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Una perfecta familia
Autora: Terry
Capítulo 63
- No – le dijo Luis a Chus varias veces
El chico quería salir esa tarde con la amiguita que conoció cuando vivía en la casa de su tío, lastimosamente su padre decidió negarle el permiso pero esta vez no era porque tuviera que cuidar de sus hermanos, o tuviera mucha tarea o exámenes en el cole, estaban de vacaciones, sino simplemente porque Chus esa semana no se había portado de la mejor manera y su padre ya le había advertido sobre lo que sucedería si seguía en las mismas condiciones, pero claro él ya había quedado con su queridísima Nuria y no podía fallarle.
Chus: anda papi que te cuesta – le decía lloriqueando pegando pequeños saltos echando la cabeza hacia atrás
Luis: Chus hijo… no insistas que ya sabes que estás castigado – respondió su padre y Chus zapateo el suelo, no estando conforme con la decisión de su papá
Chus: peroooo papiii no es justo – Luis se cogió el puente de la nariz contando hasta mil para calmarse y no tirarle a Chus de las orejas, al final se volvió cogiendo a su hijo por los hombros
Luis: mira Chus ¿quién me desobedeció y no arregló su habitación? – decidió por una nueva técnica de interrogación y levantó una ceja para que le contestara
Chus: yo – admitió Luis
Luis: ¿y quién se salió sin permiso el otro día?.... ¿y quién a estado de contestón estos días? – con todas esas preguntas, Chus dejó caer los brazos muertos empezando a lloriquear
Chus: pero paapi – dijo con voz quejosa – te prometo que no volverá a pasar – prometió para ver si convencía a su papá
Luis: me alegra que tengas esa intención, eso demuestra que reconoces que te equivocaste – Chus sonrió haciéndose una idea equivocada
Chus: ¿entonces puedo ir? – Luis abrió los ojos en grande
Luis: no hijo, yo no dije eso – corrigió su error y Chus se enfado
Chus: ¡no es justo!, me diste permiso y ahora no quieres que salga… ¡eres un mentiroso! – elevo la voz – me dijiste que iba a cambiar las cosas pero no, NO HAN CAMBIADO NADA – le gritó a su papá todo pulmón, a Luis se le clavó una puntillita al ver que su hijo pensaba así, pero tenía que mostrarse firme
Luis: plaf – dejó caer la mano en medio del trasero de su hijo – si hijo, te di permiso y ahora te lo niego por ser un contestón y desobediente y ahora ¡ve a tu habitación! – Luis no quería castigar a Chus, sabía que estaba frustrado por el castigo
Chus: ahora tampoco me quieres ver – aquella no fue una acusación por capricho sino que realmente lo sentía así, Chus aun tenia pequeñas inseguridades y Luis respiro profundamente y se acercó a Chus para abrazarlo y darle un beso en la cabeza
Luis: yo no he dicho eso, zi te quiero ver… lo que paza ez que no quiero castigarte, por ezo quiero que vayas a tu dormitorio hasta que te calmes – Chus se soltó de su papá de mala manera y se fue a su habitación
Mientras en casa de Antonio, se libraba una particular batalla en la habitación de Lucas, Antonio estaba intentando levantar a Lucas de la cama.
Antonio: Lucas arriba – le dijo tocándolo por el hombro pero como respuesta tuvo un gruñido, Antonio levantó la persiana haciendo que Lucas abra los ojos por el sol – venga Lucas, arriba y ve a ducharte – pero Lucas no estaba de acuerdo con esa decisión
Lucas: pero es temprano – contesto medio dormido dándose la vuelta para volver a dormir
Antonio: ¡ Lucas! Venga hijo, que ya es tarde – le iba a decir ya es tarde que dentro de un rato viene la enfermera pero algo dentro de él le dijo que sería mejor callarse, Antonio al ver que Lucas no se inmutó le quito la sabanas atacando su retaguardia – ¡coño! Plas te dije que te levantes – Lucas dio un brinquito y se levantó de mala gana
Lucas: estoy de vacaciones, no ze porque me tengo que levantar tan temprano – se quejo de mal humor mientras Antonio abría las ventanas
Antonio: Lucas no es temprano zon las diez y media, dúchate y baja a desayunar que ze te va a juntar con el almuerzo y no querrás comer luego – advirtió y Lucas de mala gana entro a bañarse
Mientras en la planta baja Toño como de costumbre se apuro en abrir la puerta a su amigo Juan a quien vio venir desde su ventana.
Toño: MAMI – grito mientras iba corriendo a la sala – ¿puedo?, ¿puedo? – María se le quedó viendo sin entender
María: puedes ¿qué Toño?
Toño: ¿puedo ir con Juan a zu caza? están allí todos mis amigos y vino a llamarme – María suspiro por ella le daba el permiso ya que la casa del chico estaba al final de la calle, pero Mark le dijo que no le diera permiso para salir solo a ninguna parte
María: cariño no puedo darte permiso – fue decir eso y a Toño se le aguaron los ojos
Toño: ¿Por qué?, zi está al final de la calle y para el almuerzo ya vengo – rogo poniendo a María en un conflicto, ella quería dejarlo ir porque Toño desde las vacaciones de la escuela no había estado con niños de su edad
María: lo ziento Toño pero no puedo dejarte – Toño se cruzó de brazos
Toño: pero porque – y María decidió decirle la verdad
María: porque tú papá me dijo que no te dejará zalir zolo – a Toño le tembló el labio y se le callejón las lágrimas
Toño: ¿zi papi no ze entera? te prometo y vengo antes de que papá regrese – aunque María estuvo tentada a dejarlo de momento, se le vino a la mente de que podría pasarle algo y encima más diciéndole eso Mark
María: lo ziento cariño no voy a pazar por alto lo que dijo papá – respondió María con pena limpiando las lágrimas de los ojos de Toño – lo siento, no es mi decisión – lo consoló y Toño asintió con un puchero – bueno, entonces… anda ve y le dices a tu amigo que en otra sera
Toño terminó de limpiarse las lágrimas y resignado mas que enojado fue a decirle a su amigo que no le daban permiso para ir, cosa que extraño a Juan porque siempre se encontraban en vacaciones.
Juan: ¿está castigado? – Toño negó con la cabeza – entonces porque no te dejan zi están mis papás y todo – Toño suspiro
Toño: no lo ze, no me han dejado zalir desde que terminó el cole – respondió dándose recién cuenta de ese detalle y su amigo lo miro con pena y le dio una palmadita en el hombro para despedirse
Juan: bueno pues yo ya tengo que irme
Toño se despidió de su amigo y paso a la sala y encendió la tele sin hablar ni ver nada, en realidad se puso a cambiar los canales, sumido en la tristeza, detalle que no paso desapercibido a María que estaba revisando su portátil.
María: Toño hijo ¿estás bien? – Toño afirmó con la cabeza pero a leguas se le notaba que no estaba bien, María dejó su portátil a un lado y fue a abrazar a Toño, su niño necesitaba un mimito
Toño: buaaaa mami – Toño se puso a llorar – ¿porque no me dejan estar con mis amigos?, zi yo no me porté mal
María sabía que el niño llevaba razón, no sabía qué le pasaba a Mark pero hablaría con él, Toño no podía pasar sus vacaciones encerrado, tenía que relacionarse con niños y tomo nota para hablar cuanto antes del tema con Mar pero sin hacer promesas a Toño a quien simplemente arrullo y consoló hasta que se durmió.
Mar: ¿qué le paza? – pregunto Mar que como si fuera un hechizo se materializo frente a María para darle un beso
María: Mar tenemos que hablar – Mar se dio cuenta que María estaba demasiado sería empezó y empezó a preocuparse
Mar: que ha sucedido – María le hizo una seña para que fuera a la cocina, una vez allí le empezó a contar lo sucedido
María: mira Mar hoy vino Juan, el amiguito de Toño, el que vive al final de la calle – Mar puso los ojos en blanco como diciendo que gran problema – no pongas ezos ojos Mar, que para el niño es zerio y lleva razón, cuando entró a la zala me pidió permizo y le dije que no – le estaba contando cuando Mar la interrumpió, echándose el pelo hacia atrás
Mar: hizo un berrinche monumental ¿no? – y María lo fulminó con la mirada, ¿acaso no entendía?
María: no Mar, lloro en silencio todo triste, y me pregunto porque no le dejamos ir zi el ze portó bien – Mar se quedo callado pensando pero María creyó que no le estaba escuchando, asi que dio un manotazo en la mesa – ¡Mar!... ¿qué coño es lo que no entiendes?, el niño necesita juntarse con niños de su edad
Mar: lo ze… pero no puedo dejarlo zalir zolo zabiendo que eza loca está en la ciudad, no zabeis de lo que es capaz azin que no me juzgues María – se defendió y María se quedó sin saber que contestar, no sabía que era por protegerlo de su propia mamá
María: no te juzgo Mar – le dijo con la voz más suave – pero tenemos que buscar una solución, Toño ze ziente mal y lo comprendo, zon zuz vacaciones y no hizo nada divertido hasta ahora – y Mar se llevó las manos a la cara para frotarse
Mar: zi teneis razón, no puedo tener a mi churri encerrado por vida – María le sonrió – y ¿dónde está mi papá y Lucas? – pregunto cambiando de tema
María: uuuf después de lo que lío Lucas por inyectarse –comento moviendo la cabeza haciendo que Mark sonría de lado levantando una ceja como diciendo ¿me vas a contar? – vino la enfermera y Lucas zalió corriendo de la habitación mientras la enfermera preparaba la jeringa y tú papá lo cogió de la oreja para que zubiera y lo tuvo que amenazar con darle una paliza zi no ze dejaba inyectar – Mar negó con la cabeza – ¿zabes? – murmuro María acariciando la nariz de Mar – me alegro
Mar: ¿de qué mi papá le diera una paliza? – le dijo riéndose y María le pegó en el brazo
María: ¡noooo! Idiota – lo reto – sino de que tú papá lo adoptará… ahora estará bien encarrilado porque con nosotros no hubiera zio fácil ya que él no nos ve como autoridad sobre el
Mar: zi, tienes razón… además yo tampoco me veo castigándolo – le dio la razón, dándole un beso en la boca antes de ponerse de pie – bueno, voy a darme una ducha y a cambiarme ¿qué vamos a comer? ya tengo hambre – comento acariciando su vientre
María: tu papá zalió hacer la compra al súper con Lucas y dijo que no preparara nada que él traía ya cena
Mar: entonces a esperar – sonrió antes de salir, pero María lo paro, tenía una pregunta que le estaba comiendo la curiosidad
María: ¡espera! quiero hacerte una pregunta – Mar levanto una ceja expectante y María continuó – ¿que pasó con tu papá cuando te llamo? – Mar se puso rojo pero decidió no contarle a María
Mar: nada
María: está bien si no quieres contarme, pero ze que algo pazo y tarde o temprano lo descubriré – le dijo sonriendo medio en broma medio en serio
Aun así Mar salió de la cocina para ir a ducharse sin volverse a ver a María, no le contaría nada ni bajo tortura, aquello era demasiado vergonzoso; mientras en casa de Luis se avecinaba una tormenta.
Luis: Chus hijo ponte el calzado que vamos a salir, tenemos que ir ver a tu abuelo – le dijo pero Chus se volvió a verlo con los brazos cruzados
Chus: estoy castigado no puedo salir – Luis alzó las manos al cielo
Luis: pero conmigo zi puedes – Chus se dio la vuelta para no mirar a su papá, estaba con ganas de hacer renegar
Chus: no voy a ir, estoy castigado
Luis: está bien – dijo su padre para sorpresa de Chus, no pensó ni por un minuto que cediera – te quedas aquí en casa, nosotros volvemos antes del almuerzo – agrego pero advirtiendo ante la mínima sonrisa que se dibujo en los labios de su hijo – pero una coza Chus ¡no zalgas de la caza!
Chus: ya lo ze, estoy castigado – dijo de mala gana
Luis: tu lo has dicho – contesto dándole un beso en la frente a manera de despedida
Sin imaginar ni por asomo lo que se iba a encontrar cuando volviera, mientras el corazón de Chus latía de emoción
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