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jueves, 19 de noviembre de 2020

Un nuevo horizonte, Capítulo 13


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 Un nuevo horizonte 

 Autora:  Terry 

 Capítulo  13 

- Noooooo – dijo Manu enfadado a su papá

- Bueno hijo, si no quieres me parece bien pero no la pagues con nosotros que no tenemos la culpa, solo ustedes dos por no llegar a la hora que acordamos – respondió su padre  sin alterarse

Manu miró a su papá muy enfadado no estaba de acuerdo con la decisión que habían tomado los adultos de castigarlos juntos, a Yolanda prohibiéndole ir a casa de Manu el próximo fin de semana que le tocaba ir a verlo y claro a Manu sin salir tampoco, para que ambos recordaran la hora a la que tenían que llegar ya que los dos niños le dieron un susto de muerte.

Después de la ecografía los dos estaban muy ilusionados con lo que acababan de ver… el rostro de su pequeño bebé por lo que quisieron celebrar dando una paseo, Armando y Diego accedieron recomendándoles regresar a casa de Yolanda sobre las 10 de la noche, tenían tiempo suficiente para ir al cine, comer algún antojo, comprar algo para el bebé o simplemente estar juntos y con esa simple recomendación, ambos se marcharon después de poner la foto de la ecografía como fondo de pantalla en sus teléfonos.

Diego  que había quedado en recoger a Manu de casa de Yolanda a esa hora pero aun no habían llegado, por lo que se quedo a esperarlo junto a Armando, quien aprovecho la oportunidad de pedirle disculpas por lo ocurrido cuando fue con Manu a decir que era el papá de la criatura que esperaba Yolanda, enganchándose tras eso a una charla amena que dio pasó a una hora de espera, ambos padres preocupados por la tardanza no dejaban de llamar por el móvil a su respectivos hijos pero no tenían respuesta de ninguno de los dos,  cuando ya eran las doce de la noche ambos padres desesperado decidieron poner una denuncia y habían arrancado el coche para ir a la comisaría cuando vieron dos siluetas en la noche a lo lejos que venían muy apresurados, Yolanda cuando se dieron cuenta de la hora y la cantidad de llamadas se puso a llorar, Manu asustado también tenía ganas de llorar pero decidió no hacerlo, pensando que tenía que ser fuerte por su novia así que haciendo un gran esfuerzo empezó a consolarla, prometiendo que nada pasaría, pero ¿a quién mentía? Por lo menos no a ella debido a su estado en cambio a él lo más seguro era que su papá le diera la paliza de su vida.

Diego que reconoció el andar de su hijo le dijo a Armando que parara el coche y mirara en la dirección que venían los chicos dándose cuenta que eran ellos y el susto se convirtió en coraje, los hicieron pasar a la casa dándoles un buen sermón, después de eso Armando le dijo a Yolanda que se despidiera de Manu porque ya mañana no lo vería y el siguiente fin de semana tampoco iría a la hacienda a ver a Manu y desde entonces estaba así el chico, todo irritado y quejón.

- Pero no es justo – volvió a decir Manu a sus padres y Laura ya no tenía paciencia alguna, su hijo le estaba provocando un gran dolor de cabeza

- Manu ¿ya terminaste de comer? – pregunto Laura

- Si he terminado – respondió de mala gana

- Pues sube a tu habitación hasta que te vayas con tu papá a la oficina del campo – Manu iba a pelear otra vez, pero Diego intervino ya que estaba viendo que su esposa se iba a ir  hacia el

- Hijo sube y te refrescas un poco que ya nos vamos a ir – sería mejor llevárselo antes de que Laura le pusiera la mano encima porque ella ya había perdido toda su paciencia, Manu subió dando pisotones pero obedeció y entro a la ducha

- Laura mujer – se acercó a ella abrazándola – hay que tenerle paciencia – Laura lo miro a su marido

- Pues yo creo que él se esta aprovechando de eso y lo que le digamos u ordenemos se lo pasa por el forro, porque sabe que no tendrá consecuencias por su mal comportamiento y no creo que le estemos haciendo ningún bien – Diego suspiró

- Está bien, hablaré con él en la oficina

Laura le dio un beso y se puso a recoger la cocina, Diego subió y también se dio una ducha rápida para quitar el sudor y paso por la habitación de su hijo para decirle que lo esperaba en el coche, Manu bajo con la misma actitud que estaba teniendo, su esposa llevaba razón.

- Manu esa actitud la quitas ya – Manu miró a su papá de mala gana  y no me mires así que llevas toda la semana así y ya te hemos tenido bastante paciencia, pero parece que tú no tienes un límite

- Pero no es justo – volvió a gimotear Diego se armó de paciencia no sabía de dónde la sacaba  hasta el se sorprendía

- A mí me parece bastante justo Manu, porque yo no había pensado en este castigo, cuando te vi aparecer solo tenía ganas de dejarte bien claro lo que hiciste pero dándote una paliza con mi cinturón, pero como Armando decidió no dejar a Yolanda venir me pareció injusto que tú te llevarás otro castigo por el mismo delito – Manu abrió los ojos, él nuca pensó esa posibilidad – pero estás cruzando todos los límites y cuando tú mamá quiera darte la paliza que te estás ganando a pulso no la voy a detener – le advirtió muy serio y Manu abrió los ojos sorprendido

- Pero papiiii no me di cuenta de la hora y no me parece justo que no me dejen ver a Yolanda por eso – Diego perdió la calma con la que estaba hablando a su hijo, ¿todavía tenía la poca vergüenza de decir que no lo veía justo?

- No me vengas con gilipolleces – dijo ya un poco alterado –viniste dos horas después de lo que se te ha indicado, no contestaste a las mil llamadas que te hice ¿y te parece injusto?, con todo eso ¿crees que no te hubiera dado la paliza de tu vida? – le pregunto enojado y Manu cerro la boca – ahora o cambias de actitud o me lo pienso mejor y te la doy para ver que sí estoy siendo justo – Manu bajó la cabeza dándose cuenta que había tirado demasiado de la liga pensando que sería mejor dejar ya el asunto tal y como estaba

- Lo siento papá – se disculpo Manu y Diego no dijo nada más

Y ninguno de los dos volvió hablar del tema, al llegar a la oficina Diego no iba hacer nada más que darle los cheques de pago a los trabajadores, era día de cobro y los trabajadores se iban temprano ese día era noche de bares, a Manu lo único que lo animo estar en la oficina de su papá era que el hijo del capataz que tenía su misma edad iba a ir con sus hermanos por lo menos tendría alguien con quien hablar pero sus ánimos se esfumaron de inmediato cuando los muchachos en cuestión lo invitaron a salir pensando que su padre no iba a querer, debido a su mal comportamiento.

- ¿Que pasa Manu? – pregunto Diego al verlo merodear por la oficina, sabía que algo quería conocía muy bien a su hijo

- Papi – se animo a decir con su mejor tono

- Dime – le dijo poniendo toda la atención a su hijo

- ¿Puedo ir con Mario? – no entro en detalles, tal vez no valía la pena pensó, Diego en cambio se quedó mirando a su hijo e inicialmente pensó en no dejarlo ir después de cómo se había comportado, pero después pensó que si le daba un respiro Manu quizás se tranquilizaría y sería mejor para todos

- ¿Y dónde pensáis ir? – quiso saber y Manu se encogió de hombros

- No lo sé, con sus hermanos a dar unas vueltas – Diego le hizo un gesto a su hijo para que se sentará enfrente

- Escúchame – le ordeno y Mano se encogió seguro que le daría un nuevo sermón –  te voy a dejar ir – agrego sorprendiendo a Manu a quien se le iluminó la cara con una sonrisa – pero te advierto que hoy es día de cobra y los trabajadores van a un bar a tomar y a los más jóvenes le hacen una novatada emborracharlos, así que te advierto que no quiero que tomes ni una sola cerveza ¿estamos? – advirtió mirando fijamente a su hijo Manu te estoy preguntando

- No lo hare papá… no tomaré cerveza

- Bueno pues ahora cuando le dé el cheque a los hermanos de Mario quedó con ellos a ver a qué hora te traen a casa

Manu arrugó el entrecejo por qué por lo visto su papá estaba empecinado a tratarlo como a un niño, él era muy capaz de regresar a casa solo y no necesitaba a un niñero, pero mejor no decir nada, quería ir y sabía que si no era como su padre quería no podría ir a ninguna parte, con ese pensamiento se levantó para ir a darle la noticia a su amigo…


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