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lunes, 6 de marzo de 2023

El amor hace a la familia capitulo 2


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✿ El amor hace a la familia ✿

Autor :Adán 

Eran las 7:50 de la mañana cuando golpeaban la puerta como si no hubiera mañana, por la manera en que timbraba aquel endemoniado aparato Juan supo que era su hermana; Star era muy impaciente en algunas cosas, mejor abrir rápido antes de que los vecinos se alarmen o algo peor y despierten al bebé piensa mientras se dirige a la puerta, después de todo él quiere dormir un poco más.


  • Hola, hermano – saluda Star con una mezcla de rabia y tristeza en su rostro al ver que su marido se iba a defender su empresa

  • Hola bonita – le saluda dándole un beso la mejilla dándose cuenta de inmediato de la tensión que vibra entre ella y su marido – ¿Qué pasa? – pregunta, preocupado al ver a su hermana así 

  • Vengo a quedarme con mis hijos por hoy para que estemos juntos en este difícil momento – responde Star toda dramática

  • ¿Mark? – murmura Juan fijándose en su cuñado que también luce medio preocupado

  • Yo no, yo debo ir a la empresa – dice como una disculpa, pero al mismo tiempo sabiendo que Juan lo comprenderá, aunque no entiende porque un tipo como él esta aun en casa si Juan es uno de los primeros en ondear la bandera de “defendamos lo nuestro” – ya sabes, soy el jefe – agrega Mark seguro de sí mismo, aunque igual medio preocupado por su familia

  • Bueno no te pudo detener Mark solo te pido que te cuides cuñado y salgas vivo de esto – comenta Juan a Mark medio enojado por hacer sufrir a su hermana con esta situación

  • Si saldré vivo cuñado… tu tranquilo – responde Mark como queriendo quitar el hierro al asunto, pero nervioso y se despide de sus hijos y su mujer a la cual intenta dar un beso en la boca, pero Star enojada corre la boca y solo deja que la bese en la mejilla; Mark suspira y se va, dejando finalmente a Star con los niños en manos de su cuñado, por lo menos sabe que no estará sola y estará bien… algo menos de que preocuparse se dice a si mismo mientras prende la movilidad 

  • Hola Lucia – saluda Star a su cuñada apenas se cierra la puerta, Lucia acaba de acudir al oír el ruido

  • Hola ¿Qué paso? – responde ella cautelosa al ver a su cuñada triste y toma un sorbo de café, el que Juan le sirvió

  • Pues que no pude convencer a Mark para que no vaya y se quede acá me preocupa que le pase algo – responde Star a punto de llorar más por la rabia que por tristeza

  • Que mal que no lo pudiste convencer – responde Lucia y bebe otro sorbo de café – Yo si pude convencer a Juan de que no vaya – murmuro frunciendo el ceño, costo un poco después de todo

  • Bien por ti Lucia – sonríe o intenta sonreír, al confirmar lo que siempre supo, que Lucia era de armas tomar respecto a Juan pese a la diferencia de edad – en cambio yo no pude atajar al cabezón de mi marido – suspira Star haciendo una mueca de disgusto – ¿Vamos a la sala? – sugiere, ya no queriendo hablar de ese tema así que Star y Lucia van a la sala seguidas De Vanesa, Sergio y Gonzalo y se sientan en el sillón

  • ¿Quieres café? – ofrece Lucia a Star para que se tranquilice

  • No gracias – rechaza Star no teniendo ganas de nada y cambia de tema – ¿Cómo fue que llegamos a esto? ¿Tan mal estaba el gobierno? – murmura mientras frunce el ceño como si estuviera buscando algo en su memoria

  • Pues… tu dime, este gobierno de mierda lo estuvo embarrando año tras año desde que entró al palacio creyendo que la gente es opa y no va a decir nada – responde Lucia molesta, ella es muy apasionada con la política aunque no niegue, mientras  Juan solo escucha callado – pero ya viste la gente salió a protestar desde hace dos años ya – agrega pensando en las protestas que hubo sin parar la última temporada (1969 y 1968 respectivamente) – Seis años de gobierno y a ese malnacido le valido un culo todo… la economía, lo social… la educación … LA SALUD – va enumerando las cosas que según ella han ido cayendo de manera paulatina  

  • Ojalá Mark este bien eso nada más pido – solloza Star no pudiendo sacarse ese tema ni despejarse, últimamente el gobierno ha estado haciendo abuso de poder contra los trabajadores y contra todo el que decida reclamar y su marido era uno de esos pocos hombres comprometidos hasta las patas con su empleo y sus trabajadores

  • El estará bien, tranquila – Lucia trata de animar a Star frotando su espalda y acariciándosela en eso Cat empieza a llorar – Cat, seguramente necesita un cambio de pañales – dice Lucia mirando en dirección al pasillo donde está la habitación principal, el cuarto de sus hijos la cocina y el baño

  • ¿Ya nació Cat? – pregunta Star, dándose cuenta de que ni siquiera se fijó que su cuñada ya no llevaba el enorme vientre abultado, vaya que habían estado cada cual inmerso en sus problemas que ni siquiera se enteró del parto para ir a visitarla al hospital por lo menos –¿por qué no nos avisaron que la bebé nació?...  hubiera ido a verte – le regaña, aunque pensándolo seguro no hubiera podido ir, Mark no le hubiera dejado, es que por todos los asuntos políticos que fluctuaban en el país, salir de visita era casi una invitación a ser arrestado – ¿cuánto tiempo tiene?

  • Diez días – responde Lucia – y no les avisamos para no ponerlos en peligro, sabes cómo están de malas las cosas – susurra

  • Cierto, pero bueno ve a verla que ya me la mostraras, mira yo con tanta cosa y ni me entere del parto, este tonto de mi hermano no me dijo nada – murmura y Lucia solo se ríe la verdad es que al ser un quinto niño el parto fue un estornudo, que, aunque se hubiera podido igual no hubiera dado tiempo a nada


Recordando aquello Lucia va al cuarto principal a cambiarle los pañales a Cat, mientras se los cambia Juan empieza a quitarse la ropa, tiene la firme intención de volver a acostarse, mientras Lucia carga a Cat y la mece en sus brazos hasta que se durmió de un tirón, con todo la nena era de sueño fácil.


  • ¿Te acostaras? – pregunta Lucia a su marido al fijarse en el cambio de ropa, creyó que se pondría ropa de casa, pero era claro que no, se había vuelto a poner el pijama

  • Claro, ¿qué voy a hacer levantado a las 8 de la mañana?, mejor me acuesto y duermo – responde Juan guardando su ropa en el guardarropa

  • Bueno pues, yo estaré con Star en la sala – responde ella acomodando a Cat en la cuna – le echas un ojo – advierte mirando a la recién nacida

  • Bueno amor – responde Juan preparando la cama para acostarse, deseando realmente volver a costarse y aprovechar el tiempo para dormir, hace muchos años que viene despertando antes de las 6 de la mañana para ir a trabajar, pero parece que no podrá ser, Adán aparece en pijamas en su puerta

  • Papi ¿jugamos? – demanda el pequeño Adán con su voz tierna de bebé y su tremendo dinosaurio de peluche más grande que él

  • Es muy temprano hijo – responde Lucia cargando a Adán y subiéndolo a la cama – el papi quiere dormir

  • Después mi niño, ahora a dormir es muy temprano – sonríe Juan cargando a Adán y acomodándolo en la cama, Adán imita a su padre y cierra los ojos feliz de dormir con papa en su enorme cama


Mientras que mamá va al guardarropa acomodando la ropa de su marido y de paso consiguiendo una muda limpia para ella, es hora de entrar a la ducha… es su rutina, aprovechar los pequeños espacios libres que le dejan los niños mientras duermen.


  • ¿Han dicho algo? – pregunta ella después de 20 minutos terminando de acomodar su pelo en una corta moña; queriendo saber la situación, al fijarse que Star está concentrada en las noticias que transmiten por la tele

  • Que ya van en camino – responde Star atenta al noticiero

  • Bueno oye para despejarnos ¿quieres tomar desayuno? – propone Lucia ya que tiene hambre, solo había tomado dos sorbos de café

  • Está bien yo tampoco tome desayuno ¿y ustedes niños tienen hambre? – pregunta Star a sus hijos para darles desayuno

  • Si – responden al mismo tiempo los niños bostezando de aburrimiento y sueño a la vez

  • Bueno voy a la cocina – Lucia va a la cocina y después vuelve al ver que no hay nada – No hay nada se me acabo todo, debo ir a comprar aprovechando que Cat está durmiendo y Juan está en casa – le dice mientras busca dinero

  • Te acompaño – propone Star para que Lucia no vaya sola por las calles con esta situación

  • Claro, así charlamos un rato

  • Se quedan aquí niños, ya regresamos estamos yendo a comprar pan


Ordena Star a sus hijos, explicándoles lo que harán para que no se asusten y Vanesa aprovecha la ausencia de mamá y de su tía para a cambiar el canal y poner dibujos animados, algo que los distrae del tiempo, mientras Cinthia que acaba de despertar y va a la sala buscando a su madre.


  • ¿Mamá? – pregunta Diablita buscando a Lucia frotándose los ojos

  • Acaba de salir a comprar con mi mamá creo que ya están por llegar – dice Vanesa mientras ve los dibujos animados


Con eso en mente Cinthia va a la cocina aprovechando de que su madre no está y saca los dulces que mamá suele darle de postre y va a sentarse en el sillón sin invitar a nadie su tesoro, escondiendo los caramelos debajo del almohadón, pero cuando la puerta se abre, Cinthia esconde rápidamente los dulces debajo del sillón, sabe que su madre se enfadara con ella si la pilla con eso en la mano, mientras tanto Star y Lucia ajenas a lo que sucede con los niños van a acomodar la compra y desayunar, tras aquellos vuelen sin querer a quedarse atrapadas por las noticias que transmiten, casi como todo el mundo en una situación como esa, con la incertidumbre.


  • Despertaste hija – le dice Lucia a Cinthia al ver sus ojitos aun somnolientos pese a los dulces y le regala un beso en la frente abrazándola con amor, ella adora a sus cinco pequeños

  • Si mamá – responde Cinthia nerviosa de que su madre descubra que saco dulces a escondidas, pero no es necesario que busque Lucia siente el aliento dulce de su hija y sabe que se comió caramelos y busca con la mirada, no es difícil darse cuenta de lo que hizo,  mira los dulces debajo del sillón y mira a Diablita enojada

  • ¿¡Te los has vuelto a comer!? – le pregunta cogiendo los dulces en la mano – ¿¡se te olvida que recién sales de un dolor de estómago!? está niña – exclama Lucia regañando a Cinthia habían pasado recién un cuadro de enteritis,  en eso viene Juan al oír el regaño de su esposa a Cinthia

  • Pero mamá solo me comí uuuno – responde Cinthia mirando hacia abajo triste

  • ¿De nuevo regañando a Cinthia? amor – Y Lucia y Cinthia un respingo no se dieron cuenta que papá estaba ahí

  • Es que esta niña no me hace caso – se queja enojada mamá – le digo algo y no entiende nada – agrega frustrada

  • Ya déjala, te ves a alterada amor – responde Juan quitándole importancia al asunto

  • Es que no es justo – insiste – siempre la defiendes, no me dejas darle un correctivo como se lo merece – le reclama por todas las veces que interfiere cuando ella quiere darle un castigo a sus hijos no solo a ella –  y tu jovencita  – señala a Cinthia –  eres igual a tu hermano que no obedece y no entiende nada – y su hija solo atina a mirar el suelo, temblándole el labio inferior, signo inequívoco de que empezara a llorar, algo con lo que Juan no quiere lidiar

  • ¡Basta! Deja de gritonearla ni que fuera tan grave lo que hizo – le reclama – vamos que no es para tanto es solo un miserable caramelo de yogurt – le dice mostrándole el envoltorio vacío que para colmo como dijo Cinthia era solo uno que había abierto, algo en lo que Lucia no reparo – yo trato de dormir y tú vas y gritas ¿Por qué no te tranquilizas? – Juan termino regañando a su esposa con los brazos cruzados su símbolo de autoridad – te vez muy alterada en serio –  y Lucia no contesta nada, prefiere ir a guardar los dulces antes de hacer algo que luego se arrepienta

  • Papá solo saque uno – insiste Lucia triste por la regañada

  • Bueno no pasa nada, ve a vestirte y no hagas enojar a tu madre …menos hoy – responde Juan dándole un beso a su pequeña que tras eso se va a su cuarto


Vaya lio piensa Juan moviendo la cabeza y bostezando, es cuando repara en que sus sobrinos lo están mirando con aprehensión, les sonríe sin decirles nada y regresa a cuarto a seguir durmiendo después de todo está muy cansado, han tenido días muy duros en el trabajo procurando que las cosas funciones en la empresa y lleva años madrugando tan temprano tantos años ya que perdió la cuenta.


  • ¿Ya llegaron al palacio presidencial? – pregunta Lucia a su cuñada tras regresar de la cocina queriendo saber la situación del país

  • Si ahí están ahora… hablara el presidente – responde Star atenta a las noticias como miles de almas en aquel entonces

  • Pueden venir 1000 hombres a matarme, pero no dejare abandonado a mi pueblo… soy presidente de México y debo dar la cara por mi pueblo ¡viva México!...– Se escucha desde la tele

  • Al menos morirá como un héroe que dio la cara por el pueblo – Responde Star pasándose las manos por la FRENTE preocupada por su marido y lo que pueda pasar, pero el llanto de Cat la distrae y no le da opción a decir nada mas

  • Tiene hambre le iré a dar pecho – murmura Lucia y va al cuarto principal a darle pecho a Cat, pero regresa a la sala con Cat en brazos para dejar dormir a Juan y Adán mientras Star prepara el desayuno


Entre una y otra cosa, han pasado como dos horas, de pronto Juan despierta asustado sin entender bien que había pasado, sobre todo el mirar su reloj, pero luego se percata que no fue al trabajo así que decide salir de la cama con mucho cuidado, después de todo Adán que sigue durmiendo profundamente, quien pudiera ser como él murmura papá a regalándole un beso diminuto en la frente.


  • ¿Han dicho algo más? – pregunta Juan pisando sin querer un juguete de Kosaki, quien recién estuvo jugando por aquí toda risa ajena a lo que sucede a su alrededor – esta mocosa – murmura papá, pensando en su hija Kosaki –  sabe que no puede dejar sus juguetes tirados así como así – protesta dentro de su boca – ya  tiene 5 años – en verdad cumplirá 5 en unos días más o menos y no dice nada más, total, es solo una nena

  • No, aun no – contesta Star más atenta a las noticias que a las protestas de su hermano

  • Halo – contesta Juan, acaba de timbrar el teléfono interrumpiendo su conversación con Star

  • Hola Juan – es Shadow, su hermano mayor

  • Hola Shadow ¿qué pasa? – pregunta Juan frunciendo el ceño, ya que es medio raro que su hermano lo llame a casa, seguro llamo a la oficina y le dijeron que se hizo presente o simplemente nadie contesto  

  • Solo quería averiguar si fuiste a trabajar, pero por lo visto estas en casa – murmura Shadow preocupado por sus hermanos también, ellos no son de llamarse, por lo general se ven en familia casi cada fin de semana, pero con los conflictos políticos aquello como que vio interrumpido

  • No, no fui ¿y tú? – pregunta Juan

  • No, bueno estuve a punto de ir, pero algo me dijo que no fuera – responde Shadow

  • En mi caso no fue “Algo” fue “alguien”… de 29 años 1.60 cm de estatura llamada Lucia – contesta Juan riendo refiriéndose a su esposa contagiando su risa a su hermano, algo que cayó bien a todos

  • Jajá me imagino – ríe Shadow

  • ¿Vendrás? Así conoces a Cat nació hace 10 días – Juan le da la noticia, con tanto revuelo nadie de la familia estaba enterado del nacimiento de su bebe excepto los abuelos

  • Ahh ya, pues hoy no… o mejor si, si hoy voy nos vemos en 15 minutos – contesta Shadow pensando que mejor oportunidad que esta, quizás más adelante ni siquiera pueda ver a su hermano en mucho tiempo, es que como iban las cosas nadie estaba seguro de nada

  • Bueno te espero

  • ¿Quién era? – pregunta Star curiosa

  • Shadow, vendrá hoy – responde Juan buscando a Lucia con la mirada y al no verla se dirige al patio – ¿y Lucia? – pregunta a su hermana, frunciendo el ceño, no es normal que ella deje solo a las niñas, aunque claro no están solas se dice a si mismo

  • Salió a comprar, pero ya vuelve – responde Star sin despegar la mirada de la tele atenta a las noticias

  • ¿Cómo que salió a comprar con este caos? – Juan se dirige a la puerta principal sin poder creer lo que acaba de escuchar, su mujer estaba loca o que era y para matar el tiempo saco una cajetilla de cigarros fumando en la reja mirando de un lado a otro como queriendo que Lucia aparezca por alguna de las esquinas


Ajenas a la preocupación de su padre las pequeñas Cinthia y Eva se dirigen a la calle entre gritos y risas infantiles jugando con la pelota, sacando a Juan de sus pensamientos de un pelotazo haciendo caer su cigarrillo; ellas no vieron a su padre y sin querer lo golpearon muy fuerte en la mano, provocando que Juan se enoje, bueno lo que podía enojarse con ambas, al fin y cabo son pequeñas.


  • ¡NIÑAS! – grita Juan procurando enojado, frunciendo el ceño

  • Lo siento papi… fue sin querer – responde Cinthia mirando abajo, de las dos ellas era siempre la más sentida con todo y con todos… una ternura

  • Miren lo que hicieron me hicieron ¡botar el cigarro! – responde papá mirando el cigarro en el suelo enojado pero enojado porque Lucia salió a comprar con este caos

  • Lo sentimos no fue nuestra intención – agrega Eva abrazándose a la pierna de su padre, mirándolo asustada porque nunca vio a Juan así de enojado… él nunca les gritaba; Juan iba a decir algo pero ve a Lucia por la esquina y deja a las niñas en la entrada

  • Ya bueno, no pasa nada – les dice con una mueca que simula una mala sonrisa – ahora adentro que yo tengo que hablar seriamente con su madre – agrega Juan como queriendo deshacerse de ellas, pasándoles la pelota, cambiando su expresión en el último momento regalándoles una genuina sonrisa y acariciándolas, total ellas no tienen la culpa de nada

  • Hola, amor ya te levantaste – saluda Lucia abriendo la reja para pasar pero Juan la ataja

  • ¡Lucia! – Juan elevando un poco la voz para llamar su atención, cruzándose de brazos como si fuera su hija, si las circunstancias fueran otras, seguro Lucia se hubiera reído de aquello, pero no ahora… no con un clima político tan malo que empezaba a afectar a todos y ella andaba con las hormonas revueltas del parto

  • ¿Qué pasa? – quiso saber ella mirando a su marido con el ceño medio fruncido, no entendiendo el enojo de Juan, pensando que quizás paso algo en su ausencia – ¿paso algo con los niños?

  • ¿Dónde estabas? – prefirió responder Juan a su mujer, ignorando su pregunta – sabes que es peligroso salir con este caos y tú por ahí, así como así, ¡paseándote las calles! – le reclamaba como si su mujer su hubiera ido a bailar, cosa que molesto a su mujer

  • Mira solo fui a la vuelta del barrio a comprar algo para cocinar y no me paso nada – le dijo mientras avanzaba a paso decidió a su encuentro, ella no era de las que se asustaban y tampoco quería pelear con su marido tan temprano – y si es verdad que me demore un poco – dijo mirando su reloj para cerciorarse de la hora, vaya tardo una hora demasiado tiempo tuvo que reconocer para sus adentros – pero fue porque hablaba con unas vecinas que me contaron un chisme muy bueno y me entretuvieron un rato – dijo muy envalentonada en el último minuto – no como tú que querías ir a trabajar defendiendo tu empresa, además guapito, yo no soy tu hija soy tu mujer  – le recordó Lucia y Juan no tuvo opción a decir nada hasta que ella se callara, vamos que tenía un carácter, desafiante es decir poco, raro en la época de los 70 ella seguro era una de las pocas mujeres que desafiaban a un hombre y particularmente era una de las pocas veces que Lucia desafiaba así a Juan, de hecho con esta ya eran 2 en el día pensó su marido

  • Y bueno ¿el chisme no podía esperar? ¿necesitaba urgentemente ser contado hoy? Pareces… – Responde Juan conteniéndose en lo último que iba a decir: “pareces vieja escuchando chismes”

  • Mira Juan tu no me mandas y no seas grosero conmigo que entendí lo que quisiste decirme – dijo, dándole a entender que entendió su indirecta – solo fui a la vuelta del barrio… ¡tranquilízate! – le ordeno pasándole la bolsa del mercado, ya estaba bueno de cargarla ella sola – entra más bien que te haré un café para que te estés calladito, que seguro el hambre te está haciendo hablar por demás


Agrego Lucia teniendo la última palabra dejando a su marido detrás con la bolsa del mercado, mientras Juan se quedó afuera un momento sacando otro cigarro antes de entrar, que tampoco era su hijo y la iba a obedecer al tiro, protestaba mentalmente mientras calaba su cigarro sin darse cuenta que su hermano Shadow lo observaba sonriendo desde su movilidad, acababa de llegar y ser testigo de lo que parecía una riña de tortolos.









 

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