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jueves, 19 de noviembre de 2020

Un nuevo horizonte, Capítulo 6


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 Un nuevo horizonte 

 Autora: Terry 

 Capítulo  6 


Estaban sentados en la mesa los cuatro, pero había un silencio absoluto, Manu estaba enfadado con todos  después que le soltaran la bomba que Yolanda se quedaba con su papá; Armando se instalaría en su antigua vivienda con sus hijos, él quería darle  todo el apoyo a su hija y a Óscar después de que le desvelará que él iba hacer  Bellas artes, a él le gustaba la pintura pero estudiaría lo que quería pese a que  les dijo a sus padres que iba hacer economía lo mismo que había estudiado su padre, Armando después de lo que pasó con Yolanda apoyaría a sus hijos en los que les hiciera feliz.

- Papá te juro que sacaré las dos carreras pero me gusta mucho el arte – Armando levantó una ceja mirando a su primogénito

- No Óscar tú haces la que te guste y también te pido perdón igual que a tu hermana, tienes que hacer lo que tú quieras ser en la vida, no para complacernos a nosotros – a Óscar se le formo una sonrisa

- Gracias papá – se tiró al cuello de su padre ya estaba siendo como él era siempre

- ¡Huy! cuanto de menos echaba estos abrazos – Óscar se retiró algo avergonzado pero realmente quería darle ese abrazo como en los antiguos tiempos

- Me da pena de Manu – Armando lo miró sin saber qué quería decir su hijo

- ¿Porque? – pregunto curioso, sin saber que de lo que habían hablado hasta ese momento conectaba  a su hijo con Manu y la cara de desconcierto de su padre le causo risa a Óscar

- Ja jaja porque cuando tú estabas en el despacho con Yolanda, su papá lo sonó por hacer escándalo,  no quiero pensar cómo se habrá puesto cuando se haya enterado de que se queda aquí Yolanda – Armando se frotó la cara

- Si y yo tuve mucha culpa de eso en no darme cuenta que la niña estaba con un chico, y no pude hablar con ella –  Armando se sentó derrotado

- Tú hubieras hablado con mi hermana de la semillita y todo eso – le dijo burlándose de tu papá, disfrutando de la confianza que recuperaron como padre e hijo

- Lo hice contigo ¿No? – miro a Óscar y este salto a carcajadas

- Oh si ¡claro!... intentaste hablar pero no me sirvió de mucho así que me dijiste que la bragueta la tuviera cerrada hasta los dieciocho – Armando abrió la boca y la volvió a cerrar, no con esas palabras pero si es lo que le había dicho

- No es fácil hablar de eso con tus hijos y menos con una hija,  me tuve que dar cuenta antes no hasta que tú hermana diera este paso – Óscar se dio cuenta de lo abatido que estaba su padre y lo volvió abrazar

- Pero ahora la vas ayudar que es lo importante – Armando devolvió el abrazo a su hijo

- Si, desde ahora estaré con ustedes para lo bueno y lo malo

 

Esa noche Armando fue a recoger a Yolanda y Manu no sé quedó de muy buen humor, solo subió a su habitación y se metió en la cama no quería derrochar su furia y que papá lo castigará otra vez.

- Manu hijo baja a cenar – le dijo su padre tocando su hombro

- No papá por favor quiero estar solo – Diego comprendía a su hijo pero no había comido desde el almuerzo

- Pero no puedes estar sin comer – le dijo recostándose a su lado – todo se va arreglar mi príncipe, pero ahora baja un momento a cenar y si después quieres subir a dormir lo haces – le dijo haciendo caricias en la espalda

- Papá no quiero bajar… ni pelear contigo – y se le escaparon unos llorosos realmente estaba muy afectado con todo esto

- Hijo…. Ni yo tampoco quiero pelear  le dijo cogiéndolo en un abrazo que es lo que necesitaba en ese momento solo quiero que comas, no quiero que te enfermes… sé que lo estás pasando mal pero todo va a salir bien cariño – volvió a prometer y Manu se calmó un poco

- Pero no quiero bajar papá, no tengo hambre – Diego se lo dejo pasar por esta vez, ya le diría a su esposa que después le subiera un vaso de leche con galletas

- Bueno está bien pero más tarde mamá te subirá leche con galletas y te lo comerás ¿de acuerdo? – pregunto mirándolo a los ojos

- Si papá – respondió calmado, cualquier cosa por quedarse solo 

Diego le dio un beso en la cabeza y salió de la habitación y se marcho a la cocina pensando en su futuro y en su hijo.

- ¿Donde está Manu?

- No quiere bajar – Laura miró a su marido con cara de reproche

- No me mires así mujer, le dije que después le subías leche con galletas, lo está pasando mal tendremos que tener mucha paciencia con el – y bueno, Laura al final le dio la razón y se ablando

Cuando terminaron de cenar solos los dos cada uno pensando en lo mismo… su hijo, Laura como anuncio su padre, preparó una taza de leche chocolatada con galletas en una bandeja y subió a la habitación de su hijo y entre mimos y palabras de consuelo hizo que se bebiera la leche, estuvo con él hasta que se quedó dormido, ella también se fue a su habitación donde estaba ya su marido.

- ¿Cómo te ha ido? – Laura lo miró

-  Mal, Diego solo bebió la leche, no fue buena idea de que no baje a cenar, sí bien lo apoyamos no podemos dejar que se enferme por no comer – Diego que ya se había metido en la cama y estaba leyendo cerró el libro y lo dejó en la mesita

- Solo es esta noche y no le va a pasar nada porque no haya cenado, mañana estará más tranquilo hoy a sido un día muy ajetreado – pero Laura tenía sus dudas al respecto, nadie se quita la tristeza de la noche a la mañana

- Sabes cómo es tu hijo y mañana la tendremos que tener el doble porque va a seguir de la misma manera – levantó el dedo apuntando a su marido – una cosa te digo mañana no me pienso encargar yo del asunto, no voy a ser la mala y luego tú solo lo consuelas – Diego sabía que su esposa tenía razón casi siempre quien castigaba a su hijo era Laura y él luego le limpiaba las lágrimas y lo abrazaba

- Esta bien, métete en la cama y descansar mañana tendremos un largo viaje

A la mañana siguiente Manu seguía de la misma manera, triste; Laura miró a Diego  como diciendo te lo dije

- Siéntate Manu y desayuna – le dijo Diego sin perder la calma, Manu ya había armado un escándalo por no querer levantarse y ahora no quería sentarse a desayunar

- No quiero desayunar ¿qué parte que no entiendes de eso? –  Diego se cogió el tabique de la nariz, llevaba veinte minutos intentando que se sentara a desayunar y su paciencia estaba agotada

- No te lo vuelvo a repetir  ¡siéntate y desayuna! que tenemos que irnos – Manu se quedó mirando a su padre desafiándome con la mirada – ¡MANU! – ya no pudo aguantar no gritarle ya lo había sacado de sus casillas, con el grito Manu quiso salir de la cocina pero su papá lo cogió del brazo antes de que saliera y lo llevó casi arrastrando hasta la mesa – te sientas a desayunar que ya vamos más que retrasados, que el señorito ni siquiera hizo su maleta y ahora te la tiene que preparar tu mamá

- NO VOY A DESAYUNAR NI HACER LA MALETA TE QUEDÓ CLARO O TE LO EXPLICO CON SEÑAS – al final también Mano exploto y eso es lo que bastó para que Diego perdiera la última gota de paciencia que le quedaba

- No hijo, las señales te las hago yo – y lo cogió poniéndolo debajo de su brazo con el trasero a su disposición – PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF te sientas y desayuna PLAF mientras que tu madre prepara la maleta PLAFF –  y con esa última lo sentó en la silla delante de su plato, sentándose él en frente del Manu, eso bastó para que se pusiera a desayunar en silencio, Mano no quiso llora delante de su padre, su ira era mayor a su dolor físico

Después de eso Diego creía que por fin podía salir para la hacienda, pero Manu al parecer tenía otro pensamiento, cuando llegaron a la sala Laura bajaba las escaleras con una gran maleta, la maleta de Manu.

- Eso es lo que tenías que haber hecho tu – le dijo Diego aun molesto con su hijo, Manu al verla así de cargada  subió hasta donde estaba su mamá para ayudarla

- No hijo, sube que hay otro macuto con más ropa – sonrió su madre indulgente, había oído el pelito desde el dormitorio

Manu subió a su habitación con la intención de bajar su maleta, no tenia caso el viaje se iba a dar si o si, pero al entrar le vino la nostalgia de nuevo, se iría de allí para siempre, dejaría su casa, sus amigos, su colegio y a Yolanda y su bebe; se sentó en la cama mirando la nada sin darse cuenta que llevaba casi quince minutos sentado con sumergido en su tristeza, Manu estaba empezando a ser, preso de la depresión.

- ¿QUE DEMONIOS HACES? – el grito de su papá lo sacó de sus pensamientos

- Yo… – Manu no sabía que contestar, al ver a su papá con tanto coraje  no fue su intención desobedecer, como explicar lo que sentía?, pero su padre torpemente interpreto aquello como un desafio

- ¡Tu llevas toda la mañana desafiándome! – le dijo levantándolo del brazo sentándose él en la cama

- No papá – gimió Mano, viendo las intenciones de su padre

- Toda la mañana – lo cogió de ambas manos con una mano y con la otra empezó a desabrochar el pantalón de Manu que al ver que su papá le bajaba el pantalón se tiró al suelo para que no lo hiciera ya que no podía sujetar la ropa porque tenía las manos atrapadas

- Papaa yo SOLO se me pasó el tiempo – Diego hizo oídos sordos ya que según él, estuvo toda la mañana dando guerra

- ¿Esto es lo que querías? – envolvió el cuerpo de Manu con un brazo levantándolo del suelo, con la otra mano le dio un tirón al pantalón llevándose también el boxer se sentó en la cama y lo puso en sus rodillas   PLAF PLAF PLAF toda la mañana dando guerra PLAF PLAF PLAF PLAF toda LA MAÑANA – le decía con coraje, la paciencia de Diego llegó a su límite – PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF

- Ya papá ya hago caso

PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF claro que ahora me vas hacer caso PLAF PLAF PLAF PLAF

- Papi ya no más – Diego miró al suelo y vio una chancla de Manu, la cogió subió su rodilla un poco más para dejar las flexuras de su hijo bien expuestas a  su vista

PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF

- Ya ya …..papá ya voy a ser bueno – chillaba Manu medio mareado de ya  que  esas  sí que  dolió bastante

Diego lo levantó sin decir nada, estaba demasiado enojado, le subió la ropa de tirón y con torpeza, lo cogió del brazo para que no se escape y con el otro el macuto de Manu y así bajaron casi a trote, no le dio ni tiempo de limpiarse la cara y lo montó en el coche en la parte trasera y él se subió en la del conductor y por fin pudieron salir a su destino sin mirar atrás; mientras Manu lo único que hacía era llorar pegada su cara a la ventana, tratando de no ser oído por nadie, era como si se encerrada en su dolor y encerrara su dolor para que nadie vea cuan afectado estaba.

¿Por qué le pasaban todas estas desgracias a él?...  





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