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Noel no tardó
en dormirse el muchacho estaba agotado, tuvo un día particularmente
pesado, Ramón aprovecho en ir a ver si sus otros hijos se habían acostado, por
lo general a Moisés en días de escuela dejaba que se quede despierto hasta las
once y media pero la tolerancia de Abraham eran las diez y media por eso le
extraño que siendo más de las once aun no se había acostado con todo el jaleo
que tuvieron en casa, así que le ordeno que se metiera a la cama ya no mas, que
era tarde y tras eso se fue a la habitación de Moisés que si bien estaba en la
cama, aun estaba chateando con el móvil.
- Buenas noches Moisés – le dijo
entrando a la habitación y sobresaltando al niño
- Que susto – le dijo llevando su
manos al pecho
- Deja eso ya Moisés, es muy tarde y mañana tienes que
ir a la escuela – Moisés mando el mensaje y miro a su papá
- Papá déjame está las doce por favor – le
pidió con esperanza en los ojos – te
prometo que a esa hora lo dejo – Ramón suspiro porqué sus
hijos eran cabezotas
- Está bien pero mañana a la primera que te llame te
quiero en pie – Moisés lo miro con una sonrisa
- ¡Gracias papi! – le dio mimoso
guiñándole un ojo
- Si si si papi para cuando te conviene – respondió
Ramón y le dio un beso
Salió de la habitación caminando para ir a la de Abraham
pero su sorpresa fue cuando no lo encontró en ella y eso le extraño, ya hace un
momento le había dicho que se acueste, así que bajo las escaleras creyendo que
seguro se fue a la cocina, pero en cambio encontró a Abraham en el sofá viendo
un programa, su hijo estaba muerto de risa ya que estaba viendo un programa de
humor pero Ramón estaba furioso es que ese niño ¿nunca le iba hacer caso?.
- ¿Qué te dije Abraham? – el niño se
sobresalto y como en un momento antes hizo su hermano
- ¡Qué susto papá! – se llevo las
manos al pecho – soy muy joven para
morir de un infarto – a Ramón en otras circunstancias le
hubiera hecho gracia pero ahora estaba muy enfadado con el
- Te hice una pregunta Abraham – le
dijo molesto y ahí se percató que su padre estaba enfadado y se lo quedó
mirando pero no dijo nada, porque en realidad no sabía a qué se refería
- Abraham ¿Qué te dije cuando subía con tu hermano?
– y Abraham recién se acordó y agachó la cabeza porque no
sabía si responder o no
- ¡ABRAHAM COÑO! – y dio un manotazo en la mesa –
Que estoy hablando contigo – Abraham dio un respingo y
empezó abrir y cerrar la boca, su padre estaba bastante molesto para
gritar y decir malas palabras
- Yo… yo papá verás – no sabía que
decirle porque sabía que su papá lo iba a castigar
- ¿Qué veo? Abraham – y al no tener
respuesta lo cogió y Abraham quiso soltarse
- Espera papi – le decía tirándose al
sofá para sentarse otra vez
- Que espero ni no espero, te lo dije claro – Ramón
tiraba con fuerza para levantarlo
- Papaa ya me acuesto
- Claro que te vas acostar pero bien calentito – Abraham
tiraba con más fuerza pero su papá tenía más lo levanto y sin esperar más
empezó a sonarlo
- Plas plas plas levanta
si no quieres que me plas plas
plas quite el cinturón – Abraham
se asustó a él nunca le había pegado con eso, solo a Moisés una vez cuando
se montó en una moto y por poco choca con un coche; papá el cinturón lo
usaba cuando era una falta grave y el solo se quedó un rato más viendo la
tele, no le parecía justo – PLASS – una palmada más fuerte lo saco de sus
pensamientos y por la amenaza que le hizo no puso mucha resistencia –
plas plas plas plas plas sube
para arriba – Ramón lo tenía cogido por el brazo y
Abraham empezó a subir las escaleras limpiando alguna lágrima que caía por
sus mejillas, Ramón lo soltó y fue al armario a sacar un pijama empezó a
quitarle la camiseta para ponerle una limpia y el pantalón del pijama ,
Abraham se sentía ridículo era grande y su papá lo estaba vistiendo como
si tuvieran dos años pero no dijo nada no quería que su papá se enfadara
más de lo que estaba, cuando fue a ponerle el pantalón del pijama se
acordó que su niño no se había bañado por estar viendo la tele – plas plas plas – tres le cayeron en el
muslo
- Auuu paaapi – le dijo ya derramando
las lágrimas sin importarle nada
- Ni siquiera te bañaste hoy por estar viendo la tele,
pero mañana antes de ir a recoger las notas te quiero bañado antes del
desayuno – le dijo mientras abría la cama para que se
acostara
Abraham se metió en la cama Ramón salió si ni siquiera dar
las buenas noches al niño tenía un terrible dolor de cabeza hoy avía sido un
día muy estresante, bajo a la cocina a tomarse una pastilla para la terrible
jaqueca que le estaba dando se fue a su habitación a ver si podía dormir un
poco y se pasará ese dolor.
Abraham cuando su papá salió de la habitación sin ni
siquiera darle un beso de buenas noches no pudo aguantar las ganas de llorar y
abrazar a alguien, pero no podía ir donde sus padres, a Ramón no le importó
dejarlo sin ni siquiera saber si seguía enfadado pero ¡claro que lo estaba!, abandono
la alcoba sin dirigirle la palabra, Abraham se sintió tan mal que estuvo
tentado de ir a la habitación de Moisés, el siempre lo abrazaba cuando su papá
lo castigaba pero no podía comportarse como un niño; luego miro en la mesita de
noche y vio un peluche de cuando era pequeño al que no lo cogía desde sus diez
años pero su mamá nunca lo quito de ahí, sabía que era algo infantil pero
necesitaba abrazar a alguien así que cogió a su osito Muki y se abrazo a él y
lloro hasta quedarse dormido.
Al día siguiente Ramón no se levantó mejor de su jaqueca fue
a levantar a sus otros dos niños ya que Noel se había despertado con la alarma
del despertador, fue a la habitación de Moisés y ya estaba levantado por lo que
dio gracias al cielo porque hoy no tenía ganas de renegar con nadie con ese
pensamiento en su cabeza se fue a la habitación de Abraham y al moverlo para
que despertara lo vio con el osito de cuando era pequeño pero no quiso decirle
nada por si lo avergonzaba, Abraham abrió los ojos miro a su papá para ver si
seguía enfadado y al parecer a su juicio aun lo estaba.
- Ve a ducharte mientras yo te busco ropa – Ramón
estaba serio con el ceño fruncido pero no por su hijo sino por el dolor de
cabeza que aún tenía desde la noche; Abraham se metió en el baño si decir
nada, para él estaba claro que su padre aún estaba enfadado con el, Ramón
distraído se acercó a la puesta del baño y dio un grito para que lo
escuchara Abraham – ¡Dúchate rápido
que se hace tarde! Abraham – y salió de la habitación para
bajar a la cocina ayudar a Rebeca con el desayuno
A Abraham empezaron a caérsele las lágrimas por su cara
mezclándose con el agua de la ducha, cuando termino se apresuró en bajar no
quería enfadar más a su papá más de lo que estaba aunque no tenía hambre tenía
el estómago encogido , se sentó en la mesa dando los buenos días, pero Abraham
no podía pasar la comida estuvo jugando con el tenedor en los huevos revueltos
con bacón que preparo su mamá ,Rebeca no tardó en darse cuenta que algo pasaba
con Abraham.
- Cariño que tienes no as comido nada – le
pregunto su madre, acariciando la mano del niño
- No tengo hambre – contesto casi en
un gemido mirando a su mamá, Ramón se levantó y fue a exprimir naranja
para hacer un zumo y no se fuera sin tomar nada
- ¡Bébete eso! – murmuro papá, en
otras circunstancias su hijo se hubiera dado cuenta que su padre estaba
ojeroso como si no hubiera dormido, pero con la confusión para él, la mala
cara de su padre era enojo y Abraham se lo tomó como una orden cogió el
vaso y se lo bebió sin quejarse
Mientras que sus hermanos Moisés y Noel ya se fueron al
coche de su papá, ese día les entregarían las calificaciones y por eso los
llevaría Ramón; Abraham estaba cogiendo sus cosas que dejó en la sala con
pesadez seguro que las notas no estaban muy bien por no hacer los deberes
aquella semana, a ese paso a su papá no se le iba a pasar el enfado y él se
sentía muy mal con eso.
- ¿Qué es lo que te pasa mi vida? – mamá
interrumpió sus pensamientos, le dijo dándole un abrazo y un beso segura
de que algo le pasaba, tocando su frente de paso para ver si tenía
fiebre; Abraham estaba sensible y luego del abrazo de su mamá tierno
cálido como era en tiempo atrás, soltó un lloroso – Eh ¿qué tienes? – empezó acariciar
la espada
- Papá está enfadado conmigo – se
quejo y Ramón que venía bajando las escaleras de recoger su cartera porque
en la noche Rebeca le dijo que sean las notas que sacaran sus hijos quería
comer con todos juntos en algún restaurante, día de antes arregló las
cosas con Moisés y quería tener una comida familiar
- No cariño – quiso explicar Rebeca
- Sí mami, anoche me castigo – entonces
Rebeca se hizo como si no supiera nada, a ver si Abraham contaba tal y
como había sido
- ¿Por qué? Mi cielo
- No le hice caso y no me acosté cuando me lo dijo
shij ssshijsss – Abraham empezó a llorar
- Ya mi vida y papá fue muy duro contigo seguro
– dijo cogiendo la cara con ambas manos para que no la
bajara y que le mirara
- No, solo me amenazó que me iba a pegar con el
cinturón si no caminaba a mi habitación shisj shisj – pero
aun así Abraham no dejaba de sollozar, Rebeca sabía que había sido una
amenaza en vano
- Eso lo dijo con el enfado – lo
consoló para que supiera que por eso no lo iba a castigar con el cinturón
- Sí, pero luego ni siquiera me dio el beso de buenas
noches, no se quedó ni un ratito y salió muy enfadado y está mañana
tampoco me dio un beso y aún sigue enfadado – Rebeca lo
abrazo dándole besos por la frente
- Caramelito papá no está enfadado, es que desde
anoche tiene jaqueca – le dijo para sorpresa de Abraham
Rebeca iba a seguir hablando pero Ramón bajo rápidamente
dándose cuenta del error y por eso su niño ni siquiera había desayunado como
debía así que lo saco de los brazos de Rebeca abrazándolo él.
- Eh Pulgarcito no estoy enfadado – murmuro
papá en su frente mientras Abraham se puso a llorar en su pecho – perdón hijo si te hice pensar eso, solo tenía un
terrible dolor de cabeza y salí apresurado por tomar una pastilla – le
explico mientras su hijo tímidamente se amino a mirarlo para ver si estaba
diciendo la verdad o era una excusa –
y está mañana no estoy mucho mejor pero no es porque este enfadado
contigo… y tampoco te iba a castigar con el cinturón eso es para los casos
graves – y Abraham abrazo con fuerza a su papá
- Pero anoche no me distes las buenas noches, ni un abrazo
de consuelo – le dijo mimoso restregando la cara en el
pecho de papá, y Ramón cayó porque su niño estaba abrazado a ese muñeco
que por años ya no le hacía caso… esa noche se sintió solo
- Bueno eso se puede arreglar ahora mismo
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