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sábado, 3 de octubre de 2020

Pena escondida, Capítulo 3




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Pena escondida
Autora Terry
Capítulo 3



Rafael se levantó con cuidado de no despertar a Hugo, estaba cansado pues no durmió en toda la noche, es que después de que los chicos interrumpieran su sueño y teniendo a Hugo a su lado no volvió a pegar el ojo por muy cansado que estuviera, y es que siendo la cama de dos metros estaban todas las mantas en el suelo y su adorado hijo atravesado de punta a punta, dejándole a él con solo un huequito en el que pasó la noche; se fijo la hora y estaban a tiempo de hacer todo, así que se dirigió a la habitación de Sam, lo levantaría antes que ninguno para que recogiera el desastre que hicieron por pelear con Hugo.

toc  - toc


Rafeel solo llamaba en las habitaciones de sus hijos mayores pero en la de Hugo no se paraba a llamar nuca, entraba directamente pero como Sam no respondió, decidió entrar despertando al joven colocando su mano en el hombro y lo sacudió despacio.


  • Arriba Sam que se nos hace tarde – murmuro y Sam abrió los hijos lentamente y miro su móvil que lo tenía en la mesita
  • Papá solo son las ocho y media quede con Nati a las diez, a las nueve me levanto
  • No Sam, ahora – insistió papá jalando las mantas
  • ¿Por qué? – estaba siendo un poco infantil pero no le importaba era su papá
  • Cuando bajes te diré porque o quieres levantarte de otra manera – amenazo elevando la ceja sutilmente
  • No, no …gracias,  ya me levanto – él sabía muy bien como era la otra manera – uff menos mal que me mudo en una semana – no pudo evitar decir aquello en voz alta
  • Perdón… ¿Que dijiste? – Rafael se dio a vuelta molesto, no le gusto el tono que so Sam
  • Nada que ya voy
Rafael bajo a la cocina viendo el desastre y no sabía si tendría que comprar un frigorífico nuevo o ver si le arreglan la puerta, a los dos minutos estaba Sam también abajo.

  • ¿Porque tuve que levantar tan temprano – le dijo molesto
  • Para que recojas todo esto – dijo tranquilamente mostrándole el desastre
  • ¿Queeee? …y ¿por qué yo? – no podía creer que su padre le cargue todo a él y disculpe ese enano del demonio
  • Porque lo hicieron ustedes
  • Tu lo has dicho – recalco enojado –  “lo hicimos”,  no yo solo sino tú queridísimo renacuajo del demonio también y hasta que el no baje a recoger yo tampoco lo hago – dijo cruzándose de  brazos
  • Para tu información, este es tu castigo por hacer lo que hicisteis
  • ¿Y tu enano qué?, siempre lo libras de todo – se quejo y  Rafael decidió amenazarlo haciéndole creer que castigo a Hugo
  • Bueno está bien, ¿quieres el mismo castigo que Hugo? – pregunto cruzándose de brazos – pues yo no tengo problema con eso, pero que conste que a él ya lo castigue a noche – dijo e hizo el ademan de acercarse remangándose el pijama y Sam rápidamente se puso en su lo suyo
  • Está bien, está bien yo lo recojo – respondió retrocediendo
  • Bien, voy a ducharme, despierto a tus hermanos y salimos a desayunar a la cafetería porque aquí parece que todo se echo a perder
  • Como quieras – respondió Sam pensando en lo que su padre dijo, sintiendo sintió un poco de pena por Hugo, otra vez lo castigo su papá
  • Cuando terminas te duchas rápido  tu también, que nos va a faltar tiempo

Y diciendo eso subió a ducharse y a despertar a Álex y luego se fue a por su dolor de cabeza, por su Hugo.


  • Arriba gatito – dijo suavemente en el oído picándole con un dedo en el costado, adoraba verlo dormir
  • Tengo sueño papá – respondió Hugo mirándolo borroso, recordando que día era – hoy es sábado no hay cole
  • Si, lo sé pero tenemos que ayudar a tu hermano
  • Pues que lo haga él solo, ¿por qué tenemos que ir nosotros?, si es él que quiere mudarse pues que lo haga con su novia – dijo dándose la vuelta cerrando los ojos nuevamente
  • Es tu hermano y la familia se ayuda  dijo papá serio, vaya fastidio pensó Hugo, pero le haría caso no quería que lo calentara otra vez, porque si seguía así si tendría que sentarse en un flotador

Después de eso Rafael dejo a sus dos hijos menores prepararse y bajo a la cocina a ver los avances de su hijo mayor y lo que pillo no le gusto mucho, si bien quedaba poco Sam tenía la boca como una cloaca.


  • ¡Maldita sea mi suerte! – gritaba tirando las cosas – ¡¿por qué tuve que bajar?! – se lamentaba lo que paso la noche anterior – ¡A la puta mierda! – dijo enojado tras pisar descalzo un huevo roto que no vio y empezó a dar patadas al cubo de la fregona y al recogedor – pero ese cabrón me las paga – decía pensando en Hugo y en la forma de vengarse, es que uno de las cosas que no le gustaban mucho a Sam era limpiar
  • Vaya boca más bonita – murmuro Rafael haciendo que Sam de un respingo,  estaba seguro de que nadie lo estaba escuchando
  • Creía que no había nadie – dijo a modo de disculpa,  estaba hecho un desastre, tenía toda el pijama manchado de leche, huevos salsa de tomate y de todo lo que se había roto
  • Ya me di cuenta deja eso – dijo papá quitándole la fregona, bueno no faltaba mucho – ya lo acabo de fregar yo, sube y te duchas tu también que si no, no vamos a llegar a tiempo – recomendó empezando a llenar la fregona con agua limpia y algo para quitar el olor a huevo
Y Sam subió si chistar a ducharse porque verdaderamente le hacía falta, finalmente el y Álex ya estaban abajo listos para salir, solo faltaba Hugo y no porque no le daba tiempo sino porque quería hacer renegar a su hermano mayor.


  • O baja tu queridísimo hijo o me voy por mi cuenta – le dijo a su padre, ya estaba bien la cosa con esa sabandija pensó
  • ¡Hugo! – gritó papá mirando la hora – ¡última advertencia!,  o bajas a la cuenta de ya o subo yo y si subo no te va a gustar
  • ¡YA VOY! – grito en respuesta, mierda se olvido de su padre, sino ya era el tal Sam y su mudanza, estaría haciendo otra cosa como dormir, en cambio pues por el mentiroso de su hermano tenía que llevando cajas de un lado a otro, pues se vengaría, todo lo importante de Sam tiraría para simular un accidente



Por fin bajo Hugo con su santa gana, mientras Sam le hecho una mirada asesina y guardándose las ganas de darle un coscorrón, solo que Hugo busco un buen lugar por donde fastidiarlo, detrás de su papá, desde donde le saco la lengua y así estuvo un buen rato poniendo a Sam con los nervios de punta,  pero se dijo a si mismo que se controlaría porque si no le iba arrancar la cabeza de un bofetón al menor, con todo llegaron a la cafetería a pedir el desayuno, solo que a Hugo no le hizo gracia que su papá pidiera por el y no es que Rafael no tomara en cuenta lo que quería su hijo, sino  que el desayuno que el pidió se basaba en una napolitana y una Coca-Cola.


  • Hugo acaba ya, que nos tenemos que ir – le pidió  armándose de una paciencia que no tenía
  • Pues vámonos – no quería desayunar lo que le pidió su papá
  • Pero si no has tocado nada
  • Pues yo no quería esto – empezó a elevar la voz, estaba molesto con su papá
  • Bájame  el tonito que se están rifando de nalgadas y tu llevas todas las papeletas – amenazo Rafael


Hugo al ver el enfado de su papá a sabiendas que era capaz de hacerlo, porque había un precedente en la familia, cuando Álex tenía doce año y fueron los cuatro a comer a un restaurante, Álex no quiso comer y papá le hizo la misma advertencia solo que la cumplió, levantó a Álex de la silla soltándole cinco nalgadas bien fuertes delante de todo el mundo y después tuvo que comer todo bajo la mirada curiosa del resto de comensales, él no estaba loco para pasar semejante vergüenza asi que empezó a comer, solo que lentamente para fastidiar a Sam, mientras  Sam estaba que echaba  humo por las orejas…







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