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Las vivencias de Raúl
Autora: Terry
Un porro con mucha guasa 1 parte
- Tío, venga no te va a pasar nada – Raúl se lo pensó un poco, ¡pero que puñetas! Se lo pasaría bien como sus amigos
- Venga a sacarlos – Martín ya los tenía liados y todo empezaron a fumar en una parte del parque que estaba más escondida, al cabo de un rato a Raúl todo le parecía muy gracioso, sus amigos se asombraron por la pronto que le hizo reacción
- ¿Tío que le distes? – le dijo su amigo Mario
- Pues lo mismo que nosotros, ¡Un porro! – Raúl no dejaba de reír y todos sus amigos empezaron a ponerse nerviosos, por lo que pudiera pasarle, el amigo que se lo dio empezó a quitárselo pero Raúl no se dejaba
- Tio trae, te está sentando mal – le decía con cara de horror
- No amigo, tu me lo diste
- Pero te está haciendo mal – le dijo con cara de preocupación
- Noooo, qué va, jajaja qué cara más graciosa pones.
- Raul, amigo no es ninguna broma – Martin ya se había arrepentido de haberle ofrecido el porro
- Qué cara más graciosa pones – le decía queriendo picarle con el dedo índice la nariz,el chico le dio un manotazo quitándole la mano
- Raúl me quieres decir ¿qué mierda te pasa? – pero Raúl no podía parar de reír
- Jajaja, que cara más grsciosa
– le decía Raúl agachándose y cogiéndose el estómago le dolía de tanto reír
- chicos lo que tengamos que hacer yo me tengo que ir, no puedo llegar tarde otra vez, mi papá está demasiado molesto conmigo para que vuelva a hacerlo otra vez – le dijo Sergio a su amigos mirando la hora en el móvil
- Todos nos tenemos que ir – dijo esta vez Mario
- Sí pero no podemos dejarlo aquí, en estas condiciones, tendremos que acompañarla a su casa
- ¡Quéeeeeee! – dijo Sergio que con cara de preocupación – tío si los llevamos y su padre nos ve, hablara con nuestros padres y yo ya no puedo meterme más en problemas – Matías se lo pensó un momento, Sergio tenía razón y no le quedó otra que aceptar la sugerencia
- Vale, lo dejaremos en la entrada de su puerta, no dejarlo que se vaya solo… podría pasarle algo – intervino otro amigo
- Te toca llevarlo Martín, tú le diste el porro – agrego Sergio y todos estuvieron de acuerdo
- Esta me la pagas cabrón – respondió Martín poniendo mala cara, jalando a Raúl a una fuente para lavarle la cara para ver si podía quitarle el efecto del porro, pero a Raúl le pareció aún más gracioso y empezó a moverse peor – quieres estarte quieto de una puta vez – Martín está cabreado del todo
- Tío venga vamos a llevarlo a su casa, quizás hasta llegar se le haya pasado algo – hablo uno de los chicos ansioso ya por la hora, es que ninguno se movió porque tampoco querían dejarle toda la carga a Martín
- No sé a él, pero mi papá me ve así y me mata – Sergio rodó los ojos mirando de nuevo la hora
- Bueno y ¿qué quieren que hagamos?, mira qué hora es ya… tendremos que irnos, si no los que nos vamos a meter problemas somos nosotros también
- Creo que es lo mejor – dijo Martín cogiendo a Raúl por el brazo a quien le dio por reír nuevamente, y lo miraba haciendo caritas muy graciosa
- Uuuuuuuy, no me digas que te pasaste a la otra acera – le decía Raúl muerto de risa, Martín ya fastidiado le dio una colleja para que se callará – ¿Qué te pasa?, no pega a Raulito – dijo Martín rodó los ojos
- Eso digo yo qué te pasa a ti – Martín se notaba fastidiado mientras arrastraba a Raúl por el brazo para caminará
- ¿Dónde vamos?
- A tu casa ya es tarde Raúl – pero Raúl soltó de su agarre
- Noooo ¡venga! lo estamos pasando bien – el chico rodó los ojos y lo volvió a coger por el brazo y así lo llevaron hasta la misma puerta
Raúl sacó sus llaves y con dificulta entró a su casa aun con una sonrisa boba en la cara, pasó de largo por la sala donde estaban sus padres viendo la tele y hizo lo que tantas veces vio a su hermana hace
- YA LLEGUE – grito dispuesto a subir las escaleras oyendo su voz distorsionada, en realidad viendo todo distorcionado, pero la voz de su madre lo detuvo
- Raúl, hijo ven que te vea – Raúl rodó los ojos ¿porque a él siempre le pasaba eso y a su hermana cuando estaba en casa la dejaban subir a su habitación sin decir nada? – Raúl te estoy hablando – a Raúl no Le quedó otra que ir donde estaban sus padres, pero al llegar otra vez esa risa tonta se apoderó de él
- ¿Qué es lo que te hace tanta gracia? – le pregunto Sonia al verlo reír así, Ángel se levantó acercándose a su hijo, le notaba algo raro
- ¿Que tienes Raúl? – preguntó su padre preocupado
- jaja jaja nada – Raúl no podía para de reír cogiéndose el estómago de tanto reír, Ángel cuando le miró a los ojos y los vio todo rojos de inmediato se dio cuenta que estaba drogado
- ¿Estás bien Raúl? – le dijo más preocupado que enfadado
- Como que si está bien, ¿no lo ves? ¡está borracho!
- Jajajaja que graciosos, mami se te puso la cara roja jajaja – a Sonia la poca paciencia que tenía se le fue y se abalanzó para irse hacia él, pero Ángel la sujeto
- No es el momento Sonia
Y se llevó a su hijo a su habitación antes de que su esposa perdiera la paciencia.
- ¿Qué has tomado Raúl? – pero no tuvo respuesta solo risas por parte de su hijo, fue al armario sacó un pijama para que Raúl se cambiara y lo hizo acostar, rogando que no fueran drogas duras, pero se quedaría con él por si en la noche le pasaba algo.
A la mañana siguiente Ángel bajo a la cocina donde su esposa estaba haciendo el desayuno y con cara de pocos amigos.
- Buenos días – le dijo Sonia al ver entrar a Ángel
- Buenos días cariño – respondió dándole un beso en los labios
- ¿Dónde está tu hijo?
- Durmiendo – le dijo sentándose en la isla de la cocina
- ¿Y no piensas levantarlo? – Ángel suspiro
- Cuando despierte hablaré con él – Sonia soltó la paleta de remover los huevos
– le dijo con las manos en la cintura, había tenido tiempo de pensar en eso – la que voy hablar soy yo, pero de otra forma –
Y subió escaleras arriba, Ángel se quedó abajo sabiendo que no podía interferir más por su hijo.
- Levántate – le dijo Sonia quitándole la sábana con la que estaba tapado, Raúl abrió los ojos al sentir quitarle la sábana tan bruscamente
- ¿Qué te pasa? – le dijo restregando los ojos
- Esa pregunta es la que te hago yo a ti, qué es lo que tienes en la cabeza
- Mamaaaaa – Sonia se acercó a él cogiéndolo del brazo
- Mama nada, ayer viniste drogado ¡pasaste todos los límites! – le dijo sentándose en la cama poniendo a Raúl sobre sus rodillas ya que lo pilló desprevenido –
- YA DEJA – grito Raúl cuando su madre sujeto sus manos detrás de su espalda y empezó a bajarle el pijama – ¿QUÉ HACES? ESTÁS LOCA
PLAS – y la primera palmada cayó dejando a Raúl sorprendido y sin voz
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