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Una perfecta familia
Autora: Terry
Capítulo 18
Cuerpo de la historiaCuando Antonio y Chus llegaron a casa descansaron un poco en la sala viendo la tele, Chus recibió una llamada de Luis a los pocos minutos de llegar pero no le comento nada sobre el accidente de Toño… el abuelo por señas le dijo que no dijera nada ya que sabía que Luis no esperaría a razones y vendría a casa de su hermano a ver que estaba sucediendo.
Antonio: ¿te vas a duchar Chus?
Jesús: me duche esta mañana ya – respondió Chus tendiéndose sobre el sofá prendiendo la tela, estaba estresado
Antonio: bueno entonces, me voy a dar una ducha después preparo unos sándwiches y nos vamos – dijo Antonio metiendo los dedos en el pelo de su nieto en muestra de cariño
Jesús: yo los puedo preparar mientras – se ofreció, es que desde que estaba en casa de su tío todo se lo daban hecho
Antonio: ¿no te importa cariño? – la verdad que eso acortaría el tiempo
Jesús: no abuelo – Chus veía aquello muy raro, el que su abuelo le pregunté en cambio en casa, su mamá se lo mandaba y punto
Antonio: fantástico, eso nos ahorra tiempo, ve preparándolos entonces, yo te ayudo cuando termine de ducharme – él no sabía de que se quejaba su nuera cuando el propio Chus se ofrecía para hacer las cosa
El abuelo subió a ducharse y Chus saco las cosas que hacían falta para preparar los sándwiches, cuando llevaba un rato de pie decidió sentarse, le dolían las piernas y cuando le dio la silla de madera en el trasero soltó todo lo que le vino en mente.
Jesús: ¡Me cago en la puta! Maldita sea – y como si la silla tuviera la culpa le dio una patada haciendo daño en el pie, mientras su observo la escena justo cuando estaba entrado en la cocina
Antonio: vaya boquita a ver si voy a tener que limpiarla con jabón – lo amenazo sutilmente y Chus se asustó un poco, porque desde que eran niños y decían alguna palabrota el abuelo aunque nunca lo hizo, siempre los amenazaba con lavarle la boca con jabón
Jesús: lo ziento – dijo apenado, creía que su abuelo aún se estaba bañando
Antonio: ¿te duele? – le pregunto porque frunciendo el ceño, se había dado cuenta que las palabrotas eran el resultado del dolor olvidado
Jesús: un poco – murmuro y el abuelo sabía que un poco era mucho y como María con la renovación de la casa estaba cambiando muchas cosas, pues cambio esas sillas sin acolchado de madera maciza que le iba muy bien con los muebles que puso en la cocina
Antonio: ahora cuando vayamos camino al hospital paramos en la farmacia para que nos den una pomada para eso
Jesús: no hace falta – ya imaginaba que su abuelo le enseñará su culo a farmacéutico para que le diera algo adecuado – si me siento en el sofá no duele tanto, es que me senté de golpe
Antonio: si es necesario – aseguro Antonio – se te curara antes y si fuera como dices que no duele para tanto, entonces no necesitas hablar de esa manera – lo reprendió con suavidad – ¿sabes lo vulgar que se ve un niño de quince años diciendo esas palabras? – le pregunto – si te oye alguien lo primero que dirán que eres un malcriado, irrespetuoso, grosero y tu no eres nada de eso – agrego – …. ¡que no te vuelva a oír decir más groserías! porqué la próxima si abra consecuencias ¿está claro?
Jesús: zi abuelo lo ziento – se volvió a disculpar
Antonio: bueno ya está… quita esa cara – le dijo tocándole la mejilla cuando en el bolsillo de su pantalón sonó su móvil, el abuelo al ver que era Mar se asustó
Mar: papá … por favor ven – le dijo con desesperación en la voz
Antonio: que pasa hijo – habría empeorado Toño
Mar: ven por favor – para Mar su padre siempre su apoyo y ahora de adulto no era muy diferente, necesitaba contarle lo que estaba sucediendo y lo aconsejara sobre los pasos a seguir, además tenía la impresión que las cosas a su lado eran menos dolorosas
Antonio: ¿Toño está bien?
Mar: zi papá, zolo ven… es otro el asunto, uno muy delicado – murmuro con preocupación
Antonio: ya… zalimos pa ya
Antonio cogió la bolsa que Chus había preparado con los sándwiches y zumos y salieron dirección a hospital, quería llegar pronto a Mar se le sentía muy desesperado y era para estarlo, después que le hiciera la placa a Toño y la enfermera los llevaba de regreso a la habitación y sentir esas voces y darse cuenta que era Pilar que estaba discutiendo con María se puso blanco, luego le subió el enojo ¿que estaba buscando esta vez?, ¿cómo dio con ellos?, ¿cómo sabía que estaban allí? Cuando llegaron donde estaban, Pilar empezó como siempre con su teatro.
Pilar: hay mi niño – agachándose en la silla de Toño, ¿Qué te hicieron? – y María reacciono, a esa mujer no podía aguantarla
María: no le hicimos nada tuvo un accidente – dijo aguantándose la rabia, no quería dar un espectáculo en el hospital
Pilar: no lo cuidaron para que tenga este tipo de accidente – Mar ya no aguanto más
Mar: lo cuidamos más que tú, porque zi no lo recuerdas lo dejaste cuando tenía cinco años – le dijo señalando con el dedo índice – porque tú tenías que hacer tu vida y no te importo nada más, porqué ni la custodia compartida quisiste… ahora no me vengas con clases de moralidad que ezo a ti te queda demasiado grande
Pilar: pues con esto y lo que pazó en caza con la puta de tu noviecita te juro que no ves más a Toño – y Toño que todos lo ignoraron reacciono
Toño: ¡Noooo! No me voy a zeparar de ellos – grito enfadado – Papiii… no la dejes buuuaaa – y Toño empezó a llorar y Pilar lo amenazó
Pilar: y que zepas – le dijo amenazando a Toño – que esos berrinches que haces ze te quitan porque a ti te han conzentio mucho y te hace falta mano dura
Mar: deja a mi hijo en paz y vete zi no quieres que llame a zeguridad
Pilar: ¿y crees que yo ziendo la madre me van a echa? estas muy equivocado
Toño: Tú no eres mi mamá sino ella – dijo señalando a María a quien se le hizo un nudo en la garganta al sentir que Toño la veía de verdad como una madre
Mar: ya lo escuchaste ¡déjalo en paz y vete! – la impotencia de no poder darle un puñetazo lo invadía, si fuese un hombre ya le abría partido la cara
Pilar: ya tendrás noticias de mi abogado chao guapos – dijo ella escocida por las palabras de Toño y María se quedó con ganas de arrastrarla pero no quería empeorar las cosas
Toño: papiii …no me dejes con ella buaaas – a Toño se le vino la desesperación con solo pensar que se tendría que ir con ella
María: suuu ya no te pongas azin – le dijo poniéndose a su altura acariciándole la cara – que ezo no va a Pazar
Toño: yo no quiero ir con ella
Mar: no lo harás campeón – respondió su padre abrazándolo metiendo su cabeza en su pacho – no te va a zeparar nadie de nosotros, azin que no llorez mi vida – y un beso cayó en su corona
Toño: shij shij me lo prometez – le dijo mirado a su papá
Mar: te lo prometo – le dijo mirando fijamente a los ojos de Toño
Antonio y Chus se pusieron en camino al hospital que tardaron un buen rato ya que había bastante tráfico, cuando llegaron estaba Mar por el pasillo que daba a la habitación de Toño bastante nervioso.
Antonio: ¿que paza hijo? – pregunto tocando su hombro sobresaltando a Mar
Mar: que bien que viniste – suspiro aliviado
Antonio: me vaz a contar que es tanta desesperación – la verdad que Antonio estaba bastante ansioso por saber que pasaba
Mar: ¿Chus porqué no vas a la habitación con Toño y María? – le pidió a su sobrinito con una sonrisa, Mar quería hablar a solas con su padre porque era un tema delicado
Jesús: zi ya voy – Chus si bien se dio cuenta que su tío quería estar en privado, no se lo ordeno como su madre, sino que se lo pidió sutilmente, vaya cambio y que suertudo era su primo
Antonio: a ver Mar que es tanto misterio – se sentó Antonio preocupado
Mar: papá no sé cómo se enteró que estábamos en el hospital _ y se quedó en silencio
Antonio: ¿quién hijo? – frunció el ceño sin entender
Mar: Pilar papá, me ha dicho que no sabemos cuidar de él y me lo va a quitar – y la cara que puso lo dijo todo, era miedo
Antonio: pero ¿como eza mequetrefe ze atrevé a decir ezo cuando ella lo abandono? – dijo lleno de furia
Mar: zi ezo paza ¿qué voy hacer yo? – dijo abatido
Antonio: ezo no va a Pazar
O ¿SI?....
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