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martes, 6 de octubre de 2020

Capítulo 9




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Sangre Flamenca
Autora: Terry
Capítulo 9

 

Los chicos llegaron a casa y Ramón no tardó en notarle el nerviosismo a Abraham pero no le dijo nada, quería ver si él le decía algo al respecto no iba a presionarlo, como era costumbre tras saludar, dejar sus cosas y lavarse las manos,  se sentaron en la mesa a comer como de costumbre, solo que estaba vez Abraham no dejaba de moverse inquieto como estaba, se levantaba a por cualquier cosa y se volvía a sentar hasta que una vez papá lo cogió del brazo y lo sentó… estaba empezando a enloquecer a su madre, se le notaba en la cara.

  • Abraham me estás mareando no falta nada en la mesa así que siéntate y come – eso le sirvió para estar cinco minutos sin moverse hasta que otra vez se levantó, Rebeca cómo siempre era la primera en perder la paciencia y estaba mordiéndose la lengua por no gritarle que se estuviera quieto de una vez, y si no lo hizo fue porque papá también se levantó y fue a la cocina detrás de su Pulgarcito – ¿Qué pasa Abraham? – Abraham miro a su papá sorprendido no pensó que lo siguiera
  • Esteee. Essste… vine a por pan – papá se lo quito de las manos y lo puso en su lugar
  • Abraham no hace falta pan en la mesa ¿me quieres decir porque estás nervioso? – Abraham empezó a retorcer lo dedos de sus manos una con otra
  • Papi en la escuela mi canción la escogió el maestro cómo ganadora – le dijo todo serio y a Ramón se le formó una sonrisa de inmediato, sabía que así seria
  • Eso es genial hijo – Abraham lo miro y antes de que siguiera hablando
  • Pero ya no es la ganadora – Ramón elevo una ceja cuando termino de oír aquello, comprendiendo que Abraham tenía algo que contarle, algo importante es que cuando su hijo se ponía nervioso y le costaba explicarse, lo que también lo enloquecía  
  • Haber explícate Abraham – dejo de retorcer sus manos y se sentó en una silla de la cocina
  • Pues es que el otro chico no estaba de acuerdo, entonces el profesor dijo que mañana la cantaríamos en el gimnasio y pondría unas urnas donde los espectadores dejarían su votos y la canción más votada esa sería la ganadora – fue cuando Ramón se dio cuenta en donde estaba el problema, Abraham tenia pánico escénico para cantar, no así para bailar
  • Tranquilo hijo verás como sale bien – lo abrazo con cariño –  tú solo canta para pasártelo bien como cuando bailas, da igual quien gane – aun así Abraham soltó el aire frustrado
  • Pero fue la mía la ganadora y no es justo – se quejo – y ahora porque un niño diga que la suya es mejor tenemos que hacer la competencia y eso es porque el profesor quiere lavarse las manos, cuando antes eligió mi canción – Ramón lo abrazo de nuevo despeinando su pelo
  • Tu solo canta y disfruta… el profesor ya sabe de tu talento da igual quien gane – Ramón le volvió a dar un beso en la frente tras hacerle parar – vamos a comer, anda – y los dos se encaminaron  al comedor y la comida fue tranquila

 

Cuando terminaron de almorzar y hacer sus cosas,  Moisés se quedo en la cocina, le tocaba acomodar los cacharros, así que decidió quedarse ahí y esperar con la esperanza de poder hablar con su madre, estaba cansado de estar enfadado con ella, pensando que si se quedaba en la cocina pues su mamá empezaría hablarle por eso preparo un té y se sentó en la mesa medio ofreciendo su oferta de paz, pero Rebeca estaba demasiado ocupada para darse cuenta de Moisés, mas estaba concentrada en sus pendientes, haciendo la lista de la compra y viendo lo que haría de cena dándose cuenta que no podía hacer nada del otro mundo, solo le quedaba espinacas y pescado pero no podría ir al supermercado ahora mismo,  tenía que ir a su trabajo y acabar el vestido que estaba diseñando ya que tenía que dárselo a las costureras máximo al día siguiente, cuando tuvo la lista y saco el pescado para que se descongele,  salió de la cocina sin decirle nada a su hijo.

Moisés resignado saco los cacharros y los coloco en su lugar para luego encerrase en su habitación aburrido, pero no tardo en dar rienda suelta a la tentación  y se puso a mandar mensajes a su novia, recordando que su amada le había dado un nuevo número, ya que Almudena se negocio un móvil que su prima le dio para que se pudiera contactar con Moisés ya que su papá le quito el suyo.

 

  • Hola cielo J:  le dijo Moisés
  • Hola cariño cómo estás J J J ©©©
  • Bien… ¿puedes salir un rato al parque para vernos?: quería salir de casa se sentía asfixiado en esas cuatro paredes y el estar mal con su mamá no ayudaba
  • No creo Moisés: le dijo ella apenada
  • No puedes decirle que vas algún lado no vemos aunque sea un ratito: quería verla en la escuela se veían poco rato y allí no podía besarla
  • Veré qué puedo hacer ahora te digo amor ©©©
  • Ok chao espero tu respuesta J J J

 

Al poco rato  Moisés bajo rápidamente las escaleras en busca de su papá teniendo incluso que interrumpir ensayo, pero necesitaba pedir permiso, Almudena acababa de confirmarle que se verían en el parque cerca de su casa.

 

  • Papá – le dijo Moisés, Ramón se dio la vuelta
  • ¿Qué pasa Moisés? – y Moisés se mordió el labio nervioso
  • ¿Puedo salir a dar una vuelta? – le pregunto y Ramón respiro hondo
  • Moisés mira la hora que es – Moisés   tenía que hacer todo su esfuerzo, ¡tenía que salir! no podía dejarla plantada
  • Vuelvo en hora y media te lo prometo papá por favor – le rogo e incluso puso sus manos en son de plegaria y Ramón lo cogió por los hombros
  • Y yo te prometo que si no estás aquí en hora y media te caliento el culo – le dijo delante de sus colegas de ensayo y Moisés le regalo la mejor de sus sonrisas como si su padre le hubiera prometido un caramelo
  • Gracias papá, de verdad – le dio un abrazo a su padre y salió corriendo en encuentro de su amor
  • Joder si hasta te da las gracias por la amenaza – se rio uno de sus amigos
  • Esta enamorao el chaval, que más va a ser hombre – se rio de buena gana otro de los músicos
  • Si, esta como una cabra loca – admitió su padre muy seguro del apuro de su hijo
  • Y que dice la fierecilla – preguntaron por Rebeca y Ramón suspiro
  • Mejor no hablar de eso – y con eso todos entendieron que no estaba de acuerdo y sin decir más volvieron todos al ensayo

 

Mientras tanto Moisés ajeno a las burlas de los amigos de su padre, llego agitado al parque, había corrido por llegar pronto sintiendo que todo el cansancio y la tensión se perdían cuando la vio sentada en un banco donde se citaron, y se acercó con la mejor de las sonrisas en los labios, sentándose a su  lado y como era de esperarse, se dieron ese beso que tanto desearon en esos dos días, es que en la escuela no podía dar rienda suelta a su pasión ya que si los veían los profesores podían llamar a sus padres y tenían que actuar con mucho cuidado y después de ese beso y muchos más, estuvieron sentados en la banca…

Almudena se recostó en el hombro de Moisés sin hacer otra cosa que decirse te amo y lo mucho que se habían extrañado, lo difícil que era estar así a escondidas de todo, hasta que vieron la hora y se despidieron con otro beso apasionado pero siempre mirando a todos lados, furtivamente como dos ladrones y tuvieron que separarse sin querer hacerlo, tomando caminos diferentes para que nadie los pudiera ver juntos sobretodo alguna vecina chismosa, a los poco sminutos Moises llego a su casa, un poco depre, un poco contento, esperando ver solo a su padre, pero llevándose la sorpresa de encontrar a su madre en casa, Rebeca estaba preparando la cena temprano y Ramón estaba a su lado.

 

  • ¡Papá ya llegué! – grito y Ramón sonrió,  ya que llegó veinte minutos más temprano de lo que le dijo, seguro que era por la amenaza que le hizo pensó él, pero era porque Almudena tenía que llegar más antes a casa
  • ¡Aquí Moisés! – contesto su papá desde la cocina
  •  Hola – saludo tímidamente al ver a su madre, era un hola que iba dirigido a ambos pero que solo papá le contesto
  • Hola Moisés – respondió su padre con un beso en la frente fundiendo el ceño, su esposa se quejaba que Moisés pasaba de ella y ni siquiera le contesto perdiendo la oportunidad de arreglar las cosas con su hijo, un hijo que dibujo una sonrisa que no llegaba a sus ojos, una sonrisa triste es que por más enojado que estuviera con su madre, quería hablar con ella pero no sabía cómo acercársele, su madre había creado una barrera y a él, le era tan difícil decirle mamá no te enfades conmigo yo quiero a esa chica y quiero contarte lo contento que estoy y solo me falta tu aprobación, pero sabía que eso no podía decírselo a su mamá y se quedo en silencio sin poder decir nada, ni a su padre y Ramón viendo que su mujer no le daba la hora pese a que Moisés trataba de contactar con ella, al final prefirió cuidarlo del maltrato silencioso – sube y llama a tus hermanos mientras pongo la mesa – le dijo Ramón sacando a Moisés de su pensamientos y Moisés no se hizo rogar, el silencio lo estaba incomodando
  • Rebeca – murmuro captando la atención de su mujer – luego dices que el niño no te da onda – pero Rebeca lo fulminó con la mirada
  • No empieces que no tengo ganas de discutir – Ramón negó con la cabeza
  • Te comportas a la altura de ellos, cuando dijo hola no iba dirigido a ninguno en particular – le dijo haciéndole notar aquel detalle –  solo le hubieras devuelto el saludo Rebeca, es un niño… se le nota a mil leguas que quiere hacer las paces contigo – Rebeca se limpio las manos con el trapo de la cocina se puso frente su marido
  • Pues ya sabe lo que tiene que hacer

 

Ramón negó con la cabeza iba a decir algo más pero en ese mismo instante entró el portillo desbocado.

 

  • ¿Qué hay de cena? – estaba muerto de hambre
  • Puré de espinacas con papas y para después lenguado – y  Abraham no pudo contenerse de poner una cara de asco su mamá estaba loca poner verdura y pescado a la misma vez
  • Yo no tengo hambre me voy arriba – Rebeca abrió la boca pero papá fue más rápido lo cogió del brazo
  • Te sientas Abraham, no quiero escándalos… ya hemos hablado muchas veces sobre la comida, tienes que comer de todo y hoy tocó verdura pues también te la comes – así como lo tenía del brazo lo sentó en la mesa
  • Papiii – quiso rogar a Ramón
  • No Abraham ¡corta ya! – era una advertencia pero Abraham cómo siempre que había verdura comía con el trasero calentito pero esta vez Ramón se prometió a sí mismo jalar su paciencia al máximo, sus otros dos hijos bajaron y al sentarse en la mesa hicieron una mueca de desagrado pero no dijeron nada y comenzaron a comer
  • Come Abraham –  le dijo papá porque estaba jugando con la comida y no se había llevado nada a la boca
  • Es que no me gusta – y miro a su papá y empezó a negociar – Paaaa me como el pescado y ya – Ramón dejo su tenedor mirándolo enojado
  • No hay trato Abraham, si quieres comer antes el pescado te lo pongo por mí no hay problema, pero después te comes el puré – nunca antes papá se porto tan serio con el tema de las verduritas
  • Joooo no es justo – se cruzó de brazos echándose en el respaldo de la silla y empezó a escurrirse para abajo ya casi apenas se le veía la cabeza, Rebeca iba a regañarle y Ramón le hizo señas… ¡él se encargaría!
  • Ponte bien sentado Abraham – murmuro papá dándole tiempo para que se comporte, pero fue como si se lo hubiera dicho a la pared y Ramón perdió la paciencia, dio un manotazo en la mesa y todos pegaron un brinco por el sobresalto – CRASSS ¡ponte bien sentado Abraham! – elevo la voz, cosa rara en él, pero luego se controlo – no quiero castigarte así que compórtate – Abraham al ver el enfado de su padre se sentó como es debido
  • Me como el pescado primero – murmuro bajito, preferible el pescado antes que las espinacas, tenia aun la esperanza de que si al acabar su pescado papá se apiadaría, pero Ramón no iba a ceder, iba a hacerle terminar todo, aun así cerró los ojos pero se levantó a por el pescado de Abraham mientras que Rebeca apretaba los puños para contenerse en coger una paleta de madera y darle a ese culo flaco malcriado y consentido que tenía su hijo hasta dejarlo como un tomate maduro, ¡ah! pero le haría caso a su marido él sabrá pensó;  en tanto Abraham aunque el pescado no le gustaba mucho lo empezó a comer sin renegar pero cuando termino, papá le empujó a plato de la verdura poniéndolo delante de Abraham, sin decir nada, como era de esperar todos terminaron de cenar pero Abraham no había ni metido el tenedor en puré,  y confiado a que nadie le dijo come tus verduras, quiso quitar su plato de la mesa como todos y llevarlo al fregadero pero papá lo agarro y lo volvió a sentar con el plato delante
  • De ahí no te levantas hasta que te lo  comas – fue cuando Abraham empezó a gimotear
  • Eso no es justo shijshij no me gusta y también quiero ver la tele – Ramón le dio un beso en la cabeza tratando de negociar pacificamente
  • Pues ya sabes cuánto antes termines antes puedes ir a verla – Ramón hizo señas que el resto salieran de la cocina y por último también salió el dejando Abraham solo para ver si así se ponía a comer el puré

 

Abraham, ya resinado cogió el tenedor lo lleno de puré y de verdad se lo iba a meter en la boca pero sintió asco, con la otra mano quiso tocar el puré de espinacas pero no supo bien que hizo, el resultado fue que el  puré del tenedor fue a parar a la puerta de un mueble de la cocina, primero se asustó pero como todo al ver que nadie lo estaba observando, repitió el jueguito pareciéndole divertido hacer aquello no una sino un montón de veces, ensuciando los muebles, se lo estaba pasado en grande… eso era divertidísimo claro está hasta que pasó Ramón a ver cómo iba su pequeño, Abraham se puso nervioso pero Ramón no se dio cuenta de nada solo del plato que ya estaba vacío, iba a felicitarlo y premiarlo con un postre especial por haberse comido la verdura cuando su mano se pringo en algo meloso descubriendo que era el puré, creyó que fue un accidente,  hasta que echo una mirada a todas las puertas de lo muebles y todas tenían pegotes de puré, aquello ya no era una travesura, era una maldad pura.

 

  • ¿Qué demonios? – murmuro frunciendo el ceño, gritando ya no más – ¡Abraham! ¿que significa esto? – Abrahán sabía que acababa de estropearlo todo y lo peor, termino con la paciencia de su padre
  • Papaaaa te lo puedo explicar – grito también mientras Ramón contaba mentalmente para calmase y no matar a ese niño que tenía en frente, pero su enojo lo supero y  Ramón se lo cogió del brazo para levantarlo de la silla a donde su hijo se fue a tronar cuidando su culito, pero Ramón lo forzó a levantarse solo que Abraham se agarro de los laterales de la silla levantándose con silla y todo, papá enfurecido y cansado de lo mismo, le dio un manotazo en cada mano e hizo que se soltara poniendo a Abraham en sus rodillas, le iba a dar una buena paliza
  • PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – Ramón dio un tirón y bajo el pantalón arrastrando también el calzoncillo, estaba furioso y no se iba a ir de rositas – PLAF PLAF PLAF PLAF
  • Papa yaaa – chillo Abraham
  • PLAF PLAF PLAF PLAF
  • auuu
  • PLAF PLAF PLAF PLAF
  • papiii yaaa
  • PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
  • ya no más paraaa hij sshij sshijss hijs buaaaa – Abraham empezó a llorar le dolía su papá empezó a castigarlo muy fuerte Ramón se dio cuenta y bajo la intensidad
  • plaf plaf plaf
  • para que AUUUU papi
  • plaf plaf plaf – Ramón paró y cogió la paleta de madera que tenía a lado y levantó un poco la pierna para que esas cayeran en las flexuras de las piernas – PLOfF PLOF PLOF PLOF PLOF
  • AAAAH YA PAPI DUELE BUUUUUAAA YA – Ramón soltó la paleta y le sobo donde le había dado con la paleta y le dio la vuelta para abrazarlo
  • NOOOO ¡MALO!... DÉJAME – grito enojado

 

Apurado por desaparecer, haciendo a un lado el pantalón que tenía trabajo en un pie sin darse cuenta que también aventó los calzoncillos y salió corriendo a su habitación dejando ver a todos los que había en la sala su trasero rojo con las marcas de los dedos de papá y subió las escaleras sin mirar a nadie dando un gran portazo cuando llego a su cueva.





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