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Un nuevo horizonte
Autora: Terry
Capítulo 4
- - Dígame
– contesto Fernando, uno de los contactos de Manuel
- - Buenos días ¿Fernando?
– pregunto porque no reconoció la voz por el ruido de fondo
- - Buenos días Manuel – saludo
su amigo poniéndose cómodo para atender la llamada, despachando a su secretario –
¿Qué se te ofrece?
- - Me da pena lo que voy a
pedirte, pero esta vez quiero que me hagas un favor si está de tu mano claro,
sino no hay problema – agrego como siempre, él
dejaba en claro a sus amigos que no se vieran obligados a nada
- - Pues tú dirás – le
dijo el hombre
- - Verás Fernando… mi nieto,
¿te acuerdas de él? – inicio su charla
poniendo a trabajar la mente de su interlocutor a su favor
- - Si claro que lo recuerdo,
muy majo el chaval y bastante bien parecido considerando que se parece a ti – bromeo
Fernando
- - Pues ese mismo
- - ¿Qué paso con el chiquillo? – Fernando
acababa de picar
- - Pues que se metió en un lio
de faldas – dijo suspirando, pues no había
manera de enfocar aquello – dejo
embarazada a una chica y sus padres no quieren que tenga el bebé, pero la
niña si quiere tenerlo y mi nieto también – el hombre lo
interrumpió
- - ¿Tu nieto es menor de edad
verdad?
- - Si Fernando, tiene quince
años y la niña también y lo que quería saber es ¿cómo mi hijo y su esposa
pueden ser sus tutores legales hoy mismo? – uuufff
vaya urgencia pensó Fernando mientras se reía al otro lado de la línea
- - Amigo mío tú necesitas un
milagro no un amigo juez – dijo
descaradamente y Manuel también empezó a reír, era cierto pedir aquel
favor aun pudiéndose realizar para el final del día, realmente era un disparate
- - Pues sí, tienes razón – dijo
recuperando la compostura – pero la
verdad es que los padres de la muchacha quieren que aborte al bebé y mi hijo y
su nuera no están de acuerdo
- - Pues creo que deberían
sentarse a conversar, es un asunto más domestico que otra – respondió
Fernando
- Lo sé, pero esa vía acaba de romperse – le conto cambiando de voz, poniéndose muy serio lo mismo que su amigo – es que ellos insisten en el aborto y sé que podrían hacerlo, gozan de muy buena posición económica y moverán sus contactos para salirse con la suya y lo único que hasta ahora los ha frenado es la amenaza que le hice de que esto salga a la luz y lo lleve a los medios de comunicación – el juez se quedó pensando en la situación y en una solución viable sin tener que hacer mal uso de sus recurso
i - pues con eso lograras que firmen renunciando a sus derechos, cediendo los mismos a tu hijo como tutor legal y que tu abogado venga inmediatamente para arreglar todo el papeleo – y listo esa era la solución mas inmediata
Y como era de esperarse Manuel
siguió el consejo de Fernando, fue una dura batalla, verbal y casi física entre
su hijo y el padre de Yolanda y por la terquedad de la madre, Manuel no
tuvo más opción que llemar a la prensa y como ocurrió con Fernando, también uso
por fuerza mayor este medio de presión, claro que tuvo en cuenta todos los
elementos, después de todo no ueria perjudicar ni a su nieto ni a la
muchachita, por eso hablo con Claudio, un amigo de una cadena televisa de
cotilleo rosa, pero un buen hombre y de confianza, para armen el amago de una
entrevista que podría salir en vivo lo que hizo que finalmente los padres de
Yolanda cedan la toma de decisiones respecto al embarazo de su hija a manos de
Diego.
- Sepa usted que es un viejo rastrero y sucio y que su actitud no tiene nombre – lo había insultado la madre de Yolanda, con la cara roja de furia muy enojada y Manuel no tuvo más remedio que mentalmente darle razón, era cierto hizo algo realmente sucio pero a favor de una vida
- - NO más que usted señora, por lo menos yo lo hago por la vida de SU nieto, porque quiera o no, lleva su sangre aunque déjeme decirle que en mala hora – y se dio la vuelta con el documento firmando en la mano, acompañado de su abogado dejándola parada
La familia de Yolanda después
de eso se limito a perderse en su vivienda, no había nada más que hacer, el
abogado de Manuel se dirigía a los juzgados para la tramitación pertinente,
llevándose a Yolanda de inmediato por el temor a que su madre decida
hacer algo imprudente, es que la mujer realmente estaba fuera de sí, y se
marcho con Manuel en medio de lágrimas y pena consciente de que renunciaba a
toda una vida y se lanzaba a lo desconocido; los padre ni siquiera salieron a
despedirse de ella, Óscar su hermano estaba muy dolido por aquello,
decepcionado por la actitud de sus padres.
- Adiós hermanita – le dijo apretándola en un gran abrazo
- - - Adiós Óscar – ya no
pudo más, Yolanda empezó a llorar haciendo que Óscar también lo hiciera; Diego
de ver la escena se acercó a ellos cogió a Óscar del hombro
- - Tranquilo Oscar – le
dijo abrazándolo, se veía que necesitaba un abrazo que le de confianza y
fortaleza y si sus padres no podían darle aquello, él lo haría, total tenía un
hijo – ella va a estar bien la vamos a
cuidar y tú puedes venir cuando quieras a visitarla, las puertas de la casa
están abiertas para ti – Óscar con eso en mente se limpio sus
lágrimas
- - Señor – dijo
en un susurro – yo puedo dejar la unidad y
buscar un trabajo y cuidar de mi hermana – dijo en un intento
de que no la separen de él – les juro
que ella tendrá el bebé y cuando ellos sean mayores pues se pueden casar… yo no
quiero separarme de mi hermana – Diego le sonrió y volvió a
abrazarlo
- - Lo sé, lo sé muchacho, lo sé
– le
palmeo la espalda antes de separarlo y poner sus manos sobre los hombros de
Oscar – pero no será buena idea que dejes
la universidad – le dijo muy serio – sé que trabajo podrías conseguir pero ese no es el punto
Oscar, ambos sois muy jóvenes, y no tenéis experiencia en esto, un bebé es un
gran trabajo y significa muchos gastos que ni tu ni tu hermana podéis asumir – le
explico mientras Óscar apretaba los labios y aguaba los ojos – déjame ayudaros
- - Pero puedo atenderla, sé que
puedo – le aseguro
- - Lo sé, nunca dije que no
podías – le daba pena verlo así con esa
desesperación por no separarse de su hermana, y le apretó los hombros
antes de volver a darle un abrazo, pensando en que solo le llevaba tres años a
su hijo en definitiva era más sensato que esos ogros qué decían ser
sus padres – pero confía en mí en esto, tu
hermana se sentirá culpable si tu dejas tu carrera, se estresara y se verá
obligada a querer trabajar igual y ese no es el punto, ella tiene que estar
tranquila, pero si nos dejas cuidarla ella estará más tranquila y tu ayudaras
mas si sigues estudiando y sacas tu carrera en el tiempo que requieras y cuando
concluyas todo puedes apoyar a tu hermana en lo que ella necesite – y
con eso Oscar solo asintió con la cabeza, no muy convencido pero Diego tenía
razón
- - Pero yo no quiero alejarme
de mi hermana
- - Y nadie impedirá que la
veas, ese no es el punto, tu eres bienvenido a nuestra casa, aquí en la ciudad
como en la hacienda donde estaremos más tiempo de ahora en adelante, allá, tu
puedes venir y quedarte el tiempo que desees, es más estás de vacaciones puedes
pasar todo el tiempo que quieras allí, nosotros acondicionaremos una habitación
exclusivamente para tu uso – Óscar
miro a Diego a los ojos, se dio cuenta que no se lo decía por decir, sino que
estaba siendo sincero y se quedo más tranquilo al darse cuenta que su hermana
estaría en buenas manos, que de verdad eran gente que querían el bienestar no
solo del bebe sino de Yolanda
- - Gracias señor – le
dijo sonriendo por fin
- - Nada de señor, no quiero tantos formalismos llámame Diego – murmuro Diego besando la frente la muchacho, no lo conocía mucho, pero lo que vio le gusto, era como ver a su propio hijo
Después de eso se despidieron y Óscar entró a su casa viendo como sus padres estaban discutiendo.
- - No me parece buena idea lo
que hemos hecho Débora – oyó a su padre
titubear, cosa que no extraño a Oscar, su madre podía ser my influyente y hacer
caer a cualquiera
- - Ya Armando, deja de
fastidiar, veras que tengo razón, esa mocosa en dos días vendrá por esa puerta
arrepentida – dijo Débora limándose las
uñas, era tan frívola que parecía una harpía
- - ¿Y si no es así?... habremos
perdido a nuestra pequeña por una tontería – contesto
Armando caminando de un lado a otro arrepentido – no debí hacerte caso… voy a por ella – agrego
a último momento cogiendo sus llaves
- - Ni se te ocurra Armando – casi
se cae Débora ante la sola idea
- - Pero mujer ¿es que no lo
entiendes?
- - El que no entiende nada eres
tú, quiere salirse con la suya es una movida nada más, va a entrar por el aro
ya lo verás _ ninguno de los dos se dio
cuenta de que Óscar estaba en el umbral de la puerta escuchando a sus padres
- - No papá – los
interrumpió, haciendo que sus padres se dieran la vuelta para mirarlo –
la que no se da cuenta es ella – señalo a su madre con desdén – ella si nos
hubiera matado de no ser quien eres – dijo entendiendo
bien los actos de su madre haciendo que su padre frunza el ceño desconcertado –
pero se saco la lotería porque cazo un buen
partido, se casó con un rico empresario y le quedaba muy bien como posaba su
barriguita en las portadas de todas las revistas ya que la elogiaran por ser la
esposa de “Armando Gutiérrez” … la mujer que iba a darle herederos al
famoso adinerado empresario
- - ¡Ya basta Óscar!
– grito Débora muy molesta, pero molesta por ser tan
transparente, ese habia sido un factor para seguir adelante con su embarazo
- - No basta mamá y una cosa más
– le
dijo elevando un dedo – ¡mi hermana
ya es mejor madre que tú! – Devora le dio una bofetada y Óscar
se llevó la mano a su mejilla, pero en vez de aplacar su rabia la aumento – la verdad duele – agrego sonriéndole
irónico incomodando a su madre y su padre – y
lo sabes, porque es cierto, MI hermana es mejor madre que tú, ella con solo
quince años ha renunciado a todo por salvar a su hijo en cambio tú la has
echado como a una rata por no manchar tu nombre y luego haces cenas benéficas
¿para qué?, ¿para que vean los vestidos caros y bonitos que luces? –
Armando se acerco cogió a su hijo
por el hombro
- - Suficiente hijo – dijo sin enfado, sino resignado porque su hijo tenía razón, no sabía cómo se dejó convencer por su esposa
Óscar quito la mano de su
hombro y subió las escalas a empacar las cosas de su hermana, Armando al cabo
de una hora al ver que su hijo no bajaba fue a ver cómo estaba porque se veía
muy afectado, siempre andaba molestando a su hermana para hacerle rabiar pero
la quería y mucho y Armando lo sabía.
- - ¿Hijo que haces? – le
pregunto entrando a la habitación de su hija, Óscar se sobresalto e iba atacar
a su papá con sus palabras, pero se dio cuenta que estaba mal, triste con los
ojos hinchados de haber estado llorando
- - Preparar las cosas de Yoli,
se las voy a llevar… las va a necesitar – y eso
abrió una brecha de luz para Armando
- -
Oscar ¿tú sabes donde
viven?, yo no conozco a esa gente
- - Pues mira ¡qué bien! – no
pudo evitar decir aquello – sin embargo no
te importo dejar en manos de alguien que no conoces a tu propia hija, sin saber
cómo estará como la trataran
- - ¡Óscar!
- - ¡Oscar qué! – grito
y luego bajo la voz – de ella me lo esperaba
– dijo refiriéndose a su madre – pero
¿de ti? – Armando vio en el estado que estaba su hijo lo
abrazo
- - Lo siento Óscar me he
equivocado y mucho hijo, estoy muy arrepentido y no sé si podré arreglar las
cosas o si ella me va a perdonar – Óscar
no quería llorar pero su corazón pudo más que él, y no ayudo que su padre lo
abrace – ¿puedo ir contigo y ver si puedo
disculparme con tu hermana?, se que está en todo su derecho de no querer verme
ni en pintura, pero quiero intentarlo antes de que sea demasiado tarde – Óscar
sabía que su papá era sincero que lo estaba diciendo de corazón, estaba
arrepentido y odio a su mamá por manipular a su padre como ella quería
- - Por mi no hay problema, pero
mi hermana tendrá el corazón muy dolido y tiene todo su derecho de estarlo y
que no quiera hablar contigo papá – le
advirtió y Armando levantó la mirada para dar con la de su hijo –
¿Por qué te dejas manipular por mamá?
- - No siento que me haya
manipulado hijo… uuuf y la verdad no lo sé, estoy hecho un lío Oscar – respondió
muy sentido – ¿Ya lo preparaste todo?
– pregunto al ver a Oscar cerrar una pequeña maleta
- - Si papá
- - Bueno pues entonces, vamos a
ver a tu hermana
- - Y mi mama?
– pregunto dudando Oscar con la idea de que su padre lo
acompañe
- - Deja eso en mis manos
Y diciendo eso ambos salieron
de la habitación y cargaron las cosas en el coche de Armando que era más grande
y se pusieron en marcha, pero solo después de tener una gran pelea con su
esposa ya que ella no estaba de acuerdo con que fuera a verla, aun así lo hizo,
era su decisión y nadie iba a impedírselo, era su hija y con ese pensamiento no
solo dirigió a su esposa sino a la familia de Manuel, llegaron a la entrada de
la casa de Diego, siendo Óscar quien llamo a la puerta tímidamente.
- - Buenas noches señora – saludo
en voz baja
- - Hola Óscar pasa hijo – Sara
le sonrió con franqueza y abrió paso para él, pero Oscar no quiso pasar
- - Muchas gracias, pero antes…
¿puede decirle a mi hermana que salga un momento? – aquello
tomo por sorpresa a Sara pero tampoco lo cuestiono, ni imagino que Armando
estuviera con él, el padre de ambos había preferido permanecer a una distancia
prudente hasta que su hija saliera
- - Claro cómo no – respondió
y paso para buscar a la niña que no estaba nada bien, Yolanda salió a ver que
quería su hermano
- -
Hola sanguijuela – saludo
Oscar, era el tipo de cosas que decía para molestarla y Yolanda le dio una
sonrisa
- - ¿Me has traído mis cosas? – pregunto
ansiosa, quería cambiarse y bañarse pero note nada que ponerse
-
Si claro – respondió
Oscar – pero también hay alguien que quiere
verte – Yolanda se tenso porque vio a su padre acercarse
- ¡Papá!...
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