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Un nuevo horizonte
Autora: Terry
Capítulo 6
Estaban sentados en la mesa los cuatro, pero había un silencio absoluto, Manu estaba enfadado con todos después que le soltaran la bomba que Yolanda se quedaba con su papá; Armando se instalaría en su antigua vivienda con sus hijos, él quería darle todo el apoyo a su hija y a Óscar después de que le desvelará que él iba hacer Bellas artes, a él le gustaba la pintura pero estudiaría lo que quería pese a que les dijo a sus padres que iba hacer economía lo mismo que había estudiado su padre, Armando después de lo que pasó con Yolanda apoyaría a sus hijos en los que les hiciera feliz.
- Papá te juro
que sacaré las dos carreras pero me gusta mucho el arte – Armando
levantó una ceja mirando a su primogénito
- No Óscar tú
haces la que te guste y también te pido perdón igual que a tu hermana, tienes
que hacer lo que tú quieras ser en la vida, no para complacernos a nosotros
– a Óscar se le formo una sonrisa
- Gracias papá – se
tiró al cuello de su padre ya estaba siendo como él era siempre
- ¡Huy! cuanto
de menos echaba estos abrazos – Óscar
se retiró algo avergonzado pero realmente quería darle ese abrazo como en los
antiguos tiempos
- Me da pena de
Manu – Armando lo miró sin saber qué quería decir
su hijo
- ¿Porque? – pregunto
curioso, sin saber que de lo que habían hablado hasta ese momento conectaba
a su hijo con Manu y la cara de desconcierto de su padre le causo risa a
Óscar
- Ja jaja porque
cuando tú estabas en el despacho con Yolanda, su papá lo sonó por hacer
escándalo, no quiero pensar cómo se habrá puesto cuando se haya enterado
de que se queda aquí Yolanda – Armando
se frotó la cara
- Si y yo tuve
mucha culpa de eso en no darme cuenta que la niña estaba con un chico, y no
pude hablar con ella – Armando se sentó
derrotado
- Tú hubieras
hablado con mi hermana de la semillita y todo eso – le
dijo burlándose de tu papá, disfrutando de la confianza que recuperaron como
padre e hijo
- Lo hice
contigo ¿No? – miro a Óscar y este salto a
carcajadas
- Oh si ¡claro!...
intentaste hablar pero no me sirvió de mucho así que me dijiste que la bragueta
la tuviera cerrada hasta los dieciocho – Armando
abrió la boca y la volvió a cerrar, no con esas palabras pero si es lo que le
había dicho
- No es fácil
hablar de eso con tus hijos y menos con una hija, me tuve que dar cuenta
antes no hasta que tú hermana diera este paso – Óscar
se dio cuenta de lo abatido que estaba su padre y lo volvió abrazar
- Pero ahora la
vas ayudar que es lo importante – Armando
devolvió el abrazo a su hijo
- Si, desde
ahora estaré con ustedes para lo bueno y lo malo
Esa noche Armando fue a
recoger a Yolanda y Manu no sé quedó de muy buen humor, solo subió a su
habitación y se metió en la cama no quería derrochar su furia y que papá lo
castigará otra vez.
- Manu hijo baja
a cenar – le dijo su padre tocando su
hombro
- No papá por
favor quiero estar solo – Diego comprendía a su
hijo pero no había comido desde el almuerzo
- Pero no puedes
estar sin comer – le dijo recostándose a su lado – todo se va arreglar mi príncipe, pero ahora baja un
momento a cenar y si después quieres subir a dormir lo haces – le
dijo haciendo caricias en la espalda
- Papá no quiero
bajar… ni pelear contigo – y se
le escaparon unos llorosos realmente estaba muy afectado con todo esto
- Hijo…. Ni yo
tampoco quiero pelear – le dijo cogiéndolo en un
abrazo que es lo que necesitaba en ese momento – solo quiero que comas, no quiero que te enfermes… sé que
lo estás pasando mal pero todo va a salir bien cariño – volvió
a prometer y Manu se calmó un poco
- Pero no quiero
bajar papá, no tengo hambre – Diego
se lo dejo pasar por esta vez, ya le diría a su esposa que después le subiera
un vaso de leche con galletas
- Bueno está
bien pero más tarde mamá te subirá leche con galletas y te lo comerás ¿de
acuerdo? – pregunto mirándolo a los ojos
- Si papá – respondió calmado, cualquier cosa por quedarse solo
Diego le dio un beso en la
cabeza y salió de la habitación y se marcho a la cocina pensando en su futuro y
en su hijo.
- ¿Donde está
Manu?
- No quiere
bajar – Laura miró a su marido con cara de
reproche
- No me mires así mujer, le dije que después le subías leche con galletas, lo está pasando mal tendremos que tener mucha paciencia con el – y bueno, Laura al final le dio la razón y se ablando
Cuando terminaron de cenar
solos los dos cada uno pensando en lo mismo… su hijo, Laura como anuncio su
padre, preparó una taza de leche chocolatada con galletas en una bandeja y
subió a la habitación de su hijo y entre mimos y palabras de consuelo hizo que
se bebiera la leche, estuvo con él hasta que se quedó dormido, ella también se
fue a su habitación donde estaba ya su marido.
- ¿Cómo te ha
ido? – Laura lo miró
- Mal, Diego solo bebió la leche, no fue buena
idea de que no baje a cenar, sí bien lo apoyamos no podemos dejar que se
enferme por no comer – Diego que ya se había
metido en la cama y estaba leyendo cerró el libro y lo dejó en la mesita
- Solo es esta
noche y no le va a pasar nada porque no haya cenado, mañana estará más
tranquilo hoy a sido un día muy ajetreado – pero
Laura tenía sus dudas al respecto, nadie se quita la tristeza de la noche a la
mañana
- Sabes cómo es
tu hijo y mañana la tendremos que tener el doble porque va a seguir de la misma
manera – levantó el dedo apuntando a su marido – una cosa te digo mañana no me pienso encargar yo del
asunto, no voy a ser la mala y luego tú solo lo consuelas – Diego
sabía que su esposa tenía razón casi siempre quien castigaba a su hijo era
Laura y él luego le limpiaba las lágrimas y lo abrazaba
- Esta bien, métete en la cama y descansar mañana tendremos un largo viaje
A la mañana siguiente Manu
seguía de la misma manera, triste; Laura miró a Diego como diciendo
te lo dije
- Siéntate Manu
y desayuna – le dijo Diego sin perder la
calma, Manu ya había armado un escándalo por no querer levantarse y ahora no
quería sentarse a desayunar
- No quiero
desayunar ¿qué parte que no entiendes de eso? –
Diego se cogió el tabique de la nariz, llevaba veinte
minutos intentando que se sentara a desayunar y su paciencia estaba agotada
- No te lo
vuelvo a repetir ¡siéntate y desayuna! que tenemos que irnos – Manu
se quedó mirando a su padre desafiándome con la mirada – ¡MANU! – ya no pudo aguantar no gritarle
ya lo había sacado de sus casillas, con el grito Manu quiso salir de la cocina
pero su papá lo cogió del brazo antes de que saliera y lo llevó casi
arrastrando hasta la mesa – te sientas a
desayunar que ya vamos más que retrasados, que el señorito ni siquiera hizo su
maleta y ahora te la tiene que preparar tu mamá
- NO VOY A
DESAYUNAR NI HACER LA MALETA TE QUEDÓ CLARO O TE LO EXPLICO CON SEÑAS
– al final también Mano exploto y eso es lo que bastó para
que Diego perdiera la última gota de paciencia que le quedaba
- No hijo, las señales te las hago yo – y lo cogió poniéndolo debajo de su brazo con el trasero a su disposición – PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF te sientas y desayuna PLAF mientras que tu madre prepara la maleta PLAFF – y con esa última lo sentó en la silla delante de su plato, sentándose él en frente del Manu, eso bastó para que se pusiera a desayunar en silencio, Mano no quiso llora delante de su padre, su ira era mayor a su dolor físico
Después de eso Diego creía que
por fin podía salir para la hacienda, pero Manu al parecer tenía otro
pensamiento, cuando llegaron a la sala Laura bajaba las escaleras con una gran
maleta, la maleta de Manu.
- Eso es lo que
tenías que haber hecho tu – le
dijo Diego aun molesto con su hijo, Manu al verla así de cargada subió
hasta donde estaba su mamá para ayudarla
- No hijo, sube que hay otro macuto con más ropa – sonrió su madre indulgente, había oído el pelito desde el dormitorio
Manu subió a su habitación con
la intención de bajar su maleta, no tenia caso el viaje se iba a dar si o si,
pero al entrar le vino la nostalgia de nuevo, se iría de allí para siempre,
dejaría su casa, sus amigos, su colegio y a Yolanda y su bebe; se sentó en la
cama mirando la nada sin darse cuenta que llevaba casi quince minutos sentado
con sumergido en su tristeza, Manu estaba empezando a ser, preso de la
depresión.
- ¿QUE DEMONIOS
HACES? – el grito de su papá lo sacó de sus
pensamientos
- Yo… – Manu
no sabía que contestar, al ver a su papá con tanto coraje no fue su
intención desobedecer, como explicar lo que sentía?, pero su padre torpemente
interpreto aquello como un desafio
- ¡Tu llevas
toda la mañana desafiándome! – le
dijo levantándolo del brazo sentándose él en la cama
- No papá – gimió
Mano, viendo las intenciones de su padre
- Toda la mañana
– lo
cogió de ambas manos con una mano y con la otra empezó a desabrochar el
pantalón de Manu que al ver que su papá le bajaba el pantalón se tiró al suelo
para que no lo hiciera ya que no podía sujetar la ropa porque tenía las manos
atrapadas
- Papaa yo SOLO
se me pasó el tiempo – Diego hizo oídos sordos
ya que según él, estuvo toda la mañana dando guerra
- ¿Esto es lo
que querías? – envolvió el cuerpo de Manu con
un brazo levantándolo del suelo, con la otra mano le dio un tirón al pantalón
llevándose también el boxer se sentó en la cama y lo puso en sus rodillas – PLAF PLAF PLAF toda
la mañana dando guerra PLAF PLAF PLAF
PLAF toda LA MAÑANA – le decía con coraje, la paciencia de
Diego llegó a su límite – PLAF PLAF PLAF PLAF
PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
- Ya papá ya
hago caso
PLAF PLAF PLAF PLAF
PLAF PLAF claro que ahora me vas hacer
caso PLAF PLAF PLAF PLAF
- Papi ya no más
– Diego
miró al suelo y vio una chancla de Manu, la cogió subió su rodilla un poco más
para dejar las flexuras de su hijo bien expuestas a su vista
PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF
PLOF
- Ya ya …..papá
ya voy a ser bueno – chillaba Manu medio
mareado de ya que esas sí que dolió bastante
Diego lo levantó sin decir
nada, estaba demasiado enojado, le subió la ropa de tirón y con torpeza, lo
cogió del brazo para que no se escape y con el otro el macuto de Manu y así
bajaron casi a trote, no le dio ni tiempo de limpiarse la cara y lo montó en el
coche en la parte trasera y él se subió en la del conductor y por fin pudieron
salir a su destino sin mirar atrás; mientras Manu lo único que hacía era llorar
pegada su cara a la ventana, tratando de no ser oído por nadie, era como si se
encerrada en su dolor y encerrara su dolor para que nadie vea cuan afectado
estaba.
¿Por qué le pasaban todas estas desgracias a él?...
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