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Máximo había decidido pasar el Día de muertos en un cabaña cerca del lago con sus hijos y esposa Emilia ya que era un fin de semana largo además tenía ganas de visitar al anciano que cuidaba la misma, está era propiedad de la familia hace mucho tiempo y además a sus críos les encantaba, Santi y Ed les fascinaba nadar o pasear en bote y amaban las noches de fogata escuchando historias de aventura del anciano Sebastián.
Máximo estaba hundido en sus pensamientos cuando su esposa Emilia lo llamo pues no encontraba a sus pequeños diablillos y tenían pensado ir a comer con sus compadres y ya tenían que irse así que Máximo fue a buscarlos los encontró volviendo a la cabaña con un costal entierrado
- Niños donde andaban la mamá los está buscando hace rato tenemos que irnos y ya y ustedes no están listos vamos a prisa caminen.
Volvimos a la cabaña y la cara de mi amada fue verdaderamente cómica al ver a los niños y es que estaban llenos de tierra de pies a cabeza al menos había conseguido que dejaran El costal de Tierra por atrás de la cabaña.
Emilia
- Pero por dios Santiago mira como te has puesto el vestido y ¿Dónde está Eduardito?. _Mi bebé salió detrás de su hermano y de verdad que vi todo negro los pantalones blancos y su playerita de marino ya no eran blancos eran negros estaban llenos de lodo no pude contenerme y me quite la zapatilla de andar por casa y gire un poco a Santiago y le di cinco azotes.
Plop, plop, plop,Auuuu mami ya, Plop, Plop.
- Al baño ya Santiago tienes cinco minutos para estar ahí.
Mi niño trato de avanzar cubriendo su trasero con una mano y con la otra jalaba a su pequeño hermano, pero no deje avanzar a hijo menor y de igual forma le solté cinco azotes con la zapatilla.
Plop,plop Auuuu snif no mamita no me pegues,Plop, plop,plop.
- Al baño los dos si no quieren que les de la versión completa de la zapatilla por desobedientes es que acaso no les dije que no se ensuciaron o mejor dicho que no salieran de la cabaña.
Máximo
Con tristeza vi a mis bebés dirigirse al baño llorando y luego vi a mi mujer que iría tras ellos pero quería ahorrarles nalgadas en el baño así que tome del brazo a mi mujer le di un beso y le dije.
- Tranquila cariño ya los baño y estaremos listos en media hora tu prepara lo que llevaremos anda cariño.
Mi mujer asintió y me sonrió y yo me dirigí a bañar a mis diablillos treinta minutos después salíamos, note a mis niños aún tristes por la zurra que se habían llevado y pensando en animarlos decidí contarles la historia de los niños atrapados en el árbol que estaba frente a la plaza.
- ¿Quieren oír la historia del árbol de los niños atrapados?
Me miraron con los ojos iluminados ya que siempre me lo pedían y nunca lo hacía ya que podían asustarse y tener pesadillas pero me dio tanta pena verlos tristes y removerse un poco en el asiento por los azotes que les dio Emilia que aunque está me echó uno ojos de pistola decidí complacerlos.
- Bien no más lágrimas.
Había una vez una bruja que vivía en esa casa la cuál odiaba a los niños, los aldeanos sabían que la bruja vivía ahí pero aún costado de la casa de está se encontraban los lavaderos donde las mujeres lavaban la ropa ya que era el único sitio donde el agua corría todas la mujeres trataban de lavar por la mañana ya que aunque nunca habían visto la bruja temían lo que fuera que viviera en la casa. Mientras las mujeres lavaban algunos niños jugaban cerca a los lavaderos por el camino.
Sin embargo, una de las aldeanas su esposo enfermo y ella comenzó a lavar ajeno para ganar algo de dinero y alimentar a sus tres pequeños, gracias a esto comenzaba a terminar de lavar muy tarde y como las otras mujeres se iban antes no dejaba que sus chicos se alejaran mucho a pesar de todo la aldeana sonreía ya que a pesar de sus largas jornadas de trabajo escuchaba a sus niños reír mientras ella trabajaba.
Un día al terminar de lavar se topo con una mujer muy hermosa, sin embargo al acercarse un frío que calaba hasta los huesos se apoderó de ella aún así camino con su maleta de ropa recién lavada.
- Buenas tardes. Saludo la mujer.
- Buenas tardes Señora.
Sus niños son algo ruidosos sabía.
Lamento mucho si la molestaron hablaré con ellos para que no jueguen cerca de su casa.
- Gracias Hasta luego.
- Hasta luego Señora.
La aldeana se fue a casa y les indico a sus niños que no hicieran tanto ruido y que se quedarán cerca de los lavaderos. No podía dejar de pensar en esa mujer y esos fríos ojos que solo de recordarlos le daba escalofríos. Pensando en eso y buscando evitar problemas decidió dejar a los niños en casa sería lo mejor.
Así que los días siguientes siguió lavando y no vio más a esa mujer un día los niños fueron a alcanzarla ya que estaban aburridos pero antes de buscar a su madre jugaron un poco por el camino cuando una mujer muy hermosa y elegante apareció y les dijo.
- Me molestan sus risas acaso su madre no les dijo que no me gustan los niños como veo que no tomo acciones tendré que hacerlo yo.
Y cuando la aldeana termino de lavar y salió del lavadero se encontró con algo aterrador un árbol que no estaba ahí había aparecido al observarlo detenidamente pudo ver los rostros de sus hijos atrapados dentro del árbol.
La madre lloro amargamente y por más que junto con los aldeanos buscaron a la bruja para quemarla nunca la encontraron y hasta nuestros días si observas con detenimiento verás a los niños atrapados en el árbol de los lavaderos.
- Buuuuu _dije al final de la historia y mis niños brincaron en el asiento trasero me reí un poco y les dije por eso siempre deben obedecer a su madre.
Llegamos a casa de mi compadre y mis torbellinos fueron a jugar con Rubén el hijo de mi compadre y nuestras esposas de fueron a la cocina a terminar la comida mientras mi compadre Raúl y yo nos quedamos en la sala a platicar.
Raúl. ¿Cómo estás compadre?
Máximo. ¿Bien y tú?
Raúl :Estoy bien ya sabes que es un lugar tranquilo y hermoso.
Maximo:Lo se me encantaría quedarme aquí pero como sabes mi negocio está en la ciudad y gracias a Dios está caminando.
Raúl: Bueno hermano comencemos o se nos hará tarde van a dar las doce.
Fuimos al altar y colocamos un vaso de agua, un pan blanco y una fruta para nuestros ancestros después fuimos a llamar a nuestros diablillos y comimos ya eran las tres así que nos preparamos para ir a la plaza y nuestro chicos pudieran pedir su tan añorado dulce o truco.
Mi Rubén se puso un disfraz de pirata se veía encantador y mis ahijados Santiago era un vampiro muy tierno y Lalito ese bebé de sonrisa picara era un diablillo divino.
Nos encaminamos a la plaza y vimos desfilar muchos niños con disfraces muy creativos pidiendo dulces.
Nos sentamos en la plaza mientras los niños conseguían su botín de golosinas.
Paso un tiempo prudente y los chicos no regresaban solo tenían permitido andar por la plaza en total eran diez tiendas en las que repartían dulces así que ya era tiempo suficiente para un buen botín.
Comenzamos a buscarlos y encontramos a Rubén sentado en los escalones de la abarrotes pensé que mis ahijados aún estaban dentro pidiendo dulces nos acercamos y mi niño nos vio con una cara de susto como si el disfraz de papá fuera el más aterrador del mundo.
- Cariño donde están Santiago y Lalito.
Mi niño dudo mucho mientras máximo asomaba la cabeza para buscar a los críos Cuando lo vio volver y a mí me basto ver su mirada para saber que no estaban dentro.
- Hijo ¿Dónde fueron tus primos?, ¿Por qué se separaron?
Mi niño hizo un puchero y finalmente respondió.
- Fueron al árbol de los niños atrapados, nos encontramos a Luis y sus amigos y le contaron la historia ellos se burlaron pero Santi insistió en qué el árbol era real fue a mostrarles yo me quedé cuidando los dulces.
Pude notar como Máximo casi se le salen los ojos y se puso pálido de inmediato echando andar rumbo al árbol la verdad que no estaba lejos pero caminar atravesando la plaza ya que ese árbol estaba al fondo podía ser peligroso y más para un niño crio de diez arrastrando a otro de seis años.Podia oír a mi buen amigo frases como “a ellos no Dios mío por favor tienen que estar bien por favor”, trate de llamar la atención de Máximo pero no lo conseguía además iba demásiado rápido finalmente lo perdí de vista.
Máximo
El corazón se me paro cuando escuché que mis críos se habían ido de la plaza, corrí a buscarlos eran mis bebés no podía permitir que nada les pasará en algún momento del camino perdí a Raúl y lo entendí el venía con Rubén un niño apenas un año mayor que mi Santi y seguramente no podía ir tan rápido durante el camino miles de películas terribles de lo que podía pasar cruzo por mi mente finalmente atravesé la plaza y pude ver el árbol de los niños atrapados y vi a mis chicos estaban reuniendo unos dulces que estaban en el suelo me acerque y vi a Lalo llorando me acerque y asegure que estaban bien cuando me asegure que Lalo solo tenía un pequeño raspón en el brazo y solo entonces fue como si el alma me volvió al cuerpo y dio paso al enojó.
- No les he dicho que solo podías estar en la plaza.
Mis niños me miraron con preocupación.
- Por qué se fueron. Santiago puso un puchero antes de responder
- Papá lo lamento, pero no nos creían que el árbol existía y además nosotros también queríamos verle de cerca papá._Sonreí para mis adentros una vez que Santiago comenzaba hablar no paraba cuando estaba nervioso.-Y atravesamos la plaza luego encontramos el árbol les mostramos los niños había voces ahí abajo en los lavaderos los chicos se asustaron y salieron corriendo en la estampida Lalo calló al suelo comencé a levantarle íbamos q correr pero en eso salieron los hijos de los Ruiz y nos asustamos pensamos que eran los niños atrapados y luego solo tú llegaste papito.
- No estuvo bien lo que hicieron me asusté mucho no deben irse de dónde papá pueda verlos de acuerdo no vuelvan hacerlo ok.
Ambos asintieron y yo solo Eché una mirada a ver qué no hubiera nadie a lo lejos vi a Raúl le hice una seña para que regresará yo tomé una pequeña vara qué estaba en el suelo entramos donde los lavaderos y puse una pierna sobre el escalón cruce a Santiago sobre mi rodilla y le baje su pantalón y ropa interior y dejé caer la vara cuatro veces.
- Zas,Au papito no duele mucho,Zas,Zas,Zas. Snif _le costó un poco calmarse, pero una vez que estaba tranquilo tome a Lalo y de igual forma que su hermano quedó con el trasero al aire marcada por cuatro líneas finas de la vara.
- Zas Zas Zas snif Ay papi ya Zas Au.
Después de eso los abracé y consolé un rato terminamos de recoger los dulces y fuimos en busca de Raúl cuando llegamos nos esperaba con unos Helados de chocolate en la mano que de inmediato lograron inundar la carita de mis bebés con una sonrisa.
Ya muy entrada la noche volvimos a casa nuestras mujeres nos esperaban y había sido un día difícil había visto llorar a mis niños pero si algo les pasaba yo me moría eran mi motor.
Finalmente dejamos a mi compadre y a Rubén en cada y nosotros volvimos a casa Emilia llevo a los niños a dormir y yo me dirigí a nuestra ofrenda encendí una vela Blanca coloque un vaso de agua y un pan blanco y agradecí la visita de los ancestros contándoles que había sido un día difícil porque no me gustaba castigar a mis bebés y de igual forma les pedí me ayudarán a mantener la armonía en mi hogar en realidad me sentía pleno a lado de mis niños y una mujer maravillosa que llenaba mis días de alegría daba gracias a mis ancestros por tanta felicidad y les daba la bienvenida a casa.
Solo tenían curiosidad como se le ocurre pegarle con una vara siendo tan chicos
ResponderEliminarMáximo es un padre difícil de comprender y aveces bastante brusco. Conozcamos que esconde.
EliminarAtte Milerna