entiendo porque no quieren que esté con él, es un buen chico no fuma ni bebe no toma drogas es un buen estudiante brillante sacando las mejores notas siempre, NUNCA ME FALTÓ AL RESPETO NI AHORA – su padre se acercó y la abrazo – ¿Porque papá ? ¿Por qué es de etnia gitana? – su papá no sabía qué contestar a aquello, a él no le importaba pero su mamá si

  • Si hija, por eso... ahora ya deja el drama y vamos a la casa que ha sido un día muy duro_le dijo su mamá

  • Ya te lo dije o quitas la denuncia o no voy y te recuerdo que ya casi tengo dieciocho y si yo no quiero tu no mandas nada en mi – Alfredo miró a su mujer

  • Sofía si ya no va a estar con él no importa que quitemos la denuncia – Sofía no estaba muy de acuerdo pero ya quería ir a su casa a descansar

  • Está bien haz lo que quieras Alfredo


El hombre retiró la denuncia, cosa que no fue mucho papeleo ya que no la hicieron formal, el comisario nunca creyó al hombre y no hicieron la denuncia de secuestro.


  • Rebeca – le dijo Ramón después de que su esposa descolgara su móvil, acaban de confirmarle que retiraron la denuncia y que podían venir por su hijo

  • ¿Pasa algo cariño? – era raro que la llamara ya que fue él quien la convenció para que sacara un rato a los niños de la casa porque la tensión en la casa estaba cada día peor

  • Me llamo la policía dieron con el paradero de Moisés tenemos que ir a la comisaría – Rebeca bebió un poco de agua para poder respirar mejor

  • No tardó, ya casi terminamos de comer


Se despidió de Ramón y apuro a los chicos para que terminen de comer pero al saber la noticia ninguno de los dos quiso acabar su comida ansiosos por reunirse con su papá, Rebeca no puso pegas, ella también quería volver a casa pronto, así que pagó la cuenta y fueron a casa que los estaba esperando Ramón.


  • Mamá yo también quiero ir – le dijo Abraham a su mamá después de que ella le dijera que se quedarían en casa

  • Pero hijo nosotros tenemos que ir a por tu hermano y a lo mejor se hace tarde, es mejor que se queden – Abraham estaba ansioso de ver a su hermano y cambio de actitud, se puso malhumorado y apretó los puños, de todos ellos el que peor lo estaba pasando peor era Abraham de ahí sus cambios de humor y berrinches, días antes ninguno de sus padres se percató de aquello por estar preocupados por Moisés, pero ahora aquel gesto simple, el apretar los puños y el ponerse agresivo, alertó a Ramón de lo que podía estar pasando y decidió cambiar de táctica, en vez de gritar y enojarse, simplemente hablar – PERO YO TAMBIÉN QUIERO IR – le  dijo a su mamá alzando la voz

  • ¡Abraham! – dijo papá también con la voz elevada pero no al punto del grito como su hijo, y Abraham bajó la cabeza, no quería otro castigo como el del hace unos días – si quieres venir sube y te cambias de camiseta la tienes llena de tomate – dijo en vez de reñirle y Abraham miró a su padre un rato sin entender bien, pero cuando vio la sonrisa de su padre en la boca, cambió su enojo por una de alegría inusual y subió rápido las escaleras y se puso la primera que pillo, Rebeca miró a su marido extrañada

  • ¿A qué vino eso? – le preguntó Rebeca, pero Ramón solo ignoró a la mirada y la pregunta de su esposa y en vez de eso la beso con ternura y cuando bajó el niño, los cuatro salieron todos dirección a la comisaría


Y eran las cuatro, porque no podía olvidarse de Noel, él también quería ver a su aventurero hermano mayor y quien sabe aprender indirectamente la lección.

















 

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