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Un nuevo horizonte
Autora: Terry
Capítulo 2
A
Diego lo despertó una dura punzada en el cuello se
había quedado dormido con todo los papeles esparcidos por la mensa, así que se
masajeó el cuello hasta que lo pudo mover, fue cundo vio a su niño acostado en
el sofá con el rostro relajado, la boca entre abierta y se pregunto ¿cómo iba a
ser padre si solo era un niño?; pero él no podía hacer como el papá de la
chica, no podía deshacerse de ese feto, en cambio apoyaría a su hijo aunque
tuviera que hacerse cargo el y su esposa del bebé, con ese pensamiento organizo
los papeles y subió a hablar con su esposa, le tendría que dar la noticia que
si lo del bebé seguía adelante tendría que irse a la hacienda aunque ella lo
detestara, además su padre no podía hacerse cargo y él lo dejo por el amor a
ella, además a él le gustaba el campo, la cría de toros, los caballos y todo lo
relacionado con el arte taurino, su papá es un ganadero prestigioso donde todas
las corridas querían sus toros y el no iba a dejar que eso se muriera, el
seguiría con el negocio para que su apellido se quedará ligado a la historia
taurina de su patria, les gustaba todo aquello, nació para eso y su padre lo
había estado formando para el gran momento de dejar su herencia en sus manos y
había llegado la hora de afrontar aquella realidad, no podía negar lo que
realmente era y lo que quería ser a futuro… ojala su esposa lo llegara a
comprende.
· - Laura – le dijo Diego
· - Buenos días Diego – le
dijo regalándole una sonrisa aunque triste por lo que pudiera pasar ese día
· - Buenos días Laura – la
mujer lo miro
· - ¿Qué pasa Diego? – pregunto
levantando una ceja, ella lo conocía más que bien – intuyo que no estás así solo por lo de Manu – Laura
ponía sus manos al fuego jurando que a su marido le preocupaba algo
· - Laura tenemos que hablar – respondió
y se sentó en la cama indicándole a su esposa que se sentara a su lado, no
sabía cómo se lo iba a tomar pero visto lo que se les venía encima era lo mejor
y empezó a explicarle el asunto de la herencia cuando Laura se sentó a su lado –
mi padre hace un mes me envió todos los
papeles relacionados con la hacienda, y me llamo para decirme que él ya no
puede hacerse cargo de ella y que estaba en mis manos el futuro de sus tierras
– Laura levantó una ceja
· - ¿Qué es lo que me quieres
decir? – Diego soltó un suspiro
· - Lo que te quiero decir es
que nos tenemos que mudar a la hacienda – dijo
sin más, no iba a preguntarle si quería ir o no, es decir le iba a poner las
cartas sobre la mesa – ya sé que tú no
quieres, pero viendo lo que se avecina lo mejor es que nos mudemos… ya sé que
tenemos unos buenos sueldos pero allí ganaremos más dinero y estaremos muy
holgados en esa parte, pero además es que yo no puedo dejar que la hacienda de
mi padre se pierda, yo soy su único heredero y si tuviera otro hermano te juro
que no te pediría esto – le dijo mirándola fijamente – pero nunca te pedí nada y siempre trate de complacerte en
todo y – Laura lo cogió del rostro le dio un beso en la boca
· - No hace falta decir más
nada, nunca te di la oportunidad de pensarlo mejor y creo que es hora que te
hagas cargo de lo que te prive durante todos estos años y sinceramente creo que
no será tan difícil vivir en el campo – le sonrió
Y a Diego le alegro mucho que su esposa lo apoyara en esto, ahora solo quedaba decírselo a su hijo, desgraciadamente, Manu tendría que aceptar su decisión y hacer lo que se pedía hasta que fuera mayor de edad y aún quedaban unos años para eso, con el tema resuelto con su esposa, decidió que mejor aprovechaba que Manuel aun dormía y bañarse antes de despertarlo y contarle a su hijo los planes futuros.
· - Manu hijo – le decía moviéndolo por el hombro – despierta, tenemos que hablar y es tarde – Manuel se restregó los ojos cuando lo abrió y vio que estaba en el sofá y recordó todo lo que había sucedido
· - Buenos días – les
dijo mirando a sus padres
· - Buenos días cielo – le
dijo mamá dándole un beso en la mejilla
· - Buenos días hijo – respondió
Diego – sube y te duchas qe tenemos que
hablar antes de ir donde tu novia – agrego y Manu se levantó de
sofá y cuando se iba a echar andar papá lo abrazo murmurando mientras le
daba un beso en la cabeza – hijo la vida te
va a cambiar por completo
· Manuel le devolvió el abrazo pero no dijo nada,
solo subió a ducharse mientras sus padres aprovecharon a preparar el
desayuno juntos.
·
Manu tenemos que hablar –
dijo su padre mientras Laura le puso su plato, a Manuel se
le nublaron los ojos, él sin querer se metió en ese problema y no sabía cómo
solucionarlo, no sabía cómo enfrentar al papá de Yoli, solo le quedaba que papá
cómo siempre le dijera que es lo que tenía que hacer, así que solo agachó la
cabeza para que su padre empezara a hablar –
Manu hijo antes te he dicho que te iba a cambiar la vida y no solo por el bebé
que viene en camino – le explico y Manu miro a su padre con
timidez y algo de miedo pero no dijo nada dejando que su padre continúe – el abuelo quiere que me haga cargo de la hacienda y con
lo que nos viene encima es lo mejor – dijo estudiando las
facciones de su hijo pero sin dejar de conversar – allí las ganancias que tenga serán mucho mayores de las
que gano en esa empresa y viviremos muy holgados – eso era una
buena noticia pensó Manu, bien por su papá –
solo que tienes que dejar la ciudad para vivir en el campo – agrego
y a Manuel le acudió un nubarrón a los ojos
· - Lo siento – se
disculpo Manu muy afectado – yo no quería
hacer que cambiará vuestra vida – se disculpo sin poder
dejar de llorar – yo no pensé en lo
que podía pasar, siento que ahora estéis decepcionados de mi – murmuro
entre sollozos sin probar bocado de su desayuno, mientras que su padre se apuro
en darle un abrazo, no quería que su hijo pensara aquello
· - ¿Manuel que dices? ¡por
Dios! – dijo su padre frunciendo el ceño sin soltarlo,
era un hecho que su hijo estaba deprimido y necesitaba borrarle aquella loca
idea – eso no pasara, nunca estaremos
decepcionados de ti porque eres un buen hijo
· - No, no soy un buen hijo…
mira en el lío que os he metido – Diego le frotaba la espalda
suavecito
· - Jugaste a ser mayor y te
equivocaste ahora hacerse cargo de lo que viene, solo eso hijo – sonrió
su padre – y no me has metido en
ningún lío; tu abuelo ya hace un mes que me lo pidió y no quería que perdieras
lo que tenías aquí pero ahora si tenemos que irnos
· - No importa papi, perdóname –
él aun estaba convencido de que era por su culpa, y quería
ir a su recamara pero su padre lo retuvo un momento más, llevándole de besos la
cabeza
· - Cariño no tengo nada que
perdonarte – aseguro Diego cogiendo su rostro entre sus
manos – anda cálmate y desayuna que todos
vamos hacerle frente a ese señor – pero Manuel tenía el
estómago revuelto de tanto nervioso y no podía comer
· - No quiero, me duele la panza
– mamá se acerco y le dio un zumo de naranja
· - Son tus nervios hijo, anda
bébete esto y ya verás cómo se te pasa – le
dijo Laura dándole el vaso de zumo
Ese instante le sonó el móvil a Diego y al ver que era su papá salió de la cocina para conversar más cómodamente.
- Hola papá – le dijo con voz cansada
- Hola hijo, ¿te ocurre hago? – Manuel sabía que algo le estaba pasando a su hijo, lo notaba en la voz lo conocía bien
- No nada no te preocupes
- ¿No fuiste al trabajo? – sentía las bocinas de los coches es que estaba en la calle
- No, hoy tengo que solucionar un problemilla por ahí que surgió – le dijo evitando contarle aun lo que sucedió con Manuel
- Diego estoy en la ciudad, tengo una comida con el apoderado de un torero para el asunto de la compra de toros para la corrida – Diego soltó todo el aire, esto iba para largo y el no podia ahora atender esta llamada
- Papá – se vio obligado a cortar – papá escúchame por favor un momento – agrego
- Dime – Manuel abuelo por fin se dio por enterado
- Manu dejo embarazada a una chica y – no pudo seguir porque Manuel lo corto
- Queeee – grito olvidándose que estaba al fono – ….si es una broma Diego no tiene gracia
- Ojalá fuera una broma papá – le dijo con pesadez en la voz
- ¿En que estaba pensando ese mocoso cagón? – empezó a protestar –... deja que me lo eche en cara y ya va a ver – y Diego se rascó la frente
- Déjame que te explique todo por favor
- Está bien, está bien hijo habla
- Los padres de la chica no quieren que tenga el bebé, quieren que aborte a mi nieto y mi Manu está mal y voy a ver que puedo solucionar – Manuel cuando supo aquello decidió cambiar sus planes; él había venido desde temprano para solucionar papeleo de bancos pero eso podía esperar hasta la hora de la comida que quedó con el apoderado, tenía tiempo de estar al lado de su hijo y nieto
- Ya voy para allá, no vayas sin mi… además Fernando está conmigo él sabrá qué hacer
- Yo también llamé a mi abogado
- Mejor, entre los dos sabrán que hacer – y colgó sin despedirse de su hijo y fue derecho para su casa, no tardaría ni diez minutos estaba cerca
Diego regreso a la sala a sacar unos documentos, encontrando sentados su mujer e hijo, Manuel estaba con la cabeza baja y a leguas se le notaba que estaba muy afectado por la situación.
- ¿Quién te llamo? – Le dijo Laura pensando que era el abogado
.- Mi padre está en la ciudad – Manuel levantó la mirada en dirección a su papá
- Le, le has contado al abuelo? – pregunto nervioso
- Si hijo
- ¿Por qué? – pregunto estresado, imaginando cosas – se va a molestar conmigo, no va a querer verme ni en pintura – con los nervios que tenía y la confusión de todo lo que le estaba pasando se puso a llorar
- He cómo piensas así de abuelo hijo – le dijo Diego abrazándolo contra su pecho – sabes que el abuelo te adora
- Pero era antes de hacer lo que he hecho – realmente estaba muy afectado
- Hijo no te tortures así, fue un error además no creo que el abuelo piense de esa manera, porque viene a casa con su abogado para ayudarnos a que ese señor no le quite la vida a tu bebé
Con esas palabras se quedo más
tranquilo, mamá se levantó y fue a la cocina a prepararle una tila a su hijo
para que se tranquilizara era lo único que no le haría daño, a los pocos
minutos llamaron a la puerta y Diego fue abrir pero Manuel sabía que era su
abuelo, en el estado en que estaba totalmente nervioso y con sentimiento de
culpa y de vergüenza, no quería enfrentar a su abuelo, no tenía cara para verlo
de frente, así que sin pensárselo dos veces subió escaleras arriba y fue a su
habitación y cuando su padre entró creyó que había ido a la cocina.
· - Laura ¿As visto al niño?
– pregunto Diego, no hacía ni un minuto que lo dejo en la
sala
· - No, lo deje contigo en la sala
Diego fue al baño de la planta baja pero no estaba y subió a la segunda planta y tan poco estaba, por último fue a su habitación y allí estaba tumbado en la cama abrazando sus rodillas así que se acercó a él.
- ¿Te encuentras bien? – Manu dijo que si con la cabeza pero sin dejar de llorar – ¡oh! no llores así hijo, veras como salimos adelante, tú no te preocupes todo tiene solución – papá lo abrazo pensando seriamente que si Manu seguía así se iba a enfermar, es que desde que le contara noche antes, no había parado de llorar
- No quiero ver al abuelo papá, me da vergüenza – murmuro, limpiando sus lágrimas con la manga de la camiseta
- No tienes nada de que avergonzarte, vamos que el abuelo quiere verte
Y con todo el pesar de su
corazón se levantó de la cama y se pudo detrás de su papá sin desprenderse de
su lado, de tal manera que cuando su abuelo lo vio escondido tras su padre, lo
primero que pensó fue en lo infantil de su reacción, pero cuando el chico no
salió a saludarlo, se acerco a él con ganas de a darle un jalón de orejas, pero
cuando lo miro a los ojos entendió lo que su hijo le dijo por teléfono,
su nieto, su Manu realmente se encontraba mal, así que se dedicó a
abrazarlo y frotar su espalda confortándolo.
· - Lo siento abuelo yo no
quería que pasará – se disculpo el muchacho, la verdad todo lo
superaba y tenía miedo de tener un bebé, él no tenía ni idea de qué hacer con
un bebé
· - Suuu – murmuro su abuelo poniendo un dedo sobre la boca de su nieto – todo va a estar bien no te preocupes…
Y esas palabras fueron mejores
que cualquier mate de tila que le diera su madre, se sentía arropado por su
abuelo, ellos tenían una conexión especial y el hecho de que lo apoye era muy
significativo para Manu, quien tras llorar un poco más, logro tranquilizarse
mientras su madre acababa de conducir al abogado a la sala, había llegado la hora
de enfrentar la situación.
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