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domingo, 20 de febrero de 2022

Una perfecta familia, Capitulo 61


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 Una perfecta familia 

 Autora: Terry 

 Capítulo 61 

 

 



Estaban en la mesa todos sentados con sus invitados, Mark cortó el filete de Toño porque no pudo con la escayola y Antonio hizo lo mismo con Lucas no porque Lucas no pudiera sino como advertencia de que comiera, no quería amonestarlo delante de sus amigos cosa que Lucas capto de momento al ver la mirada de Antonio, después de ese pequeño detalle la comida transcurrió tranquila con un Toño demasiado callado cosa que no pasó desapercibida por ninguno y se quedaron mirándose a las caras con una interrogante en los ojos cuando Toño termino de comer y se fue a su habitación sin decir mas que un gracias y un provecho a todos, algo que todavía fue más raro razón por la cual Mar subió hablar con él y ver lo que le pasaba, cuando entró Toño estaba tirado en la cama llorando. 


Mar: ¿qué paza? – le dijo acariciando el cabello y Toño se quedó callado sin contestar – ¿he?... ¿por qué lloras? – lo levantó de la cama y lo sentó en sus piernas, Toño lo miro y le dijo lo que le sucedía

Toño: papi no te enfades – en ese momento a Mark se le paró el corazón, algo grande tuvo que pasar para que Toño llorara así y le dijera que no se enfade – es que me duele – se quejo justo cuando Mar ya estaba con el corazón en la boca

Mar: ¿qué te duele hijo – le dijo separándolo de él un poquito para verlo

Toño: la mano, me la golpee – Mar se relajó con esa respuesta

Mar: Churri… no me enfado hijo, ¿porque no me has dicho antes? – le tocó la mano y vio que la escayola estaba partida, seguro que le estaba dañado la mano y por eso lloraba, asi que le limpio las lágrimas con la mano – ya no llores Churri vamos al médico a que te revise la mano


Y tras ayudarle a cambiarse y llamar al centro médico, se fueron al médico y los hicieron pasar enseguida, Toño entró detrás de su papá y no salió de ahí por lo tanto el médico no lo vio y quedó extrañado ya que era el pediatra de Toño.


Mar: buenas tardes – saludó Mar tendiéndole la mano

Doctor: buenas tardes – le dijo el doctor correspondiendo el saludo – zienteze por favor a que debo su visita? – pregunto


Y ahí es cuando Toño se quedó a la vista del doctor, después de las explicaciones de Mar, el doctor reviso a Toño y se dio cuenta que el dolor era porque la escayola, nada grave solo le estaba rozando y llamó a la enfermera para quitársela.


Enfermera: hola lindura – saludo a Toño de forma cariñosa para que se relajara y lo consiguió, Toño le sonrió timidamente

Toño: hola – le dijo todo cortadito

Enfermera: ¡huy! ¿pero cómo te apañaste para que pazara esto con tu escayola? – Toño sonrió de lado recordando el momento tan divertido con los gemelos y olvidando que su papá estaba ahí

Toño: nos subimos a la mesa de pinpon para hacer un concierto y yo perdí el equilibrio y me caí – le dijo con una sonrisa en la boca, Mark apretó las mandíbulas para no retar a Toño allí delante

Enfermera: un concierto ¡HE!... yo seré tu fans número uno entonces, me tenéis que firmar un autógrafo – le dijo divertida por la ocurrencia del niño


Pero antes de cambiar la escayola y con la nueva información decidieron hacerle una radiografía y ver si la mano estaba bien, cosa que fue por lo que ya no necesitaba escayola, y tras limpiar y vendar la rozadura mas por impresionar al niño que otra cosa, se despidieron del doctor y fueron al aparcamiento en silencio, hasta ese momento Mar se mordió la lengua para no armar un pollo en la clínica, Toño solo le dijo que se golpeó la mano no como se la golpeó y eso lo enfadaba.


Toño: espera – le dijo a su papá porque no podía seguir el paso – qué te paza – Mar expulsó el aire para calmarse pero no lo consiguió

Mar: tú qué crees  – dijo con voz dura

Toño: no zoy adivino hace nada estabas bien y ya estás enfadado – le dijo apoyándose en el coche cruzándose de brazos

Mar: porque me entero que zolo haces tonterías – le dio un tirón de oreja, Toño cayó en su error de contarle a la enfermera – zube al coche – y Toño lo imito haciendo los moines y la voz como su papá y es lo que le faltó a Mar para coger por el brazo a Toño – plaf plaf plaf –  Toño metió la mano pero nada le sirvió ya que le cayeron en ella haciendo que la quitara – plaf plaf encima te burlas en mi cara plaf plaf plaf plaf plaf plaf

Toño: papaaa – le dijo avergonzado ya que en ese momento empezó a pasar gente


Mar se golpeó la cabeza mentalmente por hacer aquello, por haber perdido los nervios y avergonzar a su hijo, lo subió al coche y abrocho el cinturón de seguridad y él se montó en el del conductor y así fueron en silencio a la casa.


Antonio: y esa carita – le dijo al ver pasar a Toño con los ojos rojos con amenaza de salir las lágrimas – pero si te quitaron la escayola ¿no estás contento? – Toño no contestó pero vio llegar a Mar con cara de amargado

Mar: zube Toño a tu habitación y me esperas allí – Toño abrió los ojos

Toño: pero... – y no pudo decir nada más porque Mark lo corto

Mar: pero ¡nada!... zube me esperas en la esquina y zin pantalones que no te van hacer falta – y Toño subió corriendo escaleras arriba – ZIN CORRER TOÑO – Antonio lo miró como diciendo me vas a contar que ha pasado

Antonio: calma Mar

Mar: no, no me calmo – Antonio rodo los ojos – ¿por qué no deja de hacer tonterías?, cualquier día se va a romper la cabeza – Antonio miró a su hijo con la mirada dura que él le regalo a Toño

Antonio: pues Toño no está haciendo nada que tú no hicieras a su edad – y Mar frunció el morro – yo solo digo que te calmes antes de subir, no te estoy diciendo que no lo castigues, tu sabrás porque lo haces, pero enfadado no le enseñas nada…


Mark se calmó su papá tenía razón se fue a la cocina y bebió agua y cuando pasa un rato subió a la habitación de Toño que cuando entró se lo encontró como él le había dich,o mirando  a la pared sin pantalones con un sube y baja de hombros por el llanto que tenía silenciosamente, Mark soltó el aire pesadamente de ver a su hijo en ese estado, era la primera vez que le obedeció antes de un castigo y verlo ahí con los boxer de bob esponja el enfado que tenía desapareció.


Mar: Toño ven aquí – Toño cerró los ojos escapándose un sollozo pero no dijo nada, no quería darle más vueltas al tema, por mucho que se resistiera siempre terminaba castigado así que se limpió las lágrimas con el brazo y fue a la cama donde estaba su papá sentado, Mar lo cogió de la mano y lo sentó en su regazo, Toño ya empezó a llorar abiertamente, hoy se había divertido con los gemelos y ahora se veía ahí, pensaba Toño – ¿en qué penzabas hijo? – Toño bajo la cabeza y empezó a llorar de nuevo – bueno ya no llores más Churri – lo abrazó a su pecho – pero cielo tienes que penzar antes de hacer la cosas… ¿y zi al caerte te golpeas la cabeza y te la rompes, he? – Mar le limpio la lágrimas – no zeas egoísta hijo – Toño se tensó, su padre nunca lo llamó de esa manera y de cierta forma dolía peor que una paliza – zi le paza algo a mi hijo que hago yo, a ver dime

Toño: Papii

Mar: Churri en zerio, en zerio – recalco – yo me muero zi a ti te pazara algo – Toño se abrazó al cuello de su papá

Toño: lo ziento  te prometo que ya no lo vuelvo hacer – Mar sabía que era una promesa vacía pero es lo que le había dicho su padre, él no había sido diferente a Toño a su edad, y con eso en mente se levantó a coger el pantalón de Toño y le ayudó a ponérselo 

Mar: anda vamos a cenar que nos están esperando – Toño miró a su papá para hacerle la pregunta temida

Toño: ¿me vas a castigar? – Mar lo miró alzando una ceja

Mar: no Toño, pero la próxima vez que te pongas en peligro zi que te voy a castigar – prometió


Tras eso lo cogió por el cuello y bajaron juntos a cenar; odos estaban juntos excepto cuando Lucas lo que extraño a Toño, así que le preguntó a su abuelo por su nuevo compinche.


Toño: ¿dónde está Lucas abuelito? – le dijo mirando a su abuelo

Antonio: zalio con los gemelos a cenar – respondió


Y un sentimiento nuevo invadió el interior de Toño, la envidia… envidia de Lucas porque su abuelo por lo menos si dejaba salir a divertirse con sus amigos, no como su papá que no lo dejaba ir ni a la esquina solo, pero lo que no sabía era que no iba a envidiar a Luquitas cuando volviera.


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