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Los chicos
llegaron a casa y Ramón no tardó en notarle el nerviosismo a Abraham pero no le
dijo nada, quería ver si él le decía algo al respecto no iba a presionarlo,
como era costumbre tras saludar, dejar sus cosas y lavarse las manos, se
sentaron en la mesa a comer como de costumbre, solo que estaba vez Abraham no
dejaba de moverse inquieto como estaba, se levantaba a por cualquier cosa y se
volvía a sentar hasta que una vez papá lo cogió del brazo y lo sentó… estaba
empezando a enloquecer a su madre, se le notaba en la cara.
- Abraham me estás mareando no falta nada en la mesa
así que siéntate y come – eso le sirvió para estar cinco
minutos sin moverse hasta que otra vez se levantó, Rebeca cómo siempre era
la primera en perder la paciencia y estaba mordiéndose la lengua por no
gritarle que se estuviera quieto de una vez, y si no lo hizo fue porque
papá también se levantó y fue a la cocina detrás de su Pulgarcito – ¿Qué pasa Abraham? – Abraham miro
a su papá sorprendido no pensó que lo siguiera
- Esteee. Essste… vine a por pan – papá
se lo quito de las manos y lo puso en su lugar
- Abraham no hace falta pan en la mesa ¿me quieres
decir porque estás nervioso? – Abraham empezó a retorcer
lo dedos de sus manos una con otra
- Papi en la escuela mi canción la escogió el maestro
cómo ganadora – le dijo todo serio y a Ramón se le formó
una sonrisa de inmediato, sabía que así seria
- Eso es genial hijo – Abraham lo miro
y antes de que siguiera hablando
- Pero ya no es la ganadora – Ramón
elevo una ceja cuando termino de oír aquello, comprendiendo que Abraham
tenía algo que contarle, algo importante es que cuando su hijo se ponía
nervioso y le costaba explicarse, lo que también lo enloquecía
- Haber explícate Abraham – dejo de
retorcer sus manos y se sentó en una silla de la cocina
- Pues es que el otro chico no estaba de acuerdo, entonces
el profesor dijo que mañana la cantaríamos en el gimnasio y pondría unas
urnas donde los espectadores dejarían su votos y la canción más votada esa
sería la ganadora – fue cuando
Ramón se dio cuenta en donde estaba el problema, Abraham tenia
pánico escénico para cantar, no así para bailar
- Tranquilo hijo verás como sale bien – lo
abrazo con cariño – tú solo
canta para pasártelo bien como cuando bailas, da igual quien gane – aun
así Abraham soltó el aire frustrado
- Pero fue la mía la ganadora y no es justo – se
quejo – y ahora porque un niño diga
que la suya es mejor tenemos que hacer la competencia y eso es porque el
profesor quiere lavarse las manos, cuando antes eligió mi canción – Ramón
lo abrazo de nuevo despeinando su pelo
- Tu solo canta y disfruta… el profesor ya sabe de tu
talento da igual quien gane – Ramón le volvió a dar un
beso en la frente tras hacerle parar –
vamos a comer, anda – y los dos se encaminaron al
comedor y la comida fue tranquila
Cuando terminaron de almorzar y hacer sus cosas,
Moisés se quedo en la cocina, le tocaba acomodar los cacharros, así que
decidió quedarse ahí y esperar con la esperanza de poder hablar con su madre,
estaba cansado de estar enfadado con ella, pensando que si se quedaba en la
cocina pues su mamá empezaría hablarle por eso preparo un té y se sentó en la
mesa medio ofreciendo su oferta de paz, pero Rebeca estaba demasiado ocupada
para darse cuenta de Moisés, mas estaba concentrada en sus pendientes, haciendo
la lista de la compra y viendo lo que haría de cena dándose cuenta que no podía
hacer nada del otro mundo, solo le quedaba espinacas y pescado pero no podría
ir al supermercado ahora mismo, tenía que ir a su trabajo y acabar el
vestido que estaba diseñando ya que tenía que dárselo a las costureras máximo
al día siguiente, cuando tuvo la lista y saco el pescado para que se
descongele, salió de la cocina sin decirle nada a su hijo.
Moisés resignado saco los cacharros y los coloco en su lugar
para luego encerrase en su habitación aburrido, pero no tardo en dar rienda
suelta a la tentación y se puso a mandar mensajes a su novia, recordando
que su amada le había dado un nuevo número, ya que Almudena se negocio un móvil
que su prima le dio para que se pudiera contactar con Moisés ya que su papá le
quito el suyo.
- Hola cielo J: le dijo
Moisés
- Hola cariño cómo estás J J J ©©©
- Bien… ¿puedes salir un rato al parque para
vernos?: quería salir de casa se sentía asfixiado en esas
cuatro paredes y el estar mal con su mamá no ayudaba
- No creo Moisés: le dijo ella apenada
- No puedes decirle que vas algún lado no vemos aunque
sea un ratito: quería verla en la escuela se veían poco
rato y allí no podía besarla
- Veré qué puedo hacer ahora te digo amor ©©©
- Ok chao espero tu respuesta J J J
Al poco rato Moisés bajo rápidamente las escaleras en
busca de su papá teniendo incluso que interrumpir ensayo, pero necesitaba pedir
permiso, Almudena acababa de confirmarle que se verían en el parque cerca de su
casa.
- Papá – le dijo Moisés, Ramón se dio
la vuelta
- ¿Qué pasa Moisés? – y Moisés se
mordió el labio nervioso
- ¿Puedo salir a dar una vuelta? – le
pregunto y Ramón respiro hondo
- Moisés mira la hora que es – Moisés
tenía que hacer todo su esfuerzo, ¡tenía que salir! no podía dejarla
plantada
- Vuelvo en hora y media te lo prometo papá por favor
– le rogo e incluso puso sus manos
en son de plegaria y Ramón lo cogió por los hombros
- Y yo te prometo que si no estás aquí en hora y media
te caliento el culo – le dijo delante de sus colegas de
ensayo y Moisés le regalo la mejor de sus sonrisas como si su padre le
hubiera prometido un caramelo
- Gracias papá, de verdad – le dio un
abrazo a su padre y salió corriendo en encuentro de su amor
- Joder si hasta te da las gracias por la amenaza – se
rio uno de sus amigos
- Esta enamorao el chaval, que más va a ser hombre
– se rio de buena gana otro de los músicos
- Si, esta como una cabra loca – admitió
su padre muy seguro del apuro de su hijo
- Y que dice la fierecilla – preguntaron
por Rebeca y Ramón suspiro
- Mejor no hablar de eso – y con eso
todos entendieron que no estaba de acuerdo y sin decir más volvieron todos
al ensayo
Mientras tanto Moisés ajeno a las burlas de los amigos de su
padre, llego agitado al parque, había corrido por llegar pronto sintiendo que
todo el cansancio y la tensión se perdían cuando la vio sentada en un banco
donde se citaron, y se acercó con la mejor de las sonrisas en los labios,
sentándose a su lado y como era de esperarse, se dieron ese beso que
tanto desearon en esos dos días, es que en la escuela no podía dar rienda
suelta a su pasión ya que si los veían los profesores podían llamar a sus
padres y tenían que actuar con mucho cuidado y después de ese beso y muchos
más, estuvieron sentados en la banca…
Almudena se recostó en el hombro de Moisés sin hacer otra
cosa que decirse te amo y lo mucho que se habían extrañado, lo difícil que era
estar así a escondidas de todo, hasta que vieron la hora y se despidieron con
otro beso apasionado pero siempre mirando a todos lados, furtivamente como dos
ladrones y tuvieron que separarse sin querer hacerlo, tomando caminos
diferentes para que nadie los pudiera ver juntos sobretodo alguna vecina
chismosa, a los poco sminutos Moises llego a su casa, un poco depre, un poco
contento, esperando ver solo a su padre, pero llevándose la sorpresa de
encontrar a su madre en casa, Rebeca estaba preparando la cena temprano y Ramón
estaba a su lado.
- ¡Papá ya llegué! – grito y Ramón
sonrió, ya que llegó veinte minutos más temprano de lo que le dijo,
seguro que era por la amenaza que le hizo pensó él, pero era porque
Almudena tenía que llegar más antes a casa
- ¡Aquí Moisés! – contesto su papá
desde la cocina
- Hola – saludo tímidamente al
ver a su madre, era un hola que iba dirigido a ambos pero que solo papá le
contesto
- Hola Moisés – respondió su padre con
un beso en la frente fundiendo el ceño, su esposa se quejaba que Moisés
pasaba de ella y ni siquiera le contesto perdiendo la oportunidad de
arreglar las cosas con su hijo, un hijo que dibujo una sonrisa que no
llegaba a sus ojos, una sonrisa triste es que por más enojado que
estuviera con su madre, quería hablar con ella pero no sabía cómo
acercársele, su madre había creado una barrera y a él, le era tan difícil
decirle mamá no te enfades conmigo yo quiero a esa chica y quiero contarte
lo contento que estoy y solo me falta tu aprobación, pero sabía que eso no
podía decírselo a su mamá y se quedo en silencio sin poder decir nada, ni
a su padre y Ramón viendo que su mujer no le daba la hora pese a que
Moisés trataba de contactar con ella, al final prefirió cuidarlo del
maltrato silencioso – sube y llama a
tus hermanos mientras pongo la mesa – le dijo Ramón
sacando a Moisés de su pensamientos y Moisés no se hizo rogar, el silencio
lo estaba incomodando
- Rebeca – murmuro captando la
atención de su mujer – luego dices que
el niño no te da onda – pero Rebeca lo fulminó con la
mirada
- No empieces que no tengo ganas de discutir – Ramón
negó con la cabeza
- Te comportas a la altura de ellos, cuando dijo hola
no iba dirigido a ninguno en particular – le dijo
haciéndole notar aquel detalle –
solo le hubieras devuelto el saludo Rebeca, es un niño… se le nota a
mil leguas que quiere hacer las paces contigo – Rebeca se
limpio las manos con el trapo de la cocina se puso frente su marido
- Pues ya sabe lo que tiene que hacer
Ramón negó con la cabeza iba a decir algo más pero en ese
mismo instante entró el portillo desbocado.
- ¿Qué hay de cena? – estaba muerto de
hambre
- Puré de espinacas con papas y para después lenguado
– y Abraham no pudo contenerse de poner una cara de
asco su mamá estaba loca poner verdura y pescado a la misma vez
- Yo no tengo hambre me voy arriba – Rebeca
abrió la boca pero papá fue más rápido lo cogió del brazo
- Te sientas Abraham, no quiero escándalos… ya hemos
hablado muchas veces sobre la comida, tienes que comer de todo y hoy tocó
verdura pues también te la comes – así como lo tenía del
brazo lo sentó en la mesa
- Papiii – quiso rogar a Ramón
- No Abraham ¡corta ya! – era una
advertencia pero Abraham cómo siempre que había verdura comía con el
trasero calentito pero esta vez Ramón se prometió a sí mismo jalar su
paciencia al máximo, sus otros dos hijos bajaron y al sentarse en la mesa
hicieron una mueca de desagrado pero no dijeron nada y comenzaron a comer
- Come Abraham – le dijo papá porque
estaba jugando con la comida y no se había llevado nada a la boca
- Es que no me gusta – y miro a su
papá y empezó a negociar – Paaaa me
como el pescado y ya – Ramón dejo su tenedor mirándolo
enojado
- No hay trato Abraham, si quieres comer antes el
pescado te lo pongo por mí no hay problema, pero después te comes el puré
– nunca antes papá se porto tan serio con el tema de las
verduritas
- Joooo no es justo – se cruzó de
brazos echándose en el respaldo de la silla y empezó a escurrirse para
abajo ya casi apenas se le veía la cabeza, Rebeca iba a regañarle y Ramón
le hizo señas… ¡él se encargaría!
- Ponte bien sentado Abraham – murmuro
papá dándole tiempo para que se comporte, pero fue como si se lo hubiera
dicho a la pared y Ramón perdió la paciencia, dio un manotazo en la mesa y
todos pegaron un brinco por el sobresalto –
CRASSS ¡ponte bien sentado Abraham! – elevo la voz,
cosa rara en él, pero luego se controlo –
no quiero castigarte así que compórtate – Abraham al ver
el enfado de su padre se sentó como es debido
- Me como el pescado primero – murmuro
bajito, preferible el pescado antes que las espinacas, tenia aun la
esperanza de que si al acabar su pescado papá se apiadaría, pero Ramón no
iba a ceder, iba a hacerle terminar todo, aun así cerró los ojos pero se
levantó a por el pescado de Abraham mientras que Rebeca apretaba los puños
para contenerse en coger una paleta de madera y darle a ese culo flaco
malcriado y consentido que tenía su hijo hasta dejarlo como un tomate
maduro, ¡ah! pero le haría caso a su marido él sabrá pensó; en tanto
Abraham aunque el pescado no le gustaba mucho lo empezó a comer sin
renegar pero cuando termino, papá le empujó a plato de la verdura
poniéndolo delante de Abraham, sin decir nada, como era de esperar todos
terminaron de cenar pero Abraham no había ni metido el tenedor en puré,
y confiado a que nadie le dijo come tus verduras, quiso quitar su
plato de la mesa como todos y llevarlo al fregadero pero papá lo agarro y
lo volvió a sentar con el plato delante
- De ahí no te levantas hasta que te lo comas
– fue cuando Abraham empezó a gimotear
- Eso no es justo shijshij no me gusta y también
quiero ver la tele – Ramón le dio un beso en la cabeza
tratando de negociar pacificamente
- Pues ya sabes cuánto antes termines antes puedes ir
a verla – Ramón hizo señas que el resto salieran de la
cocina y por último también salió el dejando Abraham solo para ver si así
se ponía a comer el puré
Abraham, ya resinado cogió el tenedor lo lleno de puré y de
verdad se lo iba a meter en la boca pero sintió asco, con la otra mano quiso
tocar el puré de espinacas pero no supo bien que hizo, el resultado fue que el
puré del tenedor fue a parar a la puerta de un mueble de la cocina,
primero se asustó pero como todo al ver que nadie lo estaba observando, repitió
el jueguito pareciéndole divertido hacer aquello no una sino un montón de
veces, ensuciando los muebles, se lo estaba pasado en grande… eso era divertidísimo
claro está hasta que pasó Ramón a ver cómo iba su pequeño, Abraham se puso
nervioso pero Ramón no se dio cuenta de nada solo del plato que ya estaba
vacío, iba a felicitarlo y premiarlo con un postre especial por haberse comido
la verdura cuando su mano se pringo en algo meloso descubriendo que era el
puré, creyó que fue un accidente, hasta que echo una mirada a todas las
puertas de lo muebles y todas tenían pegotes de puré, aquello ya no era una
travesura, era una maldad pura.
- ¿Qué demonios? – murmuro frunciendo
el ceño, gritando ya no más –
¡Abraham! ¿que significa esto? – Abrahán sabía que acababa
de estropearlo todo y lo peor, termino con la paciencia de su padre
- Papaaaa te lo puedo explicar – grito
también mientras Ramón contaba mentalmente para calmase y no matar a ese
niño que tenía en frente, pero su enojo lo supero y Ramón se lo
cogió del brazo para levantarlo de la silla a donde su hijo se fue a
tronar cuidando su culito, pero Ramón lo forzó a levantarse solo que
Abraham se agarro de los laterales de la silla levantándose con silla y
todo, papá enfurecido y cansado de lo mismo, le dio un manotazo en cada
mano e hizo que se soltara poniendo a Abraham en sus rodillas, le iba a
dar una buena paliza
- PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF – Ramón dio un tirón y bajo el
pantalón arrastrando también el calzoncillo, estaba furioso y no se iba a
ir de rositas – PLAF PLAF PLAF PLAF
- Papa yaaa – chillo Abraham
- PLAF
PLAF PLAF PLAF
- auuu
- PLAF
PLAF PLAF PLAF
- papiii yaaa
- PLAF
PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
- ya no más paraaa hij sshij sshijss hijs buaaaa
– Abraham empezó a llorar le dolía su papá empezó a
castigarlo muy fuerte Ramón se dio cuenta y bajo la intensidad
- plaf
plaf plaf
- para que AUUUU papi
- plaf
plaf plaf – Ramón paró y cogió la
paleta de madera que tenía a lado y levantó un poco la pierna para que
esas cayeran en las flexuras de las piernas – PLOfF
PLOF PLOF PLOF PLOF
- AAAAH YA PAPI DUELE BUUUUUAAA YA – Ramón
soltó la paleta y le sobo donde le había dado con la paleta y le dio la
vuelta para abrazarlo
- NOOOO ¡MALO!... DÉJAME – grito
enojado
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