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Ramón y Rebeca estaban
inmersos en una pura bronca a casusa de uno de sus hijos, es que el menor de
sus vástagos los tenía al mal traer; no es que fuera mal chico pero como a todo
chico gitano le gustaba mucho el flamenco, tanto así que se descuidaba sus
estudios y mamá eso no se lo iba a permitir y esa era la pelea que tenía el
matrimonio.
- Te aconsejo que hables con tu hijo – dijo
enfadada – que si tengo que hablar yo se le va a quitar
todo el capricho que tiene
- No es capricho Rebeca es su vocación – contesto
Ramon, para que su mujer entrara en razón – es como a Pau Gasol con el baloncesto – y
su mujer lo miro con cabeza cuadrada, comparar a Gasol… era el colmo
- Pues mañana vas a dar la cara tú con el director
– ya estaba bien que él nunca le exigiera a sus hijos y
que luego sea ella la que tenía que dar la cara cuando los niños hacían
algo mal, pero eso se acabó; ahora le tocaba a él de primera mano escuchar
las quejas que tenían en la escuela
- Exageras mujer – dijo levantado las
manos al cielo
- No exagero Ramón, ¿es que tú no quieres que tus
hijos sean algo en la vida? – con una mano en la frente y
la otra en su cintura
- Pues claro – dijo indignado, ¿que se
creía su mujer que él no pensaba en sus hijos?
- Ramón yo no te estoy diciendo que le prohíbas ensayar y de
vez en cuando haga alguna gala contigo, pero primero que termine sus
estudios – dijo
muy seria – es muy chico tiene toda una vida por
delante para hacer un sinfín de cosas
- Lo sé mujer, lo sé – respondió Ramón
desesperado ya
- Es que no quiero que pase por todo lo que hemos
pasado nosotros – y Ramon se calló sabia a que se refería
su esposa, a decir verdad tenia razón –
ahora vivimos muy bien pero cuando Moisés nació lo pasamos mal sin tener
un buen trabajo, y aun cuando tus actuaciones son famosas y nos permite el
estilo de vida que tenemos, sabes muy bien que la fama lo mismo que viene
se va y quiero que ellos estén preparados y que no pasen penurias – dijo
con voz calmada para que entendiera su marido que no era porque no le
gustará ver bailar a Abraham
- Está bien cuando llegue hablo con el
- Pues hablado de Roma – murmuro
Rebeca viendo entrar a su dolor de cabeza, Abraham, su hijo menor
- A quien le cantaré yooooo…. le cantaré a mi familia
que tengo la obligación – gorjeaba el ruiseñor entrando
por la puerta cantando y dándose un zapateo de esos que Rebeca tuvo que
morder su risa para seguir su porte de enfado, pero Ramón se le escapó
jalearlo
- OOOLEEE… ahí los buenos artistas – si,
el peque era su adoración, su debilidad, su ojito derecho
- Hola – saludo todo
contento y Rebeca le hecho una mirada a su marido para que no se le olvide
que tenía que hablar con su hijo, mientras Abraham distraído le dio un
beso a su papá y luego fue donde su mamá dándose cuenta de la cara de
pocos amigos que traia, mejor no preguntar por si las moscas pensó
- Sube a tu cuarto deja la mochila que ya subo que
tenemos que hablar – le dijo papa… mm, mal iba la cosa
¿qué habría pasado?, pensó pero subió a su habitación y dejo su mochila,
detrás suyo subía su papá que tras entrar cerró la puerta y Abraham lo
miro con ojos de cordero degollado
- ¿Qué pasa papá? – le pregunto, sabía
que era algo malo aunque su papá no se veía del todo enfadado
- Hijo tu madre a recibió una llamada del director
- Yo no he hecho nada malo papi – era
verdad no hizo nada fuera de lo normal, ni contesto mal a ningún profesor,
ni llegó tarde y atendía en clases, solo que las tareas algunas veces las
llevaba a medias y otras no la entregaba y sus profesores dada la
situación de fama de su alumno, pues era hijo de un famoso flamenco,
decidieron hablar con el director para que se lo hiciese saber a sus
padres y le diera una llamada de atención antes de llegar a mas
- Cariño no se trata de pórtate mal o bien solamente,
sino que tus notas han bajado y has descuidado las tareas y ahora mañana
tengo que ir hablar con tu director, así que quiero que me digas por qué
está pasando eso – y Abraham bajo la cabeza mirado
el suelo, su padre ya sabía que era por ir a ensayar con el grupo, pero el
ya le había advertido que tenía que cumplir con todos los deberes y
estudiar antes de ir al ensayo
- Yooo ...lo siento es que no me da tiempo desde que
cambiasteis la hora de ir al ensayo hago la mitad y como mamá no me deja
estar levantado a más de las nueve y media pues no las termino
- Pero yo te di permiso para ensayar si terminabas tus
deberes
- ¡Eso no es justo! – reclamo Abrahan
algo de razón tenía – Cambiasteis la
hora y no pensasteis en mi – empezó a llorar porque por
más que quisiera no le daba tiempo, regresaba del cole a las tres y el
ensayo era a las cuatro mientras que comía y hacia los deberes no le daba
tiempo
- Eh eh no llores, venga a ver si nos podemos
organizar mejor – le dijo llevado la cara a su pecho
- No me da tiempo no voy a poder ensayar, fue mamá verdad
fue ella la que no quiere
- No mi vida tus notas no pueden seguir así
- Así ¿Cómo? – le dijo gritando yo no
suspendí ningún examen
- Pero si bajaste tus notas y ya no se discute mas,
mañana hablaremos con el director y tu vas a estar presente para que no me
digas que inventó cosas – le dijo su papá ya enfadado
- Yo no he dicho eso – se defendió
- Bueno, bueno, mejor bajemos a comer que ya habran
llegado tus hermanos – y Abraham bajo de malos modos, su
mamá siempre le arruinaba su felicidad
Se sentaron en la mesa a comer pero Abraham hizo la ley del
silencio y no probó bocado y Rebeca estaba perdiendo la paciencia.
- Abraham se puede saber porque no comes – pero
no hubo respuesta – te estoy
hablando – dijo dando un paletazo en la mesa haciendo que
todos den un respingo
- A ti ni te importa lo que yo haga – contesto
de la misma forma, gritando y golpeando la mesa
- Si que me importa soy tu madre – respondió
ya roja de la furia, desde que se metiera eso de ser artista, estaba
insoportable
Y Abraham se levantó con fuerza tirando la silla y salió
corriendo del comedor para subir a su habitación y Ramón que conocía a su mujer
se levantó el antes de que lo hiciera Rebeca sino el mocoso no iba a sentarse
en unos días muy cómodo, llegando a alcanzarlo al pie de la escalera y lo cogió
del brazo.
- ¿Cómo le hablas así a tu madre?
- Le hablo como me da la gana – respondió
enfadado y Ramón tuvo que hacer lo que estuvo evitando todo el tiempo
- PLAF PLAF PLAF PLAF
- Ay ya déjame – forcejeo por soltarse
no le gustaba que su padre lo castigue
- PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF
- yaaaa buaaa siempre me pegas por esa tonta – y
otras cinco más fuertes le cayeron, desde que empezara a bailar su
relación con su madre como que se puso áspera
- PLAF PLAF PLAF PLAF PLAF tu
respetas a tu madre, que no te vuelva a sentir hablarle así ¿estamos? – pregunto
sacudiéndolo un poco, pero Abraham se quedó callado – PLAF ¿qué
va a ser?
- Buuuuaaaa si …si ya – y papa
lo abrazo y le acaricio la espalda y la nuca
- Vamos a comer anda, ya arreglaremos algo para
que puedas ensayar – le dijo dándole un beso en la frente
quitándole las lágrimas con la palma de la mano
- No tengo hambre ¿me pudo ir a mi habitación?
- Bueno pero más tarde comes algo ¿estamos? – y
Abraham asistió con la cabeza y papá lo dejo que subiera a su habitación
porque el sabía lo difícil que era para su bebé no poder estar en
los ensayos y pensando en una solución regreso a la mesa y
- Porque no lo has traído a la mesa para que termine
de comer – Rebeca le reprochó al ver que regresaba solo
- Porque lo castigue por hablarte así y necesita su
espacio en lo que se le pase la rabia, sabes que es difícil para él,
tendrías que quebrar un poco tu también – le reclamo
Mientras Moisés y Noel se quedaron en silencio para no
embarrase y Ramón siguió comiendo ignorando el enojo de su mujer, el no iba a
castigar de nuevo a su gorrioncillo.
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