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viernes, 23 de julio de 2021

La llegada de un Ángel


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 La llegada de un Ángel

 Autora: Terry

 Capítulo:1

 

 



 

  • Mierda – dijo el pequeño de ocho  añitos al darse en la espinilla


Desde hacía unas semanas vivía con un hombre al que le quitó la cartera, ahora, no es que ese hombre lo quitara de la mala vida obra de caridad de fin de año, no… sólo que lo llevó a su casa y punto, una casa donde tenía un techo donde dormir, bañarse con agua calentita y comida fresca todos los días; él solo tenía que seguir haciendo lo mismo que hacía desde que se escapó del orfanato donde lo metieron sus tíos cuando sus padres se murieron en un accidente de avión, un orfanato al cuidado de unas monjas pero las señoras aun siendo religiosas no eran muy dulces que digamos, los querían tener como militares y claro nuestro pequeño Aaron no era un angelito precisamente, ni casi nadie de aquel lugar pero era a él que las monjas le pegaban con aquella pala y lo dejaban encerrado en una habitación sin comer como castigo.

Pero lo peor no era el dolor de la paliza, el dolor del trasero se iba pasando pero el hambre nunca lo dejaba  dormir, hasta que un día harto de los mismo decidió que tenía que huir y después de mucho estudiar cómo sería su huida, tuvo su oportunidad un día de los tantos que se organizaban las visitas con opción de adoptar a algún niño; ese día él se puso en la entrada disimuladamente y escondiéndose de las monjas, arrimándose a la pared y a la puerta que siempre dejaban abierta mientras se hacían los cordiales saludos de los visitantes, fue cuando en un descuido mientras las monjas sonreían que él salió con el corazón golpeando su pecho y sin mirar atrás rezando porque no se dieran cuenta de lo que hizo.

Y al parecer ese días Dios estuvo por fin de su parte, las religiosas no se dieron cuenta de su desaparición hasta que llego la hora de la cena; la madre superiora y otras tres monjas más lo buscaron por todos lados dentro del recinto, habitación por habitación, en los baños la cocina, por el jardín pero no hubo señales del pequeño y a la madre superiora que no le quedó más remedio que llamar a la policía para hacer la denuncia que el niño había desaparecido y cuando el policía les preguntó qué desde cuando llevaba desaparecido no supieron que contestar, aun así estuvieron buscando sin no éxito hasta el día de hoy…


  • Uuuf como duele, seguro me corté – decía en sus pensamientos, sin darse cuenta que el dueño de la casa que había llegado en ese instante lo estaba siguiendo silencioso para que el pequeño no lo escuché, ni lo vea, el niño siguió en lo suyo inspeccionando para ver si había alguna ventana abierta y poder pasar pero ya llevaba tres y no tuvo suerte – me cago en todos sus muertos – decía refiriéndose a los dueños de la casa, hasta que una sonrisa de fascinación se le puso en la cara cuando vio por fin una ventana entreabierta y lo mejor, no tenia que trepar nada ni pensar en cómo caer, solo tenía que dar un  brinquito porque la ventana estaba en la planta baja y cuando por fin iba a poner un pie en el apoyo para saltar alguien lo cogió por el aire; el chico se llevó un susto tremendo al ver que lo había descubierto – ¡suéltame! – se jaloneaba para soltase y salir corriendo

  • Por supuesto que no te voy a soltar, pequeño sinvergüenza – le dijo el señor bastante enojado, Aarón uso todas sus fuerzas para zafarse pero no pudo y no le quedó más remedio que darle una patada en la espinilla a aquel hombre logrando que lo suelte y salir corriendo, pero cuando ya estaba cantando victoria alguien lo cogió por la cintura jalándolo de nuevo y esta vez no pudo escapar porque el sujeto se lo echo al hombro como costal de papas por más que le dio puñetazos… al parecer ese hombre era de acero, al final el hombre entró con él sobre el hombro a la vivienda para que el chico le diera el número de sus padres, total tampoco era hora de que un niño andará solo por la calle, era peligroso – estate ahí sentado – lo sentó en el sofá –  y ahora me dices el número de tus papás, voy a llamar para que vengan a por ti – el chico negó con la cabeza y el hombre pudo ver el miedo en los ojos del niño y se aprovechó de la situación – está bien, si no me lo quieres dar tenemos que ir a comisaría, lo más posible es que te metan preso – al niño se le nublaron los ojos en lágrimas

¡No! No señor… yo –  las palabras se le quedaron suspendidas cuando el hombre vio que le estaba saliendo sangre tenía todo el pantalón manchado

  • ¿Qué tienes ahí? – le dijo señalando la parte manchada de la pierna – te lastimaste – le dijo algo preocupado porque se veía bastante sangre, el niño no se percató de la sangre hasta ese mismo instante

  • Me.. me golpee hace un momento – le dijo asustado de ver la sangre

  • Quítate el pantalón – le ordeno el chico y Aarón abrió los ojos asustado, ese hombre ¿qué es lo que quería?, ¿era un degenerado?, ¿qué quería hacerle? se pregunto y Aaron negó con la cabeza mientras su anfitrión rodó los ojos

  • Está bien si no quieres quitártelos – se fue y regreso con un botiquín de primeros auxilios, cogió unas tijeras para cortar el pantalón

¿Qué hace? – grito y el hombre frunció el ceño, ya fastidiado con el mocoso al que ya le había tenido bastante paciencia, total que aunque fuera un niño era un ladronzuelo que intentó robar en su casa

  • Mira niño, mejor te callas que demasiado paciente estoy siendo contigo, que ya te habría tenido que llevar con la policía, pequeño ladrón – agrego y Aaron se encogió en el sofá ya que el hombre había elevado la voz, el hombre al darse cuenta suavizó la voz, ladrón o no era un niño chiquito, ¿donde estaban esos padres para no saber que el niño faltaba de casa a esas horas? – mira solo quiero ver la herida, tienes sangre y se te puede infectar – le explico arrodillándose frente al niño y corto el pantalón, luego cogió el agua oxigenada para limpiar la herida y el niño empezó a llorar, el hombre rodó los ojos pero al final pensó que era lógico, era un crío y estaba asustado – ya tranquilo esto ni escuece – le dijo con la voz más suave, pero al limpiarla se dio cuenta que necesitaría puntos, así que le puso una venda y se levantó – vamos esto lo tiene que ver un médico – agrego cogiéndose el puente de la nariz, él lo único que quería era llegar a casa y descansar ya que había tenido un día duro en el trabajo y se encuentra a ese mocoso asaltado su casa y ahora tenía que llevarlo al hospital; mientras el niño se le quedó mirando – venga es tarde y quiero descansar y será mejor que me des el número de tus padres ya – el niño bajó la cabeza como avergonzado

  • No tengo papás – confeso mirando el piso, el hombre se frotó la cara, no sabía qué pensar quizás era una estrategia del niño, así que decidió darle tremendo susto porque desde el hospital se lo llevaría a comisaría para averiguar quién eran los papás y lo metería en una celda para que aprendiera una lección 

  • Está bien si no tienes papás, el hospital llamara a servicios sociales y te pondrán en una casa de acogida – el niño entró en pánico, se puso a llorar como el niño chiquito que era

  • Buuuuaaaa… no señor… no quiero volver al orfanato ellas eran malas, me trataban mal por eso me fui shij shij déjeme ir se olvida de esto hijj lo siento y yo no vuelvo a robar en su casa – el hombre no sabía porque pero creyó al niño, se agachó a su altura y le quitó las lágrimas

  • Bueno está bien pero lo primero es que te vean esa herida y después buscamos una solución de acuerdo – le dijo con suavidad para tranquilizar al niño – pero ahora te haré unas preguntas, cuando te miren esa herida quiero que me contestes a todas mis preguntas con sinceridad si no, no podré ayudarte – el chico afirmó con la cabeza y salieron rumbo al hospital


Cuando lo vio el médico dijo que le tendría que ponen puntos Aarón empezó a gimotear pero haciendo el esfuerzo por permanecer estoico, sin lograrlo porque al final termino llorando por una eternidad por los pinchazos recibidos, al final el médico les dijo que se podían marchar después de darle unas pastillas para cuando pasara la anestesia y le siguiera doliendo, después de eso se fueron a la comisaría, el hombre no quería dejar cabos sueltos y que encima lo acusarán de secuestro y cuando hablaron con el niño se dieron cuenta que era el niño que desapareció de orfanato y cuando le dijeron que en la mañana lo llevarían de regreso, Aaron empezó a llorar diciendo que por favor que no lo volvieran allí, que prefería quedarse con ellos en el carro patrulla, dato que  llamo la atención a servicio sociales quien poniendo sus mejor oficios lograron que el pequeño les cuente que pasaba en el interior del orfanato, desgraciadamente nada podían hacer para que el niño no regrese al hogar, tenía que volver y servicios sociales hacer un seguimiento más minucioso al respecto.

Con todo esto aclarado, Raúl que sí se llamaba el hombre, suspiro pensando que por fin dijo que se iba a casa, después de todo tuvo un día complicado con el asunto de los robos y con el pequeño ladrón, se daría una relajante ducha y se iría a dormir; con lo que no contó es con el par de ojitos de perrito abandonado que le puso el niño cuando dejo al guardia de turno las pastilla que le dieron en el hospital por si le dolía la herida, aun así se hizo el fuerte y se fue al aparcamiento y cuando abrió la puerta para montase al carro supo que no podía quitarse la imagen de los ojos de miedo del niño, cosa que le hizo regresar de nuevo a comisaría… no tenia corazón para abandonar al pequeño después de su aventurero día.


  • Teniente que le ocurre – le dijo su compañero con un poco de burla

  • Ni una palabra que soy tu superior y no puede irte bien – le dijo en plan de broma y se dirigió a la señora de asuntos sociales para hablar con ella, Raúl era policía y conocía a todos los de aquel modulo – Puedo hablar con usted – le dijo haciendo que la mujer se sobresalté

  • Usted dirá teniente – Raúl se rasco la nuca

  • Por favor llámame Raúl – contesto a manera de darse ánimos, finalmente decidió que no tenia caso dilatar aquello – bueno yo… verá ¿puedo llevarme al niño a mi casa esta noche?, no es conveniente que esté aquí con la pierna así – dijo como excusa y la mujer soltó el aire porque eso no estaba en el protocolo

  • Mire eso no está en el protocolo – respondió y Raúl suspiro resignado, por lo menos lo había intentado – pero pienso igual que usted, es tarde es un niño que está muy cansado y necesita descansar, además seguro ni comió – agrego y Raúl frunció el ceño, no había pensando en eso – ya me las arreglaré si me dicen algo – sonrió la visitadora social y Raúl devolvió la sonrisa de medio lado

Gracias – contesto y se fue a buscar al chico que estaba medio dormido en la silla, lo cargo como un muñeco y el niño se recargo en el hombro de Raúl quedándose profundamente dormido


Cuando llegaron a casa se fue a la habitación de invitados para acostar al niño pero se dio cuenta que no lo podía acostarlo con esa ropa, el pantalón lo tenía todo manchado de sangre así que fue a su habitación cogió una camiseta suya y se la puso, al niño quedándole la ropa tan grande que pasaba más abajo de la rodillas y tras arroparlo por fin él también se dio una ducha y se fue a dormir; a la mañana siguiente cuando se levantó y se preparó fue a despertar al chico, tenía que irse al trabajo y se lo llevaría con él pero después de contemplarlo y ver la pita que tenía con esa camiseta, decidió llamar a la comisaría para que lo llamen si surgía algo realmente importante y de paso le pasen con Judit, una compañera de trabajo.


  • Judit me tienes que hacer un favor – la chica se echó a reír, la verdad que aunque fuera su superior se conocían desde hace mucho y tenían confianza

  • Dime si te lo puedo hacer lo hago

  • Judit tengo al niño y no tengo ropa que ponerle, ¿te puedes pasar por el centro comercial y comprarle algo de ropa interior y ropa deportiva?  en fin tú sabrás que tienes un hijo – le dijo y la chica rio de medio lado

  • Si pero te va a salir un poco caro

No importa


Y sin dar más explicaciones colgó  sonriendo, cuando se dio la vuelta miro al niño quien se había acurrucado otra vez en la cama continuando su sueño, Raúl lo miró fijamente y la imagen captada enterneció su corazón y se rió para sus adentros, si así dormidito como estaba aquel pequeño ladronzuelo si hasta parecía  un ángel, un ángel que Dios puso por capricho en su camino.



Aaron




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