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domingo, 19 de marzo de 2023

El Amor hace a la familia capitulo 4


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Los derechos de autor de este texto pertenecen única y exclusivamente a su autor. No pudiendo ser publicada en otra página sin el permiso expreso del mismo.

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❀El amor hace a la familia ❀

Autor:Adán 

Lunes 22 de junio de 1970 

Ya había pasado 1 semana de que empezó la dictadura entre tantas noticias de acontecimientos del mundo algunas matanzas en dictadura torturas avisos de crisis por ahora a la familia no le había pasado nada en 1 semana estuvieron bien dentro de esta semana, aunque ya saben lo que dicen no todo es color de rosas y es que esta familia estaba a punto de ser azotada por una crisis, en fin, eran las 7 de la mañana y Juan entra a la cocina y se sienta en la silla mientras Lucia prepara el desayuno.


  • Hola, amor, buenos días – Lucia besó a su marido saludándolo y dejándole el café en la mesa

  • Hola, amor – sonríe Juan sorbiendo su café

  • ¿Iras amor? – quiere saber ella sentándose en la silla frente a su marido

  • Claro… ya no hay peligro – responde Juan

  • Bueno solo decía – murmuro su mujer mirando el reloj de la cocina –  ¡Ay! las 7 pasadas debo despertar a las niñas para la escuela –  y va al cuarto de sus hijos a despertar a Cinthia, Eva y Kosaki, ella siempre las levantaba a las 7 y aunque entraban a las 9 a la escuela ella las hacia madrugar para bañarlas y que tomen desayuno no tan apresuradas, el bus escolar llegaba a las 8:30 – Ya niñas arriba – se escucha desde el cuarto de Cinthia, Eva, Kosaki y Adan – dormían todos juntos, la casa era pequeña pero muy cómoda –  Ya Cinthia arriba dije

  • Mamá 5 minutos más – responde la niña cuando sus hermanas Eva y Kosaki ya estaban listas para ser bañadas

  • Bañare a tus hermanas como no estés levantada para cuando vuelva ya verás – amenaza mamá y va a bañar a dos menores, claro que Lucia nunca le pegaría a sus hijos solo se refería a que la sacaba de la cama a la fuerza y Cinthia ya experimento eso, no es que a ella no le gustaba la escuela que  si lo hacía, tenía muchas amigas y se juntaba también con Eva y sus compañeras, solo que le costaba levantarse más cuando estaba a punto de cerrar el curso, y ya iban a entregar las calificaciones  para saber si pasaron o no de grado


Después de una hora más o menos, finalmente todos retoman sus responsabilidades, Juan iba a ir a la empresa.


  • Te cuidas amor – recomiendo Lucia un poco preocupada por si pasaba algo en el trabajo, total recién estaba empezando la dictadura

  • Si amor, lo hare – sonríe Juan dándole un largo beso desde despedida


Una hora después Juan llega a su trabajo, una fábrica de ropa deportiva, que incluso se envían al exterior.


  • Hola Juan – saluda Pancho batiendo la mano, Pancho es un amigo de su infancia

  • Hola como estas – responde Juan

  • Tenemos asamblea – le comenta – el jefe quiere una reunión con todos los gerentes, ya mañana se les avisara a los empleados  

  • Vamos entonces – responde él y va con Pancho a la asamblea, Juan como muchos no sabe lo que pasa y está medio preocupado, la reunión no se alarga más de lo necesario, pero no son buenas noticias, en la asamblea se hace conocer algo que ya se sospechaba, que los militares mataron a varios empleados la semana, pero no lo que se esperaba Juan era lo que vino después… que la empresa cerraría sus puertas a fin de mes el 30 de junio por orden de los militares, dejando en shock a Juan ¿Cómo cuidara a su familia ahora?

  • ¿Y cómo se lo dirás a Lucia? – pregunta Pancho medio preocupado también por su amigo y su familia

  • Por ahora no le diré hasta que llegue el día – responde Juan triste en este trabajo estuvo desde hace 18 años, la mitad de su existencia, este trabajo era su vida tenía muy buenos recuerdos, él era un buen empleado que fue ascendiendo por sus logros, además todos sus colegas le tenían respeto y estima y no solo por el sino por su familia… era un buen ambiente laboral

  • Tu decisión amigo, tampoco lo tengo fácil – murmura Pancho


Tras aquello Juan entra a su oficina cerrando la puerta prendiendo un cigarrillo mirando la ventana, pensando en cómo iba a decirle esto a su esposa y como esto afectaría a todos, no era una buena noticia en ningún sentido, no había un mañana seguro para nadie sobre todo cuando quedaba apenas una semana para el 30 de junio.

Mientras tanto su hija mayor vive su drama escolar a su manera.


  • Bueno hare entrega de los informes de calificaciones – dijo la maestra con una sonrisa – todos aprobaron, pero algunos deben mejorar sus calificaciones para el próximo año – agrega y va repartiendo los informes de calificaciones hasta que llega al puesto de Diablita – Ay Cinthia, Cinthia, Cinthia ¿Qué te paso? Tú no eres de estas calificaciones eres más de calificación 9.0 debes mejorar – recomienda la profesora a la niña entregándole su informe y la pequeña lo ve y se pone triste, había aprobado pero con un 7.5 se aprobaba con un 6.0 pero para ella era bajo, tal como dice la profesora ella es de calificación 9.0 o más

  • ¿Cuál es tu calificación final? – pregunta Clementina una de sus mejores amigas

  • 7.5… me regañaran en mi casa – responde Cinthia preocupada

  • Que mal, pero igual aprobaste – trata de animarle Clementina

  • Si pero mis padres quieren que tenga mejores calificaciones que está y yo era alumna de calificación 9.0 y ellos estaban felices y me dicen que de 9.0 no debo bajar – murmura Cinthia, claro sus padres no pagaban mensualidad en la escuela a condición de que sus hijas tuvieran sobre 8.5 Cinthia era alumna de 9.0, Juan podía ser muy tranquilo pero si tenía que enojarse lo hacía, y hasta hace casi 3 meses, era un padre amargado regañón como esos de la época hasta que cambio su actitud hasta llegar a ser el padre que era ahora.


Pero para llegar a eso, tuvo que suceder un evento que tanto las niñas como Juan y Lucia recuerdan con claridad, era Septiembre de 1967… un poco antes de su noveno aniversario, Juan acababa de volver de un largo y pesado día de trabajo y vio a Diablita y Eva jugar a fuera.

  • Ya niñas adentro – les ordeno a ambas

  • Papi un ratito más por favor – suplico la mayor mientras jugaba a la pelota con Eva

  • No, ya dije adentro – repite su padre firme, en este tiempo era un padre duro que no sospechaba que cambiaría hasta que ocurrió lo que estaba a punto de suceder

  • Un rato más papi – suplico ahora Eva también y Juan reacciono de manera inusual, agarro a las dos niñas y empezó a darles de nalgadas, disgustado porque sus hijas no lo obedecían

  • ¡Cuando yo digo adentro es adentro! – grito – plaf plaf plaf plaf…. –  y le dio 10 nalgadas a cada una a lo que terminan llorando y van a dentro

  • Buaaaaa – lloraban a coro ambas

  • ¡Te odio papi ya no te quiero! – grito Cinthia después de que su padre las había soltado, claro esto también dejo en shock a Juan, ni él creía lo que acababa de hacer,  había tenido un mal día en el trabajo y el mal humor no se le paso ni al llegar a casa


Pasaron algunos minutos y Juan va a su cuarto donde está Lucia abrazando a sus hijas que seguían llorando muy asustadas y sentidas, preguntando a mamá porque papá hizo eso… y en cuanto Juan entro Lucia lo miro muy enojada.


  • ¡Cómo se te ocurrió pegarles a las niñas! – levanto la voz Lucia enojada

  • Pues no me hicieron caso y perdí la paciencia – respondió Juan aun no pudiendo creer lo que hizo, él era gritón y regañaba a sus hijas, pero nunca antes les había levantado la mano

  • No es justificación para pegarles ¿Qué te pasa? – lo cuestiono sin importar que las niñas estaban aun ahí – no es culpa de ellas que vengas de mal humor – le reprocho ella aun abrazando a sus hijas, no podía comprender como su marido pego a sus hijas, él era tranquilo y nunca lo había hecho nunca estuvo de acuerdo con ese método de crianza


En fin, Juan salió del cuarto y fue directo al patio a fumar y reflexionar sobre lo que hizo, él tampoco estaba de acuerdo con ese método de enseñanza, pero también se justificaba recordando lo mal que lo paso en las reuniones y juntas y los nuevo empleados a su cargo, al final creyó que se les pasaría pero no fue así, las niñas le tenían un poco de miedo y no se desprendían a de su madre, pero tampoco quería forzarlas, al final Lucia tuvo que intervenir hablando con sus hijas para hablar con papá, pero las niñas hicieron algo mucho mejor,  era 16 de septiembre ya aniversario de Juan y Lucia; Juan llego algo tarde ese día porque tenía una junta importante eran las 23:30 y la casa estaba en silencio y oscuras, seguro todos estaban durmiendo, Juan llegó a la casa y entro sin hacer ruido y se fue directo a la sala encontrando un papel en su lugar favorito donde se sentaba al llegar, con algo escrito que decía “te queremos papi no nos regañes ni nos pegues más”, estaba escrito por Cinthia y Eva y como era de esperarse, su padre se emocionó mucho, prometiéndose cambiar, a los minutos aparece Lucia que sintió llegar a su esposo poniéndose muy feliz porque Juan encontrara la nota, pero también porque había recibido una noticia ese día.

  • Hola, amor – saludo Lucia a su esposo

  • Hola, amor, siento llegar a esta hora en nuestro aniversario –se disculpó – tenía junta hoy que no se podía suspender – agrego Juan a manera de justificación

  • El amor se vive cada día no solo en un aniversario – murmuro ella dándole un beso – pero te quería dar una noticia, hoy fui al doctor por las náuseas que sentía y pues estoy embarazada – le dijo Lucia muy feliz y Juan se sintió florar al escuchar eso, con la esperanza de tener esta vez un varón


Después de aquello, Juan y ella hablaron de lo que paso con las chicas y prometió disculparse de ellas, el que sean niñas pequeñas no significaba que no merezcan una consideración, además que cambio su actitud como lo prometió y no regañaba tanto a sus hijas, lo hacía cuando se lo merecían algo que seguramente ocurría cuando vea las calificaciones de Cinthia.


  • Animo amiga un 7.5 no es tan malo… igual pasaste de grado – animo Elizabeth tratando de tranquilizar a su amiga que estaba cada vez más triste, pensando en su beca

  • Para ti es fácil decirlo mis padres no pagan mensualidad gracias a mis buenas calificaciones – les conto, mamá le había explicado la importancia de tener buenas notas

  • Ya, pero no te preocupes a todos nos va mal alguna vez en la vida – sonrió Clementina, ella tenía buenas notas, pero no estaba becada – eso no significa que cuando seamos grandes seremos alguien que no sirve para nada, sin trabajo y siendo mantenidas.  Mamá dice que somos “la revolución” – dijo recordando la charla con su madre, una activista de los derechos femeninos – que somos niñas con un peso en los hombros, que cuando crezcamos, debemos ser independientes y no como nuestras madres que todo hacen caso a los papás – se notaba que lo más importante de la charla se le quedo grabado en la cabeza – mira yo… tengo 11 años me atrase un año pero no significa que no seré alguien en la vida o que no pueda, tengo buenas calificaciones si estudio – y Diablita sonríe con eso

  • Jajá gracias por tus palabras y eso de que las mamás hacen lo que dicen los papás, pues no sé yo, mi mamá hace lo que quiere e incluso le dio una bofetada a mi papá porque quiso salir a trabajar cuando los soltados estaban en las calles, aunque la lloro fue mi mamá no mi papá – respondió Cinthia contándoles cosa de su madre, pero sin entender porque paso aquello y porque su mamá lloraba, ella y sus amigas ignoraban lo que pasaba en el país

  • Pues qué bien amiga que tu madre no sea como la nuestra mi madre siempre obedece a mi padre en todo – murmuro Elizabeth con un poco de envidia por la gran madre que tiene Cinthia

  • Bueno la mía no es tan así como la tuya Elizabeth, quizás es porque no tengo padre, ellos se separaron cuando yo estaba chiquita – les conto Clementina pensando que todo lo que hacía siempre era con su madre

  • A mí no me gustaría que mis padres se separaran, los quiero mucho y además por mis hermanitos que los quiero un montón – dijo Diablita mientras seguían caminando por el patio, al final ven a los chicos y van a jugar con ellos


Mientras tanto a media mañana, a casa de Juan y Lucia llega una visita inesperada, pero muy querida.


  • ¡Mamá! – Lucia esta sorprendida al ver a su madre que no la veía hace mucho y la abraza


Su madre Piccarda de ascendencia italiana, era una mujer de unos 53 y tantos años que sobrevivió a un matrimonio tormentoso del cual Juan en una ocasión salvo a ella y a Lucia del abuso paterno; el padre de Lucia no estaba de acuerdo con esa relación y después de enterarse del matrimonio y que Lucia estaba embarazada su padre la encerró en su cuarto queriendo que aborte a la bebé a Diablita y se divorcie de Juan, fue un día de mayo de 1959 cuando Traviesa llamo con urgencia a Juan, su padre le estaba pegando a su madre.

Juan acudió a su llamado llevando a Shadow y Mark, Juan la rescato a ella y a su madre impidiendo que su padre le siguiera pegando, Juan inmovilizo a José, el padre de Lucia quien le dio una patada en el estómago a Juan, fue cuando entraron en acción Shadow y Mark y se llevaron a su padre a la policía para demandarlo, pues Piccarda estaba muy mal y tuvo que ser internada, tras un breve juicio José fue encerrado en la cárcel donde murió 2 años después.

En fin, que ahora Piccarda vino a ver a su hija y su yerno y claro a sus hermosas nietas a la bebé que no conocía todavía.


  • ¿Cómo estás hija? – Piccarda abrazo a su hija con fuerza – y ¿Dónde está mi nueva nieta?

  • Bien mamá, tu nueva nieta está durmiendo – sonríe feliz   

  • ¿No tendrás más? – preguntó su madre frunciendo el ceño, pensando en esa posibilidad, ya eran muchos niños

  • No mamá, 5 son más que suficiente, ya me opere para no tener más hijos – respondió Lucia extrañada de la pregunta de su madre, la verdad si fuera por ella solo habría tenido 3, aunque no significa que no quisiera a sus otros hijos pero ambos embarazos los tomaron por sorpresa

  • Aquí está mamá se llama Cat – anuncio Lucia presentando a su bebé que dormía en la cuna de su dormitorio

  • Está bonita hija – murmuro Piccarda, dándose un beso suave a su nieta que seguía durmiendo – oye ¿No deberían mudarse a una casa más grande?, tienes solo 2 cuartos – agrego pensando en la cantidad de niños que ahora había – digo los niños deberían tener su propio cuarto – comento la abuela preocupada por la familia de su hija, ella quería mucho a Juan y a sus nietos

  • Estamos bien acá mamá, estamos cómodos – respondió su hija – bueno a lo mejor con el tiempo construimos un segundo piso, pero por ahora estamos bien, no te preocupes – agrego abrazando a su madre entendiendo su preocupación

  • Bueno hija ojala sea así – Piccarda que no era ajena a los conflictos sociales, estaba preocupada por el futuro de su hija – con esto que está pasando con la dictadura, las crisis que se nos viene y Dios no quiera, Juan queda sin trabajo pueden enviarme a los niños, yo no tengo problemas en cuidarlos estoy con tu hermana y hermano – agrego acariciando a Cat con cuidado para no despertarla, ella además vivía lejos de la capital y era más fácil moverse en un lugar pequeño que en la ciudad

  • Por mi parte estaría bien mamá, pero no sé si Juan quiera, ya sabes cómo es él quiere cuidarnos a toda costa dice que el lugar de los hijos es con los padres y no con los abuelos – prefirió dejar en claro aquello, era la política de su marido y no quería tomar una decisión de ese calibre sola

  • Lo sé, pero no pierdes nada intentando hablar con él

  • Lo intentare veré si lo convenzo, eso si es que pasa algo – dejo en claro Lucia

  • Claro Lucia, tampoco soy partidaria de separar a los niños de sus padres – contesto su madre Y tras eso ambas van a la sala y 


Y en eso Adán viene con su dinosaurio de peluche que siempre lo trae con él vaya donde vaya.


  • ¡Abuela! – grito alegre Adán con su voz tierna de bebé y va a abrazar a su abuela, ambos se adoran

  • ¡Ay mi niño!... que grande estás – Piccarda cargó a Adán y lo sentó en sus piernas sin dejar de acariciar sus mejillas y besarlos con amor

  • Bueno hija ya me voy – Piccarda miro su reloj y se paro ya no mas,  bajando a Adán de sus piernas

  • ¿Pero no te quedas madre? – preguntó su hija extrañada, no eran ni 10 minutos que había llegado

  • No hija, venia de paso nada más – le conto arreglando su ropa – vine a comprar acá a la vuelta del barrio ya que ahí si hay productos de buena calidad y como vives cerca te vine a ver – agrego besando sus mejillas amanera de despedida

  • Si, don Jorge siempre trae buenos productos, además es bueno con todos y aquí en el barrio acá nos conocemos todos por así decirlo – le iba explicando sonriendo a su madre

  • A mí más me cae bien su mujer, porque él es más amargado – comenta la madre de Lucia, seria coincidencia o no, pero siempre lo veía de mal humor

  • Bueno madre, pero todos los hombres son así tienen su lado amargado, a veces Juan anda así con un humor que mejor ni hablarle antes era peor con las niñas – recordó viendo a Adán que está jugando con su dinosaurio de peluche

  • Si lo sé, bueno ya me voy – finalmente se despide de su hija y su nieto con un beso y un abrazo


Tres horas después, Cinthia, Eva y Kosaki volvían de la escuela, Cinthia no venía muy feliz por las calificaciones, aun así pone su mejor cara mientras almuerzan, Eva y ella habían pactado entregar sus calificaciones después de almuerzo y así lo hicieron, Cinthia prefirió que Eva vaya primero a mostrar sus notas a mamá y así lo hizo, mientras Cinthia se armaba de valor.


  • Cinthia hija ve a tu hermano por favor que no se acerque a Cat ni se monte en la cuna mientras yo hago las cosas – pidió Lucia saliendo de su cuarto ordenando a Cinthia que cuide de que Adán que no se acerque a Cat

  • Ya mamá, pero antes quiero mostrarte mis calificaciones – dijo nerviosa entregándole las calificaciones a su madre

  • Bueno veamos – sonrió mamá pensando que no había necesidad de aquello, pero apenas vio las calificaciones se lleva una mano a la cara incrédula, mirando recién a Diablita – ¿Un 7.5? ¿en serio? – preguntó mirando asombrada la libreta – ¿¡Qué te dijimos siempre!? – pregunto – sabes que ¡debes sacarte calificaciones sobre 8.5!, ese es el compromiso para no pagar la mensualidad! ¿¡Entiendes!? – Lucia estaba muy enojada por las calificaciones

  • Mamá lo sieeente – empezó a gimotear – igual pase de grado no con la mejor calificaciones, pero pase – ella no pretendía justificarse – no le digas a papá por favor – se notaba que estaba asustada, pero no hubo oportunidad de responder nada, la puerta principal se abrió, Juan acababa de llegar

  • ¿Amor? – pregunta Lucia viendo a Juan extrañada porque su marido normalmente llegaba a las 19:00 y eran recién las 16:00 y Diablita mira medio nerviosa

  • Soy yo cariño – saludo Juan – nos dejaron salir más temprano – agrega pero sin entrar en detalles, el trabajo fue pésimo porque no había nada que hacer, solo esperar el día

  • Hola hija – Juan sonrió al ver a su niña, besando su frente y saluda a su mujer también con un beso –  ¿Y eso que es? – pregunto viendo lo que tiene Lucia en las manos

  • Pues aquí las calificaciones de Cinthia – respondió medio enojada y le pasa las calificaciones a Juan, quien cambia la cara en menos de dos segundos

  • ¿¡Y estás calificaciones!? – pregunta gritando – ¡Te dijimos de 8.5 para arriba – le recuerda sujetándola del brazo – ¡claro como tú no pagas mensualidad! – agrego innecesariamente – nosotros luchando por darte educación y vienes con estás calificaciones! – y tiro la libreta al sillón pero sin dejar de mirar enojado a la niña –  ¿¡Cuántos niños querrían ir a la escuela para recibir educación y aprender!? ¡Y tú que la tienes traes estás calificaciones! – para eso la pequeña ya estaba llorando

  • Ya amor – murmuro Lucia tratando de tranquilizar a Juan, tocándole el hombro pero Juan se giró bruscamente, él no había terminado

  • ¡Déjame hablar de que no he terminado! – le levanto la voz a Lucia y volvió a mirar a su hija – ¡el próximo grado vas a estudiar y vas a tener calificaciones sobre 9.0 porque esa es tú única obligación! – agrego zarandeándola e iba a decir más pero Lucia lo vuelve a interrumpir – ¡Deja de interrumpirme! O el regañarla también te parece ¡mal! – ambos empezaron a discutir y Cinthia llorando aprovecho ese momento para escaparse a su cuarto, no quería que su padre la siguiera regañando aunque se mereciera que la regañaran, pero como toda niña no creía que fuera para tanto, como para que su papá la grite de esa manera y no lo era pero Juan no estaba así por ella si no de su situación, por lo que estaba pasando seguramente si no fuera por eso hubiera reaccionado con más calma

  • ¡Ya cállate vas a despertar a Cat! – grito Lucia sin darse cuenta de que ella también podía despertar a la bebé – ¿que acaso solo llegaste a gritar? – le pregunto enfadada – ¡Si es así vete y vuelve cuando estés más calmado! – le dijo Lucia sin darle a Juan la posibilidad de decir algo, quizás era mejor pensó Juan y se dirige a la puerta principal como tomando el consejo de u mujer y Lucia solo lo sigue con la mirada y Juan agarra su abrigo y se va cerrando la puerta de un portazo


Juan se tomó su tiempo para calmarse, no es que fuera a seguir gritando a su hija, sino que estaba preocupado por lo de su empleo y siguió así meditabundo incluso después de la cena, hablo poco, y se retiró a su cuarto antes de tiempo, haciendo que Cinthia se sienta mal, no solo ella sino también Lucia que veía con preocupación la tristeza de su hija.


  • Mira a mí también me da rabia que la niña tenga estas calificaciones, pero no es para tanto – le dijo a su marido de forma casual sacando su camisón – al menos no es como para gritarle todo eso que le dijiste – pero Juan prefirió seguir mirando la tele – no digo que sea para felicitarla, pero  

  • No seguiré hablando del tema – corto ya cambiemos el Juan sin despegando su mirada de la pantalla y Lucia prefirió seguir el consejo

  • También vino mi madre hoy, nos dijo que si nos pasaba algo ella podía cuidar a los niños hasta que solucionemos ese problema – comento Lucia, sin querer se puso a pensar en las palabras de su madre y la situación política, nadie tenía seguridad en nada, menos laboral

  • ¿Y qué nos podría pasar? O mejor dicho ¿Por qué tendría que pasar algo? – Juan clavo sus ojos a Lucia, mirándola por primera vez de frente – No va a pasar nada – refunfuño, ocultando su situación

  • Pues eso – dijo ella un poco nerviosa – solo… solo te decía – y no quiso decir anda, se notaba que su marido estaba de mal humor no quería pelear con su  marido así que prefirió distraerse con Cat

  • Si digo que no pasara nada ¡no pasara! – Juan levantando un poco la voz diciendo aquello para convencerse a sí mismo

  • Eso no lo decides tú, todo puede pasar – murmuro Lucia mirando a Juan – y si vas a seguir con tu cara de enojado, fuera del cuarto, yo no quiero dormir con un renegón – Lucia acababa de correr a su marido del cuarto pensando que con la amenaza bastaría, pero la sorprendió, apago la luz de su nochero, agarro su almohada y se fue a la sala no sin antes mirar a Lucia y decirle…

  • Me voy a dormir a la sala porque yo lo decido – y cierra la puerta


Lucia solo suspira murmurando para sí “que día”, mientras arregla su almohada, después de todo, sus peleas no son la gran novedad, siempre han peleado por una cosa u otra desde que se casaron.










 

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