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Las vivencias de Raúl
Autora: Terry
Capítulo : un rojo intenso por partida doble,segunda parte
Raúl se acomodó lo mejor que pudo sobre el duro sofá a donde se fue a ver la tele, dejando caer una de sus manos al suelo de lo profundo que se quedó dormido, hacía mucho que aprendido a dormir profundamente en los lugares más insospechados que no fueran su cama, pero sin perder su realidad, él sabía que estaba en el trabajo y que cualquier momento tendría que responder al llamado de alguna emergencia, pero mientras tanto siguió durmiendo y soñando con el mismo siendo niño.
¿No vas a comer?, ¿vas a estar dando la lata toda la tarde también? – le dijo Sonia al ver a su hijo malhumorado
Yo no estoy hablando nada – le dijo levantando la voz, y Ángel que ya no quería más discusiones en el día intervino para parar la cosa
Bueno ya, Raúl hijo, ¿no comes?, ¿te sientes mal? – Raúl levantó la mirada de su plato y miró a su papá pero sin responder, Ángel cogió el plato de Raúl y le cortó la carne que aún no la había tocado – come un poco mi niño
Raúl comió en silencio y Sonia negó con la cabeza; si Raúl era un malcriado era porque su papá lo consentía mucho, la comida fue silenciosa por parte de Raúl pero Sonia y Abigail charlaron para ponerse al corriente de sus cosas y planeando la tarde que iban a pasar en la piscina de casa y más tarde irían al centro comercial, cosa que a Raúl le enfureció cuando escucho que llevaría a su hermana al centro comercial y al el que llevaba dos días queriendo ir con sus amigos no le hacía caso porque decía que no tenía tiempo y para colmo no lo dejaban que fuera en el autobús.
Cariño, ¿vienes con nosotras? – le pregunto Sonia a Raúl en un afán de hacer las paces, Raúl la miró incrédulo no tenía tiempo para llevarlo aunque sea un ratito con sus amigos y para que fueran con ellas si
No, mejor me llevas un rato a donde quiero ir, mientras vosotras pasáis tiempo en el centro comercial – le dijo Raúl sabiendo que por lo menos tardarían tres horas
No mi vida, no voy a desviarme casi media hora para llevarte con tus amigos – Raúl abrió la boca, no se lo llegaba a creer que no quisiera llevarlo
No es justo – se quejó Raúl
Justo o no tú decides… o vienes con nosotras o te quedas aquí en casa viendo la tele – Raúl miró a su mamá con odio
No voy, me quedo
Está bien, pero no vayas a molestar a tu padre está trabajando
Y sin más madre e hija salieron a coger el coche comprando ropa y cosas que le hacían falta a Abigail, regresando a la casa casi dos horas después mientras que Sonia preparo la merienda, Abigail se cambió para ponerse un bikini se daría un baño y después tomaría el sol para broncearse ya que se había comprado mucha ropa blanca; Raúl aun de mal humor, se comió su merienda favorita leche con Colacao y trozo de tarta y mientras comía algo se le vino a la mente, se vengaría de su hermana por quitarle la atención de sus padres, fue al lavadero donde su mamá guardaba los tintes de la ropa para que no perdieran el color, cogió un paquete que contenía cinco sobres y salió a un pico de la piscina en donde había unas plantas para que no lo pudieran ver y sobre a sobre vacío el contenido de los cinco sobres en el agua de la piscina donde se estaba bañando su hermana, a los segundos de vaciar los sobres empezaron a diluirse en el agua poniéndose toda el agua de la piscina roja, Abigail sin saber qué era empezó a gritar de susto, Sonia que estaba en una hamaca tomando el sol se sobresaltó por los gritos se fue a la orilla de la piscina para ayudar a salir a su hija sin saber qué era lo que pasaba y apena vio el agua roja en su mente le vino que su hija pudo cortarse y estar desangrándose.
¿Estás bien mi vida? – le pregunto a su hija está afirmó con la cabeza – ¿porque se puso el agua así?
No lo sé, pero me asusté – cuando un ruido de detrás de las plantas delató al delincuente, Raúl estaba muerto de la risa por ver la cara de su hermana y ser rio peor cuando se fijo que el cuerpo de su hermana estaba todo rojo, Sonia fue directamente sabía que el granuja de su hijo tenía mucho que ver con eso, lo cogió de la oreja sacándolo de su escondite – ¡Animal! Idiota – Abigail se fue directamente a golpear a su hermano pero su mamá se lo impidió
No, cariño sube y te quitas eso antes de que se quede tu cuerpo todo rojo
Pero mira lo que hizo – le dijo señalando su cuerpo
Ya he visto, y de eso me encargo yo – Abigail entro a la casa y Sonia se dirigió a unas de las sillas del jardín con su hijo de la oreja
Mamiiii me haces daño – se quejaba Raúl ya que su madre lo llevaba agarrado de la oreja bien fuerte
Mejor te callas y no te quejes – Sonia se sentó en la silla y tumbó a Raúl en sus piernas le dio un tirón a la ropa bajándole todo hasta los tobillos dejándole el trasero desnudo se sacó la chancla y Raúl al ver las intenciones de su madre empezó a rogar
Nooooo mamá no, no me pegues – pero Sonia hizo oídos sordos y empezó a bajar la chancla
Plac plac plac plac – empezó a descargar la chancla en medio de trasero haciendo gritar a Raúl
Mamiiii ya ya
Plac plac plac plac plac – Sonia estaba repartiendo por todo el trasero de su hijo que de inmediato se estaba poniendo rosado ya que la chancla era de goma
Ayyyy ya mami
Mami nada hijo que hoy ya pasaste todos los límites plac plac plac plac – le repartía cada chanclazo por toda la retaguardia haciendo que Raúl gritara y llorara a todo pulmón llamando la atención de Ángel que estaba en su despacho y decidiera salir para ver qué pasaba – plac plac plac plac plac plac plac
Buaaaaaa mami ya – en ese momento Ángel estaba viendo la escena algo molesto con su esposa por estar pegándole al niño de esa forma
Mami nada plac plac a ver si te queda ganas de hacer algo semejante otra vez – iba a bajar otra vez la mano cuando fue detenida por Ángel
¿Pero qué te pasa? – le dijo molesto a su esposa por ver al niño en esas condiciones
No lo defiendas que ya pasó todos los límites – Ángel levantó al niño de las piernas de su esposa abrazándolo contra su pecho
Sea lo que haya hecho ya es suficiente – Sonia se levantó de la silla señaló la piscina
Mira lo que tú adorado niño hizo dándole a su hermana el susto de su vida ya que estaba dentro – Ángel al ver el desastre que había hecho le dio ganas de darle unos buenos azotes pero su mujer se había pasado con su pobre niño
Ya canijo no llores – Ángel le echó un vistazo a la retaguardia de su hijo así como lo tenía abrazado dándose cuenta que no estaba llorando en vano – ya mi vida – le dijo separándolo un poco y limpiándole las lágrimas con los pulgares le subió la ropa y lo llevó con él a su despacho, lo estuvo consolando un rato más hasta que se calmó un poco se sentó en la silla de su escritorio y sentó a Raúl en sus piernas
Raúl hijo, ¿por qué hiciste eso? – este se recostó en el pecho de su papá jugando con sus botones de la camisa
Es que mamá no me hacía caso y no quería prestarme tiempo y a Abigail si la llevo donde quiso – Ángel soltó el aire
Bueno cariño, lo que hiciste eso cuesta dinero arreglarlo y si dices que no tenemos tiempo para ti menos vamos a tener si tengo que trabajar más para arreglar las cosas – Raúl está vez empezó a llorar pero esta vez por culpabilidad dándose cuenta de su error – ssssuh ya canijo no llores
Lo siento papiiii – Raúl estaba muy apenado
Bueno ya no se hable más del tema – pero Raúl no paraba de llorar
A ver qué pasa – le cogió del mentón levantándole la cara para que lo mirará
Mamá me odia – Ángel abrió los ojos sorprendido que su hijo le dijera eso
No cariño mamá no te odia solo está molesta por lo que hiciste – le dijo quitándole las lágrimas que bajaba por sus mejillas – por qué dices eso
Porque a mí ya no me quiere, solo quiere estar con Abigail – Ángel suspiro
No cariño, lo que pasa que tú hermana no venía desde hace un mes y tenía que comprarle cosas que le hacían falta, eso no quiere decir que tú mamá te odie
Papiiii – lloriqueo un poco
Bueno ya no llores más
Le dio un beso en la cabeza, Raúl volvió a apoyar la cabeza en el pecho de su papá y empezó a bostezar quedándose dormido, cuando Ángel término ya era la hora de la cena y salió con su pequeño al comedor encontrándose con su hija y su esposa con cara de furia, la mesa estaba servida y cuando Raúl se sentó su mamá lo volvió a regañar.
Cuando termines de cenar te vas derecho a la cama – Raúl la miró con los ojos cristalizados, Ángel miró a su esposa haciendo una señal para ir a la cocina – ¿qué pasa? – le dijo Sonia al entrar por la puerta
Pasa que ya lo castigarte lo suficiente – Sonia sonrió algo sarcástica
Sabes que hoy se pasó – Ángel se cogió el puente de la nariz
Lo sé, pero él se cree que lo odias y si sigues enfadada con él, todo lo que le dije para quitarle esa idea de la cabeza no va a tener efecto – Sonia se quedó callada pero se le bajó el enfado, una cosa era estar molesta con su chiquitín y otra es que él se hiciera esa idea
Tras eso salieron y se sentaron con sus hijos, Sonia ya no regaño más a Raúl y cuando terminaron de cenar y recoger la mesa Sonia se quedó fregando los cacharros en la cocina y los demás fueron a la sala de estar menos Raúl, él se dirigió a las escaleras, se iba a la cama como le dijo su mamá no quería enfadarla más de lo que estaba.
¿Dónde vas canijo? – le dijo Ángel al verle subir las escaleras
A la cama, mamá me castigo – le dijo cómo si su papá no hubiera estado presente
Ven un momento – Raúl se acercó a su padre – vamos a ver la peli que te dije – Raúl agachó la cabeza
No, no quiero que mamá se enfade más conmigo – Abigail estaba muy molesta con su hermano pero verle así sintió pena por él
Seguro que si vas y te disculpas con ella se le quita lo poco que le quede de su enfado – le dijo Ángel y Raúl dudando lo un poco fue hasta la cocina y se puso detrás de su mamá que estaba de espaldas en el fregadero
Mami – le dijo Raúl y al hablar el nudo que tenía en la garganta se le apretó, haciendo que nuevas lágrimas bajarán por sus mejillas
Qué te pasa, corazón mío – le dijo Sonia secándose las manos para abrazar a su hijo
Lo siento yo no creía que iba a ponerse tan roja el agua – Sonia se sentó en la silla con su hijo en sus piernas y lo abrazo
Ya mi vida, asunto zanjado – le decía besando su cabeza pensando en lo que paso, total tu culito también que quedó del mismo rojo
Raúl abrió los brazos para abrazar a su madre cuando de pronto sintió un gran sacudón, alguien lo estaba zarandeando y no gentilmente.
¿Mami? – musito y alguien se rio descaradamente, era su colega, el doctor Forteza que vino a una cirugía de emergencia
No soy tu mami – se rio de nuevo el doctor Forteza, haciéndole una seña a la enfermera de planta que había venido a buscar a Raúl
Doctor el paciente de la ciento seis se puso mal – le explico pasándole la historia clínica para que lo lea, lo que definitivamente lo saco de su sueño
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