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jueves, 19 de noviembre de 2020

Un nuevo horizonte, Capítulo 4


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 Un nuevo horizonte 
 Autora: Terry 
 Capítulo 4 
 

 Mientras Yolanda y Oscar se enfrentaban con sus padres, Manuel siendo perro viejo salió al jardín de la casa y empezó hacer llamadas… tenía muchos amigo jueces, abogados fiscales y otros, debido a la afición que tenían estos a la tauromaquia, siempre le ofrecieron sus consejos y echarle una mano en lo legal de ser necesario, pero él nunca hizo uso de estos contactos porque siempre iba por los pasos normales de todos los mortales sin hacer uso de  sus influencias, pero este era un caso aparte de fuerza mayor, su bisnieto corría riesgo y el no iba a permitir aquello.

-        Dígame – contesto Fernando, uno de los contactos de Manuel

-       - Buenos días ¿Fernando? – pregunto porque no reconoció la voz por el ruido de fondo

-  - Buenos días Manuel – saludo su amigo poniéndose cómodo para atender la llamada, despachando a su secretario – ¿Qué se te ofrece?

-      -  Me da pena lo que voy a pedirte, pero esta vez quiero que me hagas un favor si está de tu mano claro, sino no hay problema – agrego como siempre, él dejaba en claro a sus  amigos que no se vieran obligados a nada

-       -  Pues tú dirás – le dijo el hombre

-      - Verás Fernando… mi nieto, ¿te acuerdas de él? – inicio su charla poniendo a trabajar la mente de su interlocutor a su favor

-     - Si claro que lo recuerdo, muy majo el chaval y bastante bien parecido considerando que se parece a ti – bromeo Fernando

-       - Pues ese mismo

-         - ¿Qué paso con el chiquillo? – Fernando acababa de picar

-      - Pues que se metió en un lio de faldas – dijo suspirando, pues no había manera de enfocar aquello  dejo embarazada a una chica y sus padres no quieren que tenga el bebé, pero  la niña si quiere tenerlo y mi nieto también – el hombre lo interrumpió

-       - ¿Tu nieto es menor de edad verdad?

-        - Si Fernando, tiene quince años y la niña también y lo que quería saber es ¿cómo mi hijo y su esposa pueden ser sus tutores legales hoy mismo? – uuufff vaya urgencia pensó Fernando mientras se reía al otro lado de la línea

-    -  Amigo mío tú necesitas un milagro no un amigo juez – dijo descaradamente y  Manuel también empezó a reír, era cierto pedir aquel favor aun pudiéndose realizar para el final del día, realmente era un disparate

-    - Pues sí, tienes razón – dijo recuperando la compostura –  pero la verdad es que los padres de la muchacha quieren que aborte al bebé y mi hijo y su nuera no están de acuerdo

-      - Pues creo que deberían sentarse a conversar, es un asunto más domestico que otra – respondió Fernando

     - Lo sé, pero esa vía acaba de romperse – le conto cambiando de voz, poniéndose muy serio lo mismo que su amigo – es que ellos insisten en el aborto y sé que podrían hacerlo, gozan de muy buena posición económica y moverán sus  contactos para salirse con la suya y lo único que hasta ahora los ha frenado es la amenaza que le hice de que esto salga a la luz y lo lleve a los medios de comunicación – el juez se quedó pensando en la situación y en una solución viable sin tener que hacer mal uso de sus recurso     

i    - pues con eso lograras que firmen renunciando a sus derechos, cediendo los mismos a tu hijo como tutor legal y que tu abogado venga inmediatamente para arreglar todo el papeleo – y listo esa era la solución mas inmediata

Y como era de esperarse Manuel siguió el consejo de Fernando, fue una dura batalla, verbal y casi física entre su hijo y el padre de Yolanda y por la terquedad de la madre, Manuel no  tuvo más opción que llemar a la prensa y como ocurrió con Fernando, también uso por fuerza mayor este medio de presión, claro que tuvo en cuenta todos los elementos, después de todo no ueria perjudicar ni a su nieto ni a la muchachita, por eso hablo con Claudio,  un amigo de una cadena televisa de cotilleo rosa, pero un buen hombre y de confianza, para armen el amago de una entrevista que podría salir en vivo lo que hizo que finalmente los padres de Yolanda cedan la toma de decisiones respecto al embarazo de su hija a manos de Diego.

 - Sepa usted que es un viejo rastrero y sucio y que su actitud no tiene nombre – lo había insultado la madre de Yolanda, con la cara roja de furia muy enojada y Manuel no tuvo más remedio que mentalmente darle razón, era cierto hizo algo realmente sucio pero a favor de una vida

-    - NO más que usted señora, por lo menos yo lo hago por la vida de SU nieto, porque quiera o no, lleva su sangre aunque déjeme decirle que en mala hora – y se dio la vuelta con el documento firmando en la mano, acompañado de su abogado dejándola parada

La familia de Yolanda después de eso se limito a perderse en su vivienda, no había nada más que hacer, el abogado de Manuel se dirigía a los juzgados para la tramitación pertinente, llevándose a Yolanda de inmediato por el temor a que su  madre decida hacer algo imprudente, es que la mujer realmente estaba fuera de sí, y se marcho con Manuel en medio de lágrimas y pena consciente de que renunciaba a toda una vida y se lanzaba a lo desconocido; los padre ni siquiera salieron a despedirse de ella, Óscar su hermano estaba muy dolido por aquello,  decepcionado por la actitud de sus padres.

 -  Adiós hermanita – le dijo apretándola en un gran abrazo

- -  -    Adiós Óscar – ya no pudo más, Yolanda empezó a llorar haciendo que Óscar también lo hiciera; Diego de ver la escena se acercó a ellos cogió a Óscar del hombro

-    - Tranquilo Oscar – le dijo abrazándolo, se veía que necesitaba un abrazo que le de confianza y fortaleza y si sus padres no podían darle aquello, él lo haría, total tenía un hijo – ella va a estar bien la vamos a cuidar y tú puedes venir cuando quieras a visitarla, las puertas de la casa están abiertas para ti –  Óscar con eso en mente se limpio sus lágrimas

-        -  Señor – dijo en un susurro – yo puedo dejar la unidad y buscar un trabajo y cuidar de mi hermana – dijo en un intento de que no la separen de él –  les juro que ella tendrá el bebé y cuando ellos sean mayores pues se pueden casar… yo no quiero separarme de mi hermana – Diego le sonrió y volvió a abrazarlo

-       - Lo sé, lo sé muchacho, lo sé – le palmeo la espalda antes de separarlo y poner sus manos sobre los hombros de Oscar – pero no será buena idea que dejes la universidad – le dijo muy serio – sé que trabajo podrías conseguir pero ese no es el punto Oscar, ambos sois muy jóvenes, y no tenéis experiencia en esto, un bebé es un gran trabajo y significa muchos gastos que ni tu ni tu hermana podéis asumir – le explico mientras Óscar apretaba los labios y aguaba los ojos – déjame ayudaros

-        - Pero puedo atenderla, sé que puedo – le aseguro

-    - Lo sé, nunca dije que no podías – le daba pena verlo así con esa desesperación por no separarse de su hermana, y le apretó los hombros  antes de volver a darle un abrazo, pensando en que solo le llevaba tres años a su hijo en definitiva era más sensato que esos ogros qué decían ser sus padres – pero confía en mí en esto, tu hermana se sentirá culpable si tu dejas tu carrera, se estresara y se verá obligada a querer trabajar igual y ese no es el punto, ella tiene que estar tranquila, pero si nos dejas cuidarla ella estará más tranquila y tu ayudaras mas si sigues estudiando y sacas tu carrera en el tiempo que requieras y cuando concluyas todo puedes apoyar a tu hermana en lo que ella necesite – y con eso Oscar solo asintió con la cabeza, no muy convencido pero Diego tenía razón

-       - Pero yo no quiero alejarme de mi hermana

-     - Y nadie impedirá que la veas, ese no es el punto, tu eres bienvenido a nuestra casa, aquí en la ciudad como en la hacienda donde estaremos más tiempo de ahora en adelante, allá, tu puedes venir y quedarte el tiempo que desees, es más estás de vacaciones puedes pasar todo el tiempo que quieras allí, nosotros acondicionaremos una habitación exclusivamente para tu uso – Óscar miro a Diego a los ojos, se dio cuenta que no se lo decía por decir, sino que estaba siendo sincero y se quedo más tranquilo al darse cuenta que su hermana estaría en buenas manos, que de verdad eran gente que querían el bienestar no solo del bebe sino de Yolanda

-        - Gracias señor – le dijo sonriendo por fin

-     - Nada de señor, no quiero tantos formalismos llámame Diego  murmuro Diego besando la frente la muchacho, no lo conocía mucho, pero lo que vio le gusto, era como ver a su propio hijo

Después de eso se despidieron y Óscar entró a su casa viendo como sus padres estaban discutiendo.

-    - No me parece buena idea lo que hemos hecho Débora – oyó a su padre titubear, cosa que no extraño a Oscar, su madre podía ser my influyente y hacer caer a cualquiera

-     - Ya Armando, deja de fastidiar, veras que tengo razón, esa mocosa en dos días vendrá por esa puerta arrepentida – dijo Débora limándose las uñas, era tan frívola que parecía una harpía

-   -  ¿Y si no es así?... habremos perdido a nuestra pequeña por una tontería – contesto Armando caminando de un lado a otro arrepentido – no debí hacerte caso… voy a por ella – agrego a último momento cogiendo sus llaves

-       - Ni se te ocurra Armando – casi se cae Débora ante la sola idea

-       - Pero mujer ¿es que no lo entiendes?

-       - El que no entiende nada eres tú, quiere salirse con la suya es una movida nada más, va a entrar por el aro ya lo verás ninguno de los dos se dio cuenta de que Óscar estaba en el umbral de la puerta escuchando a sus padres

-       - No papá – los interrumpió, haciendo que sus padres se dieran la vuelta para mirarlo – la que no se da cuenta es ella – señalo a su madre con desdén – ella si nos hubiera matado de no ser quien eres – dijo entendiendo bien los actos de su madre haciendo que su padre frunza el ceño desconcertado – pero se saco la lotería porque cazo un buen partido, se casó con un rico empresario y le quedaba muy bien como posaba su barriguita en las portadas de todas las revistas ya que la elogiaran por ser la esposa de “Armando Gutiérrez” … la mujer que iba a darle  herederos al famoso adinerado empresario

-      - ¡Ya basta Óscar! – grito Débora muy molesta, pero molesta por ser tan transparente, ese habia sido un factor para seguir adelante con su embarazo

-      - No basta mamá y una cosa más – le dijo elevando un dedo –  ¡mi hermana ya es mejor madre que tú! – Devora le dio una bofetada y Óscar se llevó la mano a su mejilla, pero en vez de aplacar su rabia la aumento – la verdad duele – agrego sonriéndole irónico incomodando a su madre y su padre – y lo sabes, porque es cierto, MI hermana es mejor madre que tú, ella con solo quince años ha renunciado a todo por salvar a su hijo en cambio tú la has echado como a una rata por no manchar tu nombre y luego haces cenas benéficas ¿para qué?,  ¿para que vean los vestidos caros y bonitos que luces? –  Armando se acerco cogió a su hijo por el hombro

-      - Suficiente hijo – dijo sin enfado, sino resignado porque su hijo tenía razón, no sabía cómo se dejó convencer por su esposa

Óscar quito la mano de su hombro y subió las escalas a empacar las cosas de su hermana, Armando al cabo de una hora al ver que su hijo no bajaba fue a ver cómo estaba porque se veía muy afectado, siempre andaba molestando a su hermana para hacerle rabiar pero la quería y mucho y Armando lo sabía.

-       - ¿Hijo que haces? – le pregunto entrando a la habitación de su hija, Óscar se sobresalto e iba atacar a su papá con sus palabras, pero se dio cuenta que estaba mal, triste con los ojos hinchados de haber estado llorando

-      - Preparar las cosas de Yoli, se las voy a llevar… las va a necesitar – y eso abrió una brecha de luz para Armando

-     - Oscar ¿tú sabes donde viven?,  yo no conozco a esa gente

-      - Pues mira  ¡qué bien! – no pudo evitar decir aquello – sin embargo no te importo dejar en manos de alguien que no conoces a tu propia hija, sin saber cómo estará como la trataran

-       -   ¡Óscar!

-       -  ¡Oscar qué! – grito y luego bajo la voz – de ella me lo esperaba – dijo refiriéndose a su madre – pero ¿de ti? –  Armando vio en el estado que estaba su hijo lo abrazo

-       -  Lo siento Óscar me he equivocado y mucho hijo, estoy muy arrepentido y no sé si podré arreglar las cosas o si ella me va a perdonar –  Óscar no quería llorar pero su corazón pudo más que él, y no ayudo que su padre lo abrace – ¿puedo ir contigo y ver si puedo disculparme con tu hermana?, se que está en todo su derecho de no querer verme ni en pintura, pero quiero intentarlo antes de que sea demasiado tarde – Óscar sabía que su papá era sincero que lo estaba diciendo de corazón, estaba arrepentido y odio a su mamá por manipular a su padre como ella quería

-       -  Por mi no hay problema, pero mi hermana tendrá el corazón muy dolido y tiene todo su derecho de estarlo y que no quiera hablar contigo papá – le advirtió y Armando levantó la mirada para dar con la de su hijo –  ¿Por qué te dejas manipular por mamá?

-      -  No siento que me haya manipulado hijo… uuuf y la verdad no lo sé, estoy hecho un lío Oscar – respondió muy sentido –  ¿Ya lo preparaste todo? – pregunto al ver a Oscar cerrar una pequeña maleta

-        - Si papá

-     - Bueno pues entonces, vamos a ver a tu hermana

-        - Y mi mama? – pregunto dudando Oscar con la idea de que su padre lo acompañe

-     - Deja eso en mis manos

 

Y diciendo eso ambos salieron de la habitación y cargaron las cosas en el coche de Armando que era más grande y se pusieron en marcha, pero solo después de tener una gran pelea con su esposa ya que ella no estaba de acuerdo con que fuera a verla, aun así lo hizo, era su decisión y nadie iba a impedírselo, era su hija y con ese pensamiento no solo dirigió a su esposa sino a la familia de Manuel, llegaron a la entrada de la casa de Diego, siendo Óscar quien llamo a la puerta tímidamente.

-       - Buenas noches señora – saludo en voz baja

-    - Hola Óscar pasa hijo – Sara le sonrió con franqueza y abrió paso para él, pero Oscar no quiso pasar

-     - Muchas gracias, pero antes… ¿puede decirle a mi hermana que salga un momento? – aquello tomo por sorpresa a Sara pero tampoco lo cuestiono, ni imagino que Armando estuviera con él, el padre de ambos había preferido permanecer a una distancia prudente hasta que su hija saliera

-      - Claro cómo no – respondió y paso para buscar a la niña que no estaba nada bien, Yolanda salió a ver que quería su hermano

-    -   Hola sanguijuela – saludo Oscar, era el tipo de cosas que decía para molestarla y Yolanda le dio una sonrisa

-    -  ¿Me has traído mis cosas? – pregunto ansiosa, quería cambiarse y bañarse pero note nada que ponerse

-        Si claro – respondió Oscar – pero también hay alguien que quiere verte – Yolanda se tenso porque vio a su padre acercarse

-        ¡Papá!...



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