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domingo, 20 de febrero de 2022

Una perfecta familia, Capitulo 52


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 Una perfecta familia 

 Autora: Terry 

 Capítulo 52 

 

 


Después de que Chus se enterara de que Carla en realidad no era su  madre, Luis no quiso perder más tiempo tenía que contarles la verdad a sus otros dos hijos, también merecían saber el gran secreto familiar.


Luis: chicos, vayan al despacho del abuelo, tenemos que hablar los cuatro de algo importante – la voz de Luis sonó algo nerviosa, los niños se quedaron extrañados ¿que sería eso tan importante para que papá quiera hablar con ellos?, pero no solo ellos oyeron la orden, sino también Carla y supo que Luis iba a decirles la verdad a los niños, y ella no quería que David supiera que Luis no era su padre

Carla: no Luis… no es necesario – Luis le echó una mirada fulminante

Luis: zi Carla, zi es necesario, además ya destapaste la bomba y creo que mis hijos tienen el derecho de saber toda la verdad – pero Carla no estaba dispuesta a quedarse quieta

Carla: Esta bien pero yo también estaré presente – dijo mordiendo los dientes y Luis con un ademán le cedió el paso  al despacho no sin antes advertirle

Luis: ahora es mi momento y no quiero interrupciones, tú has dado el primer pazo azin que ahora ya no hay marcha atrás, ¿estamos claros? – Luis se dio la vuelta y se fue para el despacho pero se volvió para decirle a Carla – aj y una coza más… después de todo lo que me enteré ya no estamos más juntoz – y entró al despacho sin darle opción a que Carla replique


Aunque inicialmente no entendió, cuando asimilo sus palabras se puso nerviosa, eso significaba que tendría que despedirse de todos los lujos a los que estaba acostumbrada gracias a la posición social de Luis y su familia, ya que antes de casarse firmaron un acuerdo prenupcial donde los bienes de Luis heredados quedaba a nombre y solo las ganancias de su trabajo eran compartidas y ella no ganaba lo suficiente como para costearse el estilo de vida que tenía como su esposa y ahora todo  se iba a ir al garete por su mal proceder, tendría que haber tenido cuidado con hacer las cosas sobre todo con ese estúpido mocoso, ¡diablos! en que estaba pasando.

Hasta eso, Luis ya había entrado al despacho y les dijo a sus hijos que se sentarán en el sofá mientras el cogió una silla y se sentó al frente a ellos  para charlar.


Ismael: papi no hicimos nada – Luis lo miro desconcertado hasta que se dio cuenta de que esa era la forma que tenía que hablar Luis con sus hijos cuando hacían alguna trastada

Luis: lo zé Isma, pero no es por algo que hicieran… es que lo que voy a deciros es muy importante y quiero que me pongáis toda la atención del mundo – le dijo tratando de sonreírles

David: ¿qué paza papá? – pregunto David intuyendo que su padre estaba nervioso y  lo estaba, Luis se echó el pelo hacia atrás con las manos

Luis: antes que nada quiero deciros que os quiero a todos por igual y no cambiarán las cosas entre nosotros – Chus ya lo sabía pero los otros dos empezaron asustarse y se miraban curiosos entre si

David: papá ¿no estarás enfermo verdad? – Luis expiro ruidosamente

Luis: no hijo, no estoy enfermo, cuando Chus tenía un año yo conocí a Carla y decidimos en unos meses vivir juntos – no tenía sentido dorar la píldora

Ismael: ¡Chus no es hijo de mamá! – aseguro, ahora entendía muchas cosas

Luis: no Isma – respondió papá – y por favor deja que continúe ¿bueno? – pregunto dándole un beso en la frente continuando con la charla mirando a David con cariño – y tu mamá te traiga a ti con solo un mes – murmuro y David se quedó sin poder hablar, no porque su padre le dijera que no interrumpiera sino porque se quedó paralizado – y tu mamá decidió que no os contaremos que no erais hermanos para que no hubiera mal entendido entre vosotros – y fue cuando David por fin intentó decir algo

David: peroooo, entonces – pero Luis le puso un dedo sobre su boca y siguió hablando

Luis: pero vuestra madre hoy se lo confesó a Chus y vosotros tenéis el mismo derecho – David por fin le salió la voz

David: Entonces yo – se paro asustado – no tengo padre ni hermano – Chus que había estado callado hasta el momento le contestó a su hermano

Chus: yo zoy tu hermano tú, ¿no me zientes azin? – David estaba demasiado asustado para entender lo que Chus le dijo, el estaba preocupado por saber que iba a pasar

David: ¿y ahora qué?, ¿qué va a pazar conmigo? – le dijo mirando a su papá con un gesto de horror en la mirada

Luis: David hijo – murmuro Luis acercándose a él para darle un abrazo, pero a David ese “hijo” le supo hipócrita, entonces la rabia se le subió

David: ¡NO ME LLAMES HIJO! – grito enfadado

Luis: lo sois, por ezo te llamo azín – Luis lo atrapo cuando el pequeño intento salir del despacho y lo abrazo con cariño, tenía que dejarle en claro que aunque no lo engendró él era su papá, había estado a su lado prácticamente desde que nació, en sus primeros gorgoteo, en sus primeros pasos, en las enfermedades, en sus risas, en sus travesuras… si eso no era ser su hijo entonces ¿qué diablos era?, porque él no podía pasar sin estar con ese niño de cabellera castaña, era su vida… sus tres hijos ¡eran su vida!

David: no lo eres – y los ojos se le llenaron de lágrimas y se soltó, logrando salir del estudio


Luis firme en su propósito también salió corriendo para coger a David del brazo, quiso volver a abrazarlo pero David empezó a luchar por soltarse, no había manera de controlarlo por las buenas, fue cuando Luis decidió actuar como lo que era, como su padre y le dio una palmada en el trasero.


Luis: PLAS ya está bueno de que salgáis corriendo las cosas se hablan hijo – lo apretó a su pecho – mi vida… tú nunca dejarás de ser mi hijo, aunque no te he engendrado lo eres porque he estado en tu vida desde que naciste y no podría pazar zin ninguno de  ustedes tres – David estaba llorando pegado al pecho de su papá

Chus: Vamos, necesitan hablar a zolaz, luego volvemos para hablar máz – le dijo logrando que Isma lo siga


Chus e Ismael habían salido tras suyo y se quedaron mirando la escena, pero fue Chus quien se dio cuenta que su padre y su hermano David necesitaban intimidad para conversar y aclarar este asunto, así que cogió a Ismael del brazo para retirarse, pero Isma quería quedarse, él quería hablar también con  su papa pero Chus lo jalo fuerte logrando que su padre y David tengan privacidad.


Luis: ¿Es que tú ya no me quieres ? – pregunto papá en un momento de esos para que David reaccione y lo hizo, levantó la mirada con el ceño fruncido confundido ¿qué pregunta era esa?

David: ¡claro que te quiero! – contesto y Luis le limpio las lágrimas y se sentaron en las tumbonas, al final habían llegado al jardín  

Luis: pero ¿cómo papá? – aun cuando para Luis estaba claro, aquella pregunta daba miedo, pero era necesario hacerla y se quedo mirando a su hijo expectante, David empezó a llorar muy sentido él no había conocido a otro y lo quería mucho

David: ziiii – sollozo escondiendo su rostro – pero ahora ¿que voy hacer?, ustedes ya no van a estar juntos, Chus ze queda contigo y Isma también pero a mí no me va a dejar – él muchacho ya había sacado sus propias conclusiones y Luis recién se dio cuenta del daño que había causado en sus hijos, quizás se precipito pero no había vuelta atrás

Luis: cariño mírame – le levantó la cara cogiendo su barbilla – aun no sabemos qué va a pasar, pero no solo tú, sino también Ismael pueden decidir con quién estar, tu mamá no puede hacer nada al respecto, podéis quedaros con quién vosotros queráis

David: pero yo no soy tu hijo biológico – Luis suspiro, David era un niño y como todo en su pequeña vida, era blanco o negro

Luis: no biológico, pero ante cualquier juzgado zín, porque para las leyes soy tu padre porque yo te adopté cuando noz fuimos a vivir juntos tu madre y yo, entonces ella no puede hacer alejarte de mí, porque tengo los papeles donde dice que eres mi hijo y llevas mis apellidos


Con aquella explicación David se calmó y se dieron cuenta que María los estaba observando a una prudente distancia, era hora de cenar y los estaban esperando en el comedor, así que ambos entraron abrazados; cuando Luis preguntó por  Carla y María le dijo que se había ido, que vendría más tarde y se sentaron a la mesa pero me Isma no estaba, Luis se alarmo creyendo que su mujer se lo llevó


Luis: ¿dónde está tu  hermano? – le pregunto a Chus y Chus rodó los ojos

Chus: en mi cuarto… está celoso – le dijo y Luis abrió los ojos, ¿celoso? – zi papá porque a él no le echaste cuentas – Luis rodó los ojos, su hijo menor siempre era así de dramático

Luis: empiecen ustedes yo voy hablar con él


Luis subió y al entrar a la habitación lo que vio fue a su hijo echado en la cama llorando, se sentó a su lado empezó a acariciarle el pelo suavemente.


Luis: ¿Que paza Chiqui ? – Isma volvió la cara para mirar a su papá

Ismael: nada no me paza na – y dos lagrimones saltaron de pronto, Luis suspiro y le limpio las lágrimas que caían

Luis: no ze llora por nada – era hora de un mimito, lo cogió y lo abrazó a su pecho

Ismael: es que tú y mamá ze van a separar – Luis suspiro sabía que era difícil para sus hijo que de la noche a las mañana se vieran en esa situación

Luis: Ismael hijo ze que va a zer difícil para ustedes pero yo no puedo dejar a Chus zolo, ella ze portó muy mal con el –  Luis estaba con el corazón en la boca porque los dos más chicos podían decidir ir con su mamá y él no podría hacer nada

Ismael: y ahora ¿qué pazara con nozotros? – Luis lo separó un momento para que lo mirara a los ojos, le limpio las lágrimas de nuevo

Luis: Chiqui escucha un momento, yo sería el papá más feliz del mundo zi quisierais quedaros a vivir conmigo, pero lo tenéis que decidir vosotros penzado con calma y decidáis lo que decidáis yo siempre los voy a querer como ahora y nunca, nunca dejare de cuidarlos y preocuparme por vosotros dos – concluyo dándole un beso en la frente, Isma se quedo callado pensando en las palabras de su padre, y Luis al ver que se relajo decidió que era hora de bajar a comer así que lo llevó a lavarle la cara – vamos a comer que nos están esperando y mira qué tarde es – dijo de forma casual, mirando el reloj de su muñeca


La cena empezó silenciosa pero a medida que iban comiendo, la calma, las charlas cotidianas y las risas volvieron como siempre, distrayéndolos de los eventos del día, incluso de habían olvidado de Carla por unos minutos hasta  trono el timbre de la puerta.de la historia


 

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