一一一一一一一一一一一一一一一
Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.
一一一一一一一一一一一一一一一
Un nuevo horizonte
Autora: Terry
Capítulo 13
- Noooooo – dijo Manu enfadado a su papá
- Bueno hijo, si no quieres me parece bien pero no la pagues con nosotros que no tenemos la culpa, solo ustedes dos por no llegar a la hora que acordamos – respondió su padre sin alterarse
Manu miró a
su papá muy enfadado no estaba de acuerdo con la decisión que habían tomado los
adultos de castigarlos juntos, a Yolanda prohibiéndole ir a casa de Manu el
próximo fin de semana que le tocaba ir a verlo y claro a Manu sin salir
tampoco, para que ambos recordaran la hora a la que tenían que llegar ya que
los dos niños le dieron un susto de muerte.
Después de la ecografía los
dos estaban muy ilusionados con lo que acababan de ver… el rostro de su pequeño
bebé por lo que quisieron celebrar dando una paseo, Armando y Diego accedieron
recomendándoles regresar a casa de Yolanda sobre las 10 de la noche, tenían
tiempo suficiente para ir al cine, comer algún antojo, comprar algo para el
bebé o simplemente estar juntos y con esa simple recomendación, ambos se
marcharon después de poner la foto de la ecografía como fondo de pantalla en
sus teléfonos.
Diego que había
quedado en recoger a Manu de casa de Yolanda a esa hora pero aun no habían
llegado, por lo que se quedo a esperarlo junto a Armando, quien aprovecho la
oportunidad de pedirle disculpas por lo ocurrido cuando fue con Manu a decir
que era el papá de la criatura que esperaba Yolanda, enganchándose tras eso a
una charla amena que dio pasó a una hora de espera, ambos padres preocupados
por la tardanza no dejaban de llamar por el móvil a su respectivos hijos pero
no tenían respuesta de ninguno de los dos, cuando ya eran las doce
de la noche ambos padres desesperado decidieron poner una denuncia y habían
arrancado el coche para ir a la comisaría cuando vieron dos siluetas en la
noche a lo lejos que venían muy apresurados, Yolanda cuando se dieron cuenta de
la hora y la cantidad de llamadas se puso a llorar, Manu asustado también tenía
ganas de llorar pero decidió no hacerlo, pensando que tenía que ser fuerte por
su novia así que haciendo un gran esfuerzo empezó a consolarla, prometiendo que
nada pasaría, pero ¿a quién mentía? Por lo menos no a ella debido a su estado
en cambio a él lo más seguro era que su papá le diera la paliza de su vida.
Diego que reconoció el andar
de su hijo le dijo a Armando que parara el coche y mirara en la dirección que
venían los chicos dándose cuenta que eran ellos y el susto se convirtió en
coraje, los hicieron pasar a la casa dándoles un buen sermón, después de eso
Armando le dijo a Yolanda que se despidiera de Manu porque ya mañana no lo
vería y el siguiente fin de semana tampoco iría a la hacienda a ver a Manu y
desde entonces estaba así el chico, todo irritado y quejón.
- Pero no es
justo – volvió a decir Manu a sus padres y Laura
ya no tenía paciencia alguna, su hijo le estaba provocando un gran dolor de
cabeza
- Manu ¿ya
terminaste de comer? – pregunto
Laura
- Si he terminado
– respondió
de mala gana
- Pues
sube a tu habitación hasta que te vayas con tu papá a la oficina del campo
– Manu iba a pelear otra vez, pero Diego
intervino ya que estaba viendo que su esposa se iba a ir hacia el
- Hijo sube y te
refrescas un poco que ya nos vamos a ir – sería
mejor llevárselo antes de que Laura le pusiera la mano encima porque ella ya
había perdido toda su paciencia, Manu subió dando pisotones pero obedeció y
entro a la ducha
- Laura mujer – se
acercó a ella abrazándola – hay que tenerle
paciencia – Laura lo miro a su marido
- Pues yo creo
que él se esta aprovechando de eso y lo que le digamos u ordenemos se lo pasa
por el forro, porque sabe que no tendrá consecuencias por su mal comportamiento
y no creo que le estemos haciendo ningún bien – Diego
suspiró
- Está bien, hablaré con él en la oficina
Laura le dio un beso y se puso
a recoger la cocina, Diego subió y también se dio una ducha rápida para quitar
el sudor y paso por la habitación de su hijo para decirle que lo esperaba en el
coche, Manu bajo con la misma actitud que estaba teniendo, su esposa llevaba
razón.
- Manu esa
actitud la quitas ya – Manu miró a su papá de
mala gana – y no me mires así que llevas
toda la semana así y ya te hemos tenido bastante paciencia, pero parece que tú
no tienes un límite
- Pero no es
justo – volvió a gimotear Diego se armó de
paciencia no sabía de dónde la sacaba hasta el se sorprendía
- A
mí me parece bastante justo Manu, porque yo no había pensado en este castigo,
cuando te vi aparecer solo tenía ganas de dejarte bien claro lo que hiciste
pero dándote una paliza con mi cinturón, pero como Armando decidió no dejar a
Yolanda venir me pareció injusto que tú te llevarás otro castigo por el mismo
delito – Manu abrió los ojos, él nuca pensó esa
posibilidad – pero estás cruzando todos los
límites y cuando tú mamá quiera darte la paliza que te estás ganando a pulso no
la voy a detener – le advirtió muy serio y Manu abrió los ojos
sorprendido
- Pero papiiii
no me di cuenta de la hora y no me parece justo que no me dejen ver a Yolanda
por eso – Diego perdió la calma con la
que estaba hablando a su hijo, ¿todavía tenía la
poca vergüenza de decir que no lo veía justo?
- No me vengas
con gilipolleces – dijo ya un poco alterado –viniste dos horas después de lo que se te ha indicado,
no contestaste a las mil llamadas que te hice ¿y te parece injusto?, con todo
eso ¿crees que no te hubiera dado la paliza de tu vida? – le
pregunto enojado y Manu cerro la boca – ahora
o cambias de actitud o me lo pienso mejor y te la doy para ver que sí estoy
siendo justo – Manu bajó la cabeza dándose cuenta que había
tirado demasiado de la liga pensando que sería mejor dejar ya el asunto tal y
como estaba
- Lo siento papá – se disculpo Manu y Diego no dijo nada más
Y ninguno de los dos volvió hablar del tema, al llegar a la oficina Diego no iba hacer nada más que darle los cheques de pago a los trabajadores, era día de cobro y los trabajadores se iban temprano ese día era noche de bares, a Manu lo único que lo animo estar en la oficina de su papá era que el hijo del capataz que tenía su misma edad iba a ir con sus hermanos por lo menos tendría alguien con quien hablar pero sus ánimos se esfumaron de inmediato cuando los muchachos en cuestión lo invitaron a salir pensando que su padre no iba a querer, debido a su mal comportamiento.
- ¿Que pasa
Manu? – pregunto Diego al verlo merodear por la
oficina, sabía que algo quería conocía muy bien a su hijo
- Papi – se
animo a decir con su mejor tono
- Dime – le
dijo poniendo toda la atención a su hijo
- ¿Puedo ir con
Mario? – no entro en detalles, tal vez no valía la
pena pensó, Diego en cambio se quedó mirando a su hijo e inicialmente pensó en
no dejarlo ir después de cómo se había comportado, pero después pensó que si le
daba un respiro Manu quizás se tranquilizaría y sería mejor para todos
- ¿Y dónde
pensáis ir? – quiso saber y Manu se encogió
de hombros
- No lo sé, con
sus hermanos a dar unas vueltas – Diego
le hizo un gesto a su hijo para que se sentará enfrente
- Escúchame – le
ordeno y Mano se encogió seguro que le daría un nuevo sermón – te voy a dejar ir – agrego
sorprendiendo a Manu a quien se le iluminó la cara con una sonrisa – pero te advierto que hoy es día de cobra y los
trabajadores van a un bar a tomar y a los más jóvenes le hacen una novatada
emborracharlos, así que te advierto que no quiero que tomes ni una sola cerveza
¿estamos? – advirtió mirando fijamente a su hijo – Manu te estoy preguntando
- No lo hare
papá… no tomaré cerveza
- Bueno pues ahora cuando le dé el cheque a los hermanos de Mario quedó con ellos a ver a qué hora te traen a casa
Manu arrugó el entrecejo por qué por lo visto su papá estaba empecinado a tratarlo como a un niño, él era muy capaz de regresar a casa solo y no necesitaba a un niñero, pero mejor no decir nada, quería ir y sabía que si no era como su padre quería no podría ir a ninguna parte, con ese pensamiento se levantó para ir a darle la noticia a su amigo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario