Translate

lunes, 21 de junio de 2021

La familia, capitulo 14


一一一一一一一一一一一一一一一

Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.

一一一一一一一一一一一一一一一




 La familia 

 Autor: Adán 

 Capítulo: 14

 

 

Viernes 28 de septiembre de 1973

Habían pasado 3 días desde la muerte de Arturo, día antes ya fue su funeral y ahora cada uno se devolvía a su casa; luego de pasar unas noches acompañando a Pamela, Mónica dejo a los niños con la vecina y acompaño a Adán, aunque él no quería… en fin… Adán y Mónica volvían a su casa cerca del mediodía.


  • Extrañare a tú padre amor, es muy triste que el haya muerto tan joven… – susurro Mónica sin saber que decir

  • ¿Sabes?, he tomado una decisión – contesto Adán como si no le hubiera oído – Nos devolvemos al Maule… – eso era algo que había pensado los últimos días, pero no le dijo nada a Mónica, la decisión la toma por sorpresa

  • Pero amor… Las decisiones debemos hablarlas entre los 2… Y a mi no me parece una buena decisión… – Responde Mónica

  • Nos mudamos para ver si la vida nos resultaba aquí… No fue así… Apenas venda esa fábrica nos mudaremos – para Adán aquella era su última palabra y se fue al baño dejando a Mónica parada


Mónica después de eso se fue a buscar a sus hijos y luego preparar el almuerzo que transcurrió normalmente hasta que llego Aurelio, su hermano.


  • Arturo, pensé que te ibas a quedar con Cat – sonrió Mónica saludándolo

  • Bueno si la acompañe un rato, pero aun no somos nada oficialmente, así que me vine

  • Ahh… Ya te estas tardando hermano ¿Cuánto llevas saliendo con ella?

  • Unos meses ya… Bueno pensaba en declararme uno de estos días, pero ahora no creo que sea conveniente buen punto pensó Mónica, seguro su cuñada no estaba para amores

  • Eso sí, nosotros tampoco estamos muy animados… Adán quiere que nos devolvamos al Maule… dice que la vida no nos resultó aquí – Respondió Mónica

  • Vaya,  ¿y tú no te quieres cambiar? – pregunto Aurelio con curiosidad

  • Me acostumbre a vivir aquí, aquí tenemos todo, la familia cerca, allá no tenemos nada solo nuestros padres, la mudanza me cambio por ejemplo en la forma de educar a mis hijos y entre otras cosas hay algo que aún no lo he comentado con Adán… Es que quiero trabajar… – Responde Mónica

  • Qué bueno hermana ¿Y en que te gustaría trabajar? – Pregunta Aurelio

  • Mi sueño siempre fue abrir una cafetería… Quiero romper ese ciclo que se ha repetido tras generaciones de que “el hombre debe salir a trabajar y la mujer debe quedarse en la casa cuidando a los niños” – dijo Mónica muy decidida

  • Me parece que eso es bueno, que tengas tu independencia económica – sonrió – pero bueno no me tienes que convener a mi sino a tu marido, y hablando de él, iré a hablar con Adán quizás lo pueda allanarte el camino


Y tras eso Aurelio va al patio con Adán donde lo ve ahí sentado pensando.


  • Cuñado – lo saluda

  • Hola cuñado – Adán se giró para saludarlo

  • Mónica me conto que querías volver al Maule – para que dar vueltas pensó Aurelio

  • Si… Siento que la vida no nos resultó acá

  • Adán… Sé que no fueron unos buenos meses por lo que ha pasado, pero no por eso debes decir que algo no resulto, todos en la vida pasamos por malos tiempos y hay que seguir adelante… – lo animo Aurelio

  • ¿Se ha muerto tu padre acaso? – Aurelio se sorprendió por la agresividad de su cuñado ¿No verdad? Entonces no actúes como si supieras lo que siento – agrego enojado Adán

  • No tienes por qué ser grosero, solo te estoy dando un consejo… No sé lo que es que se muera un padre, pero si puedo saber lo fuerte que se debe ser – Respondió Aurelio parándose para marcharse

  • Lo siento cuñado – lo atajo Adán dándose cuenta de su error – Es que no dejo de pensar que si no hubiera pasado todo esto mi padre seguiría vivo, extraño la vida que teníamos allá… Recuerdo como fui ascendiendo…


Y Adán no puede evitar recordar esa época… Los años 60 que según él, fue su década favorita cuando recién se mudaron al Maule; Adán empezó trabajando con su suegro mientras conocía la ciudad, empezó como limpiador de oficinas ya que aún no tenía su licencia de conducir y ese año de 1960 la estaba sacando, a principios de 1961 consiguió otro trabajo independizándose de su suegro (y donde estaba hasta antes de mudarse a Santiago) donde le pagaban un poco más, ahí fue repartidor de cajas lo que le permitió juntar dinero para su casa y dejar de vivir con sus suegros, aquel puesto duro unos 4 años luego fue obrero un par de años hasta que fue jefe... Esto ocurrió en 1969…


Octubre de 1969…

Adán al terminar la jornada de trabajo fue a la oficina de su jefe, a pedido suyo.


  • ¿Quería verme don Jacinto? – pregunto Adán entrando a la oficina

  • Si toma asiento Respondió Jacinto y Adán se va a sentar Bueno como ya sabrás pronto me jubilare… Ya es hora a mis casi 75 años y casi 50 años de trabajo merezco un descanso

  • Si toda una vida trabajando… Aunque extrañare que usted sea mi jefe, sé que merece ese descanso… Sonrió Adán

  • Y por eso quería hablar contigo… Eres un buen empleado siempre fiel y leal estos 8 años que has estado trabajando aquí y veo que tienes potencial de jefe… Podrías ser un buen jefe luego de que yo me jubile que no falta mucho… agrego Jacinto, sorprendiendo a Adán

  • Vaya… me sorprende, gracias por tenerme en consideración, pero yo no tengo estudios ni nada, solo soy un simple obrero y digo que hay gente con más experiencia que yo  Respondió Adán que en ese momento no estaba seguro de ser el indicado

  • Esta no es una decisión tomada a la rápida, se lo discutió con tiempo en gerencia y todos piensan que tú serias un buen jefe, además eres alguien joven y de confianza para mí así que esto ya está hablado, solo debes darme tú respuesta

  • Bueno… La noticia me agarro por sorpresa y si me gustaría… Pero le pido unos días para pensarlo bien y darle una respuesta oficial no quiero tomar una decisión así apurado Respondió Adán

  • Está bien… Tienes de aquí al viernes para pensarlo bien Sonrió  Jacinto


A su regreso Adán le cuenta las nuevas noticias a su mujer, pero todavía con sus dudas sobre su capacidad.


  • Te felicito amor, pero no entiendo ¿Por qué estás inseguro de ese ascenso? Ellos confiaron en ti para que seas el nuevo jefe y si lo han hecho es por algo lo animo Mónica

  • Es que no se si pueda amor, hay gente con más experiencia que yo – Responde Adán

  • Y que, sé que serás un buen jefe amor, tienes potencial y juventud que es algo que muchos quieren, así que lánzate, acepta dijo Mónica abrazándolo orgullosa

  • Está bien amor… aceptare Adán abrazo y beso a Mónica, pero a esta le dio ganas de vomitar – Ya llevas días así amor creo que no es algo que comiste como dices

  • Mañana iré al doctor ya pedí hora susurro Mónica


Y así fue, al día siguiente Adán hablo con Jacinto y acepto el puesto de jefe ya para finales de ese mes estaba en su nuevo puesto y oficina mientras que Mónica fue al doctor y le dieron una buena noticia que estaba embarazada de Andrea.


  • Además, pelee con Maggie… Pero aún no se lo cuento a nadie – Respondío Adán volviendo de sus pensamientos

  • Entiendo cuñado, pero piénsalo… aquí tienes a tú familia, tienes un trabajo estable, están bien económicamente y disculpa que me meta en tus decisiones, pero no creo que sea conveniente vender la fábrica ahora, no solo por lo de tú padre si no por lo que pasa en el país ¿Dónde más conseguirás trabajo? Están cerrando las fábricas y dejaras a un montón de gente sin trabajo – aconsejo Aurelio

  • Vaya… Si lo vemos de ese lado si tienes razón – Adán se quedó con lo que le dijo Aurelio y las dudas lo asaltaron

  • ¿Qué te parece si vamos por unas cervezas y seguimos hablando? – Aurelio quería que Adán se despejara un rato de los problemas

  • Está bien – Responde Adán


Y ambos salieron un rato mientras Mónica aprovechaba de hacer la limpieza aprovechando que sus hijos estaban jugando fuera, pero pronto fue interrumpida por su vecina doña Elizabeth que traía a Adrián del brazo y sus hermanos atrás.


  • ¿Qué hizo está vez? – pregunto Mónica suspirando apenas se saludaron

  • Señora Mónica pasaba por la plaza y vi a su hijo pegándole a sus hermanos así que lo agarré de inmediato y aquí lo traje, además de faltarme el respeto – Respondió Doña Elizabeth algo enojada

  • ¿¡Cuantas veces te he dicho que no les pegues a tus hermanos!? ¡Discúlpate ahora mismo con Doña Elizabeth! – Mónica agarró fuertemente a Adrián del brazo

  • Tranquila señora Mónica a mi no me afecta que un niño de 11 años me falte el respeto, al fin y al cabo es otro el que va a pagar las consecuencias de sus actos – Respondió Elizabeth

  • Se enojó solo porque perdimos un partido – Pedro aprovecho para hablar

  • Y encima fue culpa de él, no de nosotros – Agrego Ignacio

  • ¡Encima de perdedores salieron bien niñitas para defenderse! – grito Adrián

  • ¡Y encima sigues! – lo interrumpió su madre – espera que llegue tu padre porque ya me está aburriendo tu actitud! Niños a su cuarto y tu Adrián quédate en la sala vamos a hablar los 2 – Mónica hizo entrar a los niños obligando a Adrián a que se quede en la sala – Vecina disculpe las molestias que le causamos está semana

  • No se preocupe yo le cuido a sus hijos con mucho gusto y Pedro es el más feliz, se la pasa bien con mi hija que tiene su misma edad más o menos… y me olvidaba, ¿sabe?, fui al colegio y aproveche de traerle la libreta de notas de sus hijos – y comedida doña Elizabeth sacó las libretas de los niños

  • Oh… No se hubiera molestado vecina yo podía pasar por ellas – Mónica tomó las libretas aun sin ojearlas – Espero algún día compensarle su amabilidad con nosotros y disculpe si Adrián le falto el respeto

  • No se preocupe usted, sabe que puede contar conmigo más que vecinas somos amigas


Con eso se despidieron y Mónica volvió a la casa cambiando de inmediato la cara, y fue directo a la cocina a por una cuchara de palo escondiéndola, no estaba segura si lo iba a hacer o no, pero por si acaso.


  • ¿Por qué tienes que ser así? – le pregunto a Adrián tomándolo del brazo – y además sabiendo que tu padre no está bien

  • Ustedes solo se preocupan de ustedes sin pensar en nosotros, dejamos nuestra antigua casa para venirnos a esta – Adrián enojado tira cualquier argumento lo que hace enojar a Mónica

  • Eres un malagradecido, todo lo que hacemos es por ustedes y al parecer no aprendes con todos los castigos que te dio tu padre

  • Porque tú no te atreves – Adrián literalmente le estaba faltando el respeto a su madre y no era la primera vez, es por eso que Mónica empezaba a aburrirse pensó mientras Adrián se paró para irse

  • Está conversación no ha terminado Adrián vuelve a sentarte o me enojare contigo – le advirtió su madre

  • ¿Y qué harás si no lo hago? – Adrián la desafío riéndose de su madre


Fue cuando Mónica ya cansada de su actitud lo agarró del brazo y sacó detrás suyo la cuchara de palo.


  • ¡Yo no quería, pero me canse de tú actitud!, ahora si aprenderás a respetar a la gente y sobre todo ¡a mí! – Respondió Mónica soltando golpes en las nalgas de su hijo con el cucharon de madera – PLAF…

  • ¡Mamá! – Adrián intentó liberarse sin éxito, Mónica se sentó en el sillón y lo pso en sus piernas

  • Hare algo que Debí hacer hace mucho tiempo… y créeme que me dolerá más a mí que a ti… – Respondió Mónica y procedió a bajarle el pantalón y comienzó a nalguearlo – PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF…

  • ¡BUAAAAAAAAAA! ¡Mamá por favor perdóname no lo volveré a hacer! – Chillo Adrián

  • ¡No Adrián no es solo la primera vez que me faltas el respeto! – PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… ¡Tú actitud ya me aburrió todo tiene un límite! PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF…

  • ¡Mamá ya por favor! – siguió gritando Adrián


Pero nadie se dio cuenta que la puerta se abrió ese momento, eran Pamela, Adán y Cat; Adán las había invitado a cenar y en cambio se encontraron con la escena pero nadie interrumpió a Mónica, Cat se deslizo silenciosa a jugar con sus sobrinas y Pamela y Adán pasaron a la sala a seguir contemplando la escena sin que nadie se dé cuenta.


  • PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… ¡Les pegas a tus hermanos! PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… ¡Te has vuelto bien grosero! PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… ¡Les faltas el respeto a todos! PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… PLAF… ¡Y tus calificaciones ni se digan, seguramente siguen igual o peor porque no he visto ni un cambio en todo el año!


Y con esas palabras dejó de darle nalgadas, Adrián siguió sobre sus regazo llorando y Mónica recién se dio cuenta que llego su marido que ojeaba las calificaciones de los niños.


  • Amor no sabía que llegaste – Sonríe Mónica agarrando a Adrián del brazo para que no escape

  • Acabo de llegar y justo a tiempo para ver como castigabas a Adrián – Respondió Adán dándole un beso a su mujer sonriendo

  • Si supieras todo lo que hizo este niño – Mónica cambió su cara al ver a Adrián Dile a tu padre todo lo que hiciste hoy

  • Bueno ya vi que en las calificaciones no hay mejoría… Jovencito usted me va a esperar en mi cuarto mientras hablo con tú madre y voy al baño tendremos una conversación de hombre a hombre – sentencio Adán y Adrián solo asiente con la cabeza lo que le enoja a Adán – Bueno ¿Tú no tienes voz o qué?

  • Si papá… – respondió con voz débil, aun sin poder creer que su mamá lo haya nalgueado

  • Así me gusta – y Adrián va al cuarto a esperar a su padre – Amor invite a mi madre y mi hermana a cenar, Cat fue a jugar con las niñas y mi madre acaba de ir al baño

  • Me parece bien, así tu madre se siente más acompañada – dijio Mónica y en eso se acerca Pamela y Adán aprovechó para ir al baño

  • Mónica vi como castigabas a Adrián… Has dado un buen paso y eso es muy importante, aunque no es una tarea envidiable – sonrió Pamela que era la que más sabía del cambio de actitud de Adrián

  • Gracias suegra… dudaba si hacerlo, pero ahora que lo hice pues me siento bien y debí hacerlo hace mucho tiempo… pero bueno, me alegra que venga de visitas para que se sienta más acompañada – y Mónica la abrazo con cariño

  • Gracias Mónica, aunque no hubiera venido si no fuera porque Adán nos insistió… – suspiro con pena

  • No se preocupe, usted siempre es bienvenida en esta casa, ahora ire a ver la cena – dijo Mónica parándose

  • Yo te ayudo – se ofreció Pamela


No quería estar sola y cocinar siempre la distraía.








 

No hay comentarios:

Publicar un comentario