Translate

jueves, 19 de noviembre de 2020

Un nuevo horizonte, Capítulo 11


一一一一一一一一一一一一一一一

Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.

一一一一一一一一一一一一一一一


 Un nuevo horizonte 

 Autora: Terry 

 Capítulo  11  

Cuando Diego entró a la habitación de Manu lo vio sentado en la cama llorando y eso hizo que se le bajara el enojo casi por completo, Manu al sentir que la puerta de la habitación de su padre se abrió levantó la mirada y al ver a su papá con la regla en la mano no le importo quien lo escuchara y empezó a rogar.

- Papá no con eso no shijjj papiii – Diego quería terminar pronto porque él no se sentía bien cada vez que tenía que castigar a su niño y más si empezaba a rogar y llorar

- Ya sabes Manu que te lo advertí, si volvías ir al río solo, te castigaría – Manu miró a su papá con rabia ¿acaso no lo había castigado ya? y delante del capataz  y Óscar además, ¿acaso no lo había avergonzado ya lo suficiente?, ¿cómo iba a ir a trabajar el día siguiente y mirar a la cara  a Gerardo si su papá le pego delante de él?, algo en el interior le subió y la ira salió de su boca

- ¿Aún no te sientes lo bastante hombre que tienes que seguir?, ya lo dejaste bien claro delante de tu amigo lo hombre que eres – Diego se quedó sin palabras, ¿qué demonios decía su hijo?

- Manu te estás… – pero no pudo seguir porque Manu explotó, le dio una patada a un silloncito  que había puesto su mamá para cuando ella o Diego se quitaban los zapatos poder sentarse 

- No me digas que me estoy equivocado, porque tengo toda la razón, lo único que quieres es demostrar que puedes vencerme – y  dio un manotazo y tiro todo lo que su mamá tenía en el tocador, Diego se puso furioso de nuevo ¿qué le pasaba a ese niño?, se acerco a él y le dio con la regla en el muslo creyendo que así llamaría su atención y se calmaría pero eso parece que lo puso más rebelde todavía

- Pplof  pero qué te pasa – Manu se puso furioso, cogió la colcha de la cama la tiró al suelo

- Ya te estás haciendo el gallito de nuevo – le dijo Manu pero Diego antes de que siguiera lo cogió las muñecas para que no siguiera tirando cosas, lo arrastró a la cama y se sentó poniendo a Manu boca bajo en sus piernas, le tiro del pantalón y también le bajó el boxer y empezó a darle con la mano

- PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – esas se las dio sin parar Manu intentaba soltarse del agarre para cubrirse porque su papá le estaba dando bastante fuerte

- Papaaaa – Manu no dijo más nada y Diego siguió pero esta vez si le reprochaba. ya sabía que su hijo lo escuchaba

- PLAF PLAF ¿qué te pasa porque te comportes así? PLAF PLAF  ¿de verdad crees que si te castigo es para hacerme el gallito? – pero en ninguna pregunta salía una respuesta de Manu sólo sollozos – ¡contesta! – pero no hubo una respuesta solo salió el llanto de Manu y Diego cogió la regla – PLOF PLOF PLOF PLOF PLOF

- Buuuuaaaa LO HACES, LO HACES AAGGG AGG – Diego se asusto de aquello, no era una reacción normal así que decidió frenar aquí y lo puso de pie y le subió la ropa

- Yo nunca te castigo para sentirme más hombre como dices tú, hijo, ¿de dónde sacas eso? – Manu bajó la cabeza sin poder dejar de llorar y por estar avergonzado de lo que dijo y enojado además porque dio rienda suelta a los pensamientos que alguna vez albergo – si te castigo no es por gusto Manu, además ¿cuántas veces te lo he dicho que no puedes ir al río solo? no entiendes el peligro que tiene – Manu seguía llorando

- Shijs shijs pero me pegastes delante de ellos shijs shijs me avergonzaste… eso es para mí demostrar a todos que solo tú tienes razón – dijo en medio de sollozos y Diego decidió oir sus argumentos – es demostrar a todos que eres más hombre que yoooo – Diego soltó el aire contenido en sus pulmones, aquello que decía su hijo era un tremendo disparate, solo en una sola cosa tenía razón, no debió castigarlo delante de nadie, nunca fue su intención en realidad, se dejo llevar por el enojo superado el susto de imaginarse ahogado

- Manu no sé de donde sacas esas ideas, y para que sepas yo no tenía intención de castigarte delante de ellos – Manu torció el hocico como diciendo que no lo creía – no me tuerzas el hocico que es verdad, sólo que tú corriste dentro te caíste y por poco te ahogas ¿sabes el miedo que yo pasé? – Manu se soltó de su papá y se acostó en la cama, diga lo que diga nada iba a cambiar la horrible sensación que tenia atorada en la garganta

- ¿Y tú sabes lo mal que yo pasé? – Diego se frotó la cara, él ya quería estar bien con su hijo y que él estuviera bien el tiempo que estuviera su novia en casa – todos viéndome, ¿la vergüenza que pase?

- Si hijo, si se la vergüenza que pasaste – Manu se dio la vuelta para mirar a su papá para ver que le decía ahora para torcer las cosas a su favor – tu abuelo lo hizo una vez, me castigo en público y nunca entendí cómo pudo ser capaz y ahora yo estoy en esa situación, aunque me prometí nunca hacerlo si yo tuviera un hijo – Manu solo hizo un amague de mover la cabeza por su gran consuelo

- Y sin embargo lo has hecho – murmuro molesto

- ¡Pero tú me desobedeciste!... corriste al agua

- Lo seee

- ¿Entonces porque  lo hiciste? – pregunto su padre desesperado ya y casi perdiendo la paciencia

- ¡Por miedo! – contestó Manu sin dudarlo mirando fijamente a su padre y soltó un gemido, un gemido que no pudo tragar – miedo de que hagas lo que hiciste… – y una lágrima resbalo por sus mejillas y su padre se quedo sin palabras – yo sé que te desobedecí, se que merecía un castigo no soy tan tonto como tú crees

- Hijo no eres tonto – respondió su padre sorprendido de la baja autoestima de su hijo – ¿de dónde sacas eso de que yo creo que lo seas?

- ¡De tus actos!, de la forma en que me tratas – gimoteo limpiándose los ojos

- Maaanu…

- Déjame hablar – corto Manuel – sé que me merecía un castigo, sé que no debí hacer caso a Oscar, pero yo no tengo amigos, estoy prácticamente solo aquí todo el día y quería caerle bien pero no fue mi idea, fue la suya y me deje convencer como sé que eso está mal también y que solito me metí en problemas, pero tú ni siquiera me diste una tregua, te pusiste a gritar y amenazarme – y Diego empezó a hacer memoria de aquel momento, de verdad que él solo veía el peligro y se dio cuenta que lo empujo mas a él gritándole – …  ¿cómo crees que me sentí al respecto?, me sentí mal por todo, por desobedecerte, por hacer caso a Oscar, porque siempre hago las cosas mal y sentí tanta vergüenza de que todos se enteren de lo torpe y mal hijo que soy

- Hijo, como piensas eso – murmuro Diego afectado por las palabras de su hijo, de verdad necesitaba ser menos imprudente

- ¿Y cómo no pensarlo?, ni tu amigo ni Oscar tenían la necesidad de enterarse  que me iba a llevar una zurra, o ¿sí? – y esa pregunta desarmo totalmente a su padre, su hijo tenía razón nadie tenía porque enterarse, realmente se equivoco a lo grande – ...sé que a veces me comporto necio y no quiero que me pegues, pero igual lo acepto, no había necesidad de hacerlo público y  menos hacerlo en público – y se puso a llorar nuevamente, para él el mundo simplemente se estaba cayendo a pedazos ese rato  

Y se quedaron así sin hacer nada, Diego en silencio buscando las palabras adecuadas para salir de aquel meollo y Manu simplemente dejándose aplastar por su pena…

- ¿Porque no bajan? Yolanda y Óscar están esperando para almorzar – Laura interrumpió al entrar a su alcoba debido a la tardanza de ambos y Manu hizo mala cara, no iba a bajar a pasar vergüenza por segunda vez

- Bajen ustedes yo no tengo hambre – Laura miró a Diego para que le explicará lo que pasaba

- Está molesto porque lo castigue delante de ellos y tiene razón – Diego no quería estar de malas con su hijo y en parte lo entendía – no fue mi intención hijo y lo siento – se disculpó de su hijo y Manu poco a poco levantó la mirada por las palabras de su padre, Diego se sentó al lado suyo  con el afán de abrazarlo – pero cuando te vi caer en el agua me asusté y cuando vi que estabas bien me enfade porque casi te ahogas por desobedecer – Manu agachó la cabeza y no dijo nada más, no tenia caso para él, seguía y seguiría en el mismo circulo de conflictos, así que se quedo callado Venga bajemos a comer – agrego su padre, como siempre creyendo que con esa disculpa estaba todo solucionado, pero Manu no quería bajar porque una nueva vergüenza lo ataco, le daba vergüenza de que lo seguro había escuchado Yolanda

- Yo no voy a bajar – Laura se le quedó mirando muy enfadada, su papá se había disculpado por castigarlo delante de Óscar y el capataz ¿dónde estaba el enfado?

- ¿Cómo que no vas a bajar? – le pregunto frunciendo el ceño, pero Manu no cambio de expresión – mira Manu tu papá ya se disculpó cosa que no tenía porque hacerla porque tú te lo buscaste – y ahí iban de nuevo, según su perspectiva, el no tenia ni voz ni voto en nada porque no era considerado más que un niño que no necesita pensar mas alla de lo que sus padres digan – ahora deja el enfado y andando que nos están esperando para comer – Manu miro a su mamá

- No estoy enfadado – Laura se quitó de su compostura de enfado y se sentó a su lado en la cama

- Entonces mi pollito ¿qué te pasa? – Manu se aplasto al pecho de su mamá

- Es que Yolanda escucho y me da vergüenza – Laura lo abrazo pero Manu rechazo su abrazo, lo que sorprendió a su madre – seguro va a pensar que no soy más que no soy  más que un llorón y me siento mal porque por más que me esfuerce no puedo ser más hombre para mi hijo… más adulto – confeso y un sonoro sollozo rompió toda la poca voluntad de comportarse maduramente que tenía y automáticamente busco el abrazo de su padre, llorando en su pecho tan malamente

- ¡Oh Manu!, hijo, lo siento, siento tanto que pienses eso o sientas eso, de verdad – respondió su padre – …cuando tu hijo nazca te darás cuenta de que todo lo que hago por ti es para protegerte, y no necesitas ser más hombre o mas adulto para ser padre, ya lo eres, y el que te esfuerces por hacer lo mejor es una muestra de madures cariño, no la edad – dijo papá repartiendo besos sobre su frente pero fue mamá la que curo como siempre aquella heridita interna al ver que diga lo que diga Diego no iba a cambiar lo que Manu sentía que no era otra cosa que ser vergüenza

- Mi amor, mi pollito lindo, mi corazón, no tienes de que preocuparte, que desde donde estábamos no se escucho nada te lo prometo, incluso Oscar nos acompaño – le dijo con tal seriedad y amor que Manu dudo

- ¿Seguro?

- Seguro mi amor, además ¿cuándo te he mentido? – pregunto… nunca pensó Manu

Y eso fue suficiente para convencerlo, al final tras lavarse la cara y cambiarse de ropa, bajó a comer con sus padres e invitados, al final fue un gran fin de semana con su chica y su bebé.   


No hay comentarios:

Publicar un comentario