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Un nuevo horizonte
Autora: Terry
Capítulo 11
Cuando Diego entró a la habitación de Manu lo vio sentado en la cama llorando y eso hizo que se le bajara el enojo casi por completo, Manu al sentir que la puerta de la habitación de su padre se abrió levantó la mirada y al ver a su papá con la regla en la mano no le importo quien lo escuchara y empezó a rogar.
- Papá no con
eso no shijjj papiii – Diego quería terminar
pronto porque él no se sentía bien cada vez que tenía que castigar a su niño y
más si empezaba a rogar y llorar
- Ya sabes Manu
que te lo advertí, si volvías ir al río solo, te castigaría – Manu
miró a su papá con rabia ¿acaso no lo había castigado ya? y delante del
capataz y Óscar además, ¿acaso no lo había avergonzado ya lo suficiente?,
¿cómo iba a ir a trabajar el día siguiente y mirar a la cara a Gerardo si
su papá le pego delante de él?, algo en el interior le subió y la ira salió de
su boca
- ¿Aún no te
sientes lo bastante hombre que tienes que seguir?, ya lo dejaste bien claro
delante de tu amigo lo hombre que eres – Diego
se quedó sin palabras, ¿qué demonios decía su hijo?
- Manu te estás…
– pero
no pudo seguir porque Manu explotó, le dio una patada a un silloncito que
había puesto su mamá para cuando ella o Diego se quitaban los zapatos poder
sentarse
- No
me digas que me estoy equivocado, porque tengo toda la razón, lo único que
quieres es demostrar que puedes vencerme – y
dio un manotazo y tiro todo lo que su mamá tenía en el tocador, Diego se
puso furioso de nuevo ¿qué le pasaba a ese niño?, se acerco a él y le dio con
la regla en el muslo creyendo que así llamaría su atención y se calmaría pero
eso parece que lo puso más rebelde todavía
- Pplof pero qué te pasa – Manu
se puso furioso, cogió la colcha de la cama la tiró al suelo
- Ya te estás
haciendo el gallito de nuevo – le
dijo Manu pero Diego antes de que siguiera lo cogió las muñecas para que no
siguiera tirando cosas, lo arrastró a la cama y se sentó poniendo a Manu boca
bajo en sus piernas, le tiro del pantalón y también le bajó el boxer y empezó a
darle con la mano
- PLAF PLAF PLAF
PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
PLAF – esas se las dio sin parar Manu intentaba
soltarse del agarre para cubrirse porque su papá le estaba dando bastante
fuerte
- Papaaaa
– Manu no dijo más nada y Diego siguió pero esta
vez si le reprochaba. ya sabía que su hijo lo escuchaba
- PLAF PLAF ¿qué te pasa porque te comportes así? PLAF PLAF ¿de verdad crees
que si te castigo es para hacerme el gallito? – pero
en ninguna pregunta salía una respuesta de Manu sólo sollozos – ¡contesta! – pero no hubo una respuesta
solo salió el llanto de Manu y Diego cogió la regla – PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF
- Buuuuaaaa
LO HACES, LO HACES AAGGG AGG – Diego se asusto de
aquello, no era una reacción normal así que decidió frenar aquí y lo puso de
pie y le subió la ropa
- Yo
nunca te castigo para sentirme más hombre como dices tú, hijo, ¿de dónde sacas
eso? – Manu bajó la cabeza sin poder dejar de llorar y
por estar avergonzado de lo que dijo y enojado además porque dio rienda suelta
a los pensamientos que alguna vez albergo –
si te castigo no es por gusto Manu, además ¿cuántas veces te lo he dicho que no
puedes ir al río solo? no entiendes el peligro que tiene – Manu
seguía llorando
- Shijs
shijs pero me pegastes delante de ellos shijs shijs me avergonzaste… eso es
para mí demostrar a todos que solo tú tienes razón – dijo
en medio de sollozos y Diego decidió oir sus argumentos – es demostrar a todos que eres más hombre que yoooo – Diego
soltó el aire contenido en sus pulmones, aquello que decía su hijo era un
tremendo disparate, solo en una sola cosa tenía razón, no debió castigarlo
delante de nadie, nunca fue su intención en realidad, se dejo llevar por el
enojo superado el susto de imaginarse ahogado
- Manu no sé de
donde sacas esas ideas, y para que sepas yo no tenía intención de castigarte
delante de ellos – Manu torció el hocico como
diciendo que no lo creía – no me tuerzas el
hocico que es verdad, sólo que tú corriste dentro te caíste y por poco te
ahogas ¿sabes el miedo que yo pasé? – Manu se soltó de su papá
y se acostó en la cama, diga lo que diga nada iba a cambiar la horrible
sensación que tenia atorada en la garganta
- ¿Y tú sabes lo
mal que yo pasé? – Diego se frotó la cara, él ya
quería estar bien con su hijo y que él estuviera bien el tiempo que estuviera
su novia en casa – todos viéndome, ¿la
vergüenza que pase?
- Si hijo, si se
la vergüenza que pasaste – Manu
se dio la vuelta para mirar a su papá para ver que le decía ahora para torcer
las cosas a su favor – tu abuelo lo hizo
una vez, me castigo en público y nunca entendí cómo pudo ser capaz y ahora yo
estoy en esa situación, aunque me prometí nunca hacerlo si yo tuviera un hijo – Manu
solo hizo un amague de mover la cabeza por su gran consuelo
- Y sin embargo
lo has hecho – murmuro molesto
- ¡Pero tú me
desobedeciste!... corriste al agua
- Lo seee
- ¿Entonces
porque lo hiciste? – pregunto
su padre desesperado ya y casi perdiendo la paciencia
- ¡Por miedo! – contestó
Manu sin dudarlo mirando fijamente a su padre y soltó un gemido, un gemido que
no pudo tragar – miedo de que hagas lo que
hiciste… – y una lágrima resbalo por sus mejillas y su padre se
quedo sin palabras – yo sé que te
desobedecí, se que merecía un castigo no soy tan tonto como tú crees
- Hijo no eres
tonto – respondió su padre sorprendido de la baja
autoestima de su hijo – ¿de dónde sacas eso
de que yo creo que lo seas?
- ¡De tus
actos!, de la forma en que me tratas – gimoteo
limpiándose los ojos
- Maaanu…
- Déjame hablar – corto
Manuel – sé que me merecía un castigo, sé
que no debí hacer caso a Oscar, pero yo no tengo amigos, estoy prácticamente
solo aquí todo el día y quería caerle bien pero no fue mi idea, fue la suya y
me deje convencer como sé que eso está mal también y que solito me metí en
problemas, pero tú ni siquiera me diste una tregua, te pusiste a gritar y
amenazarme – y Diego empezó a hacer memoria de aquel momento,
de verdad que él solo veía el peligro y se dio cuenta que lo empujo mas a él
gritándole – … ¿cómo crees que me
sentí al respecto?, me sentí mal por todo, por desobedecerte, por hacer caso a
Oscar, porque siempre hago las cosas mal y sentí tanta vergüenza de que todos
se enteren de lo torpe y mal hijo que soy
- Hijo, como
piensas eso – murmuro Diego afectado por las
palabras de su hijo, de verdad necesitaba ser menos imprudente
- ¿Y cómo no pensarlo?, ni tu amigo ni Oscar tenían la necesidad de enterarse que me iba a llevar una zurra, o ¿sí? – y esa pregunta desarmo totalmente a su padre, su hijo tenía razón nadie tenía porque enterarse, realmente se equivoco a lo grande – ...sé que a veces me comporto necio y no quiero que me pegues, pero igual lo acepto, no había necesidad de hacerlo público y menos hacerlo en público – y se puso a llorar nuevamente, para él el mundo simplemente se estaba cayendo a pedazos ese rato
Y se quedaron así sin hacer
nada, Diego en silencio buscando las palabras adecuadas para salir de aquel
meollo y Manu simplemente dejándose aplastar por su
pena…
- ¿Porque no
bajan? Yolanda y Óscar están esperando para almorzar – Laura
interrumpió al entrar a su alcoba debido a la tardanza de ambos y Manu hizo
mala cara, no iba a bajar a pasar vergüenza por segunda vez
- Bajen ustedes
yo no tengo hambre – Laura miró a Diego para
que le explicará lo que pasaba
- Está molesto
porque lo castigue delante de ellos y tiene razón – Diego
no quería estar de malas con su hijo y en parte lo entendía – no fue mi intención hijo y lo siento – se
disculpó de su hijo y Manu poco a poco levantó la mirada por las palabras de su
padre, Diego se sentó al lado suyo con el afán de abrazarlo – pero cuando te vi caer en el agua me asusté y cuando vi
que estabas bien me enfade porque casi te ahogas por desobedecer – Manu
agachó la cabeza y no dijo nada más, no tenia caso para él, seguía y seguiría
en el mismo circulo de conflictos, así que se quedo callado – Venga bajemos a comer – agrego su padre,
como siempre creyendo que con esa disculpa estaba todo solucionado, pero
Manu no quería bajar porque una nueva vergüenza lo ataco, le daba vergüenza de
que lo seguro había escuchado Yolanda
- Yo
no voy a bajar – Laura se le quedó mirando muy enfadada, su papá se había
disculpado por castigarlo delante de Óscar y el capataz ¿dónde estaba el
enfado?
- ¿Cómo que no
vas a bajar? – le pregunto frunciendo el
ceño, pero Manu no cambio de expresión – mira
Manu tu papá ya se disculpó cosa que no tenía porque hacerla porque tú te lo
buscaste – y ahí iban de nuevo, según su perspectiva, el no
tenia ni voz ni voto en nada porque no era considerado más que un niño que no
necesita pensar mas alla de lo que sus padres digan – ahora deja el enfado y andando que nos están esperando
para comer – Manu miro a su mamá
- No estoy
enfadado – Laura se quitó de su
compostura de enfado y se sentó a su lado en la cama
- Entonces mi
pollito ¿qué te pasa? – Manu se aplasto al
pecho de su mamá
- Es que Yolanda
escucho y me da vergüenza – Laura
lo abrazo pero Manu rechazo su abrazo, lo que sorprendió a su madre – seguro va a pensar que no soy más que no soy más
que un llorón y me siento mal porque por más que me esfuerce no puedo ser más
hombre para mi hijo… más adulto – confeso y un sonoro sollozo
rompió toda la poca voluntad de comportarse maduramente que tenía y
automáticamente busco el abrazo de su padre, llorando en su pecho tan malamente
- ¡Oh Manu!,
hijo, lo siento, siento tanto que pienses eso o sientas eso, de verdad – respondió
su padre – …cuando tu hijo nazca te darás
cuenta de que todo lo que hago por ti es para protegerte, y no necesitas ser
más hombre o mas adulto para ser padre, ya lo eres, y el que te esfuerces por
hacer lo mejor es una muestra de madures cariño, no la edad – dijo
papá repartiendo besos sobre su frente pero fue mamá la que curo como siempre
aquella heridita interna al ver que diga lo que diga Diego no iba a cambiar lo
que Manu sentía que no era otra cosa que ser vergüenza
- Mi
amor, mi pollito lindo, mi corazón, no tienes de que preocuparte, que desde
donde estábamos no se escucho nada te lo prometo, incluso Oscar nos acompaño – le
dijo con tal seriedad y amor que Manu dudo
- ¿Seguro?
- Seguro mi amor, además ¿cuándo te he mentido? – pregunto… nunca pensó Manu
Y eso fue suficiente para convencerlo, al final tras lavarse la cara y cambiarse de ropa, bajó a comer con sus padres e invitados, al final fue un gran fin de semana con su chica y su bebé.
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